El siervo humilde 3

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Una exposición del carácter humilde de Pablo frente a una iglesia engañada por falsos maestros orgullosos.

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Propósito del sermón. Si por la gracia de Dios soy un instrumento útil para la exposición poderosa de las Escrituras, ha sido mi intención a conciencia poder guiar a mi audiencia en la comprensión bíblica de la humildad que deben exhibir los siervos de Dios ante los demás miembros de la iglesia a fin de ser instrumentos de Dios para el bien de la misma.
Objetivos.
Exponer el contexto histórico de la carta
Señalar la actitud y carácter predominante frente a las circunstancias que enfrentaba Pablo
Establecer la relación entre la carta y lo que Dios espera de nosotros.
Introducción
Como usted sabe, hemos pasado las últimas semanas hablando acerca del carácter cristiano y nos hemos estado enfocando en una de sus partes, una de las más elementales: la humildad. Ya vimos su definición y el gran provecho que es para nuestras almas cultivar esta virtud. Sin embargo, debido a que vivimos en una época que le da poca importancia al carácter y debido a que nuestra tendencia natural es hacia la comodidad y la buena opinión de las personas, la humildad encuentra muchas piedras en nuestro corazón que impiden que la buena semilla germine en nosotros. Debemos estar bien conscientes de esto, de nuestra resistencia a forjar la humildad dentro de nosotros. Trabajar en la humildad no es como tratar de ser mas inteligentes o como tratar de obtener una agradable apariencia fisica, pues en el caso de estas muchas veces aunque implicarán un esfuerzo incluso nuestro pecado nos podría impulsar para lograr ese objetivo, pero esto no sucede con la humildad, el único y gran apoyo que recibe la persona que desea ser humilde es la fuerza de Dios.
1 Pedro 5.5 RVR60
5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Entonces la persona que se empeña en forjar la humildad en su carácter va recibiendo con cada paso la medida de fortaleza que requiere para enfrentar su situación. Si usted ha empezado a poner en práctica lo que aquí ha estado aprendiendo ya podrá reconocer de lo que estoy hablando.
Pocas veces tenemos la oportunidad de ver personas realmente humildes, a menudo vemos a personas que dirigen sus vidas a su manera, muy pocas veces conocemos a personas con la noble disposición de aprender y servir, y casi nunca vemos a una persona realmente humilde, una que atravesando por las mas duras críticas aún así actúa como un siervo de Dios.
Nosotros tenemos la oportunidad de conocer a fondo a alguien que fue realmente humilde ante sus adversarios y una iglesia que fue puesta en su contra. Esta es la virtud que se deja ver en la segunda carta a los Corintios junto con el amor y la integridad. Sabemos que muchas personas pudieran escribir de la humildad, sin embargo, nosotros tenemos un escrito que fue inspirado por Dios y escrito por el apostol Pablo que nos habla al respecto.
Al observar 2da de Corintios es muy interesante notar que Pablo toma en ciertas ocasiones una actitud defensiva y a veces hasta ofensiva en contra de sus adversarios. Hemos llegado a pensar que la persona humilde es aquella que simplemente se agacha y enmudece cuando todos lo lastiman. ¿como entonces conciliamos la humildad con esa actitud de Pablo en ciertas ocasiones? Debemos entender que Pablo tenía esa actitud porque había mas cosas en juego que solo su ego lastimado. Las críticas contra Pablo buscaban desacreditarlo como apostol, desacreditar el mensaje del evangelio, y entonces así los falsos maestros tener el camino despejado para aprovecharse de la iglesia.
Pablo estaba en la penosa situación de tener que defenderse y a veces atacar a fin de que el mensaje que proclamaba no fuese desacreditado y a fin de que la iglesia no fuese presa del enemigo. Poca importancia tenía para Pablo alguna crítica contra él mientras esta no constituyera una amenaza para el evangelio.
En un escrito antiguo que existe llamado “actas de Pablo y Tecla” de alrededor del año 150 d.C. se da una supuesta descripción de la apariencia fisica.
Una persona orgullosa le presta atención a nimiedades que dicen en su contra.
“Hombre pequeño de estatura, calvo, de piernas arqueadas, vigoroso, cejijunto, de nariz un tanto sobresaliente, lleno de gracia”
Bajemos eso que acabo de decir al nivel del matrimonio. ¿Cuantos conflictos dejarían de haber en su matrimonio si usted y su esposa solo se defendieran ante las críticas que ponen en riesgo el evangelio? Quizá me dirá: –pastor, jamás hemos tenido una discusión que ponga en riesgo el evangelio. Lo cierto es que la mayoría de nuestros conflictos vienen de críticas a las que deberíamos escuchar con humildad y ver qué podemos mejorar de lo que se nos dice. Si usted viene conmigo y me dice “mi esposa no deja de decirme que yo la descuido, que solo me la paso en el trabajo, que ando en mi mundo, que se me olvida todo” y usted espera que le de una palmada en la espalda y le diga usted está padeciendo por la causa de Cristo, no lo haré. En su lugar le diré: “escuche eso que dice su esposa y haga lo posible por mejorar”.
Suele pasar también en la iglesia que alguien señala algo de nosotros que no tiene ninguna afectación al evangelio y solemos mirar a esa persona con cierta actitud de sospecha y resentimiento. Recuerdo en mis primeras predicaciones que terminando de predicar había personas que me decían “eres muy extremista cuando hablas de cosas, no tomas en cuenta el panorama completo”, otras veces me decían si podíamos invitar a un predicador que si fuera ameno, a veces me decían que no era claro en lo que quería comunicar, otras veces el problema era mi voz, entre otras cosas. Eran cosas que me lastimaban el orgullo, pero que por la gracia de Dios les presté atención y me he ido esforzando desde entonces por crecer en la comunicación de las Escrituras. Ninguna de esas críticas ponía en riesgo el evangelio así que habría hecho mal si me ponía a la defensiva por ello, en su lugar, fueron buenas para mí, vinieran de personas con buena intención o mala intención eran buenas para mí.
Hago señalamiento de esto porque precisamente notaremos en los próximos versículos la defensa de Pablo ante acusaciones que recibe, cómo esas acusaciones afectaban el evangelio y la respuesta de Pablo a esas acusaciones. Ustedes saben que no estamos yendo versículo a versículo pero estoy procurando que podamos entender los principios bíblicos de la humildad en su contexto y significado.

I. UN SIERVO HUMILDE ENCUENTRA SU COMPETENCIA EN DIOS

2 Corintios 3.1–5 RVR60
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
La acusación que podemos sospechar está detrás de esta defensa de Pablo es que él no contaba con las credenciales de apóstol. Es muy probable que los falsos maestros que se habían infiltrado en la iglesia habían llegado con cartas falsificadas, que les acreditaban como apostoles de Jesucristo. Tengo la sospecha que los falsos maestros eran judíos, debido a que fueron estos casi siempre los que iban detrás de Pablo sembrando cizaña después de que él sembraba la buena semilla. De ser el caso, pudieron haber falsificado cartas donde Pedro o Jacobo, que eran pilares de la iglesia en Jerusalén, los reconocían como apóstoles. La acusación de ellos contra Pablo debió ser que él no contaba con dichas cartas.
Pero Pablo no necesitaba cartas de recomendación ¿por qué? porque la evidencia de su apostolado era la conversión de los corintios. Ellos eran sus cartas, ¿qué otra cosa podía ser una mejor evidencia del respaldo Divino sino el hecho de que por la proclamación de Pablo ellos habían pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz?
Pero el que se produjeran esos resultados no se debía a la gran capacidad de Pablo. No era su capacidad retórica ni su poder de convencimiento.
Recuerdo a una señora que una vez me dijo que tenía el don del convencimiento, no le hice caso a su declaración porque no me pudo convencer de que lo tenía.
Pablo tampoco lo tenía, en su lugar se consideraba demasiado inadecuado para la gran tarea. ¿cómo lo sé? porque él mismo lo dijo antes
2 Corintios 2.15–16 NTV
15 Nuestras vidas son la fragancia de Cristo que sube hasta Dios, pero esta fragancia se percibe de una manera diferente por los que se salvan y los que se pierden. 16 Para los que se pierden, somos un espantoso olor de muerte y condenación, pero para aquellos que se salvan, somos un perfume que da vida. ¿Y quién es la persona adecuada para semejante tarea?
2 Corintios 2.16 RVR60
16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
No creo que haya pensamiento mas aterrador para los que predicamos la Palabra que saber que Dios está delante de nosotros y que la salvación de los pecadores depende en parte de que nosotros proclamemos el evangelio.
Un hombre puede con el tiempo dominar los nervios de hablar en público y hasta se puede llegar a sentir cómodo de hacerlo, sin embargo, los nervios que jamás abandonan al predicador fiel son aquellos que siente al meditar en la seriedad de su responsabilidad, las personas pasan la eternidad en la presencia de Dios o bajo su ira debido a la predicación. No existe predicador fiel que en su sano juicio pueda inflar su pecho delante de Dios y decir que lo ha hecho bien y que ha estado a la altura de su deber. ¡Ni siquiera Pablo se creía adecuado para esa tarea!
En el versículo 5 del capitulo 3 nos dice que su competencia no viene de sí mismo sino de Dios. Es Dios quien nos capacita para estar a la altura del llamado, es de Dios el poder, es Cristo a través de nosotros y es solo para Él la gloria.
Creo que en ningun lugar lo dijo tan claro el apostol como en
Romanos 15.18 RVR60
18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
O también cuando dijo...
1 Corintios 15.10 RVR60
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Si bien es cierto que la preparación academica en un seminario es de gran provecho ningun título nos hace adecuados para la proclamación de su Palabra.
El mensaje del evangelio es tan simple (no simplista) que los niños lo llegan a entender y por la fe en Jesucristo son salvos, sin embargo, es a la vez tan profundo que ni cientos de hombres consagrados a sondear las profundidades han escrito todo lo que se debe escribir. El mensaje del evangelio es para muchos un mensaje irrelevante pero para los que creen es poder de Dios para salvación. Nadie es adecuado ni está a la altura en sí mismo para ser un ministro del evangelio.
Si alguien me pide que maneje un submarino con armas nucleares yo le diría a esa persona que soy absolutamente inadecuado para la tarea, pues aun más inadecuados deberíamos sentirnos quienes llevamos el mensaje del evangelio, las buenas noticias de salvación del Rey de reyes.
A veces a Dios le place hacer evidente que la proclamación de su Palabra poco tiene que ver con la cap
La crítica constante que hacían contra el predicador Charles Spurgeon es que nunca había ido a un seminario, sin embargo, desde sus veinte y tantos años cuando predicaba, miles de personas gustosamente iban a escucharle ¡y no predicaba el “evangelio” de la prosperidad!. A veces a Dios le place hacer mas evidente que la proclamación de su Palabra poco tiene que ver con las técnicas de oratoria que los conferencistas hoy procuran.
Se dice que Jonathan Edwards se paraba a predicar en su púlpito, la mayor parte del tiempo leyendo su sermón con ligera variación y en tono muy solemne. Sin embargo, sus sermones estaban cargados de profunda devoción y bañados de oración con una profunda carga por las almas puestas a su cargo. Fue a él a quien Dios decidió usar para el gran despertar en Estados Unidos unos pocos siglos atrás.
Si los pastores entendiéramos el principio de que UN SIERVO HUMILDE ENCUENTRA SU COMPETENCIA EN DIOS estaríamos mas preocupados por estudiar las Escrituras correctamente y en oración que por decir cosas interesantes, llamativas o graciosas. Estaríamos mas interesados en ser instrumentos de Dios que personas que exhiben sus talentos.
Este principio que acabo de exponer se encuentra a su vez muy ligado con el siguiente...

II. UN SIERVO HUMILDE HABLA LA VERDAD CON INTEGRIDAD

2 Corintios 4.1–2 RVR60
1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
La acusación contra Pablo que sospecho estaba detrás de esta defensa que hace es que decían que Él tenía otra vida en lo oculto, una vida de inmoralidad y que torcía las Escrituras para su conveniencia usando la manipulación y métodos ilegítimos. Esa no es cualquier acusación. Seguramente a eso añadían que si Pablo fuera un verdadero vocero de Dios entonces por qué lo metían a la carcel y aún habían tantas personas que lo rechazaban. No solo estaban desacreditando al apóstol sino que estaban diciendo que su mensaje estaba diluido y así ponían en tela de juicio el evangelio que proclamaba.
Pero Pablo no era así, primeramente veía su responsabilidad como un acto de misericordia de parte de Dios. Esa es la actitud con que deberíamos ver cada responsabilidad que tenemos en la iglesia aquellos que servimos y aquellos que serán invitados a servir. Si desde el fondo vieramos nuestro servicio como un acto de misericordia de Dios… ¿tendríamos problema cuando ya no lo tengamos? ¿estaríamos molestos o quejandonos? ¿nos fijaríamos en cómo lo hacen los demás para ver que tanto empeño le ponemos?
Cuando recibimos alguna responsabilidad en la iglesia no es para apoyar como si fuesemos altruistas que ayudan a personas en necesidad. Cuando recibimos una responsabilidad somos privilegiados pecadores a quienes Dios tuvo misericordia para invitarles a servir. Así nos lo deja ver Pablo.
1 Timoteo 1.12–13 RVR60
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
Dios sabía que aun cuando le dieran 195 azotes a Pablo durante su vida él no soltaría el evangelio de sus manos, y esto no en sus fuerzas sino en las fuerzas que Dios le daría. Por esa razón le encomendó la gran tarea que tenía de llevar el evangelio al resto del mundo y esto no lo hacía con una doble vida, ni con astucia ni con intenciones engañosas sino con integridad.
Él entendía su posición delante de Dios, entendía su responsabilidad como un privilegio y por ello no buscaba satisfacer deseos egoístas a costa de la iglesia.
Una mirada superficial a los versículos y el principio que he extraído de aquí parece que no tienen nada que ver esto con la humildad, sin embargo, es el punto de partida. Si por definición decimos que la humildad es el reconocimiento apropiado de nuestro lugar ante Dios entonces entendemos que las cosas no giran en torno a nosotros y que las personas no existen para satisfacer nuestros deseos. Si aceptamos este punto entonces podemos decir que una persona humilde no es aquella que que pretende aparentar algo que no es o que trata de manipular a los demás usando la Biblia con el propósito de satisfacer un deseo egoísta. En su lugar, la persona humilde reconoce quien es Dios, que no le puede engañar, que nada hay oculto delante de Él y por eso no
Creo que el problema de muchos que lucran con la Palabra o que llevan una doble vida comienza desde cómo ven sus responsabilidades. Si no ven el ministerio como una misericordia que han recibido y se mantienen en esa posición humilde entonces viene toda clase de degenere. Si usted no ve su servicio a Dios como un acto de misericordia usted ha empezado el descenso hacia una doble vida y la satisfacción de sus deseos a través de lo que hace.
Un tercer y último principio es que...

III. UN SIERVO HUMILDE BUSCA QUE SU VIDA HABLE DE CRISTO Y NO DE SÍ MISMO

2 Corintios 4.5 RVR60
5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
Probablemente estas palabras estan atacando la tendencia de los falsos maestros a hablar demasiado de sí mismos. Ellos hablan mucho de sus credenciales, de su gran fe, de su poder, de su elocuencia, hacen los cultos de su iglesia en torno a sí mismos.

UN SIERVO HUMILDE

UN SIERVO HUMILDE VIVE PARA AGRADAR A CRISTO, NO A LA CARNE

Leía recientemente una crítica sería que le hacían a un libro del falso maestro llamado Guillermo Maldonado, libro que lleva por título “encuentro divino con el Espíritu Santo”. Quien hacía la crítica, un hermano serio y comprometido con la causa de Cristo en uno de sus puntos decía que ese libro aunque pretendía hablar del Espíritu Santo en realidad era una exaltación al “Apostol” Guillermo Maldonado. Su nombre aparecía muchas veces, el número de personas que formaban parte de su ministerio, el número de gente que le escuchaba, etc.
He notado que solemos prestar mayor atención cuando un maestro nos habla de cómo pudo aplicar ciertas verdades de las Escrituras a sus vidas porque así aprendemos mejor como debemos hacerlo también nosotros, sin embargo, debemos tener mucho cuidado que aquello que nos sirve tanto no sea también lo que nos atraiga a escuchar a personas que solo se la pasan hablando de sí mismos. Algunos falsos maestros incluso parece que hacen polémica solo para seguir en el centro de la discusión.
Amados hermanos, pero no solo hablando de nosotros mismos es que podemos desviar la atención de las personas de Cristo, existen muchas maneras. ¡Hasta un peinado o un accesorio puede ser obstáculo para que la gente desvié su mirada de Cristo!
1 Timoteo 2.9–10 RVR60
9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
Nuestro deber principal al aplicar este principio es llevar a la práctica en todas las áreas de nuestra vida las palabras que dijo Juan el bautista
Juan 3.33 RVR60
33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.
Juan 3.30 LBLA
30 Es necesario que El crezca, y que yo disminuya.
¿Como puedo verme menos yo y mas Cristo? esa es la pregunta.
¿Por qué queremos que sea mas Cristo y menos nosotros? Porque Él es el Rey de reyes quien por obediencia al Padre se entregó a morir por los pecadores. La historia no trata de nosotros. Nosotros apenas somos una pincelada dentro del gran y perfecto cuadro que muestra la gloria de Dios en Jesucristo.
Cuando el hombre es predicado en el mejor de los casos eso causa admiración y algo de motivación pero cuando Cristo es predicado eso sacude el reino de satanás, trae salvación a los que creen y produce santidad en su pueblo.
Conclusión
Tres principios de la humildad en un siervo se han descrito en este día
UN SIERVO HUMILDE ENCUENTRA SU COMPETENCIA EN DIOS
II. UN SIERVO HUMILDE HABLA LA VERDAD CON INTEGRIDAD
III. UN SIERVO HUMILDE BUSCA QUE SU VIDA HABLE DE CRISTO Y NO DE SÍ MISMO
Lo que nunca debemos olvidar detrás de estos principios de humildad es que detrás de ellos vemos a Jesucristo en el apóstol Pablo. Al aprender de él aprendemos de Cristo, al seguir su ejemplo seguimos el ejemplo de Cristo.
¿Quiere seguir conociendo mas como se ve la humildad de Cristo en la vida de hombres ordinarios? Entonces las próximas semanas sigame acompañando a ver la 2da carta de Corintios.
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