Creciendo en la Fe

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I Los recursos Divinos

A- Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda (3)
B- Pedro había visto el poder de Cristo calmar el mar tempestuoso y capacitarlo a él para caminar sobre el agua (); había oído al Cristo resucitado afirmar que le había sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra (); había recibido el poder de Cristo en su vida por el bautismo santificador con el Espíritu de Pentecostés (; ); y sabía, con Pablo, que Cristo era el poder de Dios (). De ahí que, como dijo Wesley: “Hay una maravillosa alegría en la [exhortación].”
Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda
Pedro había visto el poder de Cristo calmar el mar tempestuoso y capacitarlo a él para caminar sobre el agua (); había oído al Cristo resucitado afirmar que le había sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra (); había recibido el poder de Cristo en su vida por el bautismo santificador con el Espíritu de Pentecostés (; ); y sabía, con Pablo, que Cristo era el poder de Dios (). De ahí que, como dijo Wesley: “Hay una maravillosa alegría en la [exhortación].”
C- La palabra traducida poder (dynamis) indica que en Cristo reside una permanente energía dinámica en virtud de su naturaleza divina.En Cristo no sólo hay poder, sino que es ese mismo poder el que ha puesto a nuestro alcance todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad. Sus dones nos son concedidos con el propósito de ayudarnos a vivir vidas piadosas; esto es, vidas que se dirijan más y más hacia Dios y las cosas santas. Sin embargo, este poder está disponible para la humanidad sólo mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Se reconoce aquí la obra mediadora de Cristo a la diestra del Padre ().
La palabra traducida poder (dynamis) indica que en Cristo reside una permanente energía dinámica en virtud de su naturaleza divina.
D- Promesas- Y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos. (4)
E- La idea central de estos dos versículos es que en la naturaleza divina residen energías (poder) morales y espirituales suficientes para alimentar la vida y la piedad. Esas energías se expresan en términos de promesas específicas. A fin de que el hombre tenga vida y piedad debe encarnar en sí mismo esas energías que residen en la divinidad. Esto se produce como resultado de una relación de fe con dichas promesas. Por medio de la fe recibimos un conocimiento, una participación, una comunión en la naturaleza divina tal como es compartida con el hombre por Dios en Cristo. Cuando esto acontece, el hombre es salvado de la corrupción—¡por cierto un gran privilegio! Es puesto en comunión con Dios—un privilegio mayor aún—e introducido en la esfera ética a la cual Pedro dirige nuestra atención a continuación.
y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.
En Cristo no sólo hay poder, sino que es ese mismo poder el que ha puesto a nuestro alcance todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad. Sus dones nos son concedidos con el propósito de ayudarnos a vivir vidas piadosas; esto es, vidas que se dirijan más y más hacia Dios y las cosas santas. Sin embargo, este poder está disponible para la humanidad sólo mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Se reconoce aquí la obra mediadora de Cristo a la diestra del Padre ().
La idea central de estos dos versículos es que en la naturaleza divina residen energías (poder) morales y espirituales suficientes para alimentar la vida y la piedad. Esas energías se expresan en términos de promesas específicas. A fin de que el hombre tenga vida y piedad debe encarnar en sí mismo esas energías que residen en la divinidad. Esto se produce como resultado de una relación de fe con dichas promesas. Por medio de la fe recibimos un conocimiento, una participación, una comunión en la naturaleza divina tal como es compartida con el hombre por Dios en Cristo. Cuando esto acontece, el hombre es salvado de la corrupción—¡por cierto un gran privilegio! Es puesto en comunión con Dios—un privilegio mayor aún—e introducido en la esfera ética a la cual Pedro dirige nuestra atención a continuación.
II Respondiendo a Promesa
II Respondiendo a Promesa
II Respondiendo a Promesa (
Responsabilidad de añadirle a la fe (1:5–7)
A- Lejos de ser tranquilo o pasivo, el principio de la fe en realidad nos lanza en una interminable empresa ética: Poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud (5). Como dice la RSV: “Por esta misma razón haced todo esfuerzo para suplementar vuestra fe con virtud.” La fe es la raíz de la vida cristiana; las obras son el fruto de la fe; o, para emplear otra analogía, la fe es el fundamento sobre el cual edificar el edificio del amor. Como dijo Wesley: “Nuestra diligencia es seguir el don de Dios, y es seguida por un acrecentamiento de todos sus dones.”12
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Lejos de ser tranquilo o pasivo, el principio de la fe en realidad nos lanza en una interminable empresa ética: Poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud (5). Como dice la RSV: “Por esta misma razón haced todo esfuerzo para suplementar vuestra fe con virtud.” La fe es la raíz de la vida cristiana; las obras son el fruto de la fe; o, para emplear otra analogía, la fe es el fundamento sobre el cual edificar el edificio del amor. Como dijo Wesley: “Nuestra diligencia es seguir el don de Dios, y es seguida por un acrecentamiento de todos sus dones.”12
A-
B- Añadir - La palabra añadid significa suplir o sobreagregar. Viene de un término compuesto, epichorigeo, que significa “unir a, proporcionar una cosa después de otra, de modo que no quede un vacío o un abismo”, y se la empleaba en el arte griego con el sentido de “dirigir un coro”. Así, pues, Pedro nos insta a agregar una cosa a otra en un hermoso orden hasta que el coro está completo y la vida cristiana está plenamente equipada con toda virtud. Y cada gracia alcanzada ayuda a llevar a la perfección las otras gracias.
La palabra añadid significa suplir o sobreagregar. Viene de un término compuesto, epichorigeo, que significa “unir a, proporcionar una cosa después de otra, de modo que no quede un vacío o un abismo”, y se la empleaba en el arte griego con el sentido de “dirigir un coro”. Así, pues, Pedro nos insta a agregar una cosa a otra en un hermoso orden hasta que el coro está completo y la vida cristiana está plenamente equipada con toda virtud. Y cada gracia alcanzada ayuda a llevar a la perfección las otras gracias.
C- Virtud significa excelencia, coraje, o bondad moral. Es el valor acrecentado en el cumplimiento del deber cristiano. Es poder moral desarrollado al permanecer fieles en la prueba.
D- El paso siguiente en el ascenso es agregar conocimiento—el conocimiento de Dios, de las cosas divinas en general; esto es, una sazonada sabiduría moral que viene como resultado de vivir por la fe. Y a esto se agrega templanza (6), que es el dominio propio, tanto interior como exterior en el uso de todas las cosas lícitas. A esto se agrega paciencia, que en el idioma original significa firmeza en la fe durante la prueba y el sufrimiento (). Esta, al desarrollarse en la fe, conduce a la piedad, la cual, según Cremer, significa “el reconocimiento de la dependencia de los dioses, la confesión de la dependencia humana, el tributo de homenaje que el hombre rinde en la seguridad de que necesita del favor de ellos”. Así, pues, en el uso cristiano significa piedad, reverencia, un estado del alma en que el individuo busca conformarse a la mente de Dios en todas las cosas, por el poder interior del Espíritu Santo. Se sigue, pues, que sobre la base de la piedad uno muestra afecto fraternal, que significa “amor a un hermano en la fe cristiana”, y que nos regresa a , , ; ; ; . Es aconsejada por Pablo () y también por Juan ().
El paso siguiente en el ascenso es agregar conocimiento—el conocimiento de Dios, de las cosas divinas en general; esto es, una sazonada sabiduría moral que viene como resultado de vivir por la fe. Y a esto se agrega templanza (6), que es el dominio propio, tanto interior como exterior en el uso de todas las cosas lícitas. A esto se agrega paciencia, que en el idioma original significa firmeza en la fe durante la prueba y el sufrimiento (). Esta, al desarrollarse en la fe, conduce a la piedad, la cual, según Cremer, significa “el reconocimiento de la dependencia de los dioses, la confesión de la dependencia humana, el tributo de homenaje que el hombre rinde en la seguridad de que necesita del favor de ellos”. Así, pues, en el uso cristiano significa piedad, reverencia, un estado del alma en que el individuo busca conformarse a la mente de Dios en todas las cosas, por el poder interior del Espíritu Santo. Se sigue, pues, que sobre la base de la piedad uno muestra afecto fraternal, que significa “amor a un hermano en la fe cristiana”, y que nos regresa a , , ; ; ; . Es aconsejada por Pablo () y también por Juan ().
Virtud significa excelencia, coraje, o bondad moral. Es el valor acrecentado en el cumplimiento del deber cristiano. Es poder moral desarrollado al permanecer fieles en la prueba.
Todo el proceso llega a su clímax y perfección cuando al afecto fraternal se agrega el amor (agape), que se manifiesta no sólo a la comunidad cristiana, sino también a Dios, a toda la humanidad, “y a toda la creación animada e inanimada”. Es lo que Wesley llamaba “el puro y perfecto amor a Dios y a toda la humanidad”.18
III . Resultados de añadirle a la fe (1:8–11)
3. Resultados de añadirle a la fe (1:8–11)
Pedro insiste en que si estas cosas están en vosotros, y abundan, se producirán cuatro resultados. Estos pueden ser denominados “Las bendiciones del crecimiento en la gracia.” (1) Aumento de la fructificación—no estaremos ociosos (estériles) en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, 8; (2) Una perspectiva constante, que nos capacita para ver a lo lejos, 9; (3) Una segura perseverancia—porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás, 10; y (4) Una prometida promoción en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, 11.
Si dejamos de acrecentar nuestra fe, nos volveremos ociosos y fracasos espirituales. De modo que tanto positiva como negativamente, pesa sobre el creyente cristiano el mandato de procurar hacer firme su vocación y elección (10). El principio de la fe lleva inevitablemente al proceso de la fe, y ambos tienen por objeto la perspectiva de la fe de nuestra entrada final al Reino prometida por la fe. He aquí los claramente establecidos “principios de preservación” que ningún cristiano puede descuidar sin peligro para el bienestar eterno de su alma. Una condición humana: haciendo estas cosas, debe llenarse antes que se cumpla la promesa divina: no caeréis jamás.
Iv Un Llamado a Recordar, 1:12–15
Un Llamado a Recordar, 1:12–15
Razones de peso impulsaban a Pedro a alertar a sus lectores sobre la necesidad de perseverancia. (a) El no dejaría de recordarles siempre estas cosas (12). Aunque ellos las supieran y estuvieran confirmados en la verdad presente (“la verdad que poseéis”, BJ.), la práctica diligente de esa fe los conduciría a una verdad más elevada que también debía ser abrazada. (b) Veía que para el progreso continuo era necesario “estimularlos por medio de recuerdos” (13, VM.) de lo que ya sabían. (c) A la luz de su inminente muerte le preocupaba expresar estos consejos en forma permanente por medio de la escritura, a fin de que, después de su muerte, pudieran en todo momento tener memoria de estas cosas (15). Tres veces, pues, Pedro habla de lo que debían recordar (12, 13, 15). Y existía también otra poderosa razón, a saber, (d) la verdad de lo que creían, lo cual se señala en 16–21. Pues tengo por justo (13; es decir, adecuado). “Frágil tienda” (13–14, VM.), era el cuerpo terrenal de Pedro.
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