Quitando la levadura

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1 Corinthians 5:6–8 RVC
No está bien que ustedes se jacten. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, sin levadura, como en realidad lo son. Nuestra pascua, que es Cristo, ya ha sido sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, pero no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

Introducción

El pueblo judío disfrutaba de muchas celebraciones durante el año que fueron instauradas por Dios, para reflejar verdades profundas de su relación con Dios. Una de estas celebraciones era la Pascua que se daba en conjunción con la fiesta de los panes sin levadura. Esta fiesta solemne tuvo su origen en la liberación del pueblo de la esclavitud de Egipto a través de la guía de Moisés.
Exodus 12:1–11 LBLA
Y el Señor habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: “El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa. “Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero. “El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras. “Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer. “Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman. “Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas. “No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas. “Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego. “Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del Señor.
Esta es la ceremonia a la cuál Pablo comenzará a hacer referencia en los versículos que estaremos abordando el día de hoy y lo hace refiriéndose a una frase que también utiliza en
Galatians 5:9 LBLA
Un poco de levadura fermenta toda la masa.
de ahí el título de nuestro primer punto:

1. Para que la masa no fermente (v6 – 7a)

1 Corinthians 5:6–7a RVC
No está bien que ustedes se jacten. ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, sin levadura, como en realidad lo son. Nuestra pascua, que es Cristo, ya ha sido sacrificada por nosotros.
Ya escuchamos la terrible situación que se estaba desarrollando en medio de los corintios, el pecado que era parte de la vida de la iglesia. Y Pablo insiste en uno de los problemas centrales de los corintios: ellos se seguían jactando, seguían sintiéndose orgullosos de ellos mismos, al punto que se jactaban incluso de pasar por alto la situación de pecado en medio de ellos, de modo que no les permitía ver el peligro que estaban corriendo. Para entender con mejor claridad lo que Pablo quiere mostrar con la ilustración de los panes sin levadura debemos primero mencionar que la levadura a la que se hace referencia en el pasaje y en la biblia en general, no es la levadura que utilizamos nosotros hoy en día, sino que era un trozo pequeño de masa que se dejaba fermentar por varios días y que se mezclaba con la masa nueva para hacer subir el pan. Era un proceso largo y que contaminaba las casas, por esto es que el mandato de Dios, al reiterar la formalización de la fiesta de los panes sin levadura, es a limpiar las casas de toda levadura, y abstenerse de ella durante siete días; para recordar que no tenían tiempo para realizar este proceso, porque la liberación de Dios era inminente y para limpiar también las casas de toda impureza.
Exodus 12:18–20 LBLA
“En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. “Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país. “No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura.”
Deuteronomy 16:3–4 LBLA
No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto. Durante siete días no se verá contigo levadura en todo tu territorio; y de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana siguiente.
Del uso de la levadura en ese tiempo entre los judíos es muy probable que haya surgido el dicho que mencionábamos anteriormente, y Pablo hace uso de este dicho para mostrarles el peligro que no estaban viendo, ese pecado no sólo afectaba a la persona que lo estaba cometiendo, afectaba a toda la comunidad, es como la masa fermentada que impregna toda la nueva masa. Sé que esta idea no es ajena a nosotros, también hacemos uso de dichos similares, como el de la manzana podrida en el cajón. Incluso hoy con el tema del coronavirus, la gran mayoría de las personas ha comprendido que un método efectivo para combatir la propagación del virus es el distanciamiento social, porque basta exponerse por un instante a alguien que porta el virus para ser ahora un portador y fuente de contagio. Aunque tristemente igual que los corintios hay quienes no quieren entenderlo, y aun más, se jactan de no hacerlo.
De ahí la urgencia del imperativo de Pablo «límpiense de la vieja levadura, para que sean una masa nueva, sin levadura» Quiten el pecado de en medio de ustedes. Y es claro por el contexto que, aunque podemos aplicar este principio de manera individual, el interés de Pablo y el mandato es a la comunidad, como cuerpo, como la nueva masa, a practicar la disciplina que Jesús mismo enseño para mantener la pureza de la iglesia.
En este punto podríamos catalogar a Pablo de legalista, puesto que esta aplicando una analogía de manera legal y dando una regla para conseguir la pureza, como si mediante la práctica de la disciplina el hombre pudiese obtener la santidad «para que sean una masa nueva, sin levadura». Pero no es así, Pablo no a terminado su argumento, y ya que inició hablando de los panes sin levadura, el procede a dar la razón fundamental de todo este argumento, la cual es:

2. Porque el Cordero fue sacrificado (7b)

1 Corinthians 5:7b RVC
Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, sin levadura, como en realidad lo son. Nuestra pascua, que es Cristo, ya ha sido sacrificada por nosotros.
Pablo no está enseñando que a través del ámbito legal la iglesia se obtiene la pureza o se hace santa. El argumento es a que los corintios vivan lo que realmente son, una masa nueva, sin levadura, no porque ellos lo hayan conseguido, sino, porque el Cordero Pascual, ya fue sacrificado. Esto es el punto que sostiene toda la analogía, el uso de la ilustración a través de la pascua judía. En Israel, se necesitaba hacer anualmente la ceremonia de los panes sin levadura, pero la practica duraba siete días. Nuestra condición es mucho mejor, y a la vez que nos inunda de gracia y multitud de bendiciones, también produce o debería producir en nosotros el anhelo de buscar la pureza, a través de las herramientas que Dios mismo delegó en la iglesia. Esto porque nuestro cordero pascual no es otro sino el mismo Hijo de Dios, el Cristo.
Isaiah 53:7 LBLA
Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió El su boca.
John 1:29 LBLA
Al día siguiente vio* a Jesús que venía hacia él, y dijo*: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
1 Peter 1:18–19 LBLA
sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.
Revelation 5:6–10 LBLA
Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.
Por lo tanto, vemos a través de esto el costo de nuestra santificación, de que la iglesia sea llamada santa, una masa nueva, sin levadura. La sangre de glorioso Hijo de Dios, el Cordero que fue inmolado, y esto no una vez cada año para una ceremonia especial o en una fecha fija del calendario, no, sino que una vez para siempre, y su efecto se ha prolongado hasta hoy y se prolongará por la eternidad.
Si logramos ver esto hermanos, no titubearemos en analizar nuestras vidas para quitar de ellas toda levadura que pueda quedar, ni mucho demoraremos los procesos de disciplina de la iglesia, porque el costo para que tuviéramos la condición de masa nueva fue la muerte de nuestro Señor. Y debemos procurar vivir conforme a lo que la obra de nuestro Salvador hizo en nosotros.
De aquí la gran diferencia y la insistencia del apóstol, que cierra en el versículo ocho, no necesitamos esperar a una fecha específica para limpiarnos de la levadura durante siete días solamente, el sacrificio de nuestro Cordero Pascual es muy superior a todos los corderos y sacrificios del sistema ceremonial judío, ya que ellos solo anunciaban y eran sombra del Cordero de Dios. Así lo afirma el autor de hebreos en los capítulos 9 y 10, pero leamos un versículo ahora:
Hebrews 9:10 LBLA
puesto que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y diversas abluciones y ordenanzas para el cuerpo, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
De modo que nuestra celebración no se limita a sólo un periodo de tiempo en el año, sino que a toda nuestra vida, de allí surge nuestro tercer punto. Quitando la levadura,

3. Para celebrar con sinceridad y verdad (8)

1 Corinthians 5:8 RVC
Así que celebremos la fiesta, pero no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.
¿Cómo podemos celebrar la redención de nuestro Dios, la liberación del ángel de la muerte por la sangre del Cordero que fue inmolado? ¿Podemos hacerlo cuando aun mantenemos la vieja levadura en medio nuestro? Definitivamente no podemos hacerlo con la vieja levadura en medio nuestro. Y aunque todo el tiempo esto se trató del pecado de inmoralidad sexual de uno de los miembros de la iglesia de Corinto, Pablo en este versículo extiende el alcance de la vieja levadura al añadir los calificativos “malicia” y “maldad”. Estas dos palabras son sinónimos que abarcan la idea de toda practica de maldad, todo lo que es contrario a la bondad. Como referencia podemos considerar las palabras de Pablo a los efesios:
Ephesians 4:17–18 LBLA
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón;
Y también a los gálatas:
Galatians 5:19–21 LBLA
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Todas estas obras, son la levadura que continuamente debemos limpiar de en medio nuestro, con la ayuda del Espíritu Santo. De modo que la masa que es la iglesia sea una masa sin levadura un pan de sinceridad y de verdad. 
Si notan, al contrario de las cosas que son indicadas como levadura, el contraste de malicia y maldad es sinceridad y verdad, no se da una referencia a acciones, sino que a motivaciones y calificaciones. Que todo lo que hagamos sea hecho sin fingimiento y de corazón, que al ser puesto a la luz del sol no sea avergonzado. Somos llamados a participar de la fiesta continua en la presencia del Señor, al mismo tiempo que somos limpiados de nuestra malicia y maldad.

Conclusión

Como vimos entonces, somos llamados a quitar la levadura, para que no fermente la masa, porque el Cordero ya fue sacrificado y para celebrar juntos con sinceridad y verdad. Todo esto tiene relación directa con la práctica bíblica de la disciplina eclesial de saber discernir que, así como el pecado afecta la vida del practicante del pecado, también afecta a la comunidad completa, a la iglesia local, la masa. Y que debemos ser fieles a la condición que el sacrificio del Cordero Pascual ganó para nosotros al morir en la cruz, para no volver a añadir levadura vieja a la masa que ha sido santificada.
Me gustaría entonces compartir algunas aplicaciones que podemos tomar del texto que hemos abordado hoy.

Aplicaciones

Primero, tenemos que tener mucho cuidado de estarnos jactando por actitudes equivocadas para no ser cegados al punto de que no podamos ver el riesgo al que nos estamos exponiendo y exponiendo a otros. La desobediencia es pecado, y por lo tanto no es algo de lo que jactarnos. La mentira es pecado, y por lo tanto no es algo de lo que jactarnos. Ser cómplices del pecado de otros es pecado, y por lo tanto, no es algo de lo que jactarnos. Aprendamos a mostrarnos amor mediante la corrección mutua, con misericordia, sinceridad y verdad.
Segundo, no esperemos fechas específicas o calendarizadas para celebrar conmemorar, y apartar nuestro ser, por la obra realizada por nuestro Señor, vivamos recordando la amargura de la esclavitud del pecado y la gloria de la victoria de nuestro Señor en la cruz. Disfrutemos también de los medios que Dios ha dispuesto que lo hagamos: el oír Su Palabra, el cantar a Su nombre, el orar, los sacramentos. Y con ello seremos movidos también a quitar la levadura de nuestro ser a abandonar nuestra vieja manera de vivir.
Tercero y último, aprendamos del apóstol a no apasionarnos por las sombras, aquellas cosas que solo anunciaban la obra perfecta del Mesías, a no ser deslumbrados por los adornos y la belleza de los rituales, sino que logremos captar, por el poder del Espíritu de Dios que está en nosotros, la gloria y majestad del Hijo de Dios, la perfección de la obra que el Dios trino lleva a cabo para Su gloria y en beneficio de Su pueblo, y que esto nos lleve a adorarle sin cesar, en todo tiempo y en todo lugar, sabiendo que así como nos compró y pago el precio que era necesario, y separó a la iglesia para sí, vendrá y juzgará todas las cosas y estaremos con Él por la eternidad.