Entendamos El Desierto.

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El desierto es un lugar de transformación.

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Génesis 1:28 NTV
28 Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».
Génesis 3:17 RVC
17 Al hombre le dijo: «Puesto que accediste a lo que te dijo tu mujer, y comiste del árbol de que te ordené que no comieras, maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
Con dolor comerás = Con trabajo y preocupación mantendrás tu casa.
Deuteronomio 28:2 NTV
2 Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones:
Deuteronomio 28:15 NTV
15 »Pero si te niegas a escuchar al Señor tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán:
Dios por su misericordia cuando pecamos y la maldición viene sobre nosotros nos tiene que llevar al desierto para tratar con nosotros y sacarnos de esa maldición.
1 Corintios 10:11 NTV
11 Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin de los tiempos.
Números 14:1–4 RVC
1 Toda esa noche la congregación comenzó a gritar y llorar. 2 Todos los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón, y toda la multitud les dijo: «¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto, o morir en este desierto! 3 ¿Para qué nos ha traído el Señor a esta tierra? ¿Para morir a filo de espada, y para que nuestras mujeres y nuestros niños sean tomados prisioneros? ¿Acaso no sería mejor que regresáramos a Egipto?» 4 Y unos a otros se decían: «Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.»
Quejaron= lin= quedarse permanentemente, ser obstinados en sus palabras, abrir la boca solo para quejarnos.
¿Que nos lleva a la queja?
R= Las circunstancias en las que ponemos nuestra atención.
El arma del enemigo son sus mentiras, con ellas opaca lo bueno y engrandece lo malo, esto hace que nuestros sentidos se extravíen, nuestra capacidad de percibir las cosas está afectada, ahora las circunstancias tienen mucho peso y son las que van a determinar nuestras decisiones, cuando ponemos nuestra atención en las circunstancias y estas nos son desfavorables lo siguiente es la queja, ahora solo hablamos de lo mal que nos va, o lo malo que nos hicieron, o del miedo que tenemos, etc.
Por la queja hablaron sin fe y en el poder de las palabras toda esa congregación que fue rebelde a Dios les sucedió como lo dijeron, porque todos ellos murieron en el desierto.
Números 14:25 NTV
25 Ahora bien, den la vuelta y no sigan hacia la tierra donde habitan los amalecitas y los cananeos. Mañana deberán partir al desierto en dirección del mar Rojo.
Deuteronomio 8:2–5 NTV
2 Recuerda cómo el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos. 3 Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná, un alimento que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la gente no vive sólo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor. 4 En todos esos cuarenta años, la ropa que llevabas puesta no se gastó, y tus pies no se ampollaron ni se hincharon. 5 Ten por cierto que, así como un padre disciplina a su hijo, el Señor tu Dios te disciplina para tu propio bien.
El engaño del enemigo infla nuestro ego y nos vuelve soberbios y por lo tanto desobedientes a Dios, la forma en la que trata Dios con esto es en el desierto, que tiene como objetivo humillarnos, desinflarnos de toda soberbia y cambiar nuestro carácter, en el desierto no hay nada, se pasa necesidad y aún ahí veremos la fidelidad de Dios porque el sustento necesario nunca faltara, tendremos su maná, el desierto entonces es un lugar de disciplina donde nuestro Señor tratará con nosotros para hacernos mejores personas y aprender a obedecerle.
Ezequiel 20:5–7 NTV
5 Dales el siguiente mensaje de parte del Señor Soberano: “Cuando elegí a Israel —cuando me di a conocer a los descendientes de Jacob en Egipto—, hice un juramento solemne de que yo, el Señor, sería su Dios. 6 Ese día juré solemnemente que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo había explorado para ellos: una buena tierra donde fluyen la leche y la miel, la mejor tierra de todas. 7 Entonces les dije: ‘Cada uno de ustedes deshágase de las imágenes repugnantes con las que están tan obsesionados. No se contaminen con los ídolos de Egipto, porque yo soy el Señor su Dios’.
El trabajo que Dios hace en el desierto es sacar a Egipto de nuestros corazones, literalmente en el desierto debemos experimentar una reforma de nuestra vida, el desierto de tu vida se puede llamar desempleo, enfermedad, problemas, deuda, falta de dinero, enemigos o muerte, pero al salir del desierto y con la ayuda de Dios todo lo que te llevó al desierto será vencido y ahora vivirás en la bendición de Dios y tomarás para tí y tu descendencia la tierras o las promesas de Dios.
¿Como sobrevivir al desierto?
Éxodo 16:15 NTV
15 Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto?», porque no tenían idea de lo que era. Entonces Moisés les dijo:«Este es el pan que el Señor les da para comer.
Maná es la Palabra de Dios para nosotros, en el desierto necesitamos comerla todos los días y así ir entablando una relación personal con Dios.
El gran objetivo por el que Dios nos lleva al desierto es para que al final de este entablemos una relación personal e intima con EL.
La generación rebelde a Dios no murió en el desierto de hambre o sed, o por lo duro de la prueba, esta generación murió por no creer la palabra de Dios.
Números 32:13 NTV
13 »El Señor se enojó con los israelitas y los hizo vagar en el desierto durante cuarenta años hasta que murió la generación entera que había pecado a los ojos del Señor.
Juan 6:35–36 NTV
35 Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás. 36 Pero ustedes no han creído en mí, a pesar de que me han visto.
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