La oración que vence la ansiedad

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La vida de afán y ansiedad destruyen la paz y la comunión con Dios. Ante tal enfermedad la cura es la oración

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La oración que vence la ansiedad

Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Introducción

La epístola a los Filipenses es conocida como la epístola del gozo, en el cual el apóstol pablo exhorta constantemente a regocijarse en el Señor: Filipenses 4:4 “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
Es interesante considerar que Pablo escribió esta carta cuando estaba atravesando uno de los momentos más difíciles en su vida, estaba en la cárcel por predicar en el evangelio esperando su condena de muerte.
En 2 Timoteo 4:9-14 Pablo expone el abandono de algunos hermanos y la tristeza que eso le causaba, siendo anciano pide que le envíen su capote para abrigarse del frío y se queja del maltrato de los carceleros.
Sin embargo su ánimo en Cristo nunca decayó a pesar de saber que sería sentenciado a muerte injustamente y escribe a las iglesia a animarse en medio de la adversidad, a perseverar el oración y a pensar en todo lo bueno: (Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”)
En Hechos 14 demostró ese espíritu valiente al soportar se apedreado en Listra y aun así siguió predicando y regresó a animar a la iglesia. Hechos 14:22 “confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

La ansiedad

Por nada estéis afanosos...
El afán es producto de la ansiedad, La ansiedad se produce por el temor o miedo, esto lleva a la excesiva preocupación, intranquilidad, nubla la mente para que no puedas ver con claridad.
La ansiedad lleva al afán, esforzarse por evitar que las cosas a las que tenemos miedo vengan sobre nosotros.
La persona ansiosa y afanada no desea buscar de Dios porque lo que ocupa su corazón es evitar que le acontezca lo que teme, y cree que puede lograrlo en sus propias fuerzas.
Aunque el temor muchas veces tiene un fundamento válido, otras veces es solo producto de la mente o se exagera la crisis.
El afán y la ansiedad nos llevan a preocuparnos excesivamente y a tomar malas decisiones.
En Números 22 vemos a Balac rey Moabita con ansiedad porque creía que Israel los atacaría y los destruiría, por eso se afana y manda a llamar a Balaam para que maldiga a Israel, pero sus temores eran sin fundamento porque Dios le había dado instrucciones a Moisés de no molestar a los Moabitas y Amonitas porque eran sus parientes, hijos de Lot, lo mismo que los Edomitas hijos de Esaú.

La oración

Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
El Señor nos dice hoy, no te afanes, no le des lugar a la ansiedad pues esta te quita la paz y no te permite tener comunión con Dios.
Satanás procura estorbarte con pensamientos negativos esos son los dardos de fuego que lanza (Efesios 6:16). No se lo permitas.
Pablo nos invita a orar, a presentar nuestras peticiones ante Dios, con ruegos y acciones de gracias.
En 1 Samuel 1 nos presenta la historia de Ana, estaba angustiada pues no podía tener hijos. Cuando su esposo la lleva al templo a presentar sus ofrendas a Dios, ella aprovecha para presentar sus peticiones delante de Dios: 1 Samuel 1:10-11 “ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
La oración de Ana fue escuchada pues la presentó con sinceridad, acompañada de ruegos, derramando su alma delante de Dios.
El sacerdote Elí la bendice y nunca más estuvo triste: 1 Samuel 1:17-18 “Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
Ana oró y creyó a Dios, puso su confianza en Él de tal manera que después de presentar su petición esperó en Dios y nunca más estuvo triste y angustiada, pues sabía que Dios respondería su petición.
Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Santiago 1:6-7 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

La oración protege

Filipenses 4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
La oración de fe produce paz, y sobrepasa todo entendimiento pues la paz del mundo depende de las circunstancias, pero la paz de Dios depende de Él y hay paz aun en las circunstancia adversas.
La oración guarda tu corazón del temor, la ansiedad y el afán pues tenemos la confianza de que cuando oramos Dios nos oye.
También guarda nuestra mente de los dardos de duda que Satanás lanza a nuestra mente.
La oración es un arma muy poderos que no debemos menospreciar. Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Somos librados de las aflicciones del mundo si somos una iglesia que ora y confía en Dios.

Conclusión

No permitas que la crisis, problema o enfermedad que agobia tu vida, dobla tus rodillas y presenta tus peticiones delante del Señor, con fe, confiando de que Él escucha nuestras oraciones y nos responderá positivamente, aunque eso signifique que no será como nosotros pensamos.
2 Corintios 12:7-9 Pablo declara que era abofeteado por un aguijón de la carne de parte de Satanás, por el cual oró tres veces y recibió respuesta, no como él la esperaba pues él deseaba alivio pero en cambio recibió la gracia de Dios “Bástate mi gracia; para que mi poder se perfeccione en las debilidades”
Si estas atravesando una crisis que te roba la paz, esfuérzate en orar, vencen la preocupación, derrama tu alma delante del Señor, el te sustentará.
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