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En medio de la Tormenta
En medio de la Tormenta
Generalmente solemos relacionar las promesas que encontramos en la Palabra de Dios, con aquellas cosas que nos son agradables.
La promesa de ser perdonados, bendecidos, cuidados, consolados, prosperados y redimidos. Todas estas son promesas agradables a nuestros oídos escuchar.
Pero hay una promesa muy peculiar en la Biblia que no resulta agradable a nuestros oídos escuchar, no es popular y no esta en nuestra lista de promesas a recibir, sin embargo algún día estaremos frente a ella.
Y esta promesa es que tendremos Aflicción en algún punto de nuestra vida.
La palabra AFLICCION significa:
Angustia, tribulación, sufrimiento o descontrol mental espiritual o físico.
Es decir, ninguno de nosotros podremos evadir esta promesa, estamos destinados a enfrentar la aflicción en nuestras vidas de alguna u otra manera, en alguna de sus presentaciones, pero no hay nadie quien pueda evitarla, no hay manera de poder sacarle la vuelta, no hay forma de remplazarla, tenemos la certeza de que en algún momento de nuestra vida , la aflicción se ha hecho presente, esta ahora mismo en nuestras vidas o nos encontraremos con ella en el futuro.
Os he hablado de estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero ¡tened valor; yo he vencido al mundo!
En este versículo encontramos dos palabras muy antagónicas. La PAZ y la AFLICCION y una precede a la otra y la otra produce la otra.
Es decir, que para poder experimentar la paz, es necesario pasar por la aflicción, es el medio por el cual nos convertimos en testigos y testimonio de la paz.
Las tormentas de la vida son inevitables, tenemos esa promesa, pero también tenemos la promesa de que en Cristo tendremos paz, una paz que no es alimentada ni sostenida por las circunstancias, una paz que no solo le da sentido a nuestra vida, sino que nos ayuda a pasar por las tormentas, ya que es una paz sobrenatural la cual cubre nuestros corazones y mentes.
Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
Wow, que poderosa promesa encontramos para poder resistir en medio de la tormenta.
Sin importar cual sea nuestra angustia, tribulación o aflicción en este momento, al presentarnos ante Dios con toda oración y suplica con acción de gracias se desata la poderosa e inexplicable Paz de Dios, la cual cubre, resguarda y protege nuestros corazones y mentes en Cristo Jesus.
Así que hoy vamos a abrazar estas dos promesas tan antagónicas y diametralmente opuestas, pero necesarias en nuestras vidas.
En este mundo tendremos aflicción, no será una o dos veces, no será siempre de la misma forma o provocada por la misma situación o circunstancia, pero será a través de la aflicción que podremos experimentar la perfecta Paz de Dios.
Mi oración para ti que me estas escuchando y que probablemente has pasado por algún tipo de tormenta, o te encuentres ahora mismo en una aflicción, o que vas a pasar por algún tipo de angustia o tribulación.
“Que la perfecta paz de Dios cubra tu mente y tu corazón en Cristo Jesus”