Sermón sin título (4)

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Transcript
Propósito del sermón.
Introducción
Lectura de
Oración
En la Biblia se utiliza la palabra milagros y señales en muchas ocasiones de formas intercambiable. Esto es así porque los milagros apuntan hacia algo o comunican algo, no son simples manifestaciones de poder.
Contexto
A lo largo del capitulo 3 versículos 1-10 ya hemos podido estudiar y meditar en el milagro de completa sanidad ocurrido a alguien que estaba paralítico desde su nacimiento. Ese milagro no podía explicarse por sí solo, había una razón para ello y un mensaje que comunicaba. Desde el v. 11-26 encontramos hacía donde apuntaba el milagro/señal. Nosotros, por motivo de tiempo solo alcanzaremos a abarcar hasta el v. 21
Lo primero que podemos notar de esta sección es...

LA FUENTE DE PODER DEL MILAGRO

Hechos de los Apóstoles 3.11–16 RVR60
11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. 12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. 14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.
Hechos de los Apóstoles 3.11–17 NBLH
11 Estando el que era cojo aferrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban. 12 Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: “Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar? 13 “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres (antepasados), ha glorificado a Su Siervo Jesús, al que ustedes entregaron y repudiaron en presencia de Pilato, cuando éste había resuelto poner a Jesús en libertad. 14 “Pero ustedes repudiaron al Santo y Justo, y pidieron que se les concediera un asesino, 15 y dieron muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 “Por la fe en Su nombre, es el nombre de Jesús lo que ha fortalecido a este hombre a quien ven y conocen. La fe que viene por medio de Jesús, le ha dado a este esta perfecta sanidad en presencia de todos ustedes. 17 “Y ahora, hermanos, yo sé que obraron por ignorancia, lo mismo que sus gobernantes.
A lo largo de este encabezado una de las cosas que podremos darnos cuenta es cómo Pedro desvía la atención de las personas que los estaban mirando y dirige dicha atención hacia el Señor.
Como nos deja ver el relato, lo ocurrido con el cojo que había sanado no pasó desapercibido en el templo sino que todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón (v. 11). Otras versiones captan mejor la impresión del momento cuando traducen correctamente que el pueblo corrió a ellos. El milagro había captado la atención de toda la gente de una manera muy real.
Pedro tenía una multitud delante de él viéndolos y la prueba fehaciente del milagro al lado de ellos. Dada la oportunidad, les dijo (v. 12) ¿por qué os maravilláis de esto? refiriéndose al milagro ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? noten ustedes cómo desde tiempos antiguos las personas creían que si alguien era piadoso, justo, santo, podía llegar a hacer milagros. La pregunta que hace Pedro, que se contesta por sí misma, deja en claro que el milagro no provenía de los hombres.
¿De quién provenía el milagro?
Pedro no contesta la pregunta de manera muy directa que digamos, al menos no lo hace sin despertar las conciencias de quienes le escuchaban, tal como vamos a ver.
En el v. 13 dice El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús. Debemos de ser bien conscientes que cada palabra y frase de las Escrituras tiene su debida importancia y nada está ahí al azar. Cuando Pedro aludió a Dios como lo hizo él estaba enfatizando el pacto de Dios con su pueblo. Abraham, Isaac y Jacob fueron los patriarcas de donde proviene la nación de Israel. Ese Dios, dijo Pedro, ha glorificado a su Hijo Jesús, mas correctamente traducido es decir “su siervo Jesús” (LBLA), donde la palabra ahí es la palabra gr. παῖς que se traduce como niño o esclavo. Por cierto que la palabra “siervo” alude a las profecías de Isaías al final del cap. 52 y todo el capitulo 53 donde se menciona su sufrimiento.
Dios glorificó a su Siervo Jesús, en contraste, los hombres:
Lo entregaron (v. 13)
Lo rechazaron al negarle que Pilato lo pusiera en libertad (v. 13)
Pidieron que se les diese un homicida (v. 14)
Tuvieron parte en matar al Autor de la vida. (v. 15)
¡Qué forma tan contundente en que lo pone Pedro! Las personas prefieren un homicida mientras que matan al autor de la vida ¿quién puede saber la cantidad de maldad que llega a estar en el corazón del hombre? ¿Contra quién habían pecado? Contra el Siervo de Dios, el Santo, el Justo, el Autor de la Vida.

b Pedido y pedisteis

Suministrado que

c Apelación se os diese un homicida,

15 a Acción y matasteis al Autor de la vida,

Ahora bien, Jesús murió, y lo hizo para pagar por nuestros pecados, pero Él no permaneció muerto, Dios lo resucitó de los muertos, y aunque nosotros no lo vimos, los apostoles fueron testigos de ello, testimonio que según veremos en las próximas semanas estuvieron dispuestos a sostener a pesar de las amenazas de muerte.
Dicho todo lo anterior podemos volver a la pregunta ¿de quién provenía el milagro?
v. 16 dice… Y por la fe en su nombre, a éste (el paralítico), que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre ; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.
Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.” (, RVR60)
Quizá hubiésemos esperado que la respuesta fuera mas sencilla, tan solo que dijera que Cristo le había sanado, pero si leemos con atención dice que es la fe en el nombre de Jesús lo que trajo sanidad. Dos preguntas debemos hacernos aquí para interpretar correctamente este versículo.
¿la fe de quien?
¿cual es el sentido de la expresión “la fe en su nombre”?
Digamos que aquí la fe se refiere a la fe del paralítico. No es improbable, hubo muchos milagros que Jesús hizo mientras estuvo en la tierra debido a la fe de las personas. Antes de sanarlos, el Señor pronunciaba las palabras “tu fe te ha sanado” (, ) e inmediatamente quedaban sanos. Por esta razón decimos que es probable que fuera así. Sin embargo, hubo milagros que Jesús hizo sin que las personas hayan ejercido fe ( se ve el caso de un paralítico también).
¿Entonces? El relato de los vv. 1-10 no nos da pauta para pensar que aquél hombre tuvo tiempo de creer, tampoco se nos dice algo de su fe. En mi opinión y dada la evidencia me parece que la fe a la que se refiere el v. 16 es la fe de Pedro y Juan.
En mi opinión y dada la evidencia me parece que la fe a la que se refiere el v. 16 es la fe de Pedro y Juan.
¿Por qué es importante resaltar este hecho? Porque en el día de hoy, muchos de los que dicen hacer milagros y fracasan en su intento cargan con un peso de culpa a las personas diciéndoles que no fueron sanos o no recibieron completa sanidad debido a su falta de fe. Eso es un horrible acto de crueldad emocional. La gente entra en depresión después de palabras como esa. Se acercaron con el hombre esperando que Dios obrara un milagro por medio de ellos y resulta que no tenían fe cuando iban con toda la esperanza de ser sanados. Es trágico lo que hoy ocurre.
Con esto damos contestación a la pregunta ¿la fe de quien?, la siguiente pregunta no es menos importante: ¿cuál es el sentido de la expresión “la fe en su nombre”?
Algunas veces la Biblia se refiere a la fe como un credo () pero eso no tendría sentido aquí. Otras veces la biblia se refiere a la fe como el instrumento por el cual nos apropiamos de las promesas de Dios, ese es el sentido aquí. Cuando en la Biblia se enfatiza la fe en este sentido, se le enfatiza como el instrumento que se apropia del poder y no como la fuente del mismo.
El sentido de esta porción entonces no es que la fe de Pedro fue la que trajo completa sanidad para aquél hombre, el sentido es que el Cristo resucitado y glorificado por el Padre obró su poder por la fe que los apostoles tuvieron en Él. ¿vé usted dónde está el énfasis?
Un hecho mas que no podemos dejar escapar es que el milagro haya ocurrido en el nombre de Jesús de Nazaret, es decir, en su autoridad, eso es una clara evidencia de que Él está vivo y es poderoso. Por eso Pedro pudo decir que Cristo “ha confirmado su nombre”.
T: Todo lo dicho anteriormente para resaltar LA FUENTE DE PODER DEL MILAGRO, hay que añadir que el mensaje del evangelio siempre demanda una respuesta de nuestra parte, de ahí que podamos ver...
...

EL LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO

Como notaremos, las palabras de Pedro, aunque duras y directas, estaban sazonadas con el amor y el reconocimiento de la misión para la cual Cristo vino.
Pedro le dijo a su audiencia de aquella ocasión: hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho (participar en la muerte de Jesucristo) como también vuestros gobernantes (v. 17). En la ley de Moises había una distinción entre los pecados de ignorancia y los pecados cometidos con soberbia (). Para los pecados cometidos con ignorancia, se podía ofrecer un sacrificio para reconciliación. Para el pecado hecho con soberbia, la persona era cortada del pueblo, iba a perder la membresía al pueblo del pacto, su ciudadanía con todo lo que ello implicaba.
Para distinguir entre un pecado y otro, en describe cómo es el pecado con soberbia.
Números 15.31 RVR60
31 Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella.
Si bien es cierto que la multitud que estuvo en el juicio de Jesús ante Pilato gritó ¡crucificale! y si bien es cierto que las autoridades mismas fueron quienes llevaron al Señor e instigaron a las multitudes, ninguno de ellos poseía el suficiente conocimiento que pudiera clasificar su pecado como el pecado con soberbia descrito en la ley. No eran inocentes pero tampoco conocían la profundidad de lo que estaban haciendo.
Ahora bien, lo que ellos no conocían en profundidad, Dios lo conocía perfectamente, por eso Pedro podía decirles Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Sería un grave error pensar que Cristo murió solo como víctima de sus contemporáneos. Igual de grave sería sentir lastima o pena por su sufrimiento, Él vino a cumplir lo que había sido dicho de Él cientos de años antes que naciera.
Hay una sola respuesta apropiada para estas verdades, así como Pedro le dijo a su audiencia arrepentíos y convertíos (v. 19).
Muy importante destacar a quién se les están diciendo estas palabras; eran judíos que creían en el Antiguo Testamento, participaban de los sacrificios y frecuentaban el templo para la oración. A los ojos de los hombres ellos podían solo necesitar reconocer quien fue realmente Jesús de Nazaret.
El pensamiento de muchas personas es que el cristianismo es un agregado mas en su religión. Hay quienes creen que ser cristiano es cambiarse de lugar de reunión los domingos y procurar seguir lo que en este nuevo lugar se les indica.
La verdad de las cosas no es así, el cristianismo siempre ha exigido desde sus inicios una conversión profunda. El cristianismo no es un agregado, es un nuevo comienzo. Arrepentirse y convertirse denotan cambios profundos en la manera de pensar y en la manera de actuar. Esos cambios provienen de...
una conciencia clara de nuestro pecado: Hemos sido rebeldes en contra de Dios.
un claro entendimiento de la dignidad, grandeza, majestad de Dios.
un reconocimiento de nuestra incapacidad de reconciliarnos con Dios en nuestros términos.
un reconocimiento del amor y la bondad de Dios mostrados en la persona y obra de Jesucristo
Estos elementos son indispensables si realmente se ha de producir un cambio en la médula misma de la persona. Solo entonces, quien se arrepiente y se convierte goza de aquello por lo cual Cristo murió. ¿qué es aquello?
que sean borrados nuestros pecados. (v. 19)
que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio (v. 19)
y él envíe a Jesucristo que os fue antes anunciado (v. 20)
El rey David escribió en el salmo 32:1
Salmo 32.1 NVI
1 Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
David dijo eso después de haber estado involucrado en dos pecados muy graves (homicidio y adulterio). No es para nada un incentivo para que pequemos sin preocupación, es una verdad que debería llenarnos de asombro ante el gran amor de Dios tan dispuesto a perdonar.
Los tiempos de refrigerio se refieren mas seguramente a los tiempos cuando el Señor volverá para establecer su reino plenamente en la tierra. Ahora estamos en tiempos de una paz frágil e inestable, pero cuando Cristo venga serán tiempos de verdadera paz. Mientras tanto, el Señor está en el cielo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas (v. 21).
Conclusión
Hechos de los Apóstoles 3.21 RVR60
21 a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.
Al llegar hasta este punto hemos podido observar varias cosas.
1. Cristo, aun cuando no está presente fisicamente, Él está al pendiente de todo. Un paralítico que mendigaba en la puerta del templo no era de desconocimiento del Señor. Con el poder que salió de Cristo por la fe de los apostoles aquél hombre recibió sanidad.
Cristo tampoco está ajeno a usted, Él conoce perfectamente su condición física y espiritual. Respecto a lo físico tal vez sea la voluntad de Dios que llevemos el sufrimiento hasta la muerte, pero respecto a lo espiritual, Dios ha provisto la solución para nuestro mas grave problema, el pecado. Cristo mismo es la solución y solo aquellos que reconocen sus pecados, les dan la espalda y rinden sus vidas a Cristo gozan del perdón.
2. Dios ha ratificado el mensaje de salvación con su sello. Los milagros son la clara evidencia que autentificaba el mensaje. Dos mil años después nos llega también a nosotros el mensaje desde las Escrituras. Las palabra de Dios es viva y eficaz y se dirige a nosotros. ¿Qué haremos con Jesús que murió crucificado pero que ahora está en los cielos esperando hasta su venida? Ahora que el llama a los pecadores al arrepentimiento y la conversión ¿cómo responderá usted?
Hechos de los Apóstoles 3.17–21 RVR60
17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. 18 Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; 21 a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.

EL FUNDAMENTO DE LA PROMESA

Hechos de los Apóstoles 3.22–26 NBLH
22 “Moisés dijo: ‘El Señor Dios les levantara a ustedes un profeta como yo de entre sus hermanos; a El prestaran atencion en todo cuanto les diga. 23 ‘Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo.’ 24 “Asimismo todos los profetas que han hablado desde Samuel y sus sucesores en adelante, también anunciaron estos días. 25 “Ustedes son los hijos (descendientes) de los profetas y del pacto que Dios hizo con sus padres, al decir a Abraham: ‘Y en tu simiente seran benditas todas las familias de la tierra.’ 26 “Para ustedes en primer lugar, Dios, habiendo resucitado a Su Siervo (Hijo), Lo ha enviado para que los bendiga, a fin de apartar a cada uno de ustedes de sus iniquidades.”
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