Credos y Confesiones.

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Que son los credos y confesiones.

Confesión de Fe

las fórmulas (credos, símbolos, declaraciones de grupos de denominación cristiana, etc.) que se han enseñado a lo largo de la historia de la Iglesia y quedan escritas, ya sea con intención inclusivista o exclusivista.
En la confesión, los creyentes expresan ante los demás lo que creen que es verdad y afirman su máxima lealtad. La confesión implica una cierta ortopraxis: el creyente no solo afirma una verdad teológica, sino que está dispuesto a vivirla. En este sentido, el concepto de confesar la propia fe es similar a la noción de testificar. Hasel, F. M. (2014).
La confesiópn es una construcción mas elaborada y busca dar una explicación mas amplia de una doctrina que confiesa un grupo de cristianos.

Credo

Es una breve declaración de Fe, es corta de manera que facilite la memorización de la misma.

Catecismos

Los catecismos, son las mismas confesiones de Fe, construidas en forma de preguntas, con el objetivo de enseñar de forma ordenada y sencilla aquello que se cree.

Breve resena Histórica de los Credos

En la Escritura, encontramos breves muestras de credos, no construidos como los que conocemos hoy, pero, muestran como estos hombres hacían breves declaraciones que servían para confesar en qué ellos creían:
A. Antiguo Testamento - Deuteronomio 6:4
B. Confesiones en los Evangelios
1. Confesión de Natanael – Juan 1:49
2. Confesión de Pedro – Mat 16:16 y Juan 7:68
3. Confesión de Tomás – Juan 20:28
4. Fórmula de bautismo – Mat 28:19
C. Confesiones y fórmulas en las Cartas
1. I Cor 8:6
2. I Cor 12:3 y Fil 2:5-11
3. I Cor 15:3
4. I Tim 3:16
5. I Juan 4:2
6. “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” – Rom 15:6; II Cor 1:3, 11:31; Ef 1:3; I Ped 1:3.

Para que sirven los Credos y Confesiones.

Declaración y defensa pública de la Verdad. 2 Tim 1.13; Jud 3; Fil 1.27.
Hacia afuera define y hacia dentro instruye en que creemos y que no creemos, hacia adentro instruye.
Sirve como Norma Publica de comunión y Disciplina.
Tener un credo a una confesión es inevitable, sea formal o informalmente, todos tenemos una confesión o un creo, hacer publica nuestra confesión, no solo la formaliza sino que hace que podamos conocer con quienes tenemos común-unidad en la fe.
Sirve como una norma concisa sobre la cual podemos evaluar a los ministros.
Otorgan cierto grado de continuidad histórica: Nuestra fe o lo que creemos no es algo que nos inventamos en el siglo XXI.

Credos y Confesiones mas populares.

Credos:
Credo Apostólico (desarrollado durante los cuatro primeros siglos d. C.)
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro. Que fue concebido del Espíritu Santo, Nació de la virgen María, Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; Fue crucificado, muerto y sepultado; Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó de entre los muertos; Subió al cielo, Y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; Y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Universal, La comunión de los santos, El perdón de los pecados, La resurrección del cuerpo, La vida eterna. Amén.
El Credo de Nicea-Constantinopla (a menudo llamado Credo Niceno; 325/381 d. C.).
Nosotros creemos en un solo Dios,               el Padre Todopoderoso,               Creador del cielo y de la tierra,               y de todas las cosas visibles e invisibles.
Y en un solo Señor, Jesucristo,               Hijo Unigénito de Dios,               engendrado del Padre antes de todos los siglos:                              Dios de Dios,                              Luz de Luz,                              Dios verdadero de Dios verdadero,               engendrado, no creado;               consubstancial con el Padre.               Por medio de Él todas las cosas fueron creadas.               Por nosotros y por nuestra salvación                              descendió del cielo;                              y por obra del Espíritu Santo se encarnó de la virgen María,                              y fue hecho hombre.                              Fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilato,                              padeció, y fue sepultado.                              Al tercer día resucitó según las Escrituras.                              Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.                              Él vendrá otra vez con gloria                              a juzgar a los vivos y a los muertos.                              Su reino no tendrá fin.
Y nosotros creemos en el Espíritu Santo,               el Señor y dador de vida,               que procede del Padre y del Hijo,               que junto con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado;               Él habló mediante los profetas.               Nosotros creemos en una santa Iglesia Católica y Apostólica.               Confesamos un solo Bautismo para el perdón de los pecados,               Esperamos la resurrección de los muertos, y la vida en el mundo venidero. Amén.
El Credo de Atanasio (después del 428 d. C.).
Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal es ésta: que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; mas la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo, incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión Cristiana nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y coiguales.
De manera que en todo, como queda dicho, se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia del Padre, engrendado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre, según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos. A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN
Definición de Fe de Calcedonia (451 d. C.).
Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN
Confesiones:
La Confesión de Schleitheim (1527), la de
Augsburgo (1530), la llamada Tetrapolitana = de cuatro ciudades (1530), la Primera Confesión Helvética (1536)
Ginebra (1536)
La Segunda Helvética (1566)
La Confesión Gálica = francesa (1559)
La Escocesa (1560), la de Bélgica (1561)
Los Treinta y Nueve Artículos (1563)
Confesión básica de fe de la Iglesia anglicana, la Fórmula de Concordia (1577)
Segunda Fórmula de Concordia (1581).
Confesión de Fe de Westminster (1646).
Plataforma de Cambridge (1648).
Declaración de Saboya (1658).
Confesión Bautista de Londres (1677). Lacueva, F. (2001).

Autoridad de las Confesiones y Credos.

Ningún credo a confesión esta a la par o por encima de las Escrituras.
La Autoridad de los credos y las confesiones es Derivada de la Escrituras, por cuanto, son de ellas que provienen.
Los Credos y Confesiones pueden revisados y corregidos, las Escrituras No.

Nuestra Confesión de Fe.

Como IBPV hemos adoptado la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689, como una buen resumen de lo que creemos.
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