El Gran Mandamiento, Mateo 22:35-40

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El Amor de Dios

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Introducción:
La diferencia entre los tiempos de hoy y hace 25-30 años en el Parque Nacional Sierra de las Quijadas. La mayor diferencia siendo los límites y barreras puestos para la seguridad de la gente que visita.
Hay dos extremos cuando se trata de vivir la vida:
Ignorar cualquier barrera o límite, poniendo su en riesgo su bienesatr, e incluso su vida.
FOTOS: Selfies de alto riesgo.
Temer por la vida al cruzar cualquier límite o barrera puesta para la seguridad. Se sigue el pie de la letra sin entendimiento de por qué está allí.
En una plaza, el de mantenimiento completó la pintrua de un banco y le puso un cartel “¡No se sienta sobre este banco!”, obviamente por la pintura fresca que recién había puesto. Esa noche, el hombre murió, por lo cual no estaba para sacar el cartel el día siguiente. Desde entonces, nadie se ha sentado sobre ese banco por respeto al cartel puesto, sin entender la razón del por qué.
Gente vivie su vida ante Dios con esos dos extremos también:
Algunos vivien con libertinaje, menospreciando la ley de Dios sin consideración por el daño que puedan causar, o las consecuencias que puedan llevar (Jud. 4).
Jude 4 RVR60
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Algunos viven tan estrictamente pegado a la ley, que todo desvío de las reglas dadas es un pecado mortal. Los siguen al pie de la letra, sin entender el por qué detrás de la ley, o lo siguen ciegamente porque algún maestro o líder les dijo. Terminan siguiendo los “mandamanientos de hombres” (Mat. 15:9) y teniendo una “apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de la piedad” (2 Tim. 3:5).
Matthew 15:9 RVR60
Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
2 Timothy 3:5 RVR60
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
Que bueno que un maestro de la ley tiene el coraje de preguntarle a Cristo cual ley era la más importante para seguir. Lo leemos en el siguiente pasaje:
Matthew 22:34–40 RVR60
Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
El maestro de la ley no pregunta por saber, sino “para probar a Jesús”.
En el judaísmo del día, la ley lo habían dividido en 248 afirmaciones y 365 prohibiciones, y debatían constantemente sobre cuáles eran los más importantes, los categorizaban por la leyes “ligeras” y las “pesadas”.
La prueba (traducción de tentarle) a Jesús fue para ver en cuál de los campos de debate aterrizaba, e incluso usar lo que diría contra él en el futuro.
Vemos en el pasaje paraelelo en Mar. 12:32-34, que la respuesta de Jesús impacta al experto de la ley que lo pregunta tanto, y comenta que está de acuerdo con su respuesta. Jesús resalta su devoción sincera al Señor.
Mark 12:32–34 RVR60
Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
La respuesta de Jesús:
Toda la ley de Dios se resume en estos dos, Mat. 22:40.
Matthew 22:40 RVR60
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Son la visagras en las cuales están colgadas toda la ley de Dios.
Cada creyente puede cumplir toda la ley de Dios al seguir dos simples pero fundamentales mandatos de Cristo.

Amar a Dios, vs: 37-38.

Matthew 22:37–38 RVR60
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.
La repetición del amor a Dios.
El Shemá, Deut. 6:4-5. Shemá es el término hebreo traducido “Oye”.
Deuteronomy 6:4–5 RVR60
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Los judíos por costumbre repetían esto dos veces al día, entonces los que escuchaban a Jesús lo conocían bien. El problema era que no había hecho diferencia en sus vidas.
Esto debería advertirnos que es posible conocer algo tan bien intelectualmente, y ser completamente ignorantes a su eficacia para cambiar nuestra vida.
Los elementos de amor a Dios.
Vemos en el pasaje paralelo en Mar. 12:30, que Cristo menciona 4 elementos en lugar de los tres que vemos en nuestro pasaje hoy, con el agregado fuerzas.
Mark 12:30 RVR60
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Esto es porque la vocalización de los judíos del Shemá podía tomar ambas formas, mente o fuerzas, por lo similar de la pronunciación de esas dos palabras.
El punto de le descripción detallada original en el Shemá, y repetido aquí, no es amar a Dios en cada categoría específica, sino como amarlo con el ser entero.
El efecto de Amar a Dios con todo; Cumplir la primera tabla de la ley (los primeros 5 mandamientos).
Al amarlo con todo, Él toma primer lugar en tu vida, como la fuente de todo valor y significado. Las demás cosas— o dioses— no pueden tomar ese lugar.
Al amarlo con todo, repetamos y seguimos Sus instrucciones sobre cómo adorarle y no le imponemos nuestra preferencia o nuestra “imagen” de como pensamos que debe ser adorado.
Al amarlo con todo, le reverenciamos y no tomamos a la ligera Su reputación, ni le despreciamos.
Al amarlo con todo, ponemos como prioridad tomar tiempo para adorarle, y presentamos nuestras vidas enteras a Él para Su gloria.
Al amarlo con todo, confiamos en Su diseño y respetamos las autoridades que Él ha puesto en nuestras vidas, sabiendo qué, al fin a y al cabo, todo está bajo Su poder y en Su mano.
Ilustración: Pienso en mis padres. No son perfectos, pero los amo. Ese amor se expresa en que ellos tienen un importante lugar en mi vida, no la más importante, pero bien arriba después del Señor, mi esposa y mis hijos. Se lo que le es agradable a ellos y lo que no les gusta, entonces busco respetar eso y no causarles tristeza y deshonra. Mi amor por ellos hace que yo busque oportunidades para hablarles, y que ellos puedan conectar con sus nietos regularmente.
“El amar a Dios no es ‘buenas emociones’ hacia Él, porque el verdadero amor involucra tanto la voluntad como el corazón. Done haya amor, habrá servicio y obediencia”.— Wiersbe, Warren. Bible Exposistion Commentary.
Aplicación:
El mundo judío entendía que estas categorías indican el ser entero, pero nuestro mundo de hoy es un mundo categorizado.
La persona cristiana que se sienta piadosamente bajo la predicación de la Palabra de Dios el domingo puede llegar a ser una persona completamente diferente en su trabajo, con su familia, con sus amigos, en la cancha. ¡No debe ser así!
Hace falta pensar en categorías para ser específico en la aplicación:
Con el corazón- las emociones.
Gozo en Cristo, y nuestra posición en Él, las dádivas de la mano de Dios.
Tristeza por el pecado, o el daño que ha causado el pecado en este mundo, o acompañando en dolor a otro atravesándolo.
Con el alma- la devoción.
Buscar oportunidades para mirar hacia arriba y dar gracias y expresar la dependencia total en Él.
Buscar oportunidades a mirar hacia adentro y examinarnos para identificar y sacar no que no le agrada a Dios.
Buscar oportunidades de mirar hacia afuera para encontrar como servir a Dios y cumplir Su voluntad para nuestras vidas.
Con las fuerzas- la voluntad.
Despojarnos del pecado, sin importar cuanto nos gusta, o cuán difícil será.
Levantarnos con tiempo para buscar de Dios en Su Palabra, a pesar del cansacio o las faltas de ganas.
Poner en práctica lo que aprendemos de Su Palabra, aun cuando nos lleva mas allá de nuestra propia comodidad o capacidad. Aún cuando nos empuja a amar, servir, perdonar a alguien quién consideramos no merecerlo.
Con la mente- el razonamiento.
Atajar los pensamientos pecaminosos que entran por las influencias de nuestra sociedad, identificando las mentiras del enemigo que pueden contaminar nuestra mente.
Ser sabios en discernir entre lo bueno y lo malo, e incluso entre lo bueno y lo que es mejor.
Capacitarnos más en la Palabra de Dios en toda oprtunidad, memorizando, meditando, y practicando Su Palabra.

Amar al Prójimo, vs: 39.

Matthew 22:39 RVR60
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El amar al prójimo no era nuevo para los judíos.
Cristo otra vez cita algo que los judíos conocían bien, Lev. 19:18.
Leviticus 19:18 RVR60
No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Es lo que se le llama “la Regla Dorada”.
El rabino Hillel una vez fue desfiado a decir toda la ley parado en un solo pie. Respondió con “No hagas a tu prójimo lo que no deseas que te hagan a ti», y bajó su pie, para aclarar enseguida: «Esto es toda la Torah, el resto son comentarios”.
El amar al prójimo como cumplimiento de la ley es resaltado a través del NT varias veces, Gál. 5:14; Sant. 2:8; Rom. 13:8-10.
Galatians 5:14 RVR60
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
James 2:8 RVR60
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
Romans 13:8–10 RVR60
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
El amar al prójimo demuestra que realmente amamos a Dios, 1 Jn. 4:7-12.
1 Juan 4:7–12 (RVR60)
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Al amor viene de Dios, entonces el amor es señal que uno es de Dios, vs: 7.
Dios es amor, por lo tanto no se puede decir que ha conocido a Dios si no ama al prójimo, vs: 8
El amor de Dios es demostrado en dar a Su Hijo Jesucristo en nuestro lugar, vs: 9-10. El amar a Dios comienza con aceptar Su regalo de salvación.
Debe ser nuestro ejemplo para amar a otros, vs: 11.
El amor al prójimo es la manera que mostramos a Dios, y Su amor nos cambia, vs: 12.
El amar al prójimo es cuidar de su necesidad.
La reciprocidad como a ti mismo, no manda a amar al ser propio como muchos piensan, sino es un reconocimiento de una realidad de la vida, nos preocupamos por nuestras propias vidas.
Pablo lo instruye al hablar del amor del marido a la esposa en Ef. 5:28-29.
Ephesians 5:28–29 RVR60
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
Cuando una pregunta similar fue hecha a Cristo en otra instancia en Luc. 10:25-28, Cristo hace que resalte los mismos dos grandes mandamientos.
Lucas 10:25–28 (RVR60)
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.
El que preguntó quiso justificarse (encontrar una razón para no obedecer), y pregunta “¿Quién es mi prójimo?” (Luc. 10:29).
Luke 10:29 RVR60
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
La respuesta de Jesús fue lo que hoy conocemos como la parábola del Buen Samaritano (Luc. 10:30-35).
El punto era el que cumplió el amar al prójimo era el que, a pesar de las barrares existentes de cultura o conveniencia, ayudó al que lo precisaba de forma generosa y amable.
Aplicación: ¿Cómo amas a tu prójimo?
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