El Gobierno de la Iglesia 2º Parte.

Gobierno de la Iglesia.  •  Sermon  •  Submitted
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Principios fundamentales del gobierno presbiteriano 1ºParte.

Introducción:

Como vimos la última lección el gobierno presbiteriano consiste en:
Dios ha establecido tres tipos de oficiales para el gobierno de su Iglesia: Los diáconos, los ancianos gobernantes y los pastores o ministros de la Palabra.
Los diáconos tienen una función de servicio y no de autoridad, su propósito es servir en los asuntos prácticos y distribuir la ayuda a los necesitados y están bajo la autoridad de los ancianos y el ministro de la Palabra.
Los ancianos, junto con el ministro de la Palabra tienen la responsabilidad de gobernar la congregación, les corresponde supervisar la labor de los diáconos, cuidar de los miembros de la congregación, la administración del dinero y ser de apoyo al pastor.
El pastor, o ministro de la Palabra es el que tiene la responsabilidad de encargarse de la predicación y enseñanza de la Palabra y de la administración de los sacramentos, además junto con los ancianos gobierna la Iglesia y se somete al cuidado y supervisión de los ancianos.
Entendiendo lo anterior, cada congregación no es independiente de las demás congregaciones y tampoco existe una congregación o pastor que esté por encima de las demás congregaciones si no que todas están unidas en apoyo y supervisión mutuas por medio de la reunión de todos los ancianos y pastores de las congregaciones.
Es, pues, este sistema de gobierno el que vemos más cercano a lo que enseñan Las Escrituras, pero, necesitamos entender también que cada detalle de esta forma de gobierno no está necesariamente determinado por la Palabra de Dios, sin embargo hay ciertos principios fundamentales en las cuales se sostiene. Veremos a continuación los principios Bíblicos en los cuales se sostiene el gobierno presbiteriano.
(Es necesario aclarar que los siguientes principios se han sacado y adaptado de la teología sistemática de Louis Berkhof parte 5º)

1. Cristo es la cabeza de la Iglesia y la fuente de toda su autoridad.

Esta es una verdad claramente expresada en Las Escrituras, sin embargo son muchas las veces que esto se niega cuando alguien o algo ocupa el lugar de suprema autoridad en la Iglesia o se le atribuye ser la cabeza de esta. ¿Qué iglesias han pasado por encima de esta verdad?
La Iglesia Católica Romana al reconocer al Papa como suprema autoridad en la Iglesia.
La Iglesia de Inglaterra al reconocer al Rey, o la reina como literalmente cabeza de la Iglesia.
Pero también se niega el señorío de Cristo en la Iglesia cuando no nos sometemos a su voluntad revelada en Las Escrituras y vivimos la Iglesia según nuestros propios criterios.
Es por esto que necesitamos comprender el lugar que tiene el Señor en la Iglesia y darle ese lugar.

1. Primeramente las Escrituras nos enseñan que Cristo es cabeza sobre todas las cosas tanto por ser parte de la trinidad como también por ser el mediador.

Mateo 28:18–19 RVR60
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Efesios 1:20–22 RVR60
20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Filipenses 2:10–11 RVR60
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Apocalipsis 19:15–16 RVR60
15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

2. Entonces, de una manera especial Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, de una manera orgánica y vital.

Colosenses 1:18 RVR60
18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Efesios 1:22–23 RVR60
22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Efesios 2:20–22 RVR60
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Juan 15:1–8 RVR60
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Colosenses 2:19 RVR60
19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

3. Cristo es la cabeza no solo en virtud de su relación vital con esta sino también como su legislador y rey.

El hecho de que el Señor es cabeza de la Iglesia invisible se ve en el sentido que él tiene una relación orgánica y vital con ella pero él también él es cabeza de la Iglesia visible y esto se demuestra en la autoridad y gobierno que él tiene sobre ella.
Efesios 1:20–23 RVR60
20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Esta autoridad que el Señor tiene sobre su iglesia se manifiesta en los siguientes puntos:
a. El instituyó la Iglesia del Nuevo Pacto.
Mateo 16:18 RVR60
18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
b. Él instituyó los medios de gracia que la Iglesia debe administrar, a saber, la Palabra y los sacramentos
Mateo 28:19–20 RVR60
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Marcos 16:15–16 RVR60
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
1 Corintios 11:23–29 RVR60
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
c. Él dio a la Iglesia su constitución y sus oficiales, y los revistió con autoridad divina, de modo que puedan hablar y actuar en Su nombre.
Mateo 10:1 RVR60
1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Juan 16:19 RVR60
19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis?
Juan 20:21–23 RVR60
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Efesios 4:11–12 RVR60
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
d. Él está siempre presente en la Iglesia cuando esta se reúne en adoración, y habla y actúa por medio de sus oficiales.
Mateo 10:40 RVR60
40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
2 Corintios 13:3 RVR60
3 pues buscáis una prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.

Conclusión:

Todo esto nos conduce a tener cierto temor con relación a la forma en que se gobierna y vive la Iglesia. El Señor ejerce su autoridad por medio de los oficiales que él mismo ha instituido pero no ha cedido su autoridad a ellos, él sigue gobernando su Iglesia y la Iglesia depende de él en todo para sostenerse. Debemos, por tanto darle el lugar al Señor sometiéndonos a su autoridad, dejándonos gobernar por su Palabra.
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