Una esperanza que purifica

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Una esperanza que purifica

2 28 Y ahora, hijos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en su venida. 29 Si sabéis que Él es justo, sabéis también que todo el que hace justicia es nacido de Él.
3 1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como Él es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como Él es puro.
¿Qué es la esperanza?
Nuevo diccionario de Teología ESPERANZA

“Esperanza” tiene dos significados principales en la teología. Puede definir o el objeto de la esperanza, es decir Cristo y todo lo que implica su segunda venida (ver Escatología*), o la actitud de esperar.

Nuevo diccionario de Teología ESPERANZA

Esperar significa anticipar con expectación la actividad futura de Dios. El fundamento de la esperanza es la actividad pasada de Dios en Jesucristo, quien señala el camino para los propósitos de Dios en su creación.

Bosquejo: Cuatro características de la esperanza que purifica que te confrontan a cambiar tu forma de vida.
Se asegura por tu permanencia
Es manifestada por tu justicia aquí en la tierra
Proviene del amor del Padre
Es descubierta en tu semejanza a Cristo en tu resurrección
Es una esperanza pura
Es asegurada por tu permanencia. - 28 Y ahora, hijos, permaneced en Él
Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan Consideraciones prácticas acerca de 2:28–29

Al fin de la parábola del Juez Injusto, registrada en Lucas 18, Jesucristo habla acerca de sí mismo cuando le pregunta a sus seguidores: “Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?” (v.8). Esta pregunta parece estar totalmente fuera de lugar al fin de la parábola. Sin embargo, el contexto precedente (Lc. 17:20–37) enseña acerca del regreso de Jesús. Cuando Jesús aparezca en su venida, ¿encontrará a los creyentes fieles a su llamado? ¿Estarán haciendo lo justo?

He aquí el verdadero significado de la esperanza del creyente. Un verdadero creyente no sólo dice que espera al Señor o que espera en el Señor sino que actúa con esperanza, sabiendo que lo que hace diariamente manifiesta esa esperanza.
En el pasaje anterior vemos que el Señor vendrá inesperadamente y confronta a sus discípulos, como quizá nos confronta aquí, como hijos de Dios, ¿nuestros actos mostrarán que esa esperanza permanece en nosotros?
Porque permanecer viene del griego μένω menō quedar; permanecer; residir y su sentido es el : continuar v. — continuar un cierto estado, condición o actividad.
Pero déjenme contarles algo:
Hace 18 años mi abuela murió al fin de casi 10 años de espera. 10 años de esperar su muerte sentada en un sillón, orando todos los días por ser llevada a la presencia de Dios. Mi abuela no estaba gravemente enferma sólo ya no quería vivir. Yo, a la verdad, me sentía triste por verla así; una mujer que siempre fue activa, siempre ayudando a su marido, viendo por sus hijos y nietos, ¿sentada ahí, esperando su muerte? Y no sólo eso, me decía cada vez que iba a visitarla, que le pidiera a Dios que ya se la llevara. No era porque extrañara a mi abuelo aunque si lo hacía, pero él había muerto 16 años antes de que decidiera sentarse a esperar su muerte. Y creía en Dios y que al morir ella estaría con Él. Esa era un tipo de esperanza pero no de la que hablamos aquí.
Por eso me surge una pregunta: Nosotros permanecemos en Cristo, pero ¿cómo?
No digo que sentados en una silla como mi abuela, pero a lo mejor en un estilo de vida que nos resulta cómodo, a veces retador, pero que no implica de ningún modo que esperamos en Cristo, sino que nuestra esperanza está puesta en las cosas presentes, como lo advierte el apóstol previamente:
1 Juan 2.15–17 LBLA
15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en su venida.
Así dice la segunda parte del versículo. ¡Qué gran advertencia!
Dime, si en este momento viniera el Señor, ¿te mantendrías en tu posición o te tendrías que apartar avergonzado porque tu estilo de vida no refleja que esperabas en Él sino que amabas el mundo?
He aquí otra pregunta y la respuesta correcta.
Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan C. Confianza ante Dios (2:28–29)

¿Cómo responden los creyentes a la noticia del regreso de Cristo? Ellos obedecen los mandamientos de Dios, continúan en Cristo y están confiados ante la perspectiva del regreso de Jesús (compárese con 3:21). La palabra confiados quiere decir en realidad que los creyentes hablan sin renuencias, franca y osadamente acerca de su Señor y Salvador Jesucristo.

¿Así es tu vida actualmente? ¿Hablas sin renuencia, es decir, sin pena, con franqueza y valentía acerca del Señor y tu Salvador Jesucristo?
Si no es así, lamento decirlo, pero tu esperanza no es verdadera, porque no permaneces en Él y tendrías que apartarte avergonzado en su venida.
2. Es manifestada por tu justicia aquí en la tierra. - todo el que hace justicia es nacido de Él.
¿Por qué todo el que hace justicia es nacido de Él?
Porque sabemos que Él es justo.
Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan C. Confianza ante Dios (2:28–29)

Dios, que es justo, produce hijos e hijas que reflejan esta justicia en su vida diaria. Ser justo es el equivalente de ser santo. Presupone cumplir la voluntad de Dios, obedecer sus mandamientos y amarle a él y al prójimo. En suma, “justo” es un término que quiere decir libre de pecado

Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan C. Confianza ante Dios (2:28–29)

no describe a aquellos que efectúan alguna buena obra ocasionalmente. Esta oración revela más bien el estilo de vida de la persona que ha nacido de Dios. Los hijos de Dios tratan de hacer lo que es bueno y agradable ante los ojos de éste.

¿Te fijaste? ¡Es un estilo de vida! No es algo ocasional que haces los domingos cuanto cantas alabanzas y oyes la palabra de Dios, o cuando te reúnes a orar, no, es un estilo de vida, todos los días en tus pensamientos, en tus palabras, en tus hechos.
Veamos esta hermosa conclusión de un comentarista (Simon J. Kistemaker):
Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan Consideraciones prácticas acerca de 2:28–29

El creyente no espera pasivamente el regreso de Cristo, sino que promueve activamente el reino de la justicia de Dios (Lc. 17:20–21). Los cristianos no oran por su regreso para poder sacarse de encima sus responsabilidades. Oran por la venida de Cristo para que éste pueda encontrar fe en la tierra

Lucas 17.20–21 LBLA
20 Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles, 21 ni dirán: “¡Mirad, aquí está!” o: “¡Allí está!” Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.
3. Proviene del amor del Padre. - 3 1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre,
La Esperanza que purifica proviene del amor del Padre...
¡Qué maravilla!
Esta afirmación del apóstol Juan me recuerda otra igual de maravillosa y la expresó el medio hermano de Jesús, Santiago:
Santiago 1.17 LBLA
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.
¡Por supuesto! El amor proviene del Padre, ¿por qué? porque todo lo que es bueno, lo que es perfecto proviene de Él y sólo de Él.
Pero veamos la razón de porque dice el apóstol Juan ésto.
1 Juan 3.1 LBLA
1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El.
¿Ya se dieron cuenta? la razón por lo que dice eso el Apóstol Juan es que nos ha llamado a ser sus hijos como lo dice en la Carta de Pablo a los Efesios, por su beneplácito:
Efesios 1.5 LBLA
5 nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,
y entonces surge otra pregunta
¿Nos predestinó para qué?
Romanos 8.29 LBLA
29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos;
He aquí la respuesta: Para ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo...
Y entonces surge otra pregunta, la más importante:
¿Y cómo es la imagen de Su Hijo?
Es PURA, SANTA, SUFRIDA, AMOROSA, COMPASIVA, MISERICORDIOSA, LLENA DE GRACIA, HUMILDE, MANSA...
¿Así estás siendo transformado querido amigo? ¿Eres más puro que ayer, más santo que ayer, más sufrido que ayer, más amoroso que ayer, más compasivo que ayer, misericordioso, humilde y manso que ayer?
Y viene la última afirmación de este versículo: Por esto el mundo no nos conoce porque no le conoció a Él.
¿Qué? ¿Qué significa eso? Veamos que nos dice el Pastor MacArthur al respecto:
1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE ESTABLECE POR EL AMOR

Quienes están fuera de Cristo no pueden entender (1 Co. 2:15–16; 1 P. 4:3–4) la verdadera esencia y el verdadero carácter de los creyentes, los cuales resplandecen en la semejanza al Padre celestial y su Hijo Jesucristo, el Salvador y Señor de ellos

1 Corintios 2.15 LBLA
15 En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie.
1 Pedro 4.3–4 LBLA
3 Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces y abominables idolatrías. 4 Y en todo esto, se sorprenden de que no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
¡Ah! Ya entiendo. No nos conocen porque
No pueden entender el amor del Padre, que nos amó de tal manera que para salvarnos envió a su Hijo a vivir, morir y resucitar por nosotros.
No somos como ellos.
Pero entonces, te tengo otra pregunta:
¿No somos como ellos? Es decir, ¿no buscamos la riqueza que buscan ellos, los placeres que buscan ellos, la posición que buscan ellos, los premios que buscan ellos, la vida que buscan ellos, el mundo que buscan ellos?
¡Ah! qué bueno que dices que no querido amigo, porque entonces actúas, piensas y hablas como el Señor quiere:
Mateo 5.6 LBLA
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
Filipenses 2.15 LBLA
15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo,
1 Pedro 2.12 LBLA
12 Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
¿Tenemos entonces, hambre y sed de justicia? ¿somos irreprensibles y sencillos? ¿mantenemos una conducta irreprochable, no frente a la iglesia solamente sino frente a los gentiles, es decir, la gente del mundo?
Hermano, ¡Te felicito! El mundo no te conoce por eso, no te reconoce como uno de ellos. ¡Así sea! Porque entonces podré decirte como dice el Apóstol en el siguiente versículo:
1 Juan 3.2 LBLA
2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.
4. Es descubierta en tu semejanza a Cristo en tu resurrección. - Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.
Esa es la Esperanza del creyente, exactamente, al ser hijos de Dios, cuando Él se manifieste seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es.
¡Wow! ¡Qué expectación! ¿No es cierto hermanos?
Pero, no te surge una pregunta:
seremos semejantes a él ¿cómo? Dejemos que la Escritura nos conteste.
1 Corintios 15.49–53 LBLA
49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50 Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. 51 He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Nos vestiremos entonces de incorrupción y de inmortalidad. ¡Qué maravilla hermanos! Así seremos.
Fíjense lo que dice Pablo en su carta a los Filipenses:
Filipenses 3.20–21 LBLA
20 Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, 21 el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.
Un cuerpo de gloria. ¡Exactamente!
1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CUMPLE POR LA SEMEJANZA A CRISTO

Tal transformación hará perfectamente santos y justos a los redimidos, y con una capacidad pura para adorar y glorificar a Dios por siempre de manera totalmente satisfactoria, gozosa e intacta (cp. Ap. 5:11–14).

5. Es una esperanza pura. - 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro.
Comentario al Nuevo Testamento: Santiago y 1-3 Juan 3. El conocimiento de Dios (3:3)

El creyente vive en la esperanza de verse transformado en semejanza a Jesucristo, y cuanto más contempla esta verdad tanto más se purifica del pecado. Busca limpiarse a sí mismo del pecado que contamina el cuerpo y el alma; se esfuerza constantemente en la santidad por reverencia a Dios (2 Co. 7:1).

2 Corintios 7.1 LBLA
1 Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Por supuesto que Dios es el que nos purifica en la medida en que nosotros contemplamos Su verdad, Su enseñanza, Su vida y la de sus discípulos, como Pedro y Pablo que aprendieron a vivir en santidad y en esa esperanza que los fue purificando día a día.
Por eso el Pastor MacArthur afirma que:
1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CARACTERIZA POR LA PUREZA

La esperanza en el regreso de Cristo determina prácticamente el estilo de vida y la conducta de los creyentes. Cuando esta esperanza se ha puesto en él produce un creciente anhelo de llegar a ser ahora semejantes a Jesús

Gálatas 2.20 LBLA
20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Efesios 4.21–23 LBLA
21 si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, 22 que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, 23 y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente,
1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CARACTERIZA POR LA PUREZA

Jesucristo es el Señor y Salvador de los santos, quien provee el ejemplo ideal de una vida santa. Él es la meta de las vidas de ellos, el Único a quien deben seguir con creciente diligencia y fervor, así como hizo el apóstol Pablo

1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CARACTERIZA POR LA PUREZA

la obra santificadora del Espíritu Santo no se lleva a cabo aparte de la obediencia del creyente y el uso de los medios de la gracia santificadora. Este es un llamado típico a que los cristianos obedezcan las Escrituras en todos sus aspectos.

1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CARACTERIZA POR LA PUREZA

su enfoque principal debería estar en el profundo significado de ser eternamente conformados a la imagen de Cristo. Cuando fijan la esperanza en su Salvador y Señor absolutamente santo y ansían estar con Él y ser como Él en el futuro, sus vidas se afectan positivamente hacia la justicia en la actualidad.

2 Corintios 3.18 LBLA
18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
1 Pedro a Judas LA ESPERANZA SE CARACTERIZA POR LA PUREZA

Aquellos que permanecen en Cristo, manifestando justicia, reconociendo con gratitud el amor que Dios les tiene, siendo cada vez más conformados a imagen de Cristo, e intentando vivir con pureza, pueden estar seguros de que tienen una esperanza que no defrauda. Ni siquiera las peores pruebas de la vida pueden disminuirles la confianza eterna en las promesas de Dios. Es más, mientras los creyentes enfrenten más dificultades en esta vida, más fuerte y brillante se vuelve su esperanza. Tal esperanza es básica para todo pecador redimido delante de Dios

Romanos 5.1–5 LBLA
1 Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; 5 y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Quiero dejarles con una ilustración:
Genuinos en Cristo: Estudio Expositivo de la Primera Epístola de Juan Dios el Padre Nos Ama (1 Juan 3:1–3)

Un grupo de jóvenes estaba disfrutando de una fiesta y alguien sugirió que fueran a un cierto lugar para divertirse.

—Preferiría que me llevaras a mi casa— le dijo Julia al muchacho que había ido con ella a la fiesta. —A mis padres no les gusta ese lugar.

—¿Tienes miedo de que tu padre te haga algo?— le preguntó una de las chicas sarcásticamente.

—No— respondió Julia. —No tengo miedo de que mi padre me lastime, sino que tengo miedo de lastimarlo yo a él.

Ella entendía el principio de que un verdadero hijo de Dios, quien ha experimentado el amor de Dios, no tiene deseos de pecar contra ese amor.

¡Amén hermanos, Amén!
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