Confrontando Imperio con Convicción - Daniel

Kingdom vs Empire (English and Spanish)  •  Sermon  •  Submitted
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Historia de Eric Liddel:
Eric Liddle fue corredor famoso se había preparado para correr la carrera de 100 metros en las olimpiadas de 1924. Eric Liddle habIa entrenado duro para la carrera, pero el amaba a Dios y cuando se enteró que la carrera de 100 metros se iba a correr el día domingo, un día sagrado para él decidió no correr. El principé de Wales trató a convencerle a poner Rey y Pais ante Dios pero él negó y se apuntó para la carrera de 400 metros, recordando el principe que es Dios quien decide los reinos. El día de la carrera el entrenador del equipo de los Estados Unidos le dio una nota con el pasaje 1 Sam. 2.30
1 Samuel 2:30 NVI
30 »Por lo tanto —dice el Señor—, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.
Liddle, terminó ganando la carrera de 400 metros en tiempo record!
Hoy vamos a ver Daniel capitulo 3 y explorar como Daniel y sus amigos tomaron la decision de poner Dios por encoma de los imperios del mundo.
Daniel 3:1 NVI
1 El rey Nabucodonosor mandó hacer una estatua de oro, de veintisiete metros de alto por dos metros y medio de ancho, y mandó que la colocaran en los llanos de Dura, en la provincia de Babilonia.
En el 2do capítulo de Daniel, Dios reveló que estarían 5 imperios seguido por el Reino Eterno de Dios.
Parece que la idea de que iba haber un reino despues del suyo no le agradó a Nabocodonosor, entonces eregió un imagen para unificar su gobierno. Capitulo 3 dice que el rey el había puesto el imagen 9 veces. La imagen del rey en contraste de la imagen revelad por Dios fue recubierto completamente en oro.
El oro es precioso y glorioso en su apariencia. Ese imagen hubiera sido impresionante para ver. Se puede ver el orgullo del rey, no había plata, ni bronce, ni hierroen ese imagen. Nabocodonosor quería que su reinado perdurara a pesar de lo que Dios dijo.
Daniel 3:2–3 NVI
2 Luego les ordenó a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y demás oficiales de las provincias que asistieran a la dedicación de la estatua que había mandado erigir. 3 Para celebrar tal dedicación, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y demás oficiales de las provincias se reunieron ante la estatua.
Esto hubiera sido
Daniel 3:4–7 NVI
4 Entonces los heraldos proclamaron a voz en cuello: «A ustedes, pueblos, naciones y gente de toda lengua, se les ordena lo siguiente: 5 Tan pronto como escuchen la música de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales deberán inclinarse y adorar la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha mandado erigir. 6 Todo el que no se incline ante ella ni la adore sea arrojado de inmediato a un horno en llamas.» 7 Ante tal amenaza, tan pronto como se escuchó la música de todos esos instrumentos musicales, todos los pueblos y naciones, y gente de toda lengua, se inclinaron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había mandado erigir.
Daniel 3:8–12 NVI
8 Pero algunos astrólogos se presentaron ante el rey y acusaron a los judíos: 9 —¡Que viva Su Majestad por siempre!—exclamaron—. 10 Usted ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga la música de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales se incline ante la estatua de oro y la adore. 11 También ha ordenado que todo el que no se incline ante la estatua ni la adore sea arrojado a un horno en llamas. 12 Pero hay algunos judíos, a quienes Su Majestad ha puesto al frente de la provincia de Babilonia, que no acatan sus órdenes. No adoran a los dioses de Su Majestad ni a la estatua de oro que mandó erigir. Se trata de Sadrac, Mesac y Abednego.
Exodus 20:2–5 NVI
2 «Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. 3 »No tengas otros dioses además de mí. 4 »No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.
Daniel 3:13–14 NVI
13 Lleno de ira, Nabucodonosor los mandó llamar. Cuando los jóvenes se presentaron ante el rey, 14 Nabucodonosor les dijo: —Ustedes tres, ¿es verdad que no honran a mis dioses ni adoran a la estatua de oro que he mandado erigir?
Daniel 3:17–18 NVI
17 Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. 18 Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua.
Daniel 3:19–22 NVI
19 Ante la respuesta de Sadrac, Mesac y Abednego, Nabucodonosor se puso muy furioso y cambió su actitud hacia ellos. Mandó entonces que se calentara el horno siete veces más de lo normal, 20 y que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a los tres jóvenes y los arrojaran al horno en llamas. 21 Fue así como los arrojaron al horno con sus mantos, sandalias, turbantes y todo, es decir, tal y como estaban vestidos. 22 Tan inmediata fue la orden del rey, y tan caliente estaba el horno, que las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego,
Daniel 3:23–25 NVI
23 los cuales, atados de pies y manos, cayeron dentro del horno en llamas. 24 En ese momento Nabucodonosor se puso de pie, y sorprendido les preguntó a sus consejeros: —¿Acaso no eran tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego? —Así es, Su Majestad—le respondieron. 25 —¡Pues miren!—exclamó—. Allí en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin daño alguno, ¡y el cuarto tiene la apariencia de un dios!
Matthew 10:28 NVI
28 No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.
Hebrews 11:32–34 NVI
32 ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, 33 los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, 34 apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.
Daniel 3:26–27 NVI
26 Dicho esto, Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno en llamas y gritó: —Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, ¡salgan de allí, y vengan acá! Cuando los tres jóvenes salieron del horno, 27 los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros reales se arremolinaron en torno a ellos y vieron que el fuego no les había causado ningún daño, y que ni uno solo de sus cabellos se había chamuscado; es más, su ropa no estaba quemada ¡y ni siquiera olía a humo!
Daniel 3:28 NVI
28 Entonces exclamó Nabucodonosor: «¡Alabado sea el Dios de estos jóvenes, que envió a su ángel y los salvó! Ellos confiaron en él y, desafiando la orden real, optaron por la muerte antes que honrar o adorar a otro dios que no fuera el suyo.
Daniel 3:29 NVI
29 Por tanto, yo decreto que se descuartice a cualquiera que hable en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, y que su casa sea reducida a cenizas, sin importar la nación a que pertenezca o la lengua que hable. ¡No hay otro dios que pueda salvar de esta manera!»
Daniel 3:30 NVI
30 Después de eso el rey promovió a Sadrac, Mesac y Abednego a un alto puesto en la provincia de Babilonia.
2 Peter 3:17–18 NVI
17 Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. 18 Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.
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