La santidad en la iglesia

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Es necesario procurar la santidad en la iglesia y corregir el pecado, pero debemos hacerlo en amor.

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La Santidad en la Iglesia

1 Corintios 5:1–7
1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?
3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Introducción

El apóstol Pablo confronta a la iglesia de Corinto, pues uno de los cristianos estaba conviviendo en una relación de adulterio con la esposa de su padre. 1 Corintios 5:1De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.
La iglesia aun le permitía continuar desempeñando sus privilegios.
Esta actitud indignó al apóstol porque que nadie velaba por la santidad en la congregación.
Pablo les exhorta a reunirse con urgencia y disciplinar a este hombre, a fin de que su carne sea castigada, pero que su alma sea salva.

La Levadura

Pablo compara el pecado con la levadura, pues ésta al entrar en contacto con la masa la contamina por completo.
Así también en la iglesia, si se consiente el pecado en las personas que nos presiden, contaminará a otros cristianos, pues se sentirán motivados a seguir su mal ejemplo.
Si permitimos que el pecado contamine la iglesia, la presencia de Dios se apartará de nosotros pues Él no consiente el pecado: “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad. Salmo 5:4.
1 Juan 3:8El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Si la presencia de Dios nos abandona, quedaremos expuestos a su ira.

Corregir en amor

Aunque debemos ser celosos por la santidad en la iglesia, también debemos ser amorosos para corregir el pecado: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Gálatas 6:1.
La Biblia nos exhorta a corregir al pecador con consideración, pues nuestra condición humana es imperfecta y estamos propensos también a fallar, por lo tanto, corrijamos así como quisiéramos que lo hicieran con nosotros.

Cristo nuestra pascua

Muchos creen que con reglas legalistas podrán eliminar el pecado de la iglesia. Pablo en este pasaje nos recuerda que Cristo es la razón por la que debemos vivir en santidad: “…porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros…
La palabra pascua significa “pasar por alto”. Si acudimos a Él arrepentidos, el borra nuestros pecados. Por tal razón no debemos volver al pecado que nos tenía esclavizados: “…Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Romanos 6:2”. Procuremos pues vivir en santidad.

Conclusión

Como miembros del Cuerpo de Cristo es nuestro deber velar por la santidad, no solo personal, sino también de toda la iglesia.
No permitamos que la levadura del pecado nos contamine.
Pidamos a Dios templanza, temor y discernimiento para no caer en la tentación del pecado.
También pidamos a Dios sabiduría, gracia, benignidad para corregir al pecador con amor.
Tendrás más dominio sobre la tentación si ocupas tu vida al servicio de la obra de Dios. Salmo 34:14-15Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
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