Creer o no Creer: El que viene del cielo.
El mensaje de Cristo, conforme lo tenemos en el Evangelio, no es una opinión como las hipótesis de filósofos y científicos, sino una revelación de la mente divina, que es la misma verdad eterna y sustancial
Introducción.
Explicación de la frase
Origen Divino.
¶31 El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra. El que procede del cielo está sobre todos.
Testimonio Divino.
32 Lo que El ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio.
33 El que ha recibido su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz.
34 Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues El da el Espíritu sin medida.
Autoridad Divina.
Salvación Divina.
Aplicaciones.
El Espíritu Santo ha venido después, no a revelar algo nuevo, sino a enseñar y recordar («recordar» = volver a pasar por el corazón como decía Ortega y Gasset) todo lo que Jesús nos reveló ya
Si esto se tuviera en cuenta siempre, huiríamos a un mismo tiempo de dos extremos igualmente peligrosos: la frialdad de la mera ortodoxia, y el entusiasmo desatinado del sensacionalismo «espiritual»
El Espíritu estaba en Cristo, no como en un vaso o un depósito, ni siquiera como en un canal o en una fuente, sino como en un océano sin fondo.
Los que aceptan el testimonio que Cristo da de sí mismo (a saber, que él es el Hijo de Dios) ponen de este modo el sello de su aprobación sobre el testimonio de Dios referente a Jesús: “Tú eres mi Hijo amado” (Lc. 3:22; cf. Jn. 1:34). Muestran que Dios es veraz al llamar así a Jesús. Lo que aquí se dice en forma positiva, se da negativamente en 1 Jn. 5:10: “… el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso; porque no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado de su Hijo”.