Quién es Jesús.
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· 41 viewsNuestra convicción de quién es Cristo para nosotros debe prevalecer sobre cualquier otra opinión
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Quién es Jesús
Quién es Jesús
Mateo 16:13–17 (RVR60)
13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Introducción
Introducción
El Señor acostumbraba tomar tiempo con sus discípulos para descansar,
viajan a la región de Cesarea de Filipo, un área gentil donde no era muy conocido.
Este era un lugar a las faldas del monte hermón con un clima muy agradable.
Ya habían trascurrido 3 año de ministerio en las regiones de Galilea, ahora debía encaminarse a la recta final, a Jerusalén para enfrentar la cruz.
Pero antes El Señor debía hacerles el examen final a sus discípulos, debían tener la convicción correcta para enfrentar la crisis que se avecinaba, debían sus discípulos estar seguros de sus convicciones.
¿Que dice la gente?
¿Que dice la gente?
13 ...preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
El Señor se identificaba como el Hijo del hombre (Daniel 7:13) para referirse como El Mesías prometido.
El Señor tenía claro que opinión tenían los lideres religiosos de Él, algunos lo llamaban farsante, blasfemo, mentiroso, seguidor de Belsebú.
Pero ¿cuál era el concepto que las personas comunes tenían del Hijo del Hombre.?
Las personas que seguían y buscaban a Jesús tenían claro que era un hombre bueno al que debían seguir y escuchar, pues no solamente hacía milagros sino también enseñaba como ningún otro hombre.
Aunque el concepto que tenían de Jesús era bueno, su verdad estaba influenciada por prejuicios producto de las múltiples opiniones que escuchaban.
Cada quien tenía su verdad según el cristal por donde lo veían. Ese es el problema de confiar en la propia opinión. Lucas 9:57-62, uno dice que debe enterrar primero a su padre, otro que debe despedirse primero.
El acercamiento condicionado a Jesús impedía que lo conocieran verdaderamente.
Juan el Bautista resucitado: Esta era lo opinión que tenía Herodes Antipas, gobernador de Galilea (Mateo 14:2)
Elías: Algunos opinaban que era el cumplimiento de Malaquías 4:5 “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.”
Jeremías, quizá porque al igual que este profeta, El Señor anunciaba un mensaje muy diferente a todos los lideres religiosos.
Alguno de los profetas: Creían que Jesús era un profeta antiguo resucitado, pero los costaba creer que Él era el Mesías Salvador.
Cuando le damos mucha importancia al razonamiento humano, debilitamos nuestra fe.
La respuesta de Pedro
La respuesta de Pedro
Al Señor le importaba más la opinión de sus discípulos, pues de ella dependía el trabajo evangelístico que se debía desarrollar después de su ascensión.
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro responde espontáneamente, en nombre de todos los discípulos: “Tú eres el Cristo el Hijo del Dios viviente”
Declara sin ninguna duda y sin anteponer la opinión de otros que Él es “El Cristo”: El Mesías anunciado por los profetas que venía a traer salvación a toda la humanidad, el cumplimiento de la profecía. “Lucas 4:18–19 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.” (Isaías 61:1-3)
El Hijo del Dios viviente: Pedro no solamente reconoce a Jesús como El Mesías prometido sino que también declara que Él es Dios, el hijo del Dios viviente.
Al inicio El Señor declaró su naturaleza humana llamándose hijo de hombre, ahora El Espíritu Santo revela a través de Pedro su naturaleza divina “Hijo del Dios viviente”
La Bienaventuranza
La Bienaventuranza
Los discípulos sin duda pasaron el examen, tenían muy claras sus convicciones para iniciar la obra evangelística.
El Señor bendice a Pedro: 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Bienaventurado es dichoso.
Le hace ver su condición humana: Simón, hijo de Jonás. Le recuerda de dónde viene, de una familia de pescadores sin letra.
Le afirma que este revelación no la recibió de ningún conocimiento humano. Pues los grandes eruditos de su tiempo tenían mucho conocimiento pero no la verdadera revelación.
Esta revelación la recibió directa de Dios, por su gracia y misericordia, no por los méritos de Pedro, por tanto no tenía nada de que jactarse.
Esta bienaventuranza no significaba que Pedro gozaría de comodidades terrenales, sino de la herencia celestial con Cristo.
Conclusión
Conclusión
¿Quién es Cristo para ti?
Hoy día el mundo tiene muchas opiniones de Cristo, una incluso muy negativas.
Los discípulos no permitieron que las opiniones de la gente afectara sus convicciones.
Procura conocer la verdad escrita en su Palabra: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32”, no le digas amén a todo,
cerciórate por ti mismo en la Palabra cuando escuches algo nuevo. “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11”
¿Tienes muy claro de quién es Cristo en tu vida?
¿Reconoces que Él es tu SEÑOR y Salvador, que sin Él tu vida va rumbo a condenación eterna? o solamente es un concepto religioso?
Permite que El Espíritu Santo te revele como a Pedro la verdad, para que puedas testificar con toda seguridad de Cristo.
Solamente una relación sincera con Cristo podrá darle la convicción correcta de quién es Él.