EL gozo de la Salvación

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Dios experienta gozo con el arrepntimiento de un solo pecador, cada día y cada pecador arrepentido, es motivo de celebración para Dios y sus angeles en el cielo.

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Lc 15.1 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

INTRODUCCIÓN.

Este capítulo es probablemente uno de los más conocidos de muchos lectores del NT. Algunos no llaman “el Evangelio, dentro del "Evangelio”, porque contiene el fundamento del las buenas nuevas que Cristo vino a traer.
Este capítulo el Señor Jesús relata tres parábolas que están estrechamente relacionadas; la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido.
Estas tres parábolas comparte un tema central: El amor anhelante del Padre por la salvación de los perdidos y el gozo que le representa esto.
Dios por naturaleza es Salvador, y el encuentra gozo cada vez que un pecador arrepentidos de sus malas obra y caminos se vuelve hacía el.
1 T 2.3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Dios quiere que todos los hombres, independientemente del grado de su maldad, se arrepientan, pues el no desea la destrucción del alma del impío, sino su salvación; por eso el es paciente para que todos se vuelvan al arrepentimiento.
Debemos ubicarnos en el contexto correcto en el cual el Señor Jesús habló estas palabras para no caer en el peligro de interpretarlas de manera errónea.
Estas tres parábolas contienen una estructura muy semejante en cuanto su narrativa y sus ilustraciones. El Señor Jesús utiliza tres sujetos diferentes (una oveja, una moneda y un hijo), pero que guardan una característica común entre ellos, todos estaban perdidos y alguien los buscó.
Estas tres parábolas nos enseñan una verdad central y es la paciencia y el amor de parte de Dios para con los pecadores que se encuentran perdidos. Estas tres parábolas nos muestran el amor y la misericordia de Dios por medio de Cristo hacía los pecadores.
Si bien la centralidad de estas parábolas tiene que ver con la Salvación de los perdidos y el gozo que esto produce en el corazón de nuestro Dios, también podemos observar y encontrar una ilustración acerca de los pecadores.
Ya que las tres figuras que Jesús utilizó a lo largo de las parábolas podemos ver la condición del pecador perdido Oveja (indefenso, necio y torpe), la moneda (insensible, sin vida, y desconociendo que esta perdida) y el hijo rebelde (perverso, atrevido, testarudo e indigente).
En cada una de las parábolas, el Señor Jesús esta resaltado que es Dios quien está dispuesto a salir a buscar al pecador perdido que se arrepiente y se vuelve a el, representado en el Pastor, la mujer y el Padre amoroso.
Esta es la base sobre la cual debemos entender estas tres parábolas que el Señor enseño. Hoy veremos las dos primeras y la semana entrante la del hijo pródigo.
Lc 15.1 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,
EL ministerio terrenal del Señor Jesús parecía atraer al tipo de gente con la cual los escribas y fariseos jamás querían tener nada que ver.
Publicanos = Eran los cobradores de impuestos judíos que servían a los intereses del imperio Romano (Inspectores del SAT), eran considerados traidores a la patria, porque ellos se encargaban de llenar las arcas del Imperio con los el dinero de los compatriotas, además de que muchos de ellos se enriquecían por encima de los justo ya que extorsionaban al pueblo.
Pecadores = Eran considerados en esta categoría por los escribas y fariseos a toda persona que no trataba de vivir en conformidad con toda la serie de normas y reglas religiosas que ellos habían establecido. Tener cualquier clase de asociación con ellos se consideraba contaminante y comer con ellos un ultraje.
La relación de Jesús con los rechazados sociales de su época, nunca fue una asociación, para solapar, aprobar y tolerar la vida licencia que llevaba, sino todo lo contrario.
TODOS de los que venían a Jesús y se acercaban a el, por medio de su enseñanza era reprendidos sobre sus malas conductas, sus vidas desordenadas y eran exhortados a abandonar todas aquellas prácticas contrarias a Dios.
Muchos de los que oyeron al Señor Jesús atendieron a la reprensión suya, y dejaron su vida de pecado, en arrepentimiento verdadero.
Lc 5.29 Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. 30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? 31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Jesús se asociaba con los publicanos y pecadores a fin de libarlos de la vida pecaminosa en la cual andaban, siempre les confronto con su mensaje, les exhorto a abandonar la vida pecaminosa y los lleva a entender que una vida de santidad genuina es la voluntad de Dios en todo converso.
La conducta de Jesús, no debe ser usada como un pretexto para asociarnos con actitudes o conductas pecaminosas, con el pretexto de ganarlos para el Reino. (ir al antro, tomar alcohol en un reunión, participar de un ilícito, etc.)
Tampoco debemos en aras de conservar un relación dejar de defender la verdad, denunciar el error y confrontar el pecado. No se debe condenar, pero si debemos confrontar aquellas conductas, acciones, actitudes, que son contrarias a la Palabra de Dios.
No era que Jesús fuera a meterse en lugares inapropiados para relacionarse con la gente, sino que eran las multitudes las que se acercaban a él.
La disposición que Jesús siempre tuvo hacía los pecadores de enseñarles, atenderles y relacionarse con ellos, contrastaba con el repudió de las autoridades religiosas de la época, por lo que es provocaba en aquellos hombre el deseo de oírle.
El Señor siempre se mantiene dispuesto para que vengamos a el, nosotros por nuestra parte debemos estar dispuestos a escucharle, a atender sus instrucciones y a ponerlas por obra.
El hecho que Jesús se relacionara con la gente despreciada por la sociedad judía conmocionó y consternó a los lideres religiosos de la época que sin piedad no dejaban de criticarle.
y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
Para los fariseos el que Jesús se relacionara con lo que ellos consideraban como la parte más baja de la sociedad era motivo constante de acusaciones.
BARCLAY William: “Los fariseos ponía en la misma categoría a todos los que no cumplían los detalles de la ley tradicional… y habían puesto una barrea infranqueable entre estas personas,… tenían el propósito deliberado de evitar el contacto con quien no cumplía todos los detalles de la ley… un judío estricto no diría “Hay alegría en el cielo cuando se arrepiente un pecador”, sino “Hay alegría en el cielo cuando se pierde un pecador ”
Los escribas y fariseos acusaban a Jesús por relacionarse con esta gente, porque ellos los despreciaban, pesaban que Jesús hacía algo digno de condenación, pero nunca entendieron, que precisamente el estaba cumpliendo el mismo propósito por el cual había venido al mundo; a buscar y a salvar los que se había perdido.
Es en este contexto, en el que Jesús por medio de las tres parábolas les enseño a los escribas y fariseos que Dios tiene gran gozo cuando los pecadores se arrepiente y se vuelven a el para salvación.
Mientras que ellos decían conocer a Dios por medio de ritos, ceremonias y obras, nunca pudieron comprender verdaderamente cual era el corazón de Dios hacía los que están perdidos.
Dios se sigue regocijando en la salvación de los perdidos, desde el comienzo de los tiempos hasta nuestros días, Dios encuentra gozo y satisfacción en si mismo cuando ve a los pecadores arrepentirse cada día.
Dios no es indiferente a la salvación de una sola alma, a pesar de las miles de millones que lo han hecho a través de la historia. El sigue encontrando gozo en la salvación de los hombres.
Nosotros debemos preguntarnos, si nosotros experimentamos ese mismo gozo cuando alguien se arrepiente (incluso quien ma ha hecho la vida imposible, quien el algún momento que caía mal, etc.)
¿O simplemente nos gozamos cuando nos salvamos nosotros y el resto ya no nos importa?
Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
Debemos tener mucho cuidado de no sacar de contexto esta parábola, ya que se ha llegado a mal entender su significado, relacionándola con la iglesia, con los pastores o lideres de la iglesia y que la oveja perdida, es aquel hermano que se ha alejado de la comunión de la iglesia y hay que ir por el.
Algunos miembros de las asambleas toman el lugar de la oveja 100 y quieren que se le vaya a buscar cuando ellos mismos se han alejado de la comunión de la asamblea por su propia voluntad, alegando con esta parábola que es un responsabilidad de los pastores / lideres el dejar todo para ir en pos de ellas.
Hch 6.2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios (el deber principal de los pastores de la Iglesia es atender los asuntos espirituales, estar pendiente de la doctrina, de la oración de la exhortación con la palabra), para servir a las mesas. 3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Es un deber si del cuerpo pastoral / lideres estar a pendiente de la ovejas y atenderlas, pero cabe aclara que esto no debe ser por encima de las principales (estudio / oración), sino en la medida que esto resulte posible.
Esta misma parábola aparece dentro del contexto de Mt 18 y nos muestra cual debe es la actitud correcta para atender a aquellos hermanos que se ha alejado de la comunión y se ha ido.
15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Aún en la reprensión y en la disciplina dentro de la iglesia, se muestra el amor, el orden y el gozo de la salvación de Dios, porque el no desea que nos alejemos de el a causa de nuestro propio pecado.
El sentido principal de la parábola es el amor y la compasión de Dios por el perdido y el gozo que le produce a él la salvación del mismo.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
Si examinamos la Biblia, podemos encontrar que Dios mismo se rebela como el pastor de su pueblo y quien esta al pendiente de su rebaño.
Sal 23.1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Is 40:11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
Jn 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Es por medio de esta parábola que Jesús esta haciéndoles ver a los escribas y fariseos que Dios esta interesado en la salvación de los pecadores, que vagan extraviados por la vía del pecado.
Una oveja es un animal que al separarse del rebaño, tiende a extraviarse con facilidad. El hecho de no contar con mecanismos de defensa propios y su incapacidad para cuidarse sola, la convierte en un blanco fácil para los depredadores.
En la misma condición se encuentran todos los hombre.
Al separarse de Dios a causa del pecado el hombre se encuentra perdido, extraviado en todo aquello que el mundo del ofrece (los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la vida).
El hombre es incapaz de salvarse a si mismo, de recomponer su vida, de corregir su conducta a errada contra Dios y se encuentra completamente indefenso en la fauces del enemigo, siendo devorado y esperando ser arrojado al infierno.
Is 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Por medio de la parábola vemos el profundo y gran amor de Dios por todos los pecadores que están separados de él.
NTV Ez 34.15 Yo mismo cuidaré de mis ovejas y les daré un lugar para que se recuesten en paz, dice el Señor Soberano. 16 Buscaré a mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles.
Jesús, vivo a buscar a las ovejas perdidas, primeramente a las de la casa de Israel, pero el también dijo que tenía otro rebaño, que somos todos los gentiles.
1 P 2.24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
El Señor vino dejando su trono, su gloria y su majestad en el cielo, para descender a la tierra, encarnarse como un hombre, caminar en esta tierra sujeto a las leyes físicas, se rechazado, despreciado por muchos y morir en una cruz para poder llevarnos de regreso al Padre.
Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
El pastor encontró la oveja que se había perdido, que alegría de haberla encontrado, se demuestra en su actitud.
Aun cuando la oveja pudo estar lastimada a causa de que se había extraviado, a pesar del esfuerzo que le llevo encontrarla, del cansancio que esto pudo haberle generado, el hombre la cargo en sus hombres y camino hasta ponerla a salvo.
He 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Es en todo momento Dios quien hace la obra de la salvación, quien rescata al hombre de su condición pecadora y le da nueva vida, pero el mismo encuentra Regocijo en su obra de salvación.
Esta es una ilustración para que podamos entender el gozo que le produce a Dios cuando un solo pecador arrepentido vuelve a casa con él.
Es tan grande el gozo, que no puede quedárselo solo para si mismo, por lo que invita a sus amigos para que se gocen junto con el por la alegría de recuperar la oveja.
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Dios no se ha cansado o encuentra aburrido o rutinario cuando una persona se arrepiente, sino que es motivo de gran gozo traer salvación a los pecadores.
Sof 3.17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
Dios salva al pecador cuando viene a el en arrepentimiento, pero el sigue salvado a los que son suyos todos los días.
Cada día Dios se goza en salvarnos, cada que reconocemos un pecado en nuestra vida, que nos arrepentimos para abandonar esas conductas que van contra los principios de la Palabra de Dios, Él se goza en mostrar su salvación.
¿A que se refiere con esos 99 Justos? ¿es acaso que hay alguien que no necesite arrepentirse?
Pablo dice en Romanos 3:10 que no hay ni un solo justo en la tierra.
Pero no debemos perder de vista que Jesús estaba hablando a los escribas y fariseos aquel día, ellos eran quienes se sentían justos por si mismos, ellos descansaban en su religión, en sus ritos en sus costumbres, para sentirse justos.
No es que estos hombres no necesitaran arrepentimiento, (claro que lo necesitaban al igual que nosotros), solo que creían que ellos estaban en un nivel espiritual más alto que aquellos publicanos y pecadores.
Los fariseos se sentían seguros de si mismos y de ser agradables ellos mismos a Dios, nunca se preocuparon porque otros llegaron al conocimiento de la verdad.
¿Me gozo cuando alguien llega al conocimiento de la verdad de Cristo? ¿ O simplemente soy indiferente a la conversión que otros puedan llegar a tener por Cristo?
¿Es acaso nuestro caso el día de Hoy? Alrededor de nosotros (trabajo, escuela, familia, vecindario, etc), hay almas que se están perdiendo y nosotros que estamos haciendo?
Debemos examinarnos si estamos demasiado cómodos en nuestra seguridad al grado de se indiferentes ante el dolor ajeno.
El corazón de Dios es compasivo, cuidadoso y amoroso y el se goza cuando una persona se arrepiente y ese debe ser también el gozo nuestro que otros vengan al conocimiento de Cristo.
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
Algunos interpretan que esta mujer representa al ES, ya que en la parábola del la oveja, Jesús es pastor, en la del hijo, Dios el Padre es el padre de familia, y por lo tanto pues para que aparezcan las tres personas de la trinidad la mujer estaría representada por el ES.
Independientemente de la interpretación, lo que la parábola enfatiza una vez más el el gozo que se produce en el corazón de Dios cuando un pecador se arrepiente y el salvado por el.
No debemos perder de vista el escenario sobre el que Jesús enseño esta parábola.
El dracma era una moneda que representaba un día de salario para un trabajador común. La posibilidad de perder esta moneda seguramente impactaba directamente en la economía de la familia.
Suponiendo que el salario de hoy en día fuera 400 pesos de hoy en día estamos hablando de un impacto significativos en las finanzas de una familia.
Quien mejor que una mujer para representar la persistencia en la búsqueda por encontrar algo. (cualquier hombre se da por vencido a la primera y no lo encuentra)
La dificultad radicaba, no el búsqueda en si misma, sino en las condiciones para buscarla, ya que las casas de las gente en aquel tiempo por lo regular eran muy pequeñas, carecían de ventanas o las tenían muy pequeñas y el suelo no tenía azulejo, mármol, ni siquiera firme, sino los pisos eran de tierra y en algunas ocaciones estaba cubierto con varas.
Así que la búsqueda de la moneda implicaría un esfuerzo mayor, porque sería como buscar una aguja en un pajar.
Entonces en un casa bien oscura, había que prender una lámpara aun en el día para mejor visibilidad, remover los muebles de la casa y barrer en cada rincón en cada esquina de la casa hasta encontrar la moneda.
De la misma forma como la moneda no sabe que esta perdida y sin vida, así tampoco el pecador sin Cristo no sabe que esta pedido y muerto en sus delitos y pecados.
Jesús esta representado por aquella mujer, porque el es quien busca a los perdidos entre los escombros la basura y el polvo del mundo que lo ha manchado.
Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Cuando un pecador se humilla y confiesa su condición perdida, esto trae gozo al corazón de Dios.
El arrepentimiento, la salvación de los pecadores aun de los más terribles, es motivo de regocijo en el cielo, es una esperanza que permanece vida mientras la persona siga aun con vida, porque el carácter de Dios es paciente, misericordioso y perdonador.
Dios se goza en mostrar su salvación a todos los hombres, el se deleita en salvar, el cristiano también debería encontrar gozo no en la trivialidad de la vida, sino en ver cuando una persona perdida sin Cristo viene a el en arrepentimiento, y fe.
Por eso no debemos cesar de llevar el mensaje a otros, este tiempo es una oportunidad que Dios nos ha regalado para llevar la buena nueva de la salvación a otros que se encuentran sin Dios.
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