El Paracleto Divino
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El Paracleto Divino
El Paracleto Divino
Juan 14:25–26 Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Introducción
Introducción
Los padres tienen la tarea de instruir a los niños desde su temprana edad.
Son los principales maestros y protectores, quienes instruyen, ayudan y consuelan a sus hijos pero también los corrigen.
El Espíritu Santo es como esa figura paterna para nosotros, es nuestro Paracleto Divino.
Paracleto significa: Consejero, Ayudador, Consolador, alguien que está con nosotros siempre.
El antiguo pacto
El antiguo pacto
El Espíritu Santo también es eterno al igual que el Padre y El Hijo, también está presente en la creación: “...y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Génesis 1:2”.
Los santos hombres de Dios que escribieron la Biblia fueron inspirados por el Espíritu Santo 2 Pedro 1:21 “porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
El Espíritu Santo se manifestaba en los santos del antiguo testamento solo sobre aquellos que Dios escogía, venía sobre ellos solamente cuando era necesario y no habitaba en ellos como lo hace ahora en nosotros.
El Nuevo Pacto
El Nuevo Pacto
Juan el Bautista declaró de Cristo: “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Lucas 3:16”.
El Señor reafirmó esta Palabra cuando prometió enviarnos al Espíritu Santo, y en el día de pentecostés descendió sobre los que habían creído en Cristo.
Lo glorioso es que ahora no se manifiesta eventualmente como en el pasado, sino que habita en nuestro corazón. 1 Corintios 3:16 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”
Los Beneficios
Los Beneficios
El Espíritu Santo nos ayuda a eliminar los malos hábitos del pasado y nos ayuda a santificarnos.
Se convierte en nuestro maestro, tutor y guía; ilumina nuestra mente para que podamos comprender la Biblia y nos ayuda a recordarla en el momento oportuno.
Además nos advierte de la tentación para que no seamos presa del pecado, y cuando estamos triste nos consuela y fortalece.
Conclusión
Conclusión
Permítele al Espíritu Santo que te guíe a toda verdad, se sumiso y humilde a Él.
Mientras más anheles conocerle y te sometas a la oración y al conocimiento de la Palabra de Dios serás más sensible a su presencia y su voluntad.
El deseo del Padre es que tú seas un instrumento útil en las manos del Espíritu Santo, que puedas ser de bendición para aquellos que aun andan en tinieblas.
Somos llenos del Espíritu Santo para hacer la obra que nos ha llamado hacer. Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”