Discipulado Excusas y Miedos Moises

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Ayudar a los dispulos Timidos a inspirarse en ver la vida de Hombres que tenian miedo y vencieron con la ayuda de Dios.

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Éxodo 3.1–4.31 NVI
1 Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. 2 Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, 3 así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza.» 4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: —¡Moisés, Moisés! —Aquí me tienes—respondió. 5 —No te acerques más—le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 6 Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que dispónte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo. 11 Pero Moisés le dijo a Dios: —¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas? 12 —Yo estaré contigo—le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto en esta montaña. 13 Pero Moisés insistió: —Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes.” ¿Qué les respondo si me preguntan: “¿Y cómo se llama?” 14Yo soy el que soy—respondió Dios a Moisés—. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: “Yo soy me ha enviado a ustedes.” 15 Además, Dios le dijo a Moisés: —Diles esto a los israelitas: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes. Éste es mi nombre eterno; éste es mi nombre por todas las generaciones.” 16 Y tú, anda y reúne a los ancianos de Israel, y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de ustedes. He visto cómo los han maltratado en Egipto. 17 Por eso me propongo sacarlos de su opresión en Egipto y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel!’ ” 18 Los ancianos de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios.” 19 Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza. 20 Entonces manifestaré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las maravillas que realizaré entre ellos. Después de eso el faraón los dejará ir. 21 Pero yo haré que este pueblo se gane la simpatía de los egipcios, de modo que cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías. 22 Toda mujer israelita le pedirá a su vecina, y a cualquier otra mujer que viva en su casa, objetos de oro y de plata, y ropa para vestir a sus hijos y a sus hijas. Así despojarán ustedes a los egipcios. 1 Moisés volvió a preguntar: —¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”? 2 —¿Qué tienes en la mano?—preguntó el Señor. —Una vara—respondió Moisés. 3 —Déjala caer al suelo—ordenó el Señor. Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella, 4 pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos. 5 —Esto es para que crean que yo el Señor, el Dios de sus padres, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti. 6 Y ahora—ordenó el Señor—, ¡llévate la mano al pecho! Moisés se llevó la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía toda cubierta de lepra y blanca como la nieve. 7 —¡Llévatela otra vez al pecho!—insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo. 8 —Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso—dijo el Señor—, tal vez te crean con la segunda. 9 Pero si no te creen ni te hacen caso después de estas dos señales, toma agua del Nilo y derrámala en el suelo. En cuanto el agua del río toque el suelo, se convertirá en sangre. 10Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra—objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar. 11 —¿Y quién le puso la boca al hombre?—le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita? 12 Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir. 13Señor—insistió Moisés—, te ruego que envíes a alguna otra persona. 14 Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo: —¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el corazón. 15 Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer. 16 Él hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo. 17 Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas. 18 Moisés se fue de allí y volvió a la casa de Jetro, su suegro. Al llegar le dijo: —Debo marcharme. Quiero volver a Egipto, donde están mis hermanos de sangre. Voy a ver si todavía viven. —Anda, pues; que te vaya bien—le contestó Jetro. 19 Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: «Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte.» 20 Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios. 21 El Señor le había advertido a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, no dejes de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo. 22 Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: “Israel es mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto, pero tú no has querido dejarlo ir. Por lo tanto, voy a quitarle la vida a tu primogénito.” » 24 Ya en el camino, el Señor salió al encuentro de Moisés en una posada y estuvo a punto de matarlo. 25 Pero Séfora, tomando un cuchillo de pedernal, le cortó el prepucio a su hijo; luego tocó los pies de Moisés con el prepucio y le dijo: «No hay duda. Tú eres para mí un esposo de sangre.» 26 Después de eso, el Señor se apartó de Moisés. Pero Séfora había llamado a Moisés «esposo de sangre» por causa de la circuncisión. 27 El Señor le dijo a Aarón: «Anda a recibir a Moisés en el desierto.» Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó. 28 Entonces Moisés le comunicó a Aarón todo lo que el Señor le había ordenado decir y todas las señales milagrosas que le mandaba realizar. 29 Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos israelitas, 30 y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo, 31 con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor.
-Dios tiene planes Grandes para Nuestra vida, por esta razon quizo utilizar a Moises.
Él estaba un día cualquiera cuidando a sus ovejas cuando su vida rápidamente cambio, Dios envío a Moises a Liberar a su pueblo de la opresión de Egipto.
Dios le Dios una mision importante pero vemos que Moses tenia Muchas inseguridades en su vida:
Asi como Dios envia a Moises a una importante Mision, asi Dios nos envia a Dispularnos los unos a los oros, cuidar y enseñar a obedecer la ley de dios.
El dia de hoy Veremos 5 excusas que Mosises le dios a Dios ante la importante Mision que tenia.
V3:10-12 Sentimienro de insignifiancia.
¿por que yo?
No soy suficiente?
¿como podria ayudar a alguine?
¿tengo poco tiempo en la fe, Como podría aconsejar a alguien?
Moises pensó que Dios había escogido a la persona incorrecta. justo como Dios estuvo con Moises Dios esta en nuestra Misión.
2. V3.13 Falta de Conocimiento: la excusa recurrente es a que no sabriamos que decir, no sabemos como animar o exhortar a un hermano…
Entendamos una cosa Dios nos manda a Hablar con Poder y con autoridad, lo que debemos de hablar en nuestros tiempos de Dispulado es de la autoridad, al amor y el poder de Dios.
No hables de parte tuya, habla con el Poder y la autoridad de Dios. quizas no conoces muy bien la biblia, pero por eso es necesrio prepararte poco a poco y orar fuerte mente para tener una relacion poderosa con Dios, y que el interceda por ti,
-Esfuérzate por tener una comunicación estrecha con Dios.
si no sabes que decir solo habla del poder de Dios en tu vida, ¿Como crees que Dios puede ayudar a la persona?
3. V4.1 Miedo al Rechazo: Dios le dios herramientas para convencer al faraon:
¿que tal que no me hace caso?
no me siento con la atoridad de poderle dar un consejo, de poderlo retar o confrontar por que tiene un pecado que vi y tengo miedo en que deje de ser mi amigo.
No me siento con la autoridad o bueno aun no hay confianza que tal que me rechaza?
Vemos que Dios le Dios le dio una herramienta para que el faraon supiera que Dios lo envia.
¿Que herramientas Dios nos da en medio del ?
La Biblia
La oracion
El espiritu Santo
La iglesia
los Lideres
los hermanos
No tengas miedo, Dios estar con tigo en medio de la consejeria. No temas al Rechazo, a veces hay que jugarse la amistad en el Dispulado.
4. V.4:10-12 Falta de elocuencia:
No se que decir…
La respuesta de Dios es contundente, el es quien inspira, y da pàlabras de consuelo cuando hay que consolar, alegria cuanso hay que alegrar, disciplina cuano hay que disciploinar.
Pero necesiats esforzarte en saber que Dios quiere decirnos a travez de tus estudios Biblicos.
en un tiempo de Discipulado necesitas hablar con La biblia. la Biblia tiene mucho poder utilizala y esfuerzate en conocerla.
5. V4:13-14 Renuencia a obedecer.
Dios se enoja de todas nuestra excusas…
Al ver tantas herramientas que tenemos para poder discipular y ayudar a otros, ya no hay excusa…
Tema central: ¿Quieres o no quieres tomar el discipulado como una misión que Dios esta poniendo en tu vida?. …
tenemos que ser honestos con Dios y definir si rechazamos su mandato o lo obedecemos peor no ser tibios…
EL Dispulado es necesario en nuestra vida como discipulos, sin el estamos peleando nuestra batallas...
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