El aguijón de la carne
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El aguijón de la carne
El aguijón de la carne
2 Corintios 12:7-10 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
Introducción
Introducción
En esta carta a los Corintios Pablo se ve en la necesidad de defender su ministerio, pues unos falsos apóstoles habían logrado que la iglesia despreciara e irrespetara el ministio de Pablo, con el propósito de aprovecharse de ellos.
Lo habían logrado con elocuencia, palabras persuasivas y con porte de grandeza.
2 Timoteo 3:5 “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”
Este mismo problema lo vemos en la iglesia hoy día, llegan personas mal intencionadas a buscar a las ovejas para aprovecharse de ellas con supuestas revelaciones, profecías falsas y palabras persuasivas.
Las apariencias
Las apariencias
La apariencia física de Pablo no era acorde la grandeza ministerial que poseía.
Había sufrido mucha agresión por causa de Cristo, por lo tanto su cuerpo golpeado no impresionaba a nadie, (Gálatas 6:17 “...porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.”)
Además se presentaba con humildad y actitud de servicio por tal razón muchos no lo respetaban: “2 Cor 10:10 “Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable.”
Pero los falsos apóstoles tenían buen porte pues su intención no era sufrir por la iglesia sino aprovecharse de ella. La gente se impresionaba por sus aires de grandeza, supuestas manifestaciones y gran elocuencia.
Se deleitaban en elogiarse ellos mismos 2 Corintios 10:12 “Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.”
Ten cuidado de dejarte impresionar por personas que son jactanciosas pues buscan la gloria humana y no la de Dios, con tal de sacar provecho de las almas. “Juan 10:12 “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.”
La Jactancia
La Jactancia
Pablo no le interesa preocuparse por su apariencia física pues es poco provechosa: 1 Timoteo 4:8 “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.”
Pero si tiene experiencias espirituales gloriosas de las cuales si podría jactarse, pero entiende que esto no conviene y es necedad, pues por muchos logros que tengamos no se comparan con lo que Cristo hizo por nosotros.
El declara que recibió una visión sobrenatural: “2 Corintios 12:2–5 (NTV) 2 Hace catorce años fui llevado hasta el tercer cielo. Si fue en mi cuerpo o fuera de mi cuerpo no lo sé; sólo Dios lo sabe. 3 Es cierto, sólo Dios sabe si estaba yo en mi cuerpo o fuera del cuerpo; pero sí sé 4 que fui llevado al paraíso y oí cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, cosas que a ningún humano se le permite contar. 5 De esa experiencia vale la pena jactarse, pero no voy a hacerlo. Sólo me jactaré de mis debilidades.”
Esta experiencia para Pablo fue gloriosa, sin embargo no encuentra ningún sentido gloriarse de ella pues no sabe por qué la tuvo, no puede decir que escuchó y sabía que no se debió a sus méritos sino a la misericordia de Dios. Sin embargo fue una experiencia gloriosa que no tenían los falsos apóstoles.
La intención de Pablo fue siempre glorificar a Cristo en sus predicaciónes y no hablar de él.
Aguijón
Aguijón
¿Por qué Pablo sufrió un aguijón?
Pero aunque Pablo era una persona ejemplar, siempre era un hombre propenso a fallar, y él lo reconocía: “Romanos 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.”
Por tal motivo Dios permite que sea azotado por un aguijón en su carne para que le mantenga los pies sobre la tierra y no se enaltezca sobremanera a causa de sus experiencias sobrenaturales.
“2 Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.”
Muchos especulan acerca de este aguijón, van desde adulterio hasta enfermedades.
La Biblia no lo declara porque no es importante, lo importante es saber que Dios obra para que nosotros alcancemos el bien supremo.
La bendición de Dios también puede ser el sufrimiento y el dolor. Y la abundancia también puede ser una maldición porque puede alejarnos de Dios.
“Job 2:10 “Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.”
Conclusión
Conclusión
El éxito espiritual no se mide solamente en los triunfos terrenales, también en las pruebas, sufrimientos y dolor. Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”
Pablo había entendido esto por tanto no se desilusionó cuando Dios le negó quitarle el aguijón, pues prometió darle de su gracia.
Dios se glorificaría en medio de su dolor usándolo poderosamente para establecer el Reino de Dios en todas partes, ganando almas para Cristo.
Que las personas pudieran ver en un hombre de apariencia débil el poder de Dios obrando, para que no pongan su mirada en el hombre sino en Cristo.
Muchos quieren que Dios los exalte pero pocos quieren exaltar a Dios a través de sus sufrimientos, ser esa alfombra por lo que otros puedan caminar rumbo a la vida eterna.
No entendemos aun que la gloria terrenal no es nuestra meta sino la gloria espiritual.
Oseas 2:14 “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.”
1 Corintios 2:4 “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.”