La obediencia a la fe (Romanos 1.5)

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“La obediencia a la fe”

Romanos 1:5 NBLA
5 Es por medio de Él que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a Su nombre;
“Por quien [el Hijo de Dios resucitado en poder] recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe”.
Así que la gracia no es solo recibida por fe, es dirigida hacia la fe. Dios da dones de gracia de manera que seamos sus instrumentos en traer “la obediencia a la fe”. Esto es lo que llamo el efecto de la gracia.
Ahora ¿Qué significa la frase “obediencia de la fe”? Las dos opciones principales son: “la obediencia [que viene] de la fe” (NVI), o la obediencia que es la fe, porque el evangelio demanda fe.
Como usted pudiera decir: “obras de valor” –obras que surgen por la valentía o “pedazo de madera” –el pedazo es madera.
Ambas son metas (la fe y la obediencia que viene de la fe) son las verdaderas metas de Pablo en el ministerio.
En otras palabras, si solo quiere decir, “recibimos la gracia y el apostolado, para dar lugar a la obediencia de la fe en todas las naciones”, entonces ¿por qué complicar el asunto y decir “la obediencia de la fe”?
Creo que la respuesta es que él realmente quiere que pensemos no solo en la fe como obediencia, sino también en la obediencia de amor que la fe produce.
1 Timoteo 1:5 NBLA
5 Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
Romanos 9:32 NBLA
32 ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo,
que la obediencia es “por fe [no]… como por obras de la ley” Y veremos en el
Romanos 14:23 NBLA
23 Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe. Todo lo que no procede de fe, es pecado.
En otras palabras, en la mente de Pablo, toda verdadera obediencia es fruto de la fe.
Ahora, ¿por qué es esto? ¿Por qué toda verdadera obediencia viene de la fe? Espero que usted pueda ver la respuesta si compara lo que he dicho hasta ahora acerca de la gracia y la fe.
Dios da gracia como el poder que habilita para el servicio, lo que significa que la gracia es el poder y la habilidad de la obediencia. Así que toda verdadera obediencia es hecha en el poder de la gracia, no en nuestro propio poder.
Pero ¿cómo recibimos y confiamos en la gracia? La respuesta es “por fe”. Así usted puede ver porque toda verdadera obediencia es el fruto de la fe.
Es el fruto de la fe porque la gracia de Dios es dada para habilitar la obediencia, y la fe es la manera en que confiamos en la gracia, y por tanto la obediencia es el fruto de esa fe.
Así que lo que hemos visto hasta ahora es que Dios quiere ser el dador en esta relación. Dios quiere dar gracia. Dios quiere ser el manantial y la fuente de nuestro servicio, nuestra obediencia y nuestro ministerio –sea apóstol, o pastor, o estudiante, o madre o cualquier otro llamado.
Dios pretende ser la fuente de la habilidad, concediendo gracia que sostiene. Nuestro trabajo es confiar en Él y actuar en confianza con Él. Esta es la esencia de la vida cristiana.
¿Por qué todo depende de la gracia, a través de la fe?
Y la última pregunta es ¿Por qué? ¿Por qué Dios establece que sea de esta manera –todo dependiendo de Su gracia a través de nuestra fe? Y la última frase en
Romanos 1:5 NBLA
5 Es por medio de Él que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a Su nombre;
la respuesta: “por quien [Cristo] recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones [= personas] por amor de su nombre” La meta fundamental de todo lo que Dios hace es que Su nombre (o el nombre de Cristo, quien es Su imagen) sea conocido, admirado, apreciado y adorado por encima de todas las otras realidades.
Romanos 9:17 NBLA
17 Porque la Escritura dice a Faraón: «Para esto mismo te he levantado, para demostrar Mi poder en ti, y para que Mi nombre sea proclamado por toda la tierra».
La meta de Dios en la historia y en todo lo que sucede es que Su nombre sea conocido y adorado. El verso 5 dice que el objetivo del apostolado de Pablo es “por amor de su nombre” –es decir que el nombre de Jesús (que es su carácter) pueda ser conocido, amado, atesorado, exaltado y glorificado.
Ahora, es por esto que Dios hace que nuestra salvación y todo nuestro ministerio y toda nuestra obediencia sean dependientes de Su gracia y hace que toda nuestra salvación, ministerio y obediencia sean el fruto de la fe en la gracia –porque el dador recibe la gloria.
Si nuestro ministerio y toda nuestra obediencia son por la gracia a través de la fe, entonces Dios recibe toda la gloria y nosotros recibimos la ayuda.
Si Pablo confía en sí mismo para servir como apóstol, y el efecto de su ministerio fuera causar la obediencia de obras, no la obediencia de fe entre las naciones, entonces el nombre de Cristo no sería adorado, sino el de Pablo.
El dador del poder, quien posibilita la obediencia, recibe la gloria. Este es el modo,
1 Pedro 4:11 NBLA
11 El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Usted ve cuan claramente Pedro establece la conexión: Dios recibe la gloria por nuestro servicio si Dios da la gracia para nuestro servicio, y solo si servimos por fe en esa gracia, en la fuerza de esa gracia y no en la nuestra.
Si Dios Busca Su Propia Gloria ¿Está Amando?
La pregunta decisiva que las personas a menudo hacen acerca de esta enseñanza bíblica es si un Dios que busca la gloria de su propio nombre es un Dios amante.
El libro de Romanos provee dos respuestas a esta pregunta. Primero, en
Romanos 10:13 NBLA
13 porque: «Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo».
Así que sí, para Dios imponer su propio nombre es amar, porque todo aquel que llama en ese nombre será salvado.
Para Él no propagar y exaltar Su nombre, como nuestra única esperanza, sería ser un Dios poco amoroso.
Y la segunda respuesta es dada en
Romanos 5:2b NBLA
2 por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
cuando Pablo dice que mientras nos afirmamos en la gracia por la fe “nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.
En otras palabras la gloria de Dios es nuestra esperanza, nuestra salvación y nuestra gloria –nuestro gozo.
No invocamos el nombre del Señor simplemente para obtener algo. Invocamos el nombre del Señor para que todo lo que nos separa del Señor sea vencido por la gracia de Dios y tengamos acceso al Señor mismo.
“nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.
Por tanto, hacer que el nombre de Dios –que es la gloria de Dios- sea el propósito de toda Su gracia, es amar, porque este es el propósito de todos nuestros anhelos.
¿Es éste –es Él- el propósito de todos sus anhelos? Si lo es, entonces el evangelio de la gracia tendrá sentido y usted lo abrazará. Si no, clame en el nombre del Señor para que Él abra sus ojos para ver la luz del evangelio de la gloria de Cristo, la imagen de Dios
2 Corintios 4:4 NBLA
4 en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
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