Un sumo sacerdote superior.

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El final del cap. 4 y dos terceras partes del cap. 5 introducen otra área de superioridad de Jesús: su sacerdocio. Los Hebreos tenían su sumo sacerdote, pero el escritor les muestra que Jesús es superior a él y a todos los que habían tenido.
Leer Heb 4:14-5:10
Sumo sacerdote, como la palabra griega “ἀρχιερεύς” lo indica describe al sacerdote que tenía la posición más alta o principal.
En español conocemos el prefijo “archi” (‘más importante’, ‘superior en autoridad’, ‘destacado’) como en “archienemigo”, “archipielago”, o archiduque.
El sumo sacerdote era aquel bajo el cual estaban los demás sacerdotes. Era quien representaba al hombre delante de Dios.

Jesús trascendió los cielos.

“un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios,” Heb 4:14
Lo más cerca de la presencia de Dios que el sumo sacerdote podía llegar era el lugar santísimo, y eso seguramente una sola una vez al año.
Al morir, todos los sumo sacerdotes, eran enterrados al igual que todos los hombres, pero Jesús, nuestro sumo sacerdote, descendió del Cielo, dejando su trono de gloria; cumplió Su misión en la Tierra (morir por los pecadores), y regreso a Su morada celestial.
Después de darle a Sus discípulos la comisión de testificar de Él, transcendió los cielos:
Acts 1:9–11 LBLA
Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos. Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
Ephesians 4:10 LBLA
El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.)
Los Hebreos conocían muy bien las palabras del Salmo 110. El escritor de Hebreos hace mención de parte de esas palabras: “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”
Pero dicho Salmo comienza diciendo:
Psalm 110:1 LBLA
Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
En su primer sermón, Pedro les mencionó esas palabras, pero fue más allá, demostrando que Jesús había trascendido los cielos:
Acts 2:32–36 LBLA
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: “Sientate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Jesús se compadece de nuestras debilidades.

Estuvo sujeto a toda tentación.

uno que ha sido tentado en todo como nosotros,” 4:15a
Él nos entiende cuando enfrentamos tentación porque Él lo vivió en carne propia. Él sabe la presión del enemigo, el sabe lo duro del ataque para que pequemos y, por lo tanto, comparte nuestro sentir. Ese es precisamente el significado de compadecerse “compartir el sentir de alguien” (συμπαθέω); otra manera de decirlo es “simpatiza con nosotros”.
Eso no quiere decir que Él acepta que cedamos a la tentación, pero sabe lo que es estar allí.

No pecó, a diferencia de los otros sacerdotes.

tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.Heb 4:15b
Los sumos sacerdotes de Israel eran tan pecadores como el pueblo a quien servían o representaban. Por lo tanto, presentaban ofrendas por su propio pecado, y despuésr los pecados del pueblo.
Hebrews 5:2–3 LBLA
y puede obrar con benignidad para con los ignorantes y extraviados, puesto que él mismo está sujeto a flaquezas; y por esa causa está obligado a ofrecer sacrificios por los pecados, por sí mismo tanto como por el pueblo.
Un pecador no podía redimir a otro pecador. Solamente aquel a quien Juan el Bautista se refirió como “el cordero sin mancha que quita el pecado del mundo” podía hacerlo.

Nos socorre cuando nos acercamos con fe.

4:16
Los sumos sacerdotes del pueblo no podían ofrecer gracia porque la gracia le pertenece a Dios. Ellos ministraban la Ley, la cual condenaba, pero este sumo sacerdote, Jesús, ministra la gracia:
John 1:17 LBLA
Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo.
Leí un pensamiento que decía: “Cuando estés en problemas, no digas “¡mi papá me va matar!” sino “¡necesito hablarle a mi papá!””
En Cristo, nuestro sumo sacerdote, encontramos misericordia, gracia y ayuda. Que lindo es saber que no importa el problema que tengamos, podemos ir a Él sabiendo que nos recibirá y ayudará.

Jesús es sacerdote de diferente orden.

El orden Aarónico.

Cuando Dios sacó al pueblo de la esclavitud de Egipto, Él escogió a los Levitas para serrvirle y, de entre ellos, a Aarón, el hermano de Moisés, para que fuera el sumo sacerdote escogido del pueblo.
El sumo sacerdocio era una posición heredada. A la muerte de Aarón, su hijo Eliazar fue el siguiente. Y así sucesivamente, cada vez que moría el sumo sacerdote, otro de su línea genealógica llenaba la posición.
Una de las debilidades del sacerdocio levítico era que aunque ministraban al pueblo presentando ofrendas a Dios, no podían cambiar el corazón de los hombres, y mucho menos perfeccionarlo. Por lo tanto, se necesitaba un mejor sacerdocio que fuera de diferente orden o linaje.
Jesús sería ese ansiado sacerdote. Él es superior porque es de diferente orden, el de Melquisedec.

Del orden de Melquisedec.

Hebrews 7:11 LBLA
Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado según el orden de Aarón?
Melquisedec es el primer sacerdote que aparece en la Escritura. Después de que Abraham había derrotado a varios y rescatado a Lot, se encontró con Melquisedec
Genesis 14:17–20 LBLA
A su regreso después de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, es decir, el valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram el diezmo de todo.
Descrito como sacerdote del Dios Altísimo. Su nombre significa Rey de Justicia o Rectitud y presentado como rey de Paz. Es interesante que de Melquisedec no se menciona su genealogía:
Hebrews 7:3 LBLA
sin padre, sin madre, sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad.
Ese verso habla de su origen: era divino, y de su existencia (sin principio ni fin) por lo tanto, eterno. “Semejante al Hijo de Dios” insinua la encarnación de Cristo.
Dichas características son parte de Cristo, el nuevo Sumo Sacerdote:
Hebrews 5:5–6 LBLA
De la misma manera, Cristo no se glorificó a sí mismo para hacerse sumo sacerdote, sino que lo glorificó el que le dijo: Hijo mio eres tu, Yo te he engendrado hoy; como también dice en otro pasaje: Tu eres sacerdote para siempre segun el orden de Melquisedec.

Un sacerdote que es fuente de vida.

y unque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, siendo constituido por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” Heb 5:8-10

Tuvo que experimentar sufrimiento.

Jesús tuvo que experimentar el verdadero significado de obediencia en términos del sufrimiento que eso le conllevaba.
El verso 5:7 parece referirse a su oración en el huerto de Getsemaní, antes de enfrentar la muerte y mostrarnos suma obediencia. Es interesante que esa es una mención del Salmo 22, un salmo que habla de los sufrimientos del Mesías:
Psalm 22:11–24 LBLA
No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, pues no hay quien ayude. Muchos toros me han rodeado; toros fuertes de Basán me han cercado. Avidos abren su boca contra mí, como un león rapaz y rugiente. Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas. Como un tiesto se ha secado mi vigor, y la lengua se me pega al paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies. Puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran, me observan; reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes. Pero tú, oh Señor, no estés lejos; fuerza mía, apresúrate a socorrerme. Libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro. Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los búfalos; respóndeme. Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Los que teméis al Señor, alabadle; descendencia toda de Jacob, glorificadle, temedle, descendencia toda de Israel. Porque El no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiado, ni le ha escondido su rostro; sino que cuando clamó al Señor, lo escuchó.

Su obediencia resultó en fuente de salvación.

En el Día de expiación, una vez al año, los sumos sacerdotes del orden de Aaron ofrecían un sacrificio de un cordero. Las cenizas eran depositadas en un lugar y se acumulaban.
Era algo así como barrer la casa y poner el polvo debajo de la alfombra. Aunque la casa pareciera limpia, la suciedad seguía allí. El sacrificio expiatorio no lavaba los pecados, solamente los cubría.
Pero Jesús, el sumo sacerdote del orden de Melquisedec, no solo ofreció el sacrificio sino que él mismo fue el sacrificio en la cruz. Su sacrifició fue aceptado por el Padre como la pena que el pecador merecía.
Su sacrificio abrió el acceso al Padre a todos los que obedecen el evnagelio. En este contexto, obedecer es sinónimo de creer:
John 3:16 LBLA
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Romans 1:16 LBLA
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.
Y de la misma manera, la palabra obedecer es usada como sinónimo de creer cuando se refiere a los que se pierden:
2 Thessalonians 1:7–10 LBLA
y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando El venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.
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