Viviendo de la mano de Jesús

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Caminar con Jesús implica sujetarnos a su obra en nosotros en la práctica

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Transcript

Introducción:
Así que crees en Jesús. ¡Bien! Él te ha prometido salvación y vida eterna. Pero, ¿te has detenido a pensar qué es lo que Él espera de ti?
Los cristianos afirmamos que recibimos a Jesús en nuestros corazones. Eso implica llevarlo con nosotros a todas partes, hacerlo parte de todo lo que vivimos.
Las personas que atraviesan la vida tomadas de la mano de Jesús son transformadas por Él, por la obra de su Espíritu. Jesús revoluciona la manera de vivir de cualquier persona que cree en Él.
Y eso se manifiesta de maneras muy prácticas.
1 Pedro 2:11–25 RVR60
11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. 13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
1 Pedro 2:11–25 NVI
11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. 12 Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación. 13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, 14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. 15 Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos. 16 Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios. 17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey. 18 Criados, sométanse con todo respeto a sus amos, no sólo a los buenos y comprensivos sino también a los insoportables. 19 Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente. 20 Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. 21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. 22 «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca.» 23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. 25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.
1 Pedro 2:11–25 NTV
11 Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. 12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo. 13 Por amor al Señor, respeten a toda autoridad humana, ya sea el rey como jefe de Estado 14 o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandando a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien. 15 La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes calle a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno. 16 Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal. 17 Respeten a todos y amen a sus hermanos en Cristo. Teman a Dios y respeten al rey. 18 Ustedes, los que son esclavos, deben aceptar la autoridad de sus amos con todo respeto. Hagan lo que ellos les ordenan, no sólo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles. 19 Pues Dios se complace en ustedes cuando hacen lo que saben que es correcto y sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto. 20 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes. 21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos. 22 Él nunca pecó y jamás engañó a nadie. 23 No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia. 24 Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, son sanados. 25 Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas.
1 Pedro 2:11–25 NBLA
11 Amados, les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra el alma. 12 Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación. 13 Sométanse, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey como autoridad, 14 o a los gobernadores como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. 15 Por que esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos. 16 Anden como libres, pero no usen la libertad como pretexto para la maldad, sino empléenla como siervos de Dios. 17 Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey. 18 Siervos, estén sujetos a sus amos con todo respeto, no solo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables. 19 Porque esto halla gracia, si por causa de la conciencia ante Dios, alguien sobrelleva penalidades sufriendo injustamente. 20 Pues ¿qué mérito hay, si cuando ustedes pecan y son tratados con severidad lo soportan con paciencia? Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios. 21 Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos, 22 el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; 23 y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados. 25 Pues ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas.
El discípulo de Jesús y su comportamiento
1 Pedro 2:11–12 RVR60
11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
1 Pedro 2:11–12 NVI
11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. 12 Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.
1 Pedro 2:11–12 NTV
11 Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. 12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.
1 Pedro 2:11–12 LBLA
11 Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. 12 Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
1 Pedro 1:11 RVR60
11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
1 Pedro 1:11 NVI
11 Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de éstos.
1 Pedro 1:11 NTV
11 Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría.
1 Pedro 1:11 NBLA
11 procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían.
Hay más para definir tu identidad como hijo de Dios y miembro de su familia espiritual. También eres extranjero y peregrino en este mundo. Estamos de paso. La Biblia abunda en declaraciones acerca de la futilidad de la vida, y nuestras propias experiencias nos lo confirman cada día. ¿Quién no ha sentido la pérdida de un ser querido y lamentado que la vida fuera tan corta? ¿Quién no ha sabido de un amigo o conocido que ha sufrido un accidente y perdido la vida antes de los cincuenta años?
Pero nosotros asumimos la vida como quienes saben que esta vida no lo es todo, es solo una estación en el trayecto, y estamos en tránsito. Y vivir con esa convicción es muy diferente que vivir sin ella. Quienes consideran que esta vida es todo lo que hay procuran disfrutarla al máximo sin que importen los valores, los principios, o el alma eterna. Nosotros no experimentamos esa desesperación, porque tenemos vida eterna.
Entonces, podemos vivir nuestras vidas alejándonos de lo que nos hace mal. Todos tenemos esos deseos pecaminosos que combaten contra la vida, y tenerlos no es el máximo problema, sino dejarse llevar por ellos. Pedro nos insta a apartarnos de esos deseos. Los cristianos no tenemos aquella excusa de que "No lo pude evitar" o "Fue más fuerte que yo". Son muchos los pasajes de las Escrituras que nos exhortan a tomar decisiones firmes contra el dominio de nuestras pasiones y deseos. Les podemos decir que no. ¿Te convertirías en un aliado de quien combate contra la vida? No, no lo hagas. Apártate de esos deseos que ensucian tu corazón, angustian tu alma. No vuelvas a cargar con el rótulo de culpable ahora que Jesús te lo quitó de encima. Conserva tus sentidos espirituales ágiles y disponibles para una relación con Dios que te revolucione a ti y a tu entorno.
1 Pedro 2:12 RVR60
12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
1 Pedro 2:12 NVI
12 Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.
1 Pedro 2:12 NTV
12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.
1 Pedro 2:12 NBLA
12 Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
Los cristianos siempre estamos en el escaparate de la vida, viviendo nuestras vidas como si fuéramos un espectáculo, a la vista de quienes nos rodean. Las cosas que no observan en los demás, en nosotros les llamarán la atención. Saben que somos diferentes, no solamente porque nosotros se lo hayamos dicho.
Nuestro testimonio para con las personas a nuestro alrededor va mucho más allá de nuestras palabras, nuestros mensajes, nuestros sermones. Es más, a veces nuestros sermones son un obstáculo en lugar de ser un puente de comunicación. Muchos de quienes viven a nuestro alrededor prefieren no escuchar nuestras palabras y observar nuestro diario vivir. Y sus conclusiones muchas veces provienen de allí.
Las palabras de Pedro aquí nos recuerdan las de Jesús en el Sermón del monte (Mat. 5:14-16). Tenemos que ser luz, y dejar que las personas vean nuestras buenas obras y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos. Es posible que nos acusen, pero dejemos que cuando lo hagan sea injustamente. Es posible que seamos víctimas de la injusticia, lo cual no sería extraño siendo que somos discípulos de quien fue condenado a muerte injustamente. Pero nuestras buenas acciones, lo bueno de nuestra conducta, van a glorificar a Dios.
Quiero que mi vida le de la gloria a Dios, quien me amó como nadie me ha amado, quien me salvó cuando ya no había esperanza. ¿Tú también lo quieres? Vivamos, entonces, de tal manera que nuestras acciones honren al que nos salvó.
2. Es discípulo de Jesús y las autoridades
1 Pedro 2:13–17 RVR60
13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1 Pedro 2:13–17 NVI
13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, 14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. 15 Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos. 16 Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios. 17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.
1 Pedro 2:13–17 NTV
13 Por amor al Señor, respeten a toda autoridad humana, ya sea el rey como jefe de Estado 14 o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandando a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien. 15 La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes calle a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno. 16 Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal. 17 Respeten a todos y amen a sus hermanos en Cristo. Teman a Dios y respeten al rey.
1 Pedro 2:13–17 NBLA
13 Sométanse, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey como autoridad, 14 o a los gobernadores como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. 15 Por que esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos. 16 Anden como libres, pero no usen la libertad como pretexto para la maldad, sino empléenla como siervos de Dios. 17 Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey.
1 Pedro 2:13 RVR60
13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,
1 Pedro 2:13 NVI
13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad,
1 Pedro 2:13 NTV
13 Por amor al Señor, respeten a toda autoridad humana, ya sea el rey como jefe de Estado
1 Pedro 2:13 NBLA
13 Sométanse, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey como autoridad,
Esto también es parte de nuestro comportamiento ejemplar, que llama la atención. Debemos sujetarnos a toda autoridad humana por causa del Señor. Es posible que a veces no estemos de acuerdo con las autoridades, o que no nos gusten. Son seculares, humanistas, a veces anticristianos; pero por causa del Señor es necesario que les estemos sujetos.
1 Pedro 2:14 RVR60
14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.
1 Pedro 2:14 NVI
14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien.
1 Pedro 2:14 NTV
14 o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandando a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien.
1 Pedro 2:14 NBLA
14 o a los gobernadores como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien.
Un detalle interesante de todas las autoridades, y que la Palabra del Señor pone en destaque. Todas las autoridades castigan a los que hacen el mal y reconocen a los que hacen el bien. Justamente por el hecho de que su responsabilidad es la de evitar el caos social y administrar una sociedad que prospere.
1 Pedro 2:15 RVR60
15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;
1 Pedro 2:15 NVI
15 Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos.
1 Pedro 2:15 NTV
15 La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes calle a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno.
1 Pedro 2:15 NBLA
15 Por que esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos.
Presta atención a cuál es la voluntad de Dios: has el bien, practica el bien, hazle bien a los demás. Con eso harás callar la ignorancia de los insensatos. Muchas veces nuestros buenos argumentos no alcanzan para hacer callar a los que se nos oponen. Publican su ignorancia y alzan la voz como si tuvieran razón. Pero los hechos, las buenas acciones, los dejan sin argumentos. Esa es la voluntad de Dios.
Muchas veces los cristianos nos preguntamos cuál es la voluntad de Dios para nosotros. Empieza con esto. La voluntad de Dios es que hagas el bien, el tipo de acciones que silencian a los opositores. Si haces esto ya estás en camino a que Dios use tu vida.
1 Pedro 2:16 RVR60
16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.
1 Pedro 2:16 NVI
16 Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios.
1 Pedro 2:16 NTV
16 Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal.
1 Pedro 2:16 NBLA
16 Anden como libres, pero no usen la libertad como pretexto para la maldad, sino empléenla como siervos de Dios.
¡Cuánta falta nos hacen estas palabras en nuestro tiempo! ¡Qué falta hacen las personas que viven de esta manera! La libertad es uno de los valores más apreciados por los seres humanos de nuestra época. Todos quieren ser libres y ejercer su libertad sin límites. El problema es que la mayoría se valen de su libertad para disimular la maldad, y esto incluye aún a muchos religiosos. Muchos incluso salen a reclamar sus derechos en nombre de la libertad, solo para hacer un mal uso de ella.
Necesitamos vivir como personas libres que hacen un buen uso de su libertad, que deciden hacer lo bueno y vivir como siervos de Dios. No lo hacemos por temor al castigo, porque nuestro Padre Dios nos libró del temor y del horror. Vivimos como siervos de Dios porque le amamos, porque él nos amó primero.
Observa que los versículos que vienen a continuación ser refieren al respeto. Tal vez esta sea una buena manera de equilibrar nuestras vidas, al tener en cuenta que debemos vivir con la cuota adecuada tanto de libertad como de respeto. Eres libre, pero tu libertad no te exime de respetar a los demás, porque no vives solo en este planeta.
Usa tu libertad para amar, para ayudar a los que sufren o necesitan, para levantar a los que caen, para reflejar el amor del que te amó incondicionalmente. Vive como siervo de Dios.
1 Pedro 2:17 RVR60
17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1 Pedro 2:17 NVI
17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.
1 Pedro 2:17 NTV
17 Respeten a todos y amen a sus hermanos en Cristo. Teman a Dios y respeten al rey.
1 Pedro 2:17 NBLA
17 Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey.
Una de las cosas que Dios espera de nosotros es que entreguemos respeto. Parte del problema es que muchas veces esperamos recibir respeto, y tenemos muy claro cuáles son las situaciones en las que no se nos da. Pero la Palabra nos llama a mirar, ya no a lo que deberíamos recibir sino a lo que nos corresponde dar. Dale a todos el debido respeto.
Cuando te pones a pensar, todas las personas con las que tratas requieren ser tratadas con respeto. No se trata de cuánto tengan o el lugar que ocupen en la sociedad; lo importante no es cuánto sepan, cuál sea su trabajo o como se ganen la vida. Respeta a todos. Te puedes llegar a sorprender mucho por la manera en que las personas que parecen menos importantes o menos capacitadas tienen muchos motivos por los que es importante que les entreguemos el debido respeto.
Luego hay una diferenciación. En primer lugar los hermanos, ¿qué tenemos que hacer con ellos? Amarlos. Ama a tus hermanos. Cuando leemos el libro de Hechos descubrimos que el amor entre los hermanos es una de las primeras consecuencias espontáneas de la obra del Espíritu Santo sobre la iglesia. El Señor dijo que las personas sabrían que somos sus discípulos por este amor entre nosotros, los cristianos (Juan 13:34-35). De manera que un buen termómetro para medir nuestra temperatura espiritual es nuestra relación con nuestros hermanos. ¿Cómo es tu relación con ellos? ¿Cercana o distante? ¿Tienes comunión o simplemente "no te llevas mal con nadie"? ¿Conoces sus necesidades? ¿Te comunicas? ¿Te acercas? El amor a los hermanos tiene que ser una prioridad en la vida de un cristiano.
Luego se refiere a nuestra actitud frente a Dios: teman a Dios. El verbo que Pedro utiliza aquí es "fobeo", la palabra regular para referirse al temor reverencial, esa conciencia de que tratamos con nuestro Juez justo y eterno, aquel que tiene el poder para destruir nuestra alma en el infierno o salvarnos (Mat. 10:28). El temor a Dios no implica perder la intimidad con él, ni que vivamos sujetos al terror. Nuestra relación con Dios es de confianza, y se nos asegura su constante amor. Pero Dios es siempre digno de nuestro respeto y reverencia. Él es el dueño de todo, la autoridad final, el Poderoso. ¿Estás viviendo tus días en el temor de Dios? Te aseguro que esto afecta tu comportamiento, tu trato con los demás. Vives bajo la mirada de Dios, tu Padre, que de ninguna manera quiere tu condenación, pero que al mismo tiempo no puede evitar ser un Juez justo y severo. Respeta sus valores, sigue sus reglas, confía en su criterio, porque él realmente sabe mucho más que tú. Vive en el temor de Dios.
Ahora es el turno del rey, el gobierno de la nación (o el imperio, en el caso de Pedro). El rey merece respeto. Observa que su nivel de autoridad, por supuesto, es menor que el de Dios. Pero al mismo tiempo ten en cuenta que la Palabra del Señor nos insta a respetar al rey. Respeta las leyes del gobierno, paga tus impuestos, cumple las reglas. Aquí no pregunta si estás de acuerdo o no; solo se te dice que respetes. ¿Cuál es tu actitud frente al gobierno? ¿Lo respetas, sin importar de qué partido sea el presidente de la nación?
3. El discípulo de Jesús y su trabajo
1 Pedro 2:18–25 RVR60
18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
1 Pedro 2:18–25 NVI
18 Criados, sométanse con todo respeto a sus amos, no sólo a los buenos y comprensivos sino también a los insoportables. 19 Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente. 20 Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. 21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. 22 «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca.» 23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. 25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.
1 Pedro 2:18–25 NTV
18 Ustedes, los que son esclavos, deben aceptar la autoridad de sus amos con todo respeto. Hagan lo que ellos les ordenan, no sólo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles. 19 Pues Dios se complace en ustedes cuando hacen lo que saben que es correcto y sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto. 20 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes. 21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos. 22 Él nunca pecó y jamás engañó a nadie. 23 No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia. 24 Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, son sanados. 25 Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas.
1 Pedro 2:18–25 NBLA
18 Siervos, estén sujetos a sus amos con todo respeto, no solo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables. 19 Porque esto halla gracia, si por causa de la conciencia ante Dios, alguien sobrelleva penalidades sufriendo injustamente. 20 Pues ¿qué mérito hay, si cuando ustedes pecan y son tratados con severidad lo soportan con paciencia? Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios. 21 Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos, 22 el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; 23 y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados. 25 Pues ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas.
1 Pedro 2:18 NVI
18 Criados, sométanse con todo respeto a sus amos, no sólo a los buenos y comprensivos sino también a los insoportables.
1 Pedro 2:18 NTV
18 Ustedes, los que son esclavos, deben aceptar la autoridad de sus amos con todo respeto. Hagan lo que ellos les ordenan, no sólo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles.
1 Pedro 2:18 NBLA
18 Siervos, estén sujetos a sus amos con todo respeto, no solo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables.
La Biblia no teoriza acerca de conceptos eternos e intangibles, alejados de nuestro diario vivir. Vuelve a leer este versículo: está hablando de tu jefe, en tu propio trabajo. No pases por alto estas palabras; tú les puedes poner nombre y apellido, puedes tener un rostro en mente al leerlas.
¿Cómo es tu jefe? ¿Cómo es la persona con quien trabajas? ¿Es de las personas buenas y comprensivas o de los insoportables? El tiempo parece pasar, pero las personas seguimos repitiendo los mismos patrones de conducta. Siguen existiendo personas que esgrimen su autoridad con amabilidad y consideración, así como en el tiempo del apóstol Pedro, y también hay de las otras, las difíciles de soportar. Sea cual sea la situación, respeta, sométete con respeto. Aquí no dice que sea fácil, solo dice que lo hagas.
Confía en Dios. Él sabe lo que está haciendo. Él sabe por qué te está indicando que te sometas respetuosamente, incluso a aquella persona que te resulta difícil soportar. Él no te expondrá a la vergüenza ni a la tristeza, sino que te sorprenderá con victorias que no podrías obtener reclamando tus derechos.
Nadie quiere ser tomado por tonto. No nos gusta que nos pisoteen o maltraten, y Dios lo sabe. Es más, él sabe exactamente lo que es justo, y te tratará con justicia. Confía en él.
1 Pedro 2:19 RVR60
19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
1 Pedro 2:19 NVI
19 Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente.
1 Pedro 2:19 NTV
19 Pues Dios se complace en ustedes cuando hacen lo que saben que es correcto y sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto.
1 Pedro 2:19 NBLA
19 Porque esto halla gracia, si por causa de la conciencia ante Dios, alguien sobrelleva penalidades sufriendo injustamente.
Observa esto: la Palabra de Dios te anima a que estés dispuesto a sufrir, si hace falta. ¿Te das cuenta? No se nos garantiza que nuestro peregrinaje por esta vida sea un lecho de rosas, sino que se nos aclara que es posible que tengamos que sufrir.
¿Cuál es el valor que se presenta en este versículo? El sentido de responsabilidad delante de Dios (la conciencia delante de Dios, dice RV60). Que tu conciencia delante de Dios pese más que tu clamor de justicia, o que tu rebeldía. Más allá de tu jefe, más allá de aquella persona difícil de soportar con la que tienes que tratar, está Dios, delante de quien tú vives, Aquel a quien realmente le rindes cuenta de lo que haces. Y el que te observa vivir sabe qué hacer con tu vida y las personas y situaciones que te rodean. Puedes confiar en él.
Tenemos que reconocer que alguien nos transmitió el mensaje equivocado. Nos han convencido de que la felicidad consiste en una vida carente de problemas y sufrimientos, y eso no es cierto. Hay quienes parecen tener vidas ajenas a los problemas, cuando los llevan por dentro, desde donde no pueden escapar a ellos.
La Palabra de Dios nos asegura que no tendremos que atravesar situaciones insoportables (1 Cor. 10:13). Dios está contigo y te va a sostener, te va a mostrar la salida, y va a transformar la derrota en victoria (Rom. 8:28). No le temas a los problemas, no tienen el poder para arrebatarte la paz ni el gozo, y te van a llevar adonde nunca llegarías leyendo buenos conceptos. Afírmate en el Señor.
1 Pedro 2:20 RVR60
20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
1 Pedro 2:20 NVI
20 Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.
1 Pedro 2:20 NTV
20 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes.
1 Pedro 2:20 NBLA
20 Pues ¿qué mérito hay, si cuando ustedes pecan y son tratados con severidad lo soportan con paciencia? Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios.
Hay algo que debemos tener presente: somos observados. Somos cartas vivas escritas por el dedo de Dios (2 Cor. 3:3). Dios está usando tu vida para transmitir un mensaje de amor y poder, y lo que quienes te rodean van a ver es algo que no podría ser producido por tu propia energía emocional.
¿No somos discípulos de Jesús? ¿Somos acaso nosotros mejores que nuestro Maestro? Claro que no. Recuerda su sufrimiento. ¿Se merecía los azotes? ¿Merecía los golpes en el rostro? ¿Merecía las burlas, el desprecio, el desamparo? ¡NO! No dejes que la injusticia del mundo te asombre, y dedícate a servir a Dios con sencillez y honestidad. Te aseguro que vas a conocer al Padre celestial como nunca antes, y vas a experimentar su cuidado de una manera muy especial. Dios está contigo.
1 Pedro 2:21 RVR60
21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
1 Pedro 2:21 NVI
21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.
1 Pedro 2:21 NTV
21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.
1 Pedro 2:21 NBLA
21 Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos,
¿Alguna vez consideraste que el Señor te llamó para que pasaras por lo que estás experimentando? Eso significa que Dios tiene un plan que va más allá de lo que comprendes cuando estás en medio de un problema o una situación difícil. El ejemplo de Jesús es tu contraseña, y nunca vas a perder tu tiempo cuando diriges tu mirada hacia él y le dedicas tu confianza.
1 Pedro 2:22 RVR60
22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
1 Pedro 2:22 NVI
22 «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca.»
1 Pedro 2:22 NTV
22 Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.
1 Pedro 2:22 NBLA
22 el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca;
Pedro está citando aquí Isaías 53:9, identificando a Jesús plenamente con el Siervo Sufriente. Esto es importante, porque eso implica que Pedro también había notado las otras referencias de esa profecía que fueron cumplidas por Jesús.
Jesús no hizo nada malo, y sin embargo fue condenado a muerte como el peor de los malhechores, en mi lugar, en el tuyo, recibiendo tu castigo y el mío. Él es nuestro modelo y ejemplo, y aún está con nosotros para sostenernos a cada momento de nuestra vida. Por tanto no desmayes. El Señor te sostiene.
1 Pedro 2:23 RVR60
23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
1 Pedro 2:23 NVI
23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia.
1 Pedro 2:23 NTV
23 No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia.
1 Pedro 2:23 NBLA
23 y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia.
¿Alguna vez te insultaron? ¿Alguna vez te difamaron? ¿Alguna vez te provocaron con palabras hirientes? Pues déjame decirte que Jesús entiende perfectamente lo que te sucedió, porque él experimentó lo mismo. Hasta ese punto se identificó con nosotros, para que en él encontremos el apoyo perfecto para enfrentar todas las situaciones de la vida, especialmente las más difíciles. Jesús es nuestro sostén, la garantía de nuestra victoria, nuestro Alto Refugio. Gracias, Señor.
No dejes que se te pase por alto que Jesús no se resignaba ante la injusticia, no se conformaba con que "las cosas siempre son así, la injusticia es la que triunfa". ¡No! Le entregaba las situaciones al que juzga con justicia. La injusticia no va a prevalecer, y existe Alguien que juzga y lo hace con justicia. Tu clamor de justicia va a ser escuchado, a su debido tiempo. ¡Afírmate en él!
1 Pedro 2:24 RVR60
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Pedro 2:24 NVI
24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.
1 Pedro 2:24 NTV
24 Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, son sanados.
1 Pedro 2:24 NBLA
24 Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados.
¡Ah! ¡Qué sanidad producen en nosotros estas palabras! ¡Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados! Gracias, Jesús, por haber recibido tantos golpes, tantas humillaciones, tanta injusticia que no merecías. Gracias por ocupar mi lugar en la cruz.
Pero mira esto: él lo hizo para que nuestra identificación con él sea completa, para que nosotros muramos al pecado y vivamos para la justicia. Tú tienes el poder de decidir cómo vivir, y puedes decirle que no a la vida sujeta a las pasiones y compulsiones a las que nos empuja nuestra sociedad de consumo, para vivir para el Señor una vida sana y fructífera. ¿Qué vas a elegir?
Fuimos sanados por sus heridas. Esta es más que una promesa, es una declaración audaz y confiada. Fuiste sanado, ya está hecho. Él es el autor de tu salud, el dueño de los milagros que ocurren y ocurrirán en tu vida. Gracias, Señor.
1 Pedro 2:25 RVR60
25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
1 Pedro 2:25 NVI
25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.
1 Pedro 2:25 NTV
25 Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas.
1 Pedro 2:25 NBLA
25 Pues ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas.
Esto es lo que tú eres. Fuiste encontrado, ya no te encuentras a la deriva. Tu vida tiene sentido y está siendo dirigida por Aquel que tiene bien claro el devenir de las situaciones presentes y futuras. El Pastor cuida de ti, te lleva a pastos delicados y hace descansar tu alma. Gracias, Buen Pastor.
Conclusión:
Recordemos, entonces, lo que el Señor está haciendo en nuestras vidas y cómo tenemos que responder en nuestro comportamiento, nuestra relación con nuestras autoridades terrenales y nuestro desempeño en el trabajo.
Y tengamos presente este resumen:
1 Pedro 2:17 RVR60
17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1 Pedro 2:17 NVI
17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.
1 Pedro 2:17 NTV
17 Respeten a todos y amen a sus hermanos en Cristo. Teman a Dios y respeten al rey.
1 Pedro 2:17 NBLA
17 Honren a todos, amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey.