La perfecta justicia de Dios

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La injusticia cometida por Acab y Jezabel contra Jezreel no podía ser pasada por alto por Dios, más aún que Acab gobernaba sobre la tierra que Dios había dado a los israelitas, la cual había declarado santa.

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La perfecta justicia de Dios

1 Reyes 21:15–21
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto. 16 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
17 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 18 Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. 19 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.
20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová. 21 He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel.

Introducción

Acab fue el séptimo rey del reino del norte de Israel, el cual fu el peor. Hizo alianza con los fenicios, tomando como esposa a Jezabel la hija del rey.
Jezabel tomó el control del reino manipulando a Acab a hacer lo malo, su intención era destruir el culto a Dios e implantar el culto a Baal.
Jezreel tenía una viña que Acab codició, pero cuando Jezreel se negó a vendérsela, (pues no era permitido en la ley Levitico 25), Acab se enojó mucho.
Jezabel ordenó a los ancianos de Nabot que sobornaran a falsos testigo que acusaran a Jezreel de blasfemia contra Dios, por lo cual fue apedreado hasta morir.
Inmediatamente Acab tomo posesión de la tierra, pero su gusto le duró poco, pues Dios envió a Elías a condenarlo.
La injusticia contra Jezreel fue la gota que derramó el vaso. Por tanto Dios emite decreto de destrucción para ellos.

Un falso éxito

1 Reyes 21:16Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
La conciencia de Acab estaba cauterizada pues no mostró pena por la muerte de Jezreel, sino que alegremente fue a tomar posesión de la tierra a la fuerza sin considerar a los herederos.
La codicia cauteriza la conciencia, de tal manera que no se lamenta por despojar al prójimo y aun a causarle daño con tal de obtener lo codiciado.
Desde el narcotraficante, el político corrupto, hasta el que roba unas monedas son victimas de la codicia.
Pero este triunfo aparente les durará muy poco. Las cosas materiales son efímeras, la emoción es pasajera, por un momento será el gusto pero luego el pesar y la insatisfacción volverán. Nunca alcanza la satisfacción.
Hageo 1:6Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
A Acab le duró muy poco el gusto pues Dios envió inmediatamente al profeta Elías para condenar su actitud.

El hombre se ha olvidado de Dios

1 Reyes 21:18Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.
El hombre se ha olvidado de Dios, ya no lo toma en cuenta en su vida diaria, lo ha pretendido limitar a una religión o una iglesia.
Acab, Jezabel, los ancianos de Nabot, los falsos testigos y los verdugos que apedrearon a Jezreel no tomaron en cuenta de que Dios estaba presente en cada uno de sus acciones y planes secretos.
Todavía no se ha inventado un lugar secreto donde Dios no pueda estar presente y escuchar los planes de los hombres. El Salmo 139 es una declaración de la omnisciencia y omnipresencia de Dios.
Por tanto, debemos conducirnos con temor, teniendo siempre presente que de Dios no nos podemos ocultar, Él está en todas partes, solamente Él es capaz de conocer el más intimo de nuestros pensamientos.
Jezabel logró engañar a los habitantes de Nabot al conspirar una mentira contra Jezreel, pero a Dios nunca pudo engañarlo.
Nunca te olvides que Dios lo ve y lo sabe todo.

La sentencia de Dios

1 Reyes 21:19Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.
1 Reyes 21:23-24De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel. El que de Acab fuere muerto en la ciudad, los perros lo comerán, y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo.
Jezabel y Acab actuaban con total impunidad, pensando de que nunca los alcanzaría su maldad.
Pero no hay autoridad en esta tierra que no esté sujeta a la justicia de Dios. Mateo 16.27Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
Gálatas 6:7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
La maldad de Jezabel y Acab los alcanzará, serán humillados y son condenados a sufrir una terrible muerte.
Pero si este fuera el final de su castigo, no sería tan lamentable. Juan 5:29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Mateo 13:42y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Conclusión

Jezabel y Acab fueron condenados por sus malas acciones, sin embargo, fueron juzgados no solamente por sus acciones, sino principalmente por las intenciones de su corazón.
Esta es lo que Jesús quería que entendiéramos en el sermón del monte.
Mateo 5:21-22Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, (maldiga) quedará expuesto al infierno de fuego.
No pensemos que seremos evaluados solamente por nuestras acciones, también por nuestras palabras e intenciones.
Entendiendo esta verdad, no podemos considerarnos mejores que Acab y Jezabel, pues en algún momento hemos deseado el mal contra nuestro prójimo. Si no llevamos a cabo nuestras malas intenciones es porque no tenemos el poder y los recursos que tenía Acab y Jezabel. (Lucas 9 Jacobo y Juan fuego de cielo)
Sin embargo, la historia termina con un final inesperado.
1 Reyes 21:27-29Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado. Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.”
Vemos la misericordia de Dios cuando Acab se arrepintió y se humilló delante de Dios. Le permitió no ser testigo de la desgracia que venía a su casa, murió antes de verlo.
Acab murió por una flecha en el campo de batalla contra los Sirios (1 Reyes 22), el carro donde viajaba lo llevaron a lavar al estanque de Samaria, donde fue muerto Jezreel, ahí lamieron la sangre de Acab los perros conforme a la Palabra de Dios.
Temamos al Señor y no permitamos que los malos pensamientos gobiernen nuestra mente, traigamos todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:5)
Pero si en algún momento, por la débil condición de nuestra humanidad somos presa de los malos sentimientos, de las malas acciones, y aun cuando no hemos hecho lo bueno (Santiago 4:17) podemos alcanzar perdón y misericordia como Acab cuando se humilló.
1 Juan 2:1Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
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