Consecuencias de la desobediencia

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Dios advierte a Israel sobre las consecuencias si desobedecen sus preceptos.

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Consecuencias de la desobediencia

Levítico 26:14–17
14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15 y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, 16 yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17 Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

Introducción

Ya vimos las bendiciones de la obediencia.
1. Bendición de Abundancia.
2. Bendición de Paz
3. Bendición de victoria
4. Bendición de multiplicación y prosperidad
5. La bendición de la presencia de Dios.
Ahora veremos lo opuesto, las consecuencias de la desobediencia, las cuales son producto de la actitud consiente del hombre de no querer atender las instrucciones de Dios, y conducirse según su sentir.
Dios trata a los israelitas como seres racionales, responsables de sus actos, y no les esconde nada del pacto que ha sellado con ellos.
Por tanto las consecuencias son resultado de su decisión, y no de una jugada de Dios para someter involuntariamente al hombre a su voluntad .
Las consecuencias vienen gradualmente, no de lleno como las bendiciones.
La maldición tiene cinco partes y empieza con la frase si no me obedeces (v. 14). Pero seguida de otras urgencia aumentadas: si aun con todas estas cosas no me obedecéis… (v. 18), si procedéis con hostilidad… (v. 21), y si con estas cosas no os enmendáis… (v. 23), hasta que se llega al ultimátum y se pronuncia la maldición final en el versículo 27.

1. La maldición de la derrota

La derrota se sería en tres frentes:

Derrota en La salud

“yo los castigaré. Traeré sobre ustedes terrores repentinos: enfermedades debilitantes y altas fiebres que harán que sus ojos fallen y que su vida se consuma poco a poco… Levítico 26:16 (NTV)”
Vendrán sobre ellos enfermedades y fiebres altas que los debilitarán y los consuman poco a poco.
La enfermedad es la antesala a la muerte, y la muerte es el pago por el pecado. (Romanos 6:23). La enfermedad viene como producto de la desobediencia a la Palabra de Dios.
El cristiano que decide voluntariamente no respetar la Palabra de Dios corre el mismo peligro: “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 1 Corintios 11:30

Derrota en su lucha por obtener alimento

...Sembrarán sus cosechas en vano porque sus enemigos se las comerán. Levítico 26:16 (NTV)
Trabajaran duramente por obtener alimento y llegarán los enemigos a robarles sus cosechas.
El proverbista dice de aquellas personas que deciden cerrar el oído al consejo de Dios: “Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca… No sea que extraños se sacien de tu fuerza,
Y tus trabajos estén en casa del extraño. Proverbios 5:7,10

Derrota en la batalla

“17 Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.”
Aquella fuerza que permitía cinco vencer a cientos sería quitada de ellos, y quedarían despojados de la protección divina a expensas de su propia fuerza. No podrán prevalecer en batalla.
Así aquellos cristianos que se alejan de Dios no podrán resistir las asechanzas del diablo, pues no podrán vestir su armadura. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efesios 6:11

2.La maldición de la sequía

Levítico 26:18–20
18 Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20 Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.
Si con la primer disciplina no rectifican sus pasos, la severidad será aumentada.
La tierra perderá su fertilidad, los cultivos producirán muy poca cosecha y productos de mala calidad.
El orgullo de ellos sería desafiado y se esperaría la humillación.

3. La maldición de los animales salvajes

Levítico 26:21–22
21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. 22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.
Si el pueblo seguía empecinado en desobedecer a Dios, vendría la tercer consecuencia, vendían bestias dañinas a su tierra, que pondrían en peligro sus vidas, las de sus hijos y sus ganados, la nación disminuiría en numero, vivirían con miedo y sus calles quedarían desoladas.
En 2 Reyes 2:23-25 relata la muerte de 42 jóvenes que fueron atacados por osos cuando se burlaron del profeta Eliseo.
El Señor tiene una promesa similar para la iglesia: “tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Marcos 16:18
Esto no significa que tenga que ir a provocar a las serpientes o tomar veneno, pues Dios nos ha dado entendimiento para saber que esto no es sabio.
Significa que mientras estemos en obediencia y servicio a Dios, el nos guardará. Es lo que le sucedió a Pablo en la isla de Malta (Hechos 28)

4. La maldición de la devastación

Levítico 26:23–26
23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24 yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. 25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. 26 Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
Esta es la cuarta advertencia, si seguían obstinados en desobedecer, vendrían sus enemigos a atacarlos sin poderlos vencer.
Aunque escapen a las ciudades para protegerse, ahí vendrá el hambre por el asedio y las enfermedades.
Como dijimos, así aquellos cristianos que se alejan de Dios no podrán resistir las asechanzas del diablo, pues no podrán vestir su armadura. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efesios 6:11

5. La maldición de la destrucción total

Levítico 26:27–39
27 Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28 yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29 Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30 Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31 Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32 Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33 y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.
34 Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. 35 Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella. 36 Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37 Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. 38 Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. 39 Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.
En la quinta advertencia viene la destrucción total, la ira de Dios choca con el orgullo terco de Israel.
Los padres se volverán contra sus hijos y se verán forzados a cometer canibalismo. 2 Reyes 6 dos mujeres declaran a Joram un pleito por comerse a sus hijos, cuando eran sitiados por Siria.
Los cuerpos muertos serán apilados sobre los ídolos.
La tierra sería desolada y vacía. Esto sucedió tanto para Israel. Esto se cumplió para Israel con la derrota de los Sirios durante el reinado de Acaz 722 a.C. (2 Crónicas 28)
y Para Judá 586 a.C. (2 Crónicas 36)
Durante este tiempo la tierra gozará de sus años de reposo.

Conclusión

No podemos culpar a Dios del sufrimiento, Él ha dejado su advertencia en su Palabra y aunque muchos sufren, aun no padecen toda la ira de Dios porque Él les está dando aun oportunidad.
Levítico 26:40–42 (RVR60)
40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41 yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42 Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra.
Aun estando en la más terrible desgracia, Dios no los desechará, cuando ellos se humillen el los perdonará y los restaurará.
Así es El Señor con nosotros, es paciente y misericordioso, y mientras tengamos vida, tendremos la oportunidad de volvernos a Él sin importar cuan bajo hallamos caído.
Dios realmente es Dios de restauración.
El mensaje central es que hay bendición si caminamos en obediencia a Dios, y hay peligro si nos alejamos de Él.
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