Una Cena inolvidable.

Lucas  •  Sermon  •  Submitted
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Jesús cierra definitivamente la celebración de las Pascua, para establecer el memorial que recordaría por las eras de la iglesia su sacrificio sustitutivo en la cruz del calvario.

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Lc 22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! 16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. 21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. 22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! 23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.

INTRODUCCIÓN.

El fundamento del cristianismo se encuentra en Cristo mismo, sin el, no hay verdadero cristianismo; despojarlo de la persona y la obra sustitutiva de Cristo en la cruz, es simplemente quitarle de su validez, certeza y fundamento para convertirla simplemente en otra religión más.
Eso es precisamente lo que muchos contemporáneos han venido haciendo; se han encargado de quitar del dentro la figura de Jesucristo y su sacrificio sustitutivo, para hacerlo más “agradable” al oido, “menos sangriento”, y “poniendo al hombre y sus necesidades en el centro del mismo del cristianismo”.
Para muchos, el cristianismo consiste en que Dios esta “más interesado” en satisfacer las necesidades temporales de sus hijos, (salud, bienestar, estabilidad social, política, economica, etc.) en esta tierra, que en su salvación eterna.
Pero, si el problema de hombre estuviera en la resolución de sus necesidades ahora y estas fueran solamente de tipo social o políticas; Dios hubiera mandado un político o un activista social; si fueran económicas; entonces hubiera mandado a un economista; o si tuvieran que ver con su salud física, entonces hubiera mandado un médico.
Sin embargo en el mensaje central que aparece por todas las paginas de la Biblia, vemos que el problema principal del hombre no tiene nada que ver con sus necesidades externas, sino que es interno, desde lo profundo de su corazón, él vive enemistado contra Dios, y todo lo que Él representa (rectitud, justicia, amor, santidad, pureza, etc.) a causa del pecado que hay en el.
Delante de Dios el hombre es culpable de vivir en continua rebeldía y quebrantando santa ley, eso lo tanto eso lo convierte en culpable ante sus ojos y por consiguiente, es entonces acreedor al pago de esa deuda contraída para con Dios.
Como el hombre no puede pagar esa deuda, es ahí donde se manifiesta la luz resplandeciente de la figura del Señor Jesucristo, el fundamento de nuestra fe. Dios tuvo que enviar a su Propio Hijo, para resolver el problema que el hombre no podía resolver.
En una perfecta comunión, el Padre, Hijo y ES; establecieron la única forma en la el hombre podría reconciliarse con DIOS, y es por la persona de Jesucristo. Alguien tenía que pagar la deuda y ese es simplemente Jesús.
Es a partir de este momento, que Lucas al igual que el resto de los evangelistas, nos dan una descripción muy detallada de los sucesos que se llevaron a cabo durante las últimas horas de vida del Señor Jesús antes de cumplir por completo la misión de nuestra redención.
Horas antes de morir, Jesús encomendó a Pedro y Juan de ir a buscar del lugar que estaba preparado para la celebración de la última pascua en la vida del Señor y ahí mismo el establecería una nueva celebración sobre una liberación más gloriosa, que el evangelista nos describe los sucesos de aquellas últimas horas del Señor Jesús.
Lc 22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.
Para los judíos los días comenzaban con la puesta de sol al caer la tarde. Y la celebración de la fiesta de la pascua comenzaba oficialmente en ese momento.
La Pascua judía era la fiesta más importante del calendario religioso, pues era una celebración para conmemorar la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
Ex 12:14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
Las ordenes de Dios para la celebración de la Pascua a la salida de Egipto habían sido que el cordero tenía que comerse de prisa, con los zapatos puestos y con los vestidos listos como si fueran a salir, en señal de recordatorio de como Dios lo había sacado. No obstante podrían reclinarse también porque Dios les había dado reposo.
En la celebración se hacía en la mesas donde podían estar sentados los participantes (recostados, recargados del lado izquierdo con los pies hacia atrás de la mesas, donde podían mirarse todos, con el anfitrión de la casa a la cabeza.)
Durante la celebración de la Pascua había varias etapas distribuidas durante las horas que duraba la festividad y que se entrelazaban con la conversación.
En la mesa había 4 copas distintas que eran bebidas durante toda la celebración. Estas copas eran llenas de 3/4 de agua por 1/4 de vino (jugo de uva fermentado)
1) Iniciaba, con una oración de acción de gracias ofrecida por el Jefe de familia por la liberación, la bondad, protección y bendición recibidas durante todo el año. (ahí se bebía la 1ª Copa de bendición).
2) Después se comían las hierbas amargas, sumergiendo un pedazo de pan en una pasta formada de nueces y frutas como un recordatorio de la amargura de la esclavitud en Egipto.
3) Luego; los participantes de la cena cantaban la primera parte del Hallel 113-114 (colecciones de Salmos 113-118), para después proceder la lavamiento ceremonial de la manos. (Al terminar bebían la 2ª copa).
4) El padre de familia o la cabeza de la ceremonia (Jesús en este caso), explicaban el significado de la pascua. (esta pregunta la hacía uno de los hijos en las familias porque esa era una noche diferente.
5) Venía entonces la cena principal que consistía en un cordero asado (en conmemoración a las ordenes a los antepasados antes de salir de Egipto) y los panes sin levadura (salieron de prisa). (Cuando iba avanzando esta parte de la comida se bebía la 3ª Copa.)
6) Hacía el final de la celebración; se cantaba el resto del Hallel 115-118 y al terminar se bebía la ultima copa.
15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
El Señor Jesús nunca se vio a sí mismo como una víctima. Él estaba completamente consciente del propósito de su encarnación en la tierra. Él sabía que había venido al mundo a morir por los pecadores.
He ahí la intensidad en sus palabras para con los discípulos.
La frase en el griego original de la frase “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua, antes de padezca!”, muestra el énfasis y la intensidad de gozo que le producía tener esa comunión intima con lo suyos.
En una cuantas horas Él sabía que iba a ser entregado, para ser muerto; sin embargo y a pasar de eso Jesús nunca dejo de amar a sus discípulos, de cuidar de ellos, y de interesarse en ellos.
Jn 13.1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
El amor de Jesús por lo suyos va más allá de las palabras. No es un amor cursi, sentimental, emocional o de película. Su amor es es uno que no puede expresarse con palabras.
Los sufrimiento, las tribulaciones o las dificultades que enfrentamos en la vida, no deben ser ninguna clase de distractor que nos aparte de cumplir el propósito de Dios para nuestra vida aqui en la tierra.
NTV Jn 15:13 No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.
Jesús no estaba poniendo los ojos en los sufrimientos de le venían encima, eso nunca lo distrajo de la meta, y tampoco fueron razones para no amar a los discípulos.
El amor de Cristo no estaba basado en un sentimiento, sino en una convicción verdadera, lo mismo el nuestro nuestro amor por el Señor y por otros no debe estar basado en nuestro estado de ánimo o nuestros sentimientos, sino en la evidencia del amor que Jesús mostró por nosotros.
Las palabras de Jesús nos revelan con cuanto anheló el deseaba estar con los discípulos. Ese es el mismo anheló con el el Señor quiere estar en comunión con nosotros en nuestra mesa (intimidad)
16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
El Señor, estaba consiente que iba a morir en unas horas, que no volvería a comer esta celebración más, pero su muerte no era un mensaje de se acabo aquí todo, sino uno de esperanza; “hasta que se cumpla en reino de Dios”
El Evangelio no terminó en la Cruz, Cristo se levanto de los muertos, ascendió al cielo, y prometió que volverá. El evangelio puede darle al hombre lo único que nada ni nadie puede darle, ¡Esperanza!
También la palabras de Jesús tienen un sentido simbólico, porque el prometió una celebración donde habrá un cumplimiento completo de las cosas, en los cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia, celebraremos no la liberación de la esclavitud de Egipto, sino la celebración de que Cristo derroto totalmente con su victoria en la cruz al pecado, a la muerta y a toda la maldad.
17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
Cuando Jesús levantó esta copa (1 Copa, la de bendición), marcaba el inicio la celebración de la Pascua.
Al ser Jesús quien dio la instrucción de repartir la copa entre los asistentes, el estaba actuando como el anfitrión o como el cabeza de la familia, con la intención de que todos los que estaban en la mesa participaran igualmente en la celebración y de exaltar a Dios (esto incluye a Judas Iscariote mismo).
Hay una exhortación muy clara a quienes somos cabezas de familia, es nuestro deber, enseñar en nuestros hogares a nuestra familias a exaltar a Dios, a explicarles a ellos porque hacemos los que hacemos, y de la misma forma a seguir los pasos de Jesús.
18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
Una vez más el Señor esta reiterando la esperanza a todos aquellos que tienen puesta su fe para salvación en él. Su palabras son un anticipo del anuncio de la Boda del Cordero.
LBLA Ap 19:6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. 7 Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino. 9 Y el ángel me dijo: Escribe: «Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero». Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Cuando el Señor regrese y establezca su reino eterno, el cumplimiento en aquella reunión será completo, en toda su plenitud, donde todos aquellos que hemos sido salvados por medio de la Sangre del Cordero, podremos celebrar la victoria final de Nuestro Dios.
Para estos momentos de la celebración, ya había tomado la copa de la bendición, ya habían hecho el lavado ceremonial de las manos, ya habían cantado los dos primeros salmos del Hallal y ya Jesús había explicado el significado de la pascua a los discípulos.
Hasta aquí termina la descripción de la celebración de la Pascua. Pero lo que el Señor Jesús estaba por hacer era algo que dejaría atrás todo aquello que fue sombra y figura de la que había de venir.
19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Lo que el Señor estaba por hacer, era revelar de una forma clara el propósito que había tenido todo el sistema rituales, sacrificios, del sacerdocio, el templo y todas las ceremonias.
La pascua había tenía dos fines: a) Servir de memoria al pueblo de Israel sobre la poderosa mano de Dios que los libro de la esclavitud de Egipto, b) era un figura profética que apuntaba al sacrificio sustitutivo de Cristo en la cruz del Calvario por el pecado de la humanidad como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Las palabras de Jesús “Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado… Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”, han sido interpretado incorrectamente por la iglesia católica que sostiene la doctrina de la transubstanciación. De acuerdo con esta doctrina durante la misa, la sustancia (aunque no la apariencia exterior) del pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo reales.
Esta declaración del Señor Jesús no debe ser tomar más literalmente de lo que son, porque el Señor muchas veces hablo sí. mismo con otras referencias de figuras.
Jn 10:7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas
Jn 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Jn 6:48 Yo soy el pan de vida. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
El verbo “es” en este caso no significa “es idéntico a” o “se transforma en”, sino más bien “representa”, “significa” “representar”.
Lo que Jesús esta usando es un lenguaje figurativo, para enseñar verdades espirituales a los discípulos.
Los judíos sabían que era abominación a Dios comer sangre, o comer carne humana, así que ellos entendieron claramente que se trataba de un simbolismo.
Las palabras del Señor Jesús con respecto a su cuerpo representaban la más profunda verdad expresada en las escrituras, Cristo iba a ser la verdadera ofrenda sustitutiva por el pecado.
He 10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Durante cientos de años el pueblo de Israel había llevado este sistema de sacrificios y ofrendas con el fin de cubrir los pecados, sin que estos fueran suficientes para desaparecerlos; un animalito inocente tenía que morir como pago por la culpa.
Sin embargo; en sus palabras el Señor Jesús estaba diciendo que él sería la única ofrenda verdaderamente inocente, sustitutiva y expiatoria aceptable ante Dios que pudiera satisfacer su santa condenación contra el pecado.
Jesús les estaba diciendo a los discípulos, mi cuerpo va a ser dado por cada uno de ustedes por amor. Jesús no estaba diciendo que el pan se convertiría en su cuerpo, sino que más bien de aquí en adelante el pan sería una representación su cuerpo que fue dado en sacrificio voluntario por nuestros pecados.
1 P 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados
2 Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Lo que el Señor estaba estableciendo ahora era un memorial de un nuevo y mejor Pacto entre Dios y los hombres.
20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
De la manera que alzo el pan, dando gracias, el Señor Jesús también levanto la copa para agradecer, esta era la (3ª), la que venía después de que había pasado la comida principal (el cordero asado y los panes sin levadura).
En el complejo sistema de sacrificios de Antiguo Pacto, tenía que haber derramamiento de sangre para él hubiera perdón por los pecados.
He 9:18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Pero cuando Jesús esta diciendo a los discípulos “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”, les esta una vez más aclarando, que su muerte y el derramamiento de su sangre serían el sustituto perfecto para todos aquellos que creyeran en Él.
Con su muerte Jesús pagaría una sola vez y para siempre la deuda de pecado de había sido contraída por el hombre en Adán para todas sus generaciones.
¿Esto quiere decir que entonces todos estan a salvo de la condenación por la muerte de Cristo?
Cristo murió por todos los pecadores, su sacrificio es suficiente para salvar a todos los hombres, sin embargo no todos son salvos, ¿porque es esto? Porque no todos creen.
Solo el sacrificio de Cristo es aplicable a aquellos que ponen su confianza para perdón de pecados, para aquellos que claman verdaderamente por misericordia en arrepentimiento por sus pecados, es ellos, a los que Dios les da la potestad el derecho de ser llamados hijos de Dios, solo para ellos es aplicable el glorioso y grandioso sacrificio de Cristo.
La Muerte de Jesús fue el pago definitivo, el fue el unico capaz de llevar sobre sí mismos el pecado completo de la humanidad y sufrir sobre su cuerpo la ira de Dios sobro todos aquellos que creen en él.
Con su muerte en la Cruz, el Señor abrió la puerta a un “nuevo pacto” ratificado con su sangre.
Por medio del derramamiento de su sangre que estaba siendo profetizado en ese momento por Él mismo, el Señor esta anunciado y ratificando que todos que todos aquellos que pusieran su fe en el para salvación recibirían el perdón de sus pecados.
El sacrificio del Señor Jesucristo confirma un pacto mucho mas excelente, alto y sublime que cualquier otro pacto ratificado con sangre.
Jr 31:31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
El nuevo pacto de Dios para con los hombres es un pacto de perdón completo, total, y es el unico pacto salvador.
Es por ello que imprescindible, es indispensable, es esencial y de vital importancia que todo creyente verdadero ponga atención en la palabras de Jesús, la Cena del Señor no es un ritual místico, mágico, o tiene en sí mismo poderes salvíficos; es un memorial, pero de suma importancia.
1 Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Por eso es que cada vez que la iglesia lo celebra deber ser para cada uno de nosotros un recordatorio del precio altísimo que se pago por nuestra salvación, lo que costo nuestra redención ante los ojos de Dios, la muerte de su propio Hijo.
21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
Parecería que Judas hubiera participado de la celebración de la Cena del Señor, sin embargo no debemos perder de vista que muchas veces los eventos de Lucas no guardan un orden cronológico en su evangelio, sino más bien temático.
Pues en los otros evangelios sinópticos como Mateo 26:20-25 y Marcos 14:18-21 nos muestran que el anuncio de Jesús sobre la tradición de Judas se dio durante la celebración de la Pascua.
Juan 13:21-30 nos da una claridad mayor sobre el hecho de que Judas participo durante la celebración de la pascua, pero no estuvo en el establecimiento de la Cena del Señor.
22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! 23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Judas participo durante todo el ministerio de Jesús, escucho las 3 veces que Jesús anuncio su muerte y sabía de los padecimientos que habrían de venir sobre él, sabía que Jesús había dicho que esto estaba determinado por el consejo de Dios.
Sin embargo, y a pesar de que el plan que Dios tenía que ver con la muerte de su hijo; esto no exime a Judas de ninguna forma de su responsabilidad sobre sus actos diabólicos y pecaminosos. Judas actuó con pleno conocimiento de causa y por su propia voluntad.
Jesús había orado toda una noche antes de elegir a los 12, él sabía que el Corazón de Judas había el potencial de traicionarlo, al igual que en el corazón de los otros 11. Cuál fue la diferencia?
Judas nunca nació de nuevo, fue a todas las reuniones con Jesús, estuvo en todas sus campañas misioneras, llevo la administración financiera del ministerios de Jesús, pero su corazón nunca se convirtió.
Por eso el crimen de Judas es totalmente atroz, porque disfruto de la confianza, de la comunión, de la intimidad con Jesús, pero nunca lo abrazo como su Señor.
No importa que tal cerca se este de la verdad si esta no se abraza en el corazón es como si esta no se conociera nunca. Mientras Judas nunca abandono su mal andar, los que eran verdaderos discípulos se inquietaron.
Lo que no debemos peder de vista, es que el Señor es Señor de todo, el nunca perdió el control de la situación, lo de Judas no le sorprendió, tampoco los que pararía más adelante con Pilatos o Herodes, Dios siempre ha estado y siempre estará en control.
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