NADA ES OCULTO, NADA PARA SER OCULTO (MARCOS 4:21-25)

Evangelio según San Marcos  •  Sermon  •  Submitted
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1 LLAMADOS A ILUMINAR (21-23)
2 LLAMADOS A LA TRANSPARENCIA (24-25)
Introducción
Jesús sigue hablando en parábolas, y la verdad, que todas tienen una valiosa en enseñanza, esta misma, es un gran advertencia.
Pues esa toca nuestro corazón, lo que fuimos y lo que somos y para donde vamos.
Toca la misión de la iglesia y de lo que debemos cuidarnos de nuestra naturaleza.
Por eso es tan importante, saber cual es nuestra misión, y precisamente vamos a ver esto. Haced y examinar.
¿A qué somos llamados como iglesia?

1. LLAMADOS A ILUMINAR (21-23)

Marcos 4:21–23 LBLA
21 Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22 Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.
a) Llamados a ser Luz
Si somos llamados a ser luz es porque la luz está en nosotros.
Cristo nos mostró la luz, Él es la luz.
Juan 1:1–14 LBLA
1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. 6 Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. 7 Este vino como testigo, para testificar de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. 8 No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. 9 Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre. 10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no lo conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, 13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. 14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
El vino a ser la luz para nosotros.
Y ahora que venció la muerte, ascendió a los cielos ha venido el Espíritu Santo y nos llenó de su luz.
¿Por lo tanto? ¿Qué uso estamos haciendo de esa luz? ¿De ese regalo, don?
b) A no ocultar el don que se nos ha dado.
Marcos 4:21 LBLA
21 Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?
Si estamos en una habitación oscura, nunca ponemos la luz debajo de la cama o dentro de un armario. La ponemos donde pueda iluminar toda la habitación, donde haga brillar.
Pues esta es nuestra misión como Iglesia.
La habitación es el mundo, y este está oscuro, Dios nos salvó no sólo para que fueramos nosotros al cielo, sino para que iluminemos a otros con la Luz de Cristo y vengan con nosotros a la Jerusalén Celeste.
Lo que brilla no somos nosotros, es la Luz de Cristo con la que ha sido dotada su Iglesia, pero es nuestra misión que esa Luz resplandezca con más fuerza. No seamos herméticos y sectario, muestra la Luz de Cristo a todos los hombres.
Incluso nuestra negligencia puede jugarnos mala pasada y que por este debamos dar cuentas a Dios.
¿Qué es lo que hace que el corazón y la vida brillen? Respuesta: La palabra de Dios haciendo valer su influencia dentro de esos corazones y vidas. Esa palabra está simbolizada por la semilla (Mt. 13:19; Mr. 4:14; Lc. 8:11); también por una lámpara (Sal. 119:105). Esa palabra y esa lámpara era lo que los rabís estaban escondiendo bajo una espesa nube de tradiciones humanas (Mt. 15:3; cap. 23) y acciones hipócritas (Mt. 6:1–18; 23:15). Esa palabra debe manifestar su poder una vez más. La lámpara debe brillar con toda la prístina pureza de su luz, a fin de ser una bendición a los hombres (véase Mt. 5:15, 16; Lc. 8:16b). Esta interpretación ilumina lo que Jesús dice sobre las consecuencias de poner la lámpara debajo del almud o de la cama, en lugar de sobre el candelero.
c) Nada debe ser oculto
Marcos 4:22–23 LBLA
22 Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.
Esto es para lo bueno y para lo malo.
Por un lado, sería muy negligente que como iglesia guardemos lo que se nos ha sido dado en gracia para dar en gracia.
Romanos 10:14–17 LBLA
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien! 16 Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
También para lo malo
Nada hay oculto para Dios, ni nuestros pecados ocultos.
Los hombres tratan de encubrir las cosas, pero en esto siempre fracasarán, porque Dios exhibe todo a la luz. Un día, todo lo que ahora está oculto será revelado (véase Ec. 12:14; Mt. 12:36; 13:43; 16:27; Lc. 8:17; 12:2; Ro. 2:6; Col. 3:3, 4; Ap. 2:23; 20:12, 13).
Por eso, dice, Jesús lo siguiente:
Marcos 4:23 LBLA
23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.
Este tipo de enseñanza demanda discernimiento espiritual, así el mandato de 4:9 se repite (ver discusión allí). Como en 4:9, no queda claro si la frase significa (1) todos deberían escuchar y responder al mensaje de Jesús; o (2) aquellos a los que Dios ha dado “oídos” (= entendimiento espiritual especial) deberían oír. Si los vv. 21–25 van dirigidos a los discípulos, como se sugirió anteriormente (v. 21), esto último es lo más probable.
Por lo tanto, estamos llamados a ser luz y también a ser transparentes.

2. LLAMADOS A LA TRANSPARENCIA (24-25)

Marcos 4:24–25 LBLA
24 También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá, y aun más se os dará. 25 Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
¿Y qué significa esto?
a) Poned en práctica lo que oímos del Evangelio.
Es muy interesante con la palabra que empieza aquí Jesús.

Cuidaos

991. βλέπω blépo; verbo prim., mirar a (lit. o fig.):—guardar, mirar, ver, vista.
Las siguientes versiones son mas elocuentes con el uso del significado:
BTX IV

24 Y les decía: Daos cuenta de lo que oís. Con la medida que medís os será medido, y os será añadido;

Biblia de Jerusalén

24 Les decía también: «Atiendan a lo que escuchen. Con la medida con que midan, se les medirá y aun con creces.

Por lo tanto, tengamos claro, que nuestra misión como iglesia es importante el escuchar bien, pero no cualquier cosa, sino aquello que es el Evangelio, que viene del Señor, para que así podamos poner en práctica.
b) Seamos condescendientes y misericordiosos.
No seamos como los supersticioso, como eran los fariseos, aquellos que exigen la carga en el hombre.
Sino que al igual que hemos experimentado la gracia del Señor en nosotros, seamos condescendientes y con gracia para los demás.
Pues volvemos a enfatizar, nada hay oculto y todo será manifestado.
c) Déjate moldear por el Señor y su gracia.

25 Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

Reconociendo lo que somos y nuestros pecados.
ConClusión
I. Reconoce tus pecados al Señor.
Esto es importante, y hoy es el día ahora que el Señor nos ha hablado y advertido en su Palabra. Reconoce tu negligencia a la hora de ser luz. Reconoce lo injusto que has sido con otros.
II. Reconoce tu dependencia en Cristo
Esto es clave, para ser luz y seguir creciendo, reconocer que sin Cristo nada somos, que nuestra vida depende de Él. El mismo que se dio por nosotros, muriendo destruyó nuestra muerte y viviendo nos dio Vida Eterna.
III. Vive para Él
Vive para Él, pues si vivimos, vivimos por Él. Y se Iglesia en este mundo que te ha tocado vivir, Ama a Dios sobretodas las cosas y al projimo como a ti mismo.
Haz esto y vivirás y estarás glorificando a DIos. Y respondiendo a tu llamado de Iglesia.
Que el Señor bendiga su Palabra.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios, al igual que nos salvastes y nos dotastes con tu luz, no permitas que vivamos en negligencia ni de manera que ocultemos tu Luz a otros. Usanos como Iglesia, como un faro de luz que levantastes en esta comarca para que otras se añaden a ella. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Apelamos a tu bendición
24 “El Señor te bendiga y te guarde; 25 el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz”».
Porque tuyo Señor, es el reino y el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén».
Que la Bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con todos vosotros. amén
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