Bondad vs ingratitud

Lucas  •  Sermon  •  Submitted
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El ser humano sin lugar a duda puede llegar a ser la criatura mas ingrata de toda la creación, pues a pesar de poseer la capacidad de pensar, pasa desapercivido ante sus ojos cada acto dela misericordia de Dios sobre su vida, sin ningina clase de gratitud por ello.

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Handout
Lc 17.11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas el con el paso del tiempo, generación tras generación que se levanta sobre la tierra ha ido perdiendo valores y principios que son elementales en la vida.
Nuestra sociedad esta atravesando por una profunda crisis de valores, que se refleja en todos los ámbitos de la sociedad,
Uno de eso valores cada vez menos encontrado y apreciado es la gratitud o el ser agradecido. Es incluso posible que su significado para muchos sea desconocido.
Gratitud = Sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por lo cual desea corresponderle. SIN agradecimiento, reconocimiento.
Este valor esta escaseando cada vez más en la sociedad actual en la que nos encontramos inmersos.
Cada vez es mas común ver un niño en lugar de pedir las cosas por favor, las exige a sus padres, o como en lugar de dar las gracias por algo que se les otorga, solo se obtienen reclamos y reproches porque eso no me gusta. (un Juego, una paleta, un prenda de ropa, etc.).
Esposos que se quejan de lo que sus esposas han preparado durante todo el día en la cocina, o de que tal camisa no esta limpia, esposas que si me traen flores que no me gustan, quejarse porque no me traes, porque me llevas a cenar a los tacos (me quieres poner gorda), que no me llevas a ningún lado. Empleados quejándose de sus jefes, o de su horario, o de su trabajo, etc.
Muchas veces podemos llegar a pensar que esta es una conducta de las personas que no tienen al Señor Jesús y su Palabra como el eje de su vida; sin embargo, algunos creyentes, también tienen esta clase de actitudes no solamente con sus semejantes; sino incluso con Dios mismo.
Este pasaje, nos permite ver no solamente la importancia de tener un corazón lleno de gratitud, sino de donde nace la verdadera gratitud.
Lc 17.11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
Lucas vuelve a poner de relieve, que Jesús se encuentra camino a encontrarse con la culminación de la obra que el Padre le había encomendado a hacer.
Jesús esta recorriendo varias aldeas en compañía de los discípulos; viajando por los limites entre Samaria y Galilea, probablemente tomado el camino que cruza el Jordán hacía Perea.
12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos,
Lucas no nos dice el nombre de la aldea donde arribo el Señor Jesús, pero lo que si nos muestra es una escena que era muy común del ministerio del Señor: personas que padecían alguna dolencia física y una necesidad imperiosa de ayuda.
La enfermedad que azotaba a estos hombres, quizá una de las más terribles de aquellos tiempos era la lepra.
La lepra era una enfermedad bastante común en el mundo antiguo incluyendo a Israel, te tal forma que dentro de la ley tenían una robusta y rigurosa legislación sobre el tema (Lv 13-14).
Esta enfermedad ataca la piel, los nervios periféricos (especialmente los que están cerca de las muñecas, codos y rodillas) y la membrana mucosa. Forma lesiones profundas en la piel y puede desfigurar el rostro al hacer que la nariz desaparezca y ocasionar pliegues en la piel.
La lepra ocasiona una pérdida de la sensibilidad (especialmente en manos y pies), lo que provocaba que sin darse cuenta las personas desgastaran sus extremidades y su rostro. La carne comenzaba a pudrirse y a despedir una desagradable olor.
Esta enfermedad es trasmitida con frecuencia a través de gotitas que se expulsan de la boca o la nariz, por medio de contactos cercanos y personas que no ha recibido tratamiento.(COVID-19)
La lepra no solamente traía consigo consecuencias físicas a quien la padecía sino tenía implicaciones sociales, porque los marginaba totalmente de la vida pública de la comunidad, separándolos de toda la sociedad por protección (Distanciamiento social, COVID-19).
Lv 13.45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados (sinónimo de vergüenza, tristeza profunda, una expresión de dolor) y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! 46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
Aparte de la terrible desfiguración que los leprosos sufrían, que solo era parte del sufrimiento que quienes padecían esta enfermedad tenían que llevar, su desafortunada condición debía ser exclamada públicamente como advertencia al resto de los ciudadanos de la aldea, además de la vergüenza social que esto producía.
No debemos olvidar también que para el pensamiento judío de la antigüedad, la enfermedad era sinónimo de juicio de Dios a causa de pecado, y la lepra era considerada como un castigo divino por el pecado.
2 Cr 26.21 Entonces Uzías, teniendo en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso. 20 Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque Jehová lo había herido.
Una persona que padecía lepra debía ser desterrada prácticamente, no podría volver a tener contacto con sus familias, sus amigos, se les prohibía estar a menos de 6 pies de distancia (2 metros).
La Lepra en la Biblia es también representa el pecado en el hombre, que comienza poco a poco a invadir al hombre en todo su ser, deteriorando profundamente su vida, lo aísla de la comunión con Dios y de los demás, conforme avanza el tiempo va descomponiendo más la vida del hombre, lo pone en un estado de putrefacción espiritual. Esta desterrado de la presencia de Dios.
Esta era la condición de aquel grupo de hombres que salieron al encuentro de Jesús a la entrada de la aldea.
13 b… los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
Estos hombres entendían muy bien como funcionaban las reglas de convivencia social de la época, sabían que debido a su condición no podían acercarse a nadie, por eso se pararon de lejos y alzaron la voz (levantaron la voz de tal forma que Jesús los escuchara a la distancia).
Maestro = 1988 epistates = Un maestro de mayor rango categoría o cualidad que instruye a un grupo. Alguien que posee extraordinaria autoridad o poder.
Estos leprosos, sin lugar a duda habían llegado a oír del nombre del Señor Jesús y de las poderosas obras que hacía, por eso es que al verlo simplemente buscaron favor de el.
Sabían que en su desesperanzada condición no tenían a nadie más a quien recurrir, y por ello le pedían a Jesús que tuviera misericordia de ellos.
14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
Al contemplar aquel cuadro de profundo dolor, tristeza, desesperanza y soledad, El Señor Jesús atendió a los gritos de este grupo de desamparados hombres.
Pero esta vez, el lo hizo diferente, no los sano inmediatamente, no los toco para que fueran sanos (como lo hizo con aquel a quien le impuso las manos Lc 5.13), tampoco les dijo que tomaran algún remedio, o que hizo algo extraordinario (hacer lodo con su saliva).
Simplemente sus palabra fueron “Id y mostraros a los sacerdotes".
Para que una persona fuera declarada sana de la lepra y reincorporada a la vida social completamente, antes tenía que atender la rigurosa ley sobre el tratamiento de la lepra en la cual estaba incluido el presentarse con el Sacerdote. Ellos era una especie de Inspectores de Salud que dictaminaban si estaban limpios de la lepra y listos para volver a la vida social.
Estos hombres obedecieron con fe a Jesús, ellos sabían que en ese momento cuando Jesús les hablo aún estaban enfermos, no habían recibido fisicamente lo que pidieron, pero creían, sabían y confiaban en que el Señor Jesús los podía sanar.
Hoy algunos saben que su condición es desesperada, y solo Dios puede hacer algo por ellos.
El Señor estaba probando dos cosas en estos hombres, fe en el y obediencia a el. Ninguno de ellos cuestiono las instrucciones de Jesús, ninguno sugirió una “mejor” forma que podían ser sanos, simplemente los 10 hombres obedecieron a Jesús.
En multiples ocaciones nos acercamos al Señor y le pedimos que haga algo para con alguna necesidad que tenemos (salud, económica, familiar, laboral, etc), y el simplemente nos pide que obedezcamos lo que el nos dice, sin cuestionar, para que el obre, pero no recibimos a causa de nuestra necedad.
TLA Lc 6.46 Jesús continuó diciendo: «Ustedes dicen que yo soy su Señor y su dueño, pero no hacen lo que yo les ordeno.
Nuestra boca proclama el Señorío de Cristo en nuestra vida, pero nuestras acción demuestran lo contrario. (Tomamos desiciones precipitadas basadas en nuestros sentimientos, en nuestros estados de ánimo, hacen cosas que a Dios le desagrada, amamos nuestras antiguas vidas, etc.).
La obediencia, es una muestra de amor verdadero, y Dios bendice a aquellos que le obedecen.
NTV Jn 14.21 Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.
En ocasiones la obediencia al Señor nos podría parecer ante nuestros ojos algo totalmente contrario a lo queremos, pero el Señor tiene un conocimiento más profundo de todas las cosas y por lo tanto, el sabe que es lo que en realidad nos conviene.
El resultado de su fe y su obediencia a Jesús de estos hombres, tuvo su recompensa, ya que mientras iban a presentarse delante de los sacerdotes, “fueron limpiados”.
Sin un toque, sin ninguna palabra de sanidad, sino como un acto de pura gracia, estos hombres recibieron aquello que necesitaba en aquella hora.
Dios muestra su misericordia todos los días, si hacemos lo que nos manda, el no nos dejara, Él hará por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos. (El Puede sanar, lo puede hacer, el pueda dar un trabajo, lo puede hacer, el puede restaurar tu matrimonio, tu familia, lo puede hacer), pero el pide dos cosa: fe, creen en sus palabra, en sus promesas, y obediencia, ponlas en práctica en tu propia vida.
15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
Estos 10 hombres tenía muchos aspectos similares, (a) todos padecían la misma terrible enfermedad; (b) todos estaban decididos a hacer algo al respecto; (c) Todos habían oído acerca de Jesús, le reconocían como un verdadero Maestro y creían que tenía el poder para sanarles; (d) todos obedecieron a Jesús en el mandato de ir y presentarse ante los sacerdotes; y (e) todos fueron sanados.
Seguramente que mientras iban de camino comentando de aquel encuentro con Jesús, a unos pocos metros de distancia, cada uno de aquellos hombres indudablemente se percató que ya estaba completamente limpios de aquel azote.
¿Si los diez fueron sanados y se dieron cuenta de su sanidad, porque solamente uno de ellos regreso con Jesús?
¿Es a caso que estaban tan preocupados por presentarse antes los sacerdotes para que ratificaran su limpieza?
¿Es a caso que la emoción de regresar con sus familia y amigos no les impidió darse cuenta de lo que había pasado?
Todos estos hombres habían experimentado una sanidad física, todos tenían razones de sobra para volver con Jesús, pero solamente uno de ellos lo hizo, de los 10, solo una pequeña parte (10%) reconoció lo que había pasado en su vida.
La magnitud del milagro que este hombre experimento lo llevo a tener una actitud completamente diferente al grupo de hombres con los que estaba.
Lleno completamente su vida de gratitud. Y en esa gratitud el hombre tuvo tres reacciones que hay en todo corazón agradecido.
1) “viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,”. Cuando se dio cuenta de que su piel estaba restaurada por completo, que volvía a tener sensibilidad en sus extremidades, los primero que hizo “fue volver glorificando a Dios en gran voz”
“a gran voz”; trasmite la idea una fuerte emoción. Este hombre estaba lleno de gozo y gratitud por lo que Dios había hecho con su vida, que su boca no dejaba de glorificar a Dios.
NTV Is 25:1 Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.
Un corazón donde hay gratitud esta lleno de alabanza para el Señor.
Sal 71.8 Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.
Una corazón que ha reconoce cada uno de los favores que Dios le ha dado (vida, salud, familia, sustento, etc.), da gloría a Dios por los favores recibidos.
Sal 107.32 Exáltenlo en la congregación del pueblo, Y en la reunión de ancianos lo alaben.
2) “y se postró rostro en tierra a sus pies”. Este hombre comprendió en su corazón y en su mente, que nadie, sino solo Dios podía sacarlo de la situación en la que estaba (lepra), por ello regreso postrado de rodillas delante de Jesús. (Sabía que no debía postrarse antes ningún hombres, pero reconocía que no estaba delante de cualquier hombre, sino delante del Hijos del Hombre, Dios encarnado).
Aquel que reconoce su condición verdadera, y puede mirar la obra redentora de Dios es su vida, no tiene ningún obstaculo en rendirse plenamente delante de Dios.
3) “dándole gracias;”. Los otros nueve hombres también habían recibido sanidad, sin duda iba a cumplir a cabalidad los con todos los ritos de la ley ceremonial, pensaban que cumplir con una actividad religiosa estaban dando gloria a Dios.
Ellos habían experimentado en sus propias vidas el poder divino de forma irrefutable, sin embargo estaban ciegos para ver a quien tenían que exaltar directamente por aquel milagro.
Estos 9 Hombres era todos judíos, con conocimiento y práctica de la ley, seguramente asistiendo a templo o a la sinagoga a escuchar la lectura de las escrituras, pero sin entender de quien hablaban ellas.
A diferencia de los 9, el que regreso ni siquiera era judío, sino samaritano, pero era quien tenía la teología correcta. Mientras que los 9 tenía en conocimiento en su cabeza, este ultimo lo traía en en corazón.
La vida cristiana no solamente consiste en tener la teología correcta, sino tenerla en el lugar correcto. Podemos tener todo el conocimiento de Dios en nuestra cabeza, pero si nunca baja a nuestro corazón, es imposible conocer (tener una relación de cercanía, de intimidad) verdaderamente a Dios.
17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
¿Donde estaban todos esos hombres que clamaron a una voz por su sanidad ahora?
Jesús los sano a todos, pero no todos regresaron para agradecerle ¿porque?, la respuesta es por la ingratitud que esta arraigada en el corazón de los hombres.
Estos hombres jamás se sintieron obligados a agradecer lo que Jesús había hecho por ellos. El era una Maestro, el era un sanador, el debía hacer lo que ellos necesitaban, si ellos lo pedían.
Ellos solamente tenía interés en Jesús por lo que podían obtener de el, una vez que lo obtuvieron, no había necesidad para quedarse, muchos menos de adorarle o agradecerle.
¿Cual es nuestro interés para acercarnos a Jesús?
Algunos hoy solo se acercan a el para ver que beneficio personal obtienen (económico, de salud, familiar, sentimental, profesional, etc).
La vida de estos hombres nos enseña que una sanidad, un milagro no son sinónimos de conversión.
Ore por mi, por mi abuelita, por mi trabajo, por aquello por lo otro, pero una vez que el Señor en su gracia lo concede, simplemente se alejan de el.
Cuantas veces nuestra oración a sido elevada solo para pedir algo para nuestro provecho, pero nunca para agradecer todas las bondades que hemos recibido.
Muchos creyentes se quejan porque Dios no les da lo que quieren (mas dinero, una pareja, un nuevo trabajo, etc), pero se les olvida agradecer por lo que tienen. (Comida, sustento, abrigo, salud, etc).
El creyente debería ser la criatura más agradecida del universo entero, pues Dios en su inconmensurable misericordia dio a su Hijo en rescate de nuestros pecados para salvarnos de la condenación eterna, pero muchas veces es el más quejoso de todas las criaturas.
El corazón no regenerado, es un estanque de queja, amargura y descontento permanente.
La gratitud nace de un corazón regenerado por la obra de divina de la Salvación.
Tal como los leprosos que no tenían esperanza para su profunda desgracia, el Pecador no tiene ninguna esperanza para esta vida y para la venidera si Jesús no interviene en su vida.
Cuantos Jóvenes son desagradecidos con sus Padres por la ropa, la comida, el sustento, la posibilidad de ir a la escuela, etc.
Cuantos esposos son desagradecidos con el trabajo de sus esposas en el hogar, y cuantas esposas son desagradecidas con el trabajos de sus esposos.
Cuantas veces hemos sido desagradecidos con Dios, que en medio de una profunda necesidad vamos a buscarle y una vez que esta pasa, se nos acaba el deseo y la urgencia por buscarle.
19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
El poder de Jesús fue más allá de una sanidad física en el cuerpo de aquel hombre samaritano, su poder penetro hasta lo mas profundo de su corazón, no solo fue sanado de su azote físico, sino de una más profundo y grave, fue perdonado de sus pecados y salvado para vida eterna.
Salvado = 4982 sozo; tiene la noción de rescatar y librar a una persona de prisión o de otra aflicción.
Cuando este hombre creyó en Jesús para la sanidad de su enfermedad física, pero también creyó en el como el Salvador de su alma.
La gratitud, la adoración y la humildad surgieron de un corazón regenerado.
La persona que diariamente experimenta su deuda con la gracia de Dios y recuerda que no merece nada más que el Infierno, tiene siempre un corazón agradecido, que alabara a Dios diariamente, que estará a sus pies y que no dejara de agradecer por todas las bondades de gracias.
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