La guerra en nuestra vida

Evangelio- Poder de Dios  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción. Hay una película que recientemente salió que se llama garra, y es un caza-talentos que desea ser entrenador, y encuentra a un chico que jugaba fabulosamente al básquetbol, lo reclutan y todo, ante los patrocinadores tenía que demostrar su talento, pero fracasa, entonces le dice una frase que le recuerda en sus presentaciones: “cuando sales a jugar con el único con quien te enfrentas es a ti mismo” y yo me quedaba expectante haber que iba a suceder después de que le dijeran esa frase. Nosotros no estamos en un juego de vida, nosotros estamos en medio de una guerra algunos, necesitan levantarse de nuevo y luchar, el pecado quiere atraparnos y no soltarnos hasta matarnos, aquí es donde te pregunto ¿qué estás dispuesto a hacer?
Oración. Padre en esta mañana suplicamos que tu bondad sea derramada en cada corazón que está aquí, usa tu Palabra para que obre en nuestro entendimiento, en nuestro corazón y ayúdanos a aferrarnos a tu verdad. Por los méritos de Cristo, por lo quién Él es, por su Nombre te pido estas cosas Amén.

1 Es contra el pecado Romanos 7.7-12

Romanos 7:7–12 RVR60
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
Lo que nos dice la Escritura
Algo que sucede en esta parte del pasaje es que pasa Pablo de hablar en tercera persona a hablar en primera persona, a hablar de sí mismo.
Ahora, veamos el texto, está hablando de la Ley, la ley tiene el punto de cuidar, proteger a la persona. Por ejemplo. ¿a cuántos les sucedió que les dijeron no estés jugando con la lumbre que te vas a quemar? o ¿no te vayas a subir ahí que te vas a caer? y te quemaste, o te caíste, les da risa, pero pregunta ¿el mandamiento era malo? ¿la advertencia que quería evitar? Exactamente eso es lo que quiere explicarnos Pablo con esta parte del pasaje.
La ley le pone nombre al pecado. Es como si una persona enferma dice me duele el estómago, ya me sobe, ya tomé remedios caseros y nada que es lo que normalmente le diríamos a esa persona, ve al doctor, y el doctor te hace estudios y demás, entonces te da el diagnóstico, tiene cáncer avanzado, qué diría esa persona. Diría: Es culpa del doctor con el que fuí. No, la culpa no es del doctor. Solamente hizo los exámenes y el resultado de ello es es mala noticia, pero el Doctor te dice si comenzamos el tratamiento ahorita podemos erradicar ese problema.
Es lo mismo que Pablo quiere demostrar. Mis hermanos, nosotros a veces nos sentimos señalados y avergonzados porque el diagnóstico de nuestro comportamiento y aun más profundo, de nuestro corazón es el pecado. Y necesita el antídoto y el tratamiento correcto, es decir el Evangelio. Necesita el poder del Espíritu.
Entonces diríamos como Pablo la ley es buena, porque aunque deja en evidencia mi mal, Él me da esperanza en su Hijo que vino a este mundo a tomar mi lugar, y llevar mi mal sobre sí mismo.
Hay personas que se autodenominan así mismos como cristianos de cuna, no puede haber tal cosa, tengo dos sobrinas que sus padres son creyentes, pero que aunque dicen versículos o cantan, no pueden decir con claridad de que tienen que ser salvas o por que son salvas.
Esto es lo que señala Pablo, antes yo vivía sin la ley, no quería decir que no hiciera cosas malas, sino que no sabía qué estaba transgrediendo. Esto es lo que debemos entender el Evangelio nos muestra nuestra condición caída, nuestro pecado y la esperanza en el único Salvador que Dios ha dado al mundo a Jesucristo.
El Cristiano se da cuenta que necesita más a Jesús, y no desea irse lejos de Cristo porque reconoce que lejos de Él se hecha a perder. No es el genio de la lámpara que te dice pídeme 3 deseos y vivirás bien, ¡No!, Jesucristo es un Salvador Eterno, su obra es una obra de Salvación eterna, porque no necesitas solo un poco de salvación financiera, o salvación de salud, o salvación emocional o de carácter.
La ley declara la justicia de Dios, lo que es correcto y bueno para Dios. Pero el mal que hay en nosotros nos lleva hacer lo contrario. Por eso se utiliza la palabra rebelde. Nosotros con la Ley podemos ver nuestro frágil ser y perverso, o envanecernos y decir no estoy mal, hasta que la ley lo deja muy en claro.
Pablo concluye que la Ley no es mala en ninguna manera, sino Santa, y el mandamiento o su contenido es justo, bueno y santo. No hay duda de que el mal, el pecado está en nosotros, y no significa solo equivocarse, o descomponer algo como sí solo tuviéramos que traer unas herramientas y arreglarlo, el pecado en sí es rechazar la santidad de Dios, es menospreciar su gloria, es rebelarse contra su verdad, es burlarse de su amor y bondad, es ignorar su grandeza.
Colorario.
Has escuchado estas ideas de no hables en negativo, siempre usa frases positivas para que animes y ayudes a tus hijos, o para animarte o ayudarte a ti mismo. Eso es algo muy vago, porque puedo decirme todos los días que estoy bien que nada me afecta y estar espiritualmente muerto.
Es triste que en este tiempo hay muchos quejándose, personas que se quejan de la moral en la sociedad, personas que se quejan por un mal gobierno, e inclusive cristianos se quejan de sus debilidades, se quejan de sus necesidades, se quejan de que hay cosas tristes, pero no veo cristianos haciendo guerra, y no me mal entiendas, no es que te pongas a guerrear a las 3:00 AM orando, porque muchos guerrean contra Satanás, pero aquí en Romanos Satanás no aparece hasta el cap. 16. Satanás no me condena al infierno, lo que me condena es el pecado, y muy poco hemos hecho la guerra contra el pecado.
El legalista, el religioso va a tratarse con ligereza frente al pecado pero tratará con dureza a los demás, dice el que me hizo pecar es Satanás, “yo no tengo la culpa”. El irreligioso dice, no me importa pecar, no me importa que los demás pequen, quiero lo mejor para todos, quiero que no se le juzgue a nadie en especial a mi.
¿Cómo enfrentas el pecado en tu vida? (arrepentimiento y fe, o actividades buenas o culpa) ¿cómo te anima el saber que cada mandamiento es justo, bueno y santo? ¿qué pasará contigo si tratas con hipocresía o indiferencia el pecado?

2 Es evidente en nuestros afectos. Romanos 7.13-20

Romanos 7:13–20 RVR60
¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
lo que dice la Escritura
Ahora Pablo dirige nuestra vista al hombre que ha sido regenerado, es decir, al que cree en Jesucristo como el Salvador y Señor.
La pregunta de Pablo es muy importante, porque está señalando en pregunta ¿La Ley es una asina? ¡De ninguna manera! La justicia perfecta de Dios se revela en la Ley, pero el pecado es lo que nos mata, se vale de lo bueno para matarnos, el pecado es un asesino a sangre fría, no se anda a medias tintas, no solo quiere pervertir nuestro gozo, nuestra vida, nuestras relaciones personales, o nuestra sociedad, quiere que mueran.
Nuestra sociedad está muriendo, no por causa de idiologías sino por el pecado en ellas, el adulterio no solo quiere que dejes a tu familia sino que mueras espiritualmente, el pecado es despiadado no solo quiere que tu familia se vea amenazada por la delincuencia o la violencia, sino quiere que dentro de tu propio hogar se destruyan, no solo se trata de menospreciarse o levantarse la voz, sino que el pecado quiere que solo se usen para beneficiarse de los demás. Los quieres para que te den dinero, educación, cuidado, comida, atención, cariño etc. ¿Tú como padre estarás fomentando el pecado en tus hijos?
Pablo pasa de hablar en tiempo pasado a hablar en tiempo presente, y nos habla con honestidad de que en sí mismo tiene una lucha interna, una lucha en su vida, hay algo con lo que camina día con día y que inclusive le gana Rom. 7.15 “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.” ,18 “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.” Es muy interesante esto, porque entonces alguno se preguntará ¿entonces los cristianos no son buenos? Sí y no, pero creo que la respuesta tiene que explicarse a la luz del argumento de Pablo. El cristiano lucha por hacer el bien, y a veces hace lo que aborrece, porque este cuerpo estos ojos se deleitan en cosas que no son buenas o justas, envidiando, deseando lo ajeno, esta carne quiere descuidarse probando todos los placeres de comida, sentirse bien con los excesos, sexo egoísta sin matrimonio, la vana gloria de la vida, ese reconocimiento que quiero de mis padres, de mis compañeros de trabajo o escuela, hago lo que sea para llamar la atención.
(y si hago lo que no quiero), ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi: No es que le eche la culpa al mal en sí mismo, pero sabe bien que el ya no abriga esos deseos pecaminosos, el está en guerra contra ellos, aunque está en su territorio ese mal. "No hago el bien que quiero". Pues una y la misma persona es "espíritu" y es "carne"; por esto, lo que él hace según la carne, aparece como hecho por el hombre entero. Pero al mismo tiempo, como él se resiste al mal, señala que él está deseando el bien aunque peca, su realidad es ver que tiene una guerra, sin Cristo es imposible una guerra.
El hombre carnal en cambio, por estar de acuerdo con la ley de los miembros, hace con su personalidad entera las obras de la carne; porque en el caso de él la mente y la carne no sólo pertenecen a una misma persona sino qué también obedecen a una misma voluntad.
Es aquello que te controla, que tienes afición por ella. Los afectos son la inclinación de toda la persona cuando percibe la belleza y la excelencia de algún objeto. No son sentimientos porque esos con el tiempo se extravían y no nos damos cuenta cuando los perdemos. No obstante, los afectos son más duraderos y suponen las convicciones de la mente y cambios en las acciones y la vida.
Colorario.
El problema tuyo y mío es que no vemos esto como una guerra por nuestros afectos, la guerra está en nuestro interior con ese deseo de abrazar y deleitarse en el pecado,
Apocalipsis 21.3 “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.” Solo un corazón que ama a Dios puede ver esto como lo más precioso que le sucederá por la eternidad. Algunos ambicionan el dinero, tienen afecto por el dinero, pero que pasa cuando acabas de ahorrar tu dinero, o acabas de recibir tu quincena y la cobras y entonces viene alguien y te lo quita, o viene una enfermedad y se va tu dinero. Esa persona puede quedar devastada como hace 2 meses que un hombre se suicidó porque unas personas del banco le quitaron todos sus ahorros y decidió quitarse la vida porque ya no iba a tener con qué pagar su tratamiento de salud y sus gastos generales.
Cristo jamás se nos será quitado, estará con nosotros por la eternidad, Dios jamás nos dejará sino que seremos su pueblo, y Él mismo estará con ellos como su Dios.
Pero hay una ley en nuestros miembros, esa ley no es la Mosaica sino como aquel niño que le dijeron no toques las galletas que acabo de sacar del horno, y el niño está que se le hace agua la boca, no está pensando ahorita regreso hasta que mi mamá me diga, él está atento esperando el momento. Esa es la ley que hay en los miembros así salivamos el querer hacer las cosas de manera equivocada.
la ley nos deja claro que nosotros mismos abrazamos el pecado, que preferimos morir antes que en Fe abracemos a Dios en Cristo como nuestro tesoro. Génesis 3.4-5 “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Isaías 43.34
El que roba, mata, miente, agrede, menosprecia, el adicto, siempre hay motivo superficial y uno profundo: quiero ser como Dios (No queremos que nadie infrinja o interfiera en nuestra soberanía). Génesis 3.4-5 “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Isaías 44.6 “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.”
Es ahí por eso que cuando tu esposo o tu esposa interfiere en aquello que te hace feliz, en tu pecado, la menosprecias, lo atacas, o lo abandonas. No quieres que alguien interfiera en tu ser como Dios. Igual en la sociedad, no quiero que interfieran en mi libre expresión, no quiero que me digan en que estoy mal, su motivo superficial según es igualdad, respeto o amor, pero su motivo interno es querer ser Dios y quiere que nadie interfiera en ello. E inclusive en la iglesia, yo no quiero que nadie me diga que estoy mal, si alguien me lo dice ya no le hablo, lo evito, lo critico. Su motivo superficial, no quiero que me lastimen, yo ya sé en que estoy mal, es que él o ella está peor, pero su motivo profundo es queremos tener el poder, la soberanía, queremos ser Dios.
¿Tú experimentas esta lucha dentro de ti? (no hablo de si la percibes o ves) ¿puedes ser claro que deseos de tu carne son los que necesitan redención? ¿enfrentas la lucha de tu carne solo o en iglesia? ¿crees que los medios de gracia como la oración, la cena del Señor, la constancia en la asistencia al servicio, el estudiar la Palabra, el cantar alabanzas te refrescarán la Verdad de Dios en tu vida?

3 Es ganada en Cristo. Romanos 7.21-25

Romanos 7:21–25 RVR60
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Qué señala la Escritura.
Parece que Pablo termina diciendo: lo importante es la mente o el corazón que sirve a Dios. Pero no es verdad. Pablo está reconociendo que no se trata de controlarse, sino de luchar contra su propia carne.
Pablo señala que es una persona miserable por estar en esta lucha, si no fuera por la Ley no tendría porque andar luchando, no vería como rebeldía lo que sucede en su vida, pero agradece a Dios por Cristo, porque no solo recuerda que tiene un problema sino que también en Él está la solución.
Todo Cristiano puede ver que las acciones pecaminosas son detestables, el religioso ve que las acciones malvadas las hacen solo aquellos que no hacen cosas buenas, pero Pablo habla de un ser interior, habla de la mente, habla del corazón. Nuestra lucha es contra lo que sabemos, contra lo que ya se ha registrado en el corazón o la mente. Abrazas lo que sabes ahora.
Por lo tanto, el pecado es más que no hacer cosas buenas, es deleitarse en otras cosas que no sean de Dios.
Pablo dice hay una ley en mi, el mal está en mi, mis hermanos, no creas que el mal está por ahí flotando, no es que tu no quieras asistir a la iglesia, es el pecado contra el que haces guerra o abrazas para tu muerte.
Parece algo muy abstracto decir gana tus guerras en tu vida con Cristo, pero a lo que me refiero es al gozo con el que agradece Pablo, porque sin Cristo solo seguiría siendo un miserable religioso y condenado por saber lo que Dios reprueba y sin tener como vencer tal condenación.
El Salmista clamaba por su alma, sabía que si no había una regeneración espiritual estaría perdido. Salmo 51.10-11.
Salmo 51:10–11 NTV
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí. No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo.
Juan 6:68 NTV
Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna.
Estos versos son para que los hagamos nuestros en nuestra guerra. No puedes quedarte sin responder, no puedes quedarte dormido, no puedes esconderte solamente, tienes que aferrarte a esto que hoy sabes, aferrarte a Jesús.
Te das cuenta, Pablo más adelante no solo se dedica a escribir y viajar, su carne la pone 1 Cor. 9.26- 27
1 Corintios 9:26–27 NBLA
Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.
No hay manera de recibir gracia, o el favor, poder, ayuda de Dios sino es por medio de Cristo, es decir no oramos para que nos haga un milagro de dinero, sino que oramos para hallar a Cristo. LAS COSAS QUE HACES NO SON CRISTO, SINO QUE TE GUÍAN A CRISTO
Entonces mis oraciones ya no son centradas en mí y en mi pecado, se vuelven oraciones centradas en Cristo y su obra. Pedimos que Cristo sea formado en nosotros, como lo hacemos en Hesed, creer en Cristo y su obra, crecer en el conocimiento de Él juntos, amando a Dios y a nuestros semejantes..
Participas de la Cena del Señor o la comunión no para hacernos más santo, o no la evitas para no ser más pecador, sino que participas de ella porque crees que Cristo dio su vida por ti, que el sufrió no solo la vergüenza, la traición y el dolor físico, sino que hizo un pacto en su sangre que nos limpia de nuestros pecados, y nos hace aceptables.
Predicamos el Evangelio no porque seamos mejores que los demás, sino porque confías que Cristo está obrando con su Santo Espíritu cada vez que estás compartiendo el plan de salvación. Es por conocer a Cristo y lo que hace en las vidas de otros
Ya no trabajas para generar riqueza en esta tierra, sino para generar recompensa en los cielos. Es decir, te vuelves un representante de Cristo en tu área de trabajo o estudio.
También te interesas genuinamente por tus vecinos, por las personas a tu alrededor, porque crees que Cristo mismo es quien da esperanza y valor a cada persona.
¿CÓMO LE CERRARÁS EL PASO PARA QUE NO GANE TERRENO?¿Has entregado tu vida a Cristo? ¿rendirás hoy tu voluntad por las cosas que te llevan a Cristo? ¿dominas tú o tu cuerpo? ¿hay arrepentimiento en tu corazón en este momento? NO DESAPROVECHES TU SENSIBILIDAD Y BUSCA A CRISTO, NO DESAPROVECHES EL QUE HAYAS VENIDO HASTA AQUÍ Y AFÉRRATE A CRISTO, CLAMA PORQUE TUS AFECTOS SEAN MÁS CENTRADOS EN CRISTO ESTAS SEMANAS.
Los cátaros (puro) fueron una secta que se creían puros, Con influencias del maniqueísmo en sus etapas pauliciana y bogomila, el catarismo afirmaba una dualidad creadora (Dios y Satanás) y predicaba la salvación mediante el ascetismo y el estricto rechazo del mundo material, percibido por los cátaros como obra demoníaca. Es la creencia que aun a veces se llega a percibir en nuestra sociedad, seamos puros, rechacemos al mundo.
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