La intercesión que trae liberación

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Dios busca cristianos que se paren en la brecha a favor de su comunidad, iglesia, familia.

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La intercesión que trae liberación

Ezequiel 22:27–30
27 Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas. 28 Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado. 29 El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. 30 Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.

Introducción

El profeta Ezequiel fue llamado para exhortar a los judíos cautivos en Babilonia.
Su profecía se centra en mostrar su castigo debido a su maldad.
Mostrar los errores cometidos para evitar caer nuevamente en ellos.
Mostrar la esperanza de salvación, que Dios no se ha olvidado de ellos y que a su momento los restaurará.
Sin embargo en estos pasajes Dios muestra a Jerusalén su mala conducta y la oportunidad que tuvieron, si tan solo hubiesen habido personas que intercedieran.
Ezequiel habla de una brecha que se había abierto en Israel debido al pecado, una brecha es una abertura en la fortaleza por donde el enemigo podía ingresar.
Por esa brecha venía la desgracia y el castigo, pudo haber habido personas que hiciesen una valla para defender la brecha y evitar el castigo, pero no hubo nadie.

La maldad de los príncipes

Dios reclama a los príncipes (los gobernantes) por amar la corrupción y la injusticia.
Ezequiel 22:27Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.
Los gobernantes son puestos por Dios. Romanos 13:1Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Por tanto, deberán de dar cuentas a Él por sus acciones. Ezequiel 21:25Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad,

La maldad de los profetas

Dios reclama a los profetas por su indiferencia y falsas profecías.
Ezequiel 22:28Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado.
Estos lideres espirituales estaban cómodos en su prosperidad y aceptación por parte del pueblo, pues les profetizaban, predicaban palabras agradables al oído, no confrontándolos con su pecado, diciendo que era de parte de Dios.
Esta actitud era abominable delante de Dios, pues ellos debían ser los pastores que cuidaran y guiaran al rebaño pero no lo hicieron. Al contrario, fomentaron el pecado con su indiferencia (ver 1 Corintios 5)

El pecado del pueblo

Ante gobernantes que no ejercía justicia, y lideres espirituales que no corregían el pecado, el pueblo estaba desenfrenado el el pecado.
Ezequiel 22:29El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho.
Había robo, opresión al necesitado, violencia, mucha maldad.

Intercesores

Ante tal situación Dios esperaba que alguien se parara en la brecha, es decir intercesores a favor del pueblo, quienes con sus oraciones y clamor pidieran perdón por los pecados del pueblo y clamaran por una restauración espiritual, pero tristemente no hubo nadie.
Ezequiel 22:30Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
Génesis 18, Abraham intercede por la salvación de Sodoma y Gomorra (50, 45, 30, 20, 10), Así debemos pararnos en la brecha y clamar misericordia por nuestra tierra, para que venga plaga, destrucción y castigo a nuestra nación.
El Señor nos exhorta a que clamemos por más obreros para la salvación de las almas: Lucas 10:2Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Interceder por nuestros pastores. 1 Tesalonicenses 5:25Hermanos, orad por nosotros.

Conclusión

La gente de Jerusalén no comprendió la necesidad de interceder, algunos otros un sabiéndolo no quisieron hacerlo, pensaron que con que clamaran solo por ellos mismos alcanzaría para evitar la desgracia pero no fue así.
No caigamos en el mismo error. Apartemos nuestros pasos del mal, no vivamos un evangelio pasivo como religiosos, seamos activos en la obra de Dios, pero sobre todo, pongámonos en la brecha a favor de nuestro país, nuestra familia e iglesia.
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