LA AUTORIDAD DE CRISTO Y NUESTRA INCAPACIDAD (Marcos 2:1-12)
1. LA INCAPACIDAD DEL PARALÍTICO (1-4)
Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa.
2 Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les exponía la palabra.
3 Entonces vinieron* a traerle un paralítico llevado entre cuatro.
4 Y como no pudieron acercarse a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
4 Y como no pudieron acercarse a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
2. LA OBRA DE CRISTO (5-9)
3. LA EXCELSA AUTORIDAD DE CRISTO (10-12)
Al elegir un título semejante para expresar el misterio de su vida y su obra, Jesús no quiere solo afirmar su fraternidad con los hombres, ni insistir en su condición humana, sino que al mismo tiempo reivindica los atributos de la Deidad
en una palabra, el cabeza de la nueva raza salvada por su sacrificio (Ro. 5:12–19). Jesús se aplica la designación de «Hijo del hombre» en relación con toda la humanidad, en tanto que «Hijo de David» es su título en relación con Israel, e «Hijo de Dios» su nombre divino.
El título «Hijo del hombre» en boca de Jesús hace referencia a su misión en la tierra, que es misión del Padre, mediante la cual lleva a cabo la salvación de la humanidad sometida a poderes terrenales inhumanos.