Huyendo del propósito de Dios
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· 1,793 viewsLa conducta rebelde de Jonás fue un medio por el cual Dios cumplió su propósito en la vida del profeta, de los marineros y de Ninive.
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Huyendo del propósito de Dios
Huyendo del propósito de Dios
Jonás 1:1–3
1 Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: 2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. 3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Introducción
Introducción
La historia de de Jonás se conoce por haber sido tragado por un pez grande y luego ser arrojado en Nínive 3 días más tarde.
Sin embargo, hoy nos enfocaremos en como Dios utilizó su rebeldía para cumplir sus propósitos divinos.
El llamado de Dios
El llamado de Dios
Dios había escogido a Jonás hijo de Amitai para ser profeta, le da la orden de ir a predicar juicio sobre la importante ciudad de Nínive, capital del reino Asirio, cuyo ejército tenía fama de ser cruel, y que unos cuantos años más tarde destruiría el reino de Israel y llevaría cautivo a sus habitantes.
Los llamados de Dios quizá no tengan sentido para nosotros, y por esa razón dudaremos de su autenticidad.
Pero Jonás si estaba seguro que su llamado provenía de Dios, aunque no tenía sentido para su razonamiento.
Dios tiene un llamado para cada uno de nosotros, algunos es un llamado para cosas grandes y extraordinarias, otros un llamado a cosas aparentemente pequeñas. Para Dios todos los llamados tienen el mismo valor e importancia.
Espera que seamos obedientes.
La rebeldía de Jonás
La rebeldía de Jonás
Aunque Jonás tenía el encargo de predicar juicio, sabía que si Nínive se arrepentía, Dios los perdonaría: Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Jonás 4:2.
Por esa razón prefirió dejar que el juicio de Dios cayera sobre ellos sin advertirles antes.
Cuantas veces nosotros actuamos así, dejando que los “malos” sean condenados porque creemos que se lo merecen sin antes advertirles.
Jonás sabía que no podía huir de la presencia de Dios: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Salmo 139:7”.
Pero creía que podía renunciar al llamado de Dios, seguiría siendo creyente a su manera y conveniencia.
Así muchos quieren vivir el evangelio a su manera y conveniencia, si considerar la voluntad de Dios.
Otros deciden alejarse de Dios creyendo que estan bien con Dios, sin saber que al no cumplir el propósito de Dios en su vida estan pecando: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Santiago 4:17”
La Soberanía de Dios
La Soberanía de Dios
La vida de Jonás fue en descenso, primero desciende a Jope, luego desciende al interior de la nave a dormir, desciende a lo profundo del mar, para finalmente descender al vientre del pez.
Así la persona que se aleja de Dios, su vida va en descenso.
Jonás tomó un barco con rumbo opuesto a Nínive, estaba tan confiado en su decisión que aunque la tormenta estaba fuerte dormía profundamente.
Pero Dios tenía preparada una tormenta, lo llevó a la misma muerte para hacerle volver: “Dijo: «En mi angustia clamé al Señor, y él me respondió. Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio, y tú escuchaste mi clamor. Jonás 2:2 (NVI)”
Fue la crisis (el pez) que Dios usó para hacerle volver al propósito.
Conclusión
Conclusión
Dios usó la rebeldía de Jonás para cumplir su propósito, pues los habitantes de Nínive al ver el daño que había sufrido en el vientre del pez, estuvieron dispuesto a escuchar su mensaje.
Se arrepintieron de su pecado, se convirtieron de su mal camino y Dios les perdonó: “Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”
De uno u otra manera Dios cumplirá su propósito en nosotros, pues Él es soberano, y aún nuestra crisis servirá de testimonio de su grande amor y misericordia.