Adorando Juntos en Armonía

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La Adoración en Comunidad debe ser una Bendición para los Hijos de Dios

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Antes de entrar de lleno en el pasaje de estudio del día de hoy, veamos que en este capítulo 14 Pablo va a retomar lo que comenzó a hablar en el versículo 12, esto es acerca de los dones.
Fíjense que es interesante que cada vez que Pablo escribió acerca de los dones, a continuación escribió acerca del amor.
No me voy a leer los pasajes, pero los invito a que tomen nota de lo siguiente y posteriormente los lean en su casa: Pablo escribió en 1ª Cor. 12 acerca de los dones, y el capítulo 13 se le conoce como el “capítulo del amor” de la Biblia. Es probablemente el capítulo más conocido que habla acerca del amor.
En Romanos 12:6-8 Pablo habla acerca de los dones, y a continuación en los versículos 12 al 19 habla de la importancia del amor.
Y en Efesios 4:11-13 Pablo escribe acerca de los dones, y en el versículo 16 habla de la importancia del amor.
Es más, este capítulo 14 lo comienza diciendo (v.1): Empéñense en seguir el amor.
Porque miren, lo importante de los dones es ejercerlos en amor, porque ustedes saben, cuando Dios nos da algún don es porque quiere:
1. Que la iglesia sea bendecida y edificada.
2. Que Su nombre sea glorificado y exaltado, y
3. Que Su reino sea extendido en esta tierra.
Porque los dones deben ejercerse siempre en el marco del amor. El problema es que en Corinto no estaban operando de esta manera y por ello Pablo se va a referir en específico, en este capítulo 14 a dos dones: el de lenguas y el de profecía.
El problema era que los usaban desordenadamente y sus reuniones de adoración eran un caos. No adoraban juntos en armonía.
Ahora bien, el tema del don de lenguas es algo polémico en la actualidad, y antes de entrar de lleno al pasaje de Corintios, quisiera hacer una breve introducción.
En Génesis 11 vemos que los hombres se propusieron construir una ciudad y una torre que llegara al cielo, buscando ser famosos y no ser esparcidos (v. 4). Viendo el SEÑOR la determinación de ellos (v. 5) decidió confundir sus lenguas, sus idiomas, y el resultado fue que dejaron de construir la torre y fueron dispersos. Babel significa confusión.
Aunque los hombres pudieron haber logrado su propósito, Dios se opuso creando confusión.
Otro evento que es similar al que se tuvo en Babel es la confusión de lenguas en Corinto.
Por el contrario, en Pentecostés, las lenguas no fueron de confusión, sino de entendimiento, para comunicarse con otras personas en otros idiomas (Hech. 2:4).
En Ex. 19:16-19 leemos que el monte Sinaí humeaba, había truenos y relámpagos, parecía un horno y el monte se sacudía violentamente; es una introducción que hace Dios al mensaje (los 10 Mandamientos) que habría que dar.
Pasa lo mismo en Hechos 2 (2-6): Dios llama la atención de la gente (un ruido como una violenta ráfaga de viento, les aparecieron lenguas como de fuego que se posaron sobre ellos y fueron llenos del ES y comenzaron a hablar en diferentes lenguas. La gente oyó el bullicio y se agolparon y quedaron pasmados porque les escuchaban hablar en su mismo idioma). Dios llama la atención y lo importante es el mensaje que viene después: el sermón de Pedro.
Cuando Dios quiere dispersar enemigos genera confusión (Babel – Génesis 11). En Hechos 2, Pentecostés, Dios quiere hablar a los hombres y pone armonía entre ellos. Cuando Dios juzga confunde, separa, cuando Dios habla, armoniza, une.
La única parte donde el don de lenguas es mencionado en el NT después de Hechos es solo en 1ª Corintios, en donde el don de lenguas se había desvirtuado. El don de lenguas solo aparece en el listado de 1ª Cor. 12, que es el listado escrito más temprano de dones (los otros son Rom. 12, Ef. 4 y 1ª Ped. 4).
Ahora bien, en ningún pasaje de los evangelios se narra que Jesús o sus discípulos hayan hablado u orado en lenguas. Los evangelios relatan varias oraciones de Jesús y en todas ellas El ora de manera clara, sencilla y directa. El Padre Nuestro que es un modelo de oración (Mt 6:9 ss, Luc. 11:2 ss), así como la Oración Sacerdotal (Juan 17) el mensaje es totalmente claro. En este caso la Deidad se comunica con la Deidad en un lenguaje claro y sencillo. En la cruz el Redentor hace por lo menos tres oraciones. Cuando está ante la tumba de Lázaro ora de una manera totalmente entendible para el resto de las personas.
Pablo en este capítulo va a hablar de tres cosas:
· La posición del don de lenguas, que se encuentra en los primeros diecinueve versículos. La posición es secundaria (al de la profecía)
· el propósito del don, vv. 20-25, es que es una señal,
· y el procedimiento del don, vv. 26 – 40, el orden que debe seguirse. Esto lo veremos el día de mañana.
I. La inferioridad de las lenguas (14.1–25)
Algunos quieren hacernos creer que el don de lenguas es una señal de espiritualidad superior y que los cristianos no pueden ser espirituales de verdad mientras descuiden este don. Pablo ¡enseña exactamente lo opuesto! Da tres razones por las que las lenguas son un don inferior.
A. Las lenguas no edifican a la iglesia (vv. 1–19).
Debemos tener presente que el propósito de los dones espirituales es la edificación de la Iglesia de Jesucristo (12.7) y no el placer personal del creyente. Los dones son para emplearse, no para disfrutarse. En esta sección Pablo contrasta las lenguas y la profecía.
La profecía, era la proclamación de la verdad de Dios bajo la dirección inmediata del Espíritu Santo. El predicador interpreta la Palabra escrita conforme le instruye el Espíritu; de modo que habla la misma Palabra de Dios. Nótese los contrastes entre el don de profecía y el de lenguas:
Profecía
1. Hablaba a los hombres para su bien, v. 3
2. Se puede entender, vv. 2, 5
3. Edifica a la iglesia, vv. 3, 4
4. Es el don mayor, vv. 5, 19
Lenguas
1. Le hablan a Dios para el bien del que habla, v. 2
2. No se comprenden a menos que haya un intérprete
3. Edifica al que habla, v. 4
4. El don de menor categoría, v. 5 (nótese 12.10)
La profecía no tiene que ver con comunicar el futuro, tiene que ver con comunicar el mensaje de Dios, es ser el vocero de Dios. Si bien es cierto que hubo algunos profetas en el AT que predijeron cosas que ocurrirían, el sentido estricto de la palabra, el profeta o la profecía no es el de decir el futuro sino el de hablar en el lugar de Dios. El concepto de predecir el futuro como definición principal fue acuñado hacia la Edad Media.
Los profetas surgen cuando los reyes de Israel o Judá, e inclusive los sacerdotes de la corte real, le han dado la espalda al Único Dios verdadero. Debemos ver a los profetas como los mensajeros de Dios enviados para redargüir a una nación que se había apartado del camino del Señor. Como pudimos leer en el libro de texto, el contexto en el cual operaban los profetas era: la nación ha desobedecido a Dios, el profeta llama al arrepentimiento, y dependiendo de la respuesta del pueblo habrá bendición o consecuencias negativas.
El don de profecía es la habilidad de recibir y comunicar la Palabra de Dios públicamente, en una forma inspirada que convence a los no creyentes, desafía y conforta a los creyentes. Es la habilidad para declarar persuasivamente el propósito de Dios (Rom. 12:6, 1ª Cor. 12:10). Es explicar la revelación de Dios. Luego entonces, el don de profecía en la actualidad es explicar las verdades de Dios a partir de la Biblia que es la Palabra de Dios.
Pablo deja en claro que las lenguas, a excepción de las que se interpretan, no tienen ningún valor para la iglesia. De igual manera, no le dan ninguna bendición personal al que las habla a menos que entienda lo que dice (vv. 14–15).
Los que creen que los cristianos deberían practicar este don en privado ignoran lo que Pablo dice aquí. En primer lugar, ¿cómo puede edificar a la iglesia si usamos nuestros dones espirituales en privado y no para servir a otros? Y segundo, si no entendemos lo que se dice, ¿cómo podemos aprovecharlo nosotros mismos?
B. Las lenguas no edifican al creyente (vv. 20–21).
Ya decíamos que algunos sugieren que el don de lenguas es una muestra de madurez espiritual y de una vida cristiana más profunda; pero Pablo dice justamente lo opuesto. Tenían todos los dones (1:7), sin embargo, los cristianos en Corinto eran «niños en Cristo» y «carnales» (3.1–4) RV60, inmaduros dice la NVI.
Se jactaban de su «espiritualidad» (8.1, 2; 10.12) y sin embargo Pablo tenía que advertirles y enseñarles de la manera más elemental. En 13.8–13 Pablo explica que su pasión por los dones espirituales era una señal de infancia y no de madurez. Los creyentes maduros tienen al Espíritu y al Verbo, y no buscan «muletas» espirituales para sostenerlos.
En ocasiones, Dios tiene que dar señales a los cristianos inmaduros para reforzar su fe, pero el creyente maduro edifica su vida en la Palabra.
C. Las lenguas no ganan a los perdidos (vv. 22–25).
En Hechos 2 Dios les dio a los apóstoles el don de lenguas para que pudieran hablar la Palabra a los judíos en Pentecostés. Para los judíos era una señal de que Dios estaba obrando, cumpliendo Isaías 28.11, 12.
Cuatro veces en Hechos hallamos incidentes que involucran lenguas y cada una muestra a los judíos presentes de que Dios está obrando: (1) Hechos 2; las lenguas son evidencia a los judíos incrédulos en Pentecostés; (2) Hechos 8; evidencia a los judíos creyentes de que el Espíritu había venido sobre los samaritanos; (3) Hechos 10; evidencia de que el Espíritu había venido sobre los gentiles; (4) Hechos 19; evidencia de que los doce hombres efesios habían recibido el Espíritu.
Pero las lenguas nunca pueden alcanzar al incrédulo para el Señor, especialmente la confusión de lenguas que existía en Corinto. ¡Era otra Babel! Es mucho mejor que el visitante que no es creyente escuche un mensaje de la Palabra, algo que pueda entender y entonces hacer su decisión por Cristo, que escuchar una confusión de mensajes que no puede captar.[1]
Pablo comenzó este capítulo diciendo que lo más grande, lo que deben empeñarse en seguir es el amor. En 12:31 Pablo les dice que procuren los mejores dones, no los más espectaculares. Los corintios buscaban los llamativos, los que edifican el ego y como que les gustaba hablar en lenguas, pero lo había desvirtuado creando caos y confusión en las reuniones.
Pablo llama a la iglesia de Corinto a que se reúnan pero para adorar juntos en armonía. Lo que traían era un caos.
El Salmo 133 dice: ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! Y al final de ese salmo dice: Porque allí envía el Señor bendición, Y vida eterna.
La iglesia fue una de las más grandes ideas que tuvo Jesús fue establecer Su iglesia, la cual se manifiesta a través de congregaciones locales.
El sábado pasado despedíamos de nuestro grupo pequeño a Dani Porto y Luis Morelli que son unos grandes amigos brasileños que ahora se irán a vivir a España, y Dani y Luis nos decían que en México no tienen familia, pero resaltaban como PIB se había convertido en su familia en México.
Creo que debemos valorar la gran bendición que Dios nos ha dado de poder pertenecer a una comunidad de fe.
La presencia física de otros cristianos es una fuente incomparable de gozo y fortaleza para cualquier hijo de Dios.
El podernos reunir de manera colectiva para adorar a Dios, para escuchar el mensaje que El tiene en boca de nuestro Pastor, el poder servir a otros usando los dones que nuestro Dios nos ha dado, es sin duda una gran bendición.
Así que yo te invito, como dice el autor de la carta a los Hebreos: 25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos,[1].
Oye, pero es que está más padre verlo en internet desde tu casa, sin andar corriendo; yo te diría, a menos que vivas en otra ciudad, que estés enfermo y sea complicado desplazarte, o que definitivamente te es imposible trasladarte a ZE o alguno de nuestros campus, no te pierdas la bendición de reunirte con otros hijos de Dios. Aprovecha esta bendición, disfruta este regalo que Dios te ha dado de poder alabar con otras personas que comparten tu fe, con otros hijos de Dios.
Al final el cristianismo significa comunidad con Cristo y en Cristo. Dios nos diseño para vivir en comunidad y poder crecer y edificarnos mutuamente. Así si tu formas parte de PIB Satélite, que yo te invito a que no te desconectes, congrégate pero sobre todo usa los dones que Dios te ha dado para bendecir a otros.
[1]International Bible Society, Nueva Versión Internacional(East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), He 10:25.
[1]Warren W. Wiersbe, Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 1995), 1 Co 14:1–25.
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