Cristo ha cambiado nuestra condición

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Las palabras usadas en el NT para describir a los creyentes señalan su condición y privilegios como los hijos adoptados de Dios. La dádiva de Dios de la condición y los privilegios de ser sus hijos. Dios adopta a aquellos que creen en él y les concede los beneficios de su salvación

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Contexto

Gálatas hasta Filemón (Tomo 9) 1. Hijos contra los esclavos (3:25–4:11)

Pablo rechazó el camino de la salvación por las obras porque ya no tenía una función correcta —había sido abrogada. Después de que el camino de la fe vino a través de Cristo, los hombres estaban libres de la esclavitud de la ley

Gálatas hasta Filemón (Tomo 9) 1. Hijos contra los esclavos (3:25–4:11)

Es como si hubiera dicho: “¡Ahora esto se aplica a vosotros!” A través de la fe en Cristo los gálatas se habían vuelto hijos de Dios. Por ende, no debían permitirse a sí mismos el quedar colocados bajo la esclavitud de la ley —ellos eran hijos y no esclavos

“todos los que habeis sido bautizados en Cristo, de Cristo estais revestidos
Gálatas hasta Filemón (Tomo 9) 1. Hijos contra los esclavos (3:25–4:11)

La referencia aquí al bautismo probablemente se deba a su similaridad con la circuncisión. Ambos eran ritos de iniciación. Los judíos contendían que sólo la circuncisión abría la puerta al favor de Dios. Pablo les recuerda aquí a estos gálatas que ellos habían sido bautizados en Cristo, y que por eso mismo se habían vestido de Cristo

Los creyentes ya no son esclavos sino hijos

Gálatas 4:7–9 NTV
Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero. Antes de conocer a Dios, ustedes, los gentiles, eran esclavos de los llamados dioses, que ni siquiera existen. Así que ahora que conocen a Dios (o mejor dicho, ahora que Dios los conoce a ustedes), ¿por qué quieren retroceder y convertirse otra vez en esclavos de los débiles e inútiles principios espirituales de este mundo?
Ver también Jn 8:34–36; Ro 8:15; Flm 16

Los creyentes son hijos de Dios

1 Jn 3:1–2 Algunos piensan que el título “niño de Dios” es distinto del de “hijo de Dios” (ver abajo). Se piensa que “niño” enfatiza la paternidad de Dios, mientras que “hijo” enfatiza los privilegios cristianos. Estos términos, sin embargo, algunas veces son usados en forma intercambiable.
Ver también Lc 20:36; Ro 8:21; Flp 2:15; 1 Jn 3:2; 1 Jn 5:2

Los creyentes son hijos de Dios

Romanos 8:14 NTV
Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
Ver también Ro 9:26; Gl 3:26

Los creyentes son hijos de la resurrección

Lucas 20:36 NTV
ni volverán a morir. En este sentido, serán como ángeles. Ellos son hijos de Dios e hijos de la resurrección.

Los creyentes son hijos de la luz

Jn 12:36; Ef 5:8; 1 Tes 5:5

Dios adopta a los creyentes como sus hijos

Juan 1:12–13 NTV pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.

Los creyentes son herederos de Dios

Romanos 8:17 NTV
Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.
Ver también Gl 3:29; Gl 4:7; Tit 3:7; He 6:17

Los creyentes son hermanos de Jesucristo

Hebreos 2:11–12 NTV
Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos, pues le dijo a Dios: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos. Entre tu pueblo reunido te alabaré».
Ver también Mt 12:48–50; Ro 8:29; He 2:17

Los creyentes son hermanos de otros creyentes

1 Juan 3:14 NTV
Si amamos a nuestros hermanos en Cristo, eso demuestra que hemos pasado de muerte a vida; pero el que no tiene amor sigue muerto.
Ver también 1 Jn 4:19–20; Ap 12:10; Ap 19:10

Los creyentes son miembros de la casa de Dios, su familia

Efesios 2:19 NTV
Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.
Ver también Gl 6:10; He 3:2–6

Nuestra condición ha cambiado

muchos de nosotros llegamos en una terrible situación al evangelio, llevando vidas desordenadas, maltratados, heridos, despreciados por los padres, por la familia, por amigos que los decepcionaron, todo ese daño nos dejo en una condición inestable
Efesios 2:1 NTV
Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.
Efesios 2:3 NTV
Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

Muchos viven aun en su antigua condición

Cristo no murio por nosotros en vano, no entrego su vida entera para que sigamos viviendo una realidad que murio. Estamos en una realidad nueva, una nueva condición
Jesús se lo hizo saber a la mujer adultera, que todos querían matar ¿se imagina a Jesús tratandola igual a los demás?
como también la samaritana con la que se encontro en el pozo, Jesús no trato de enrostrarle su pasado, mas bien le muestra que a pesar que conocía la condición de su vida, el estaba dispuesto a ofrecerle perdón, amor y una nueva realidad
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