La oración

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La Oración

Una de las cosas mas martirizante para un Cristianismo frio es la oración, esa conversación con Dios viene a ser como castigo, algo sin gozo, es como ese rostro que va perdiendo su sonrisa, al saber que tiene un encuentro con su creador.
Hay muchas formas de orar, por compromiso, por impulso, por costumbre, por una enfermedad, por desesperación, pero orar por gratitud, orar reconociendo nuestra condición de pecadores y nuestra necesidad de Él.
Pero eso es solo la consecuencias de lo que realmente esta pasando con respecto a nuestra percepción de Dios.
¿Alguien que tiene la obligación de darnos bendiciones y cuidarnos?
¿Alguien que me tiene que hacer millonario?
¿Alguien que esta allí sentado viendo lo que esta pasando?
¿Una especie de trabajador para hacer lo que nosotros queramos?
Hoy en dia muchos de los que profesan ser creyentes en el evangelio, tienen una vida de oración menor de los que no creen en el Evangelio. Vemos a personas que dicen no practicar ninguna religión orar mas que un creyente!!!!
La oración es el gozo del Cristiano
Una de las más claras demostraciones de que la búsqueda de nuestro gozo y la búsqueda de la gloria de Dios están supuestas a ser una misma, es la enseñanza de Jesús en oración en el evangelio de Juan.
Las dos frases claves son Juan 14:13 y 16:24. Una muestra que la oración es la búsqueda de la gloria de Dios. La otra muestra que la oración es la búsqueda de nuestro gozo.
Juan 14:13 LBLA
13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Juan 16:24 LBLA
24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.
El propósito final del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de Él por siempre. Y el hecho principal del hombre por el cual se preserva la unidad de estas dos metas es la oración.
Así pues, los Cristianos que procuran en la gloria de Dios que su propio gozo sea completo, serán sobre todo personas de oración.
Así como un venado sediento se agacha a beber del arroyo, la postura característica del Cristiano es sobre sus rodillas.
Si somos sinceros, el cambio de paso durante el año pasado y la repentina enfermedad han probablemente lastimado bastante la disciplina de su vida de oración.
Quizás todo lo que necesitan es que alguien les recuerde su importancia y estarán de vuelta en el feliz camino de levantarse temprano o de la meditación a mediodía o la oración tarde en la noche.
Necesitamos puntos través del año en que tomamos nuestras cargas y reajustamos nuestra ruta. Espero que el día de hoy sea uno de esos puntos en su vida de oración.
Recuerda que la oración mas que una lista de deseos es la guía de Dios para nuestra vida, si nosotros nos comportamos como niños caprichoso haciendo berrinche con algo que queremos, pronto saldremos desilusionados de la oración.
Veamos más de cerca la oración como la búsqueda de la gloria de Dios y la oración como búsqueda de nuestro gozo, en ese orden.
Juan 14:13 LBLA
13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Supón que estás totalmente paralizado y no puedes hacer nada por ti mismo excepto hablar.
Y supón que un amigo fuerte y confiable prometió vivir contigo y hacer todo aquello que necesites.
¿Cómo glorificarías a tu amigo si un extraño viniere a verte?
Podrías decir, “Amigo, por favor levántame y pon una almohada detrás de mí para que pueda ver a mi huésped.
¿Y podrías ponerme los lentes también por favor?”
Tu visitante entendería al oírte que estás desvalido y que tu amigo es fuerte y amable. Glorificas a tu amigo al necesitarle y pedirle ayuda y contar con él.
Juan 15:5 LBLA
5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
Así que realmente estamos paralizados. Sin Cristo no somos capaces de hacer nada bueno
Romanos 7:18 LBLA
18 Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.
Pero Dios desea que llevemos fruto – que amemos personas. Así que promete hacer por nosotros (como un amigo fuerte y confiable) lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
¿Y cómo lo glorificamos? Jesús nos responde en
Juan 15:7 LBLA
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
Oramos. Pedimos a Dios que haga por nosotros a través de Cristo lo que no podemos hacer por nosotros mismos – dar y llevar fruto. Entonces el verso 8 muestra el resultado que buscamos:
Juan 15:8 LBLA
8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.
Entonces, ¿cómo es glorificado Dios mediante la oración? La oración es admitir abiertamente que sin Cristo nada podemos hacer.
La oración es apartarnos de nosotros mismos a Dios, en la confianza de que Él proveerá la ayuda que necesitamos.
La oración nos humilla cual necesitados y exalta a Dios como acaudalado.
Juan muestra cómo la oración glorifica a Dios es Juan 4:9-10. Jesús le había pedido a una mujer un vaso de agua:
Juan 4:9–10 LBLA
9 Entonces la mujer samaritana le dijo*: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) 10 Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a El, y El te hubiera dado agua viva.
Jesús le dice a la mujer, “Si tú conocieras el don de Dios, y quién soy yo, orarías a mí.”
Hay correlación directa entre no conocer bien a Jesús y no pedir mucho de él.
La falla en nuestra vida de oración es generalmente falla en conocer a Jesús.
“Si supieras quién habla contigo, ¡me pedirías!”
Un cristiano que no ora es como un conductor de autobús tratando de empujar su vehículo fuera de una grieta por sí solo, porque no sabe que Clark Kent (Superman) está en el autobús. “Si supieras, pedirías.”
“Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te habla, pedirías – ¡TÚ PEDIRÏAS!”
Y la implicación es que aquellos que piden – cristianos que invierten su tiempo en oración - lo hacen porque ven que Dios es un grandioso dador y que Cristo es sabio y misericordioso y poderoso por sobre toda medida.
Sus oraciones glorifican a Cristo y honran su Padre. El principal fin del hombre es glorificar a Dios. Así pues, cuando nos convertimos en lo que Dios creó para ser, nos convertimos en personas de oración.
Pero el principal fin del hombre es también disfrutar de Dios por siempre. Y esto nos lleva de vuelta a
Juan 16:24 LBLA
24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.
¡Procuren la plenitud de su gozo! ¡Oren! De esta palabra sagrada y de la experiencia entendemos una regla simple: entre cristianos profesantes, la falta de oración siempre producirá falta de gozo.
¿Por qué? ¿Por qué una profunda vida de oración lleva a plenitud del gozo pero una vida superficial de oración produce descontento? Jesús da al menos 2 razones.
Una se halla en Juan 16:20-22. Jesús advierte a sus discípulos que sufrirán en su muerte, pero se regocijarán nuevamente en su resurrección:
Juan 16:20–22 LBLA
20 En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. 21 Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo. 22 Por tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo.
¿Cuál es la fuente del gozo en los discípulos? Respuesta: la presencia de Jesús: “Yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará…” Ningún cristiano tendrá plenitud de gozo sin una comunión vital con Jesucristo.
El conocer sobre él no será suficiente y trabajar para él tampoco. Debemos tener una comunión personal, vital con él; de otra manera, el cristianismo se volverá una carga sin gozo.
En su primera carta, Juan escribió,
1 Juan 1:3b–4 LBLA
3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.
La comunión con Jesús compartida con otros es esencial para la plenitud del gozo.
La primera razón del por qué la oración lleva a plenitud de gozo es que la oración es el nervio central de nuestra comunión con Jesús. Él no está aquí físicamente para que le veamos. Pero en oración hablamos con Él como si estuviera aquí.
Y en la quietud de esos momentos escuchamos sus pensamientos y vertimos en Él nuestros anhelos.
Juan 15:7 LBLA
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
Cuando las palabras de Jesús permanecen en nuestra mente oímos aún los pensamientos del Cristo vivo, pues Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Y del profundo escuchar del corazón viene el lenguaje de oración como incienso dulce frente al trono de Dios.
Una vida de oración lleva a plenitud de gozo porque la oración es el nervio central de nuestra vital comunión con Jesús.
La otra razón porque la oración produce plenitud de gozo es que la oración provee el poder para hacer lo que amamos hacer, pero que no hacemos sin la ayuda de Dios.
El texto dice, “Pedid y recibirán, para que su gozo sea completo.” La comunión con Jesús es esencial para el gozo pero hay algo implícito que nos impele a compartirlo con otros.
Un cristiano no puede ser feliz y mezquino, porque es más bendito dar que recibir. Así, la segunda razón por la que una vida de oración lleva a plenitud de gozo es que nos da el poder de amar. Si la bomba del amor se seca, es porque la tubería de la oración no es lo suficientemente profunda.
La oración busca el gozo en la comunión con Jesús y en el poder de compartir su vida con otros. Y la oración procura la gloria de Dios al tratarlo como la reserva de toda esperanza.
En la oración admitimos nuestra pobreza y la prosperidad de Dios, nuestra bancarrota y su botín, nuestra miseria y su misericordia. Así pues, la oración exalta grandemente y glorifica a Dios, precisamente al procurar todo lo que deseamos en Él y no en nosotros mismos.
“Pedid y recibiréis, que el Padre sea glorificado en el Hijo para que vuestro gozo sea completo.”
te insto a que tomes 10 minutos esta tarde para pensar tus prioridades y cómo entra la oración en ellas.
Haz nuevas resoluciones. Prueba alguna nueva ventura con Dios. Fija un tiempo. Fija un lugar. Escoge una porción de las escrituras como guía. Todos necesitamos correcciones a medio camino.
Haz hoy un gran día de volver a la oración – para la gloria de Dios y la plenitud de tu gozo.
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