Dejando Los Privilegios Pasajeros Para Servir Mejor A Cristo, IV. (10)

Tesalonicenses - Una Iglesia Ejemplar  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 11 views
Notes
Transcript

Viviendo Como Ejemplo

PCS. Conoce a Cristo y sigue el ejemplo de hermanos maduros que imitan a Cristo, e identifica a los enemigos de la cruz de Cristo considerando que tu ciudadania no es terrenal.
I. Conocer a Cristo Implica Seguir el Ejemplo de Cristianos Maduros, Fil 3:17
II. Conocer a Cristo Implica Conocer a Los Enemigos De La Cruz, Fil 3:18-19.
III. El Hijo De Dios Debe Reconocer Que Su Ciudadanía No Es Terrenal, Fil 3:20-21
Filipenses 3:17-4:1
I. Conocer a Cristo Implica Seguir el Ejemplo de Cristianos Maduros, Fil 3:17
Aprendiendo de los fieles. Fil 3:17.
“sed imitadores de mi”
sed: asumir cierto estado o condición; imitadores: es aquel que está copiando las acciones de la misma persona como otro imitador. 1 Corintios 4:16;11:1
“mirad los que así se conducen” Sal 37:37
Todo creyente es motivo de observación. Siempre hay quien está cerca y busca un ejemplo positivo qué seguir. Esto debe hacernos caminar con “temor y temblor”, pues podemos ser peldaños para que otros suban, o piedras para que otros tropiecen, se debiliten o caigan (Romanos 14:21). Cuán cuidadosos debemos ser en nuestro diario vivir, porque nunca sabemos cuántos están siguiendo nuestras huellas, deseando seguir y llegar a donde nosotros vamos. ¿A dónde les estamos conduciendo?
En este versículo Fil 3:17, Pablo considera a otros hermanos dignos de ser imitados también. El ejemplo de un cristiano es de gran valor, pero el ejemplo de varios cristianos es de mayor fortaleza y nos impulsa a notar el ejemplo supremo de ellos, Cristo Jesús. ¿Ha considerado que su vida está en la mira de otros que desean ser como usted? Ellos lo ven, oyen y aprenden. Si todos los miembros de la iglesia fueran como usted, ¿qué iglesia tendría? Usted es ejemplo de los fieles en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza (1 Timoteo 4:12).
II. CONOCER A CRISTO IMPLICA RECONOCER A LOS ENEMIGOS DE LA CRUZ (Fil 3:18–19)
18Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
Así como aconseja seguir el ejemplo de hermanos maduros, nuevamente exhorta y advierte a que se guarden de los malos ejemplos. Tal era la carga que Pablo sentía por ese peligro, que nuevamente lo recalca con lágrimas, llamándoles “enemigos de la cruz”. Es decir, por su conducta, había algunos que eran enemigos del evangelio que Pablo predicaba y su fin malévolo era detener el avance de la obra del Espíritu en los corazones de los nuevos creyentes.
Las lágrimas de Pablo nos indican que estos enemigos eran cristianos superficiales que se habían infiltrado como convertidos. Esto le dolía al apóstol y le impulsa a repetir lo que ya les había advertido al principio del capítulo (Fil 3:2). Sentía pesar por ellos, pero también por el gran daño que causaban a la iglesia.
Cuando Pablo escribe a los corintios, también tiene que advertirles de aquellos que fingen ser “hermanos”, pero que siguen buscando su propio placer en medio de una conducta desordenada. “… no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuese fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Co. 5:11). Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo y tampoco serán de bendición para los hijos de Dios.
1. Cuyo dios es el vientre (19)
Los que tienen el vientre como dios de su vida, son personas que no toman en cuenta lo que es justo o injusto, sino lo que sienten y quieren. Hacen lo que sus sentidos les dictan. Son glotones y borrachos, sus mentes y corazones son esclavos de sus apetitos: “Comamos y bebamos” podría ser su grito de batalla, sin importarles el precio y consecuencias futuras (Lc. 21:34). Los mandamientos de Dios no tienen valor para ellos; quieren hacer sólo lo que les satisface. Son personas que “… no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Ro. 16:18).
2. Su gloria es su vergüenza (19)
Se jactan de sus pecados. Lo que debería causar vergüenza, despierta su satisfacción y vanagloria. Hay muchos que se glorían de su vida sensual desordenada, de su infidelidad matrimonial, de su falta de honradez, de su inmoralidad, de su vocabulario obsceno, de sus malas acciones y “se recrean en sus errores” (2 P. 2:13). Aquello que debería humillarles, les hace sentir soberbia y superioridad sobre los demás. Se gozan al narrar sus fechorías y sienten satisfacción al ser celebrados por sus compañeros de maldad.
3. Sólo piensan en lo terrenal (19)
Los enemigos de la cruz son materialistas cuya vista no alcanza más allá de lo que pueden ver. Sus pensamientos e intereses están centrados en lo material y temporal. Su anhelo es ganar lo que el mundo ofrece sin considerar el destino eterno de su alma (Mt. 16:26). Con cuánta razón el apóstol Pablo escribió a los colosenses: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Fil 3:2).
Santiago escribe: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Fil 4:4). Son individuos que sacrifican lo eterno en el altar de lo temporal. El consejo del apóstol Pablo es: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Colosenses 3:1).
4. Su fin será perdición (19)
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Co. 6:9–10). “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Ap. 21:8). ¿Qué más podemos añadir? Dios lo ha dicho todo en forma clara, directa y firme. ¡Guardémonos de los enemigos de la cruz![1]
III. El Hijo De Dios Debe Reconocer Que Su Ciudadanía No Es Terrenal, Fil 3:20-21.
A. Tenemos una ciudadanía celestial, Fil 3:20-21.
1. Esperamos un salvador, Fil 1:10,
1 Ts 1:10
Tito 2:13.
B. Tenemos que mantenernos firmes en Señor, Fil 4:1, 1:27
Salmo 27:14 RVR60
Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
“Estad firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, Gal 5:1” “tomando la armadura de Dios, Fortaleceos en el Señor y en poder de su fuerza, Ef 6:10-18”.
Conclusión: la esperanza del cristiano es que llegará un día en que su humanidad se transformará para ser conformado a la imagen de Cristo de tal forma que lo mortal se vestirá de lo inmortal delante del inmortal, Él Único y sabio Dios donde su gloria será por los siglos de los siglos.
Related Media
See more
Related Sermons
See more