Ciudades de refugio
Enseñanza • Sermon • Submitted
0 ratings
· 44 viewsLas ciudades de refugio tipifican el refugio que el cristiano encuentra en Cristo.
Notes
Transcript
Ciudades de refugio
Ciudades de refugio
Números 35:9-12 “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán, os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención. Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la congregación.”
Introducción
Introducción
La vida para Dios es sagrada, por esa razón desde los inicios de la humanidad Dios ha prohibido el asesinato:
Génesis 9:6 “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.”
Éxodo 20:13 “No matarás.”
Cuando se cometía un asesinato en Israel se contaminaba la tierra. Por tanto, debía ser purificada con la justicia:
“Éxodo 21:12 El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.”
Quien ejecutaba la venganza era alguno de los parientes del asesinado.
Pero en caso que el asesinato fue accidental, el homicida tenía la oportunidad de salvar su vida pues Dios estipuló ciudades de refugio a donde podía ir a refugiarse.
Ciudades de Refugio
Ciudades de Refugio
Dios instruyó al pueblo de Israel por medio de Moisés que cuando entraran a la tierra prometida, repartirían ciudades para los levitas, y de esas ciudades escogerían 6 como ciudades de refugio.
Números 35:11 “os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención.”
Antes de las ciudades de refugio, cuando los israelitas estaban en el desierto, los homicidas podían correr al altar y aferrarse a sus cuernos para guardar sus vidas, pero estando repartidos en la tierra prometida, les quedaría muy lejos a la mayoría acudir al templo.
Por tanto, aquella persona que cometió asesinato, podía correr a la ciudad de refugio más cercana para buscar justicia, ahí eran guardados del vengador hasta que se celebrara el juicio.
Las reglas del juicio
Las reglas del juicio
Números 35:30-32 “Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote.”
Si no habían testigos del asesinato o solo había uno, no podía ser condenado a muerte el culpable, debía ser constatado por dos o más testigos. De todas maneras debía quedar exiliado en la ciudad de refugio.
EL homicida no podía resarcir económicamente a los parientes del asesinado.
El homicida no podía pagar una fianza, por su vida o su libertad.
Si el homicida era hallado culpable, la ley ordenaba la pena de muerte y debía ejecutarla un pariente del asesinado.
Si se determinaba que fue un homicidio accidental, el homicida debía quedar recluido en la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Pero salía y el pariente lo encontraba, podía matarlo sin culpa.
Las ciudades de refugio ofrecían protección de la muerte a quien escapaba de los vengadores del homicidio.
Jesús nuestro refugio
Jesús nuestro refugio
La ciudades de refugio son una figura de Cristo.
Romanos 8:1-2 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”
Así como el culpable podía acudir a una ciudad de refugio, así también nosotros, culpables de pecado podemos acudir a Cristo para ser librados de la muerte.
Los homicidas debía correr para refugiarse en una de estas ciudades, así también el pecado debe acudir presuroso para encontrar refugio en Cristo para escapar de la muerte.
Aquellos que se confiaban y no acudían a una ciudad de refugio, ya sea que cometieron el asesinato voluntariamente o por accidente, podían ser muertos por los parientes sin que fueran culpables.
Los que acudían a la ciudad de refugio y no eran culpables, eran protegidos si se mantenían dentro de la ciudad, si salían podían ser muertos.
Así también aquel que abandona a Cristo está expuesto a la muerte eterna.
Hebreos 10:26-27 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.”
La diferencia con esta figura es que nosotros si somos culpables, pero en Cristo encontramos perdón.
Conclusión
Conclusión
Este capítulo nos muestra cual valiosa es la vida del ser humano para Dios, por tanto ha establecido leyes para protegerla, tanto para los rebeldes como para los justos, pues Él no desea la muerte del impío.
Ezequiel 33:11 “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”
Sin embargo, el ser humano en su rebeldía no respeta a Dios, y ni aún su vida misma. Tristemente el lugar más peligroso para la vida en la sociedad moderna es el vientre de una madre.
Hay países donde se ha legalizado el aborto y son asesinados diariamente miles de niños inocentes abalado por la leyes terrenales pero no por las leyes celestiales.
Aprendamos a amar y respetar la vida, si decides suicidarte tu despertar será en el lugar de tormento pues solamente Dios tiene derecho a tomar la vida del hombre y no hay ningún pretexto o excusa para hacerlo.
Por otra parte
Si sientes el peso de tus culpas, ven a Cristo Jesús en quien encontrarás refugio seguro. Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”