La Carne y Sangre de Cristo

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Jesús se identifica como el pan y agua de vida, revelando lo vital que es para el hombre.

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La Carne y Sangre de Cristo

Juan 6:52–56
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

Introducción

La gente de Galilea buscaba a Jesús con más intensidad después de la multiplicación de los panes y los peces (Jn 6:1-15). Querían hacerle rey porque estaban interesados en que supliera sus necesidades materiales.
Jesús desde un principio les exhorta a interesarse más por las cosas espirituales que por las materiales. “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Juan 6:27.” Pero ellos confundían lo espiritual con lo material.

La confusión del maná

Preguntaron cómo podían hacer la obras de Dios, Él Señor respondió que la obra que Dios esperaba de ellos es simplemente creyeran en Él.
Pero ellos pidieron señal, el primer error fue creer que el maná era el verdadero pan del cielo, si Jesús hacía una señal parecida creerían en Él . “30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Juan 6:30–32.” (no les bastó ver la multiplicación de los panes y peces), Su mente seguía pensando en las cosas materiales.
Jesús les dice que el verdadero pan del cielo es Él, pues los que comieron el maná murieron, pero los que coman de Él no morirán jamás.
Aquí comienza la confusión de la gente, cuando les dice que deben comer y beber de Él.

Discernimiento espiritual

El Señor siempre utilizaba figuras de la vida terrenal para referirse a verdades espirituales.
A Nicodemo le dice que debe nacer de nuevo Jn 3:3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” .
A la mujer Samaritana le dice que si bebe del agua que Él le dará no tendrá sed jamás Jn 4:14mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
En el último día de la fiesta de los tabernáculos invitó a la gente beber de Él Jn 7:37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Cuando el Señor declara que debían comer su carne y beber su Sangre fue muy difícil para ellos escucharlo, de ninguna manera comerían carne humana, y tampoco beberían ningún tipo de sangre pues en la ley lo tenían prohibido.
Querer entender desde la perspectiva humana es imposible, por eso surgen malas interpretaciones y doctrinas erróneas, pero si lo consideramos espiritualmente entonces será fácil entenderlo.
Jesús les estaba dando la revelación del cielo, la verdad espiritual que ellos necesitaban creer para encontrar la vida eterna, pero sus mentes estaban muy arraigadas a lo material, por lo que les fue difícil creer.
Para poder entender estas verdades debemos discernirlas espiritualmente. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 1 Corintios 2:14.

Comer la carne y beber la Sangre de Cristo

¿Qué significa comer y beber la carne y sangre de Cristo? No se está refiriendo a la Cena del Señor porque aun no había sido instituida.
La respuesta es sencilla y el Señor la declaró al principio: “28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado. Juan 6:28–29.
Es más que solo creer como un concepto teórico, aquí la palabra es tener fe, (pistis), confiar en Jesús. Confiar es obedecer, tener la seguridad que lo que Él ordena es para nuestro beneficio.
La fe es poner en acción el creer.
Comer su carne y beber su sangre hacernos uno con Él, así como el alimento se integra a nuestro cuerpo.
La carne es fuente de vitaminas y proteínas que se integran a nuestra sangre y músculos, al beber leche, el calcio se integra a nuestros huesos y los fortalece.
No es una relación separada sino integrada.
Así mismo Cristo debe integrarse a nosotros y nosotros a Él. “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Juan 6:56.
Veamos también: “4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:4–5.
Gálatas 2:20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Conclusión

Los Galileos querían tener la relación de rey y súbditos con Jesús. Aunque esto hubiera sido algo bueno, El Señor quería llevarlos una relación espiritual que es mucho mejor porque es para vida eterna.
Aunque ellos intentaban comprender la realidad espiritual, su razonamiento humano y conocimiento religioso nublaba su entendimiento, no comprendieron lo que El Señor les hablaba.
Prefirieron despreciar la vida eterna: “60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?… 66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él. Juan 6:60,66.
Esta misma oferta es para nosotros hoy día, ¿Seguiremos confiando en nuestro razonamiento y poniendo nuestra esperanza en las cosas terrenales? o decidiremos abrir nuestro entendimiento y comprender que lo más importante para nuestra vida es Jesús.
Esta es la decisión más importante de nuestra vida porque es para vida o muerte. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36
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