JESÚS TE LLAMA A SEGUIRLE (Marcos 1:16-20)

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1 JESÚS ES EL QUE TE BUSCA (16.19)
2 JESÚS ES EL QUE TE LLAMA A SEGUIRLE (17.19)
3 COMO SEGUIRLE (18.20)
INTRO
El hecho de ser cristiano ya implica un llamado, el llamado a seguir las pisadas de Cristo, como camino, verdad y vida.
Como cristianos somos llamados por Cristo, por eso nos llamamos cristianos, los que siguen a Cristo.
Y con nuestro llamado para la salvación, también hay un llamado implícito según los dones y talentos que nos haya dado Dios.
Pero todo requiere una actitud, la actitud de humildad, obediencia y amor al Señor y su iglesia, y también al prójimo.
Según el texto ¿Cómo procede este llamamiento? ¿Cómo debo responder?

1. JESÚS ES EL QUE TE BUSCA (16.19)

¶16 Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores.

17 Y Jesús les dijo:

19 Yendo un poco más adelante vio a Jacobo, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes

Podemos decir entonces:
a) Él viene a nosotros (tanto en el llamado de conversión y el llamado para servir)
Todo esto parte del llamado de Dios, cuando nos muestra su amor, gracia y misericordia, ya lo decía el apóstol Juan
1 Juan 4:19 LBLA
19 Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.
No buscamos nosotros a él priemero, nos busca el.
Y como decía el miercoles pasado el Pastor Marcos, viene a llamar a personas sencillas como tu y como yo, para que Él sea glorificado.
b) Nos llama desde nuestra vida rutinaria.
No tenemos que hacer nada especial para que el Señor se fije en nosotros.
El mismo, nos escogió desde antes de la creación del mundo:
Efesios 1:3–4 LBLA
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor
Nacemos y vivimos como cualquier hijo de vecino con la misma naturaleza y condición delante de lo ojos de Dios.
Hasta que un día, el menos pensado, el Señor sale a nuestro encuentro y nos llama. Y no necesariamente es en una vida desordenada o en un momento de muchas tormentas, ciertamente el Señor usa sus medios para cumplir su voluntad, y esto puede ser un medio, pero esto sucede cuando el Señor a determinado que suceda.
El Señor se encuentra con sus primeros discípulos, cuando esto se ha determinado que suceda.
¿Simón, Andrés, Jacobo y Juan lo estaban esperando? ¿Estaban haciendo algo especial? De ninguna manera, eran pescadores y estaban faenando. Era un día normal.
El día se convirtió en especial para Pedro y Andrés a partir de que Jesus dijera:

Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres.

y lo mismo para Juan y Jacobo, cuando fueron llamado.
Lo que quiero decir, es que este llamado viene de Dios, desde el acercamiento de nuestro Dios a nosotros. Es un acto de amor y misericordia, es un acto de gracia.
c) Él llamará a todos sus escogidos.
Vemos que en este pasaje llama primero a Simón Pedro y Andrés, y podría haberse conformado. Pero se toma la molestia de andar más y buscar a Jacobo y Juan.
¿Sabes por qué? Porque eran sus escogidos para salvación y ser parte de sus discípulos y posteriormente sus apóstoles.
El juicio vendrá cuando todos sus escogidos sean llamados y salvados. Entonces vendrá el fin.
Pero, ¿Quién eran estos primeros cuatro discípulos?
Los cuatro que se mencionan en los versículos 16–20 son:
Pedro, el impetuoso (Mt. 14:28–33; Mr. 8:32; 14:29–31, 47; Jn. 18:10), que llega a ser el líder de los Doce y que se menciona en primer lugar en todas las listas de los apóstoles (Mt. 10:2–4; Mr. 3:16–19; Lc. 6:14–16; Hch. 1:13).
Andrés hermano de Pedro, el que siempre está trayendo personas a Jesús (Jn. 1:40–42; 6:8, 9, cf. Mt. 14:18; Jn. 12:22).
Jacobo hijo de Zebedeo, el primero de los Doce en llevar la corona de mártir (Hch. 12:1, 2).
Juan su hermano, llamado “el discípulo amado de Jesús” (Jn. 13:23; 19:26; etc.). Indudablemente, el Señor amaba a todos “los suyos” intensamente (Jn. 13:1, 2), pero el apego y comprensión que había entre Jesús y Juan era más tierno.
“Eran pescadores”. Esta es la clase de personas que el Señor eligió como fundamento de la iglesia (Ap. 21:14, 19, 20). Según las normas del mundo no eran sabios, ni poderosos, ni nobles. Dios escogió a lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios (1 Co. 1:26, 27).
1 Corintios 1:26–27 LBLA
26 Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte;
Al igual que a ellos, Jesús te llama, Jesús te llamó:

2. JESÚS ES EL QUE TE LLAMA A SEGUIRLE (17.19)

Después de ir a tu encuentro, el te llama:

17 Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres.

Y:

20 Y al instante los llamó; y ellos,

a) Es un llamamiento glorioso para toda su iglesia
El Señor nos llama, pero no nos queda en «Standby», sino que nos hace este mismo llamado… «Te haré pescador de hombre», nos llama a ama y ser pescadores de hombres.
Sacarlos del mar de la muerte y llevarlos a la red de la iglesia, donde hay vida por medio de Cristo.
Es un llamiento para todos, seguirle, aprender y servir.
b) Es un llamamiento sobrenatural (pescadores de hombres)
Me imagino que Pedro y Andrés se preguntarían, ¿Qué es esto de pescadores de hombre? ¿A que se refiere?
Pero Jesús no le estaba llamando a ver o hacer cosas cotidianas y naturales, sino milagrosas y sobrenaturales.
¿Por qué que es una conversión? Es un acto milagroso de Dios y al ser una obra de Dios, es algo sobrenatural.
Aunque Pedro y Andrés ya vieron algo sobrenatural
Lucas 5:1–11 LBLA
1 Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret, 2 vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. 3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. 6 Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían; 7 entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador! 9 Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho; 10 y lo mismo les sucedió también a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron.
Cristo nos llama con su poder sobrenatural a servirle y cumplir el llamado que sólo de Él puede venir y nos puede capacitar.
¿Qué es lo que hacen los cuatro comisionados? Nos dan una lección de como debe ser nuestra actitud
Nos enseñan:

3. CÓMO SEGUIRLE (18.20)

Pedro y Andrés:

18 Y dejando al instante las redes, le siguieron.

Jacobo y Juan:

y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.

a) Escuchando y obedeciendo
Realmente aquí ocurrió un milagro, Pedro y Andrés vieron la pesca milagrosa y esto les hizo creer que Jesús era el mesías, aunque todavía no entendían muchas cosas le siguieron.
Nosotros cuando experimentamos el milagro de la salvación aun no entendemos muchas cosas o casi nada, como Pedro y Andrés, pero entendemos que Cristo es el Mesías prometido y obedemos al llamado y le seguimos.
En el caso de los hijos de Zebedeo, es incluso más complicado, se piensa que Juan y Jacobo eran parientes de Jesús, primos. Imaginaros lo difícil que podría ser para ellos seguirle, cuando aun ni los hermanos de Jesús creían en Jesús como el mesías.
Vemos un ejemplo:
Mateo 13:53–57 LBLA
53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo este esta sabiduría y estos poderes milagrosos? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo este todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de Él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.
Pues ahí tenemos la obra milagrosa de Dios, que por mucho que lo conocían a su pariente, entendieron que era para seguirle y esto es algo impulsado por el Señor.
Ellos obedecieron y dieron el siguiente paso, un paso creo que muy difícil que no sería posible si este llamado no viene de Dios. Pero es lo que nos invita el Señor cuando nos llama…
b) Dejando lo que para nosotros era prioritario o cómodo (las redes, sus padre y empresa, medio de de vida)
Los cuatro dejan todo lo que ellos tenían como riqueza, sus medio de vida, fuente de ingresos, (redes y empresas), su familia ( su padre)

dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.

18 Y dejando al instante las redes, le siguieron.

En este momento, su orden de prioridades o estándares de confianza cambia. Ya no buscan lo que es natural, familia, casa, empresa, buscan la voluntad de Dios.
Como dijo Pablo:
Filipenses 3:8 LBLA
8 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
Porque el seguir a Cristo es mucho mayor que todo lo que podemos imaginar:
Cuan distinto era aquel Joven rico:
Marcos 10:17–22 LBLA
17 Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. 19 Tú sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre». 20 Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 22 Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
O este caso:
Mateo 8:21–22 LBLA
21 Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Pero Jesús le dijo*: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Porque el Señor nos dice:
Mateo 10:37–39 LBLA
37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.
Y también dice:
Marcos 10:29–30 LBLA
29 Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.
Esta es la promesa, que cuando el Señor nos llama, no es vano, es para su gloria y nuestra bendición. Nos llama para Vida eterna.
Y ¿En qué cambió la vida de los cuatro?
c) Viviendo con la prioridad y objetivo de hacerlo para la voluntad del Señor.
Como dijo Pablo:
Gálatas 2:20 LBLA
20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Filipenses 1:21 LBLA
21 Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Romanos 14:8 LBLA
8 pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.
Pablo es un buen ejemplo de lo que supone este llamamiento. (Conociendo su historia)
Como dijo Juan el Bautista: Que mengue yo para que el crezca.
Cristo te llamó vive para Él. Obedece al llamado.
CONCLUSIÓN
¿Cómo procede este llamamiento? ¿Cómo debo responder?
Es un llamado divino, sobrenatural, que infunde en nosotros la capacidad para seguirlo.
Por lo tanto hermanos, no tenemos escusas para cumplir la gran comisión el gran llamado.
Dios te llamó para salvación siendo sincillo y pecador, para hacerte hijo suyo, pescador de hombres, viviendo para Él en una vida con subidas y bajadas, pero llena de bendición, paz y consuelo.
No se cual es tu vocación dentro de la iglesia, pero toda vocación es digna de acción de gracias y de estar gozosos, porque esta viene del Señor, ya sea mujer de oración, consejero, predicador, pastor, para el grupo de alabanza… Dios te llamo a servirlo, gloria al Señor.
Y esto es gracia, a que Jesús te llamó para salvación.
¿Qué harás ahora? ¿Confiarás en el Señor y te dejarás instruir y ser de bendición? o ¿rechazarás el llamado de Dios? Escucha, ora y obedece… confía en el Señor.
.......
Que Él Trino Dios sea glorificado hoy y siempre.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios, al igual que nos llamaste, concedemos la sabiduría para saber oír tu voz, la obediencia para seguirte y la diligencia para obrar conforma a tu voluntad. No nos dejes caer en la tentación de desobedecer tu llamado y que por medio de nosotros, tu iglesia, junto a toda tu Iglesia extendida por toda la tierra, seamos usados para cumplir tu gran, maravillosa y milagrosa comisión, así hasta que estemos en tu presencia disfrutando de las miles de la eternidad. Por Jesucristo nuestro Jesucristo nuestro Señor, amén.
Apelamos a tu bendición
24 “El Señor te bendiga y te guarde; 25 el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz”».
Porque tuyo Señor, es el reino y el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén».
Que la Bendición de Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con todos vosotros. amén
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