LAS VENTANAS DEL CIELO

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La denuncia contra Israel por sus diezmos y ofrendas

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Transcript
Propósito del sermón. Si Dios en su gracia tiene a bien usarme en la exposición de su Palabra, después de una meditación consciente de la misma ha sido mi intención poder guiar a mi audiencia al entendimiento bíblico del uso del dinero a fin de Dios produzca contrición, arrepentimiento, obediencia y fervor en el avance del reino de Dios.
Objetivos
Que mi audiencia conozca el significado del pasaje con su contexto y la discontinuidad de ciertos elementos para la aplicación de la iglesia.
Que mi audiencia pueda comparar el uso de su dinero con los principios bíblicos extraídos en la exposición.
Que mi audiencia sea alentada a participar con fervor y celo entregándose a la obra de la extensión del reino de Dios.
Introducción
LECTURA DE MALAQUÍAS 3:6-12
Contexto
Esta sección en el libro de Malaquías se conoce como un parentesis al tema de la última acusación que inició en el 2:17, continuó hasta el 3:5 y que después del 3:13 continua hasta el 4:6. Si recordamos, la acusación de Dios a la nación consistió en dar respuesta a lo que el pueblo decía de Dios, Quien, según ellos, actuaba con injusticia. La respuesta de Dios fue que Él era paciente, no que era injusto, aunque su paciencia no sería para siempre y habría un momento de juicio.
A partir de esto logramos establecer que el problema de raíz en la nación radicaba en que ellos interpretaron incorrectamente la paciencia de Dios, de modo que la veían como injusticia. Ese pensar los llevó a alejarse de Dios y conservar cierta clase de religión mientras eran desleales a sus esposas y por ende a Dios mismo.
Ahora bien, si decimos que la porción de hoy es un parentesis, sería apropiado preguntarnos: ¿Cómo es que el tema de los diezmos y las ofrendas tienen una conexión con las denuncias de Malaquías y cómo se relaciona con la paciencia y la justicia de Dios?
De hecho, ésta es la única porción en todo el libro donde Dios les ofrece restauración a los pecadores si se arrepienten, pero dicho arrepentimiento tendría que ser evidente y eso sería si ellos se disponían a diezmar y ofrendar como estaba establecido.
Para llegar a ese punto con todas sus respectivas implicaciones debemos notar que hay 4 elementos que destacar de nuestro texto.

LA ACUSACIÓN

Malaquías 3.6 RVR60
6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
¡Con que palabras Dios humillaba la soberbia de su pueblo! ¿se ha percatado usted de ello?
Primeramente la mención del pueblo como “hijos de Jacob” no es un elogio, sino un reproche, pues así como Jacob era un engañador, así este pueblo vivía en engaño.
Este es el pueblo que mira a las demás naciones y en el fondo se pregunta ¿por qué les esta yendo bien y a nosotros mal? ¿cómo es que Dios abandona a su pueblo y favorece a los pecadores? ¡Dios es injusto!
Pero eso que decían no era cierto, pensemos en esto...
Supongamos esta situación. Quiero construir dos bardas, contrato a una persona y le digo que le voy a pagar 10 mil pesos cuando me termine la barda, también le pido a otra persona que me haga la otra barda, pero no acuerdo ningún pago. Al final de la semana, a quien contrate logró avanzar hasta la mitad y le doy 5 mil pesos, la otra persona solo avanzó con una cuarta parte y le doy 7 mil pesos, ¿hago injusticia?
No, injusto hubiese sido que habiendo acordado 10 mil pesos y terminado la mitad yo le hubiese dado solo mil pesos, o dos mil, o tres mil, o cuatro mil. Con la otra persona no acordé nada y no me pidió nada, así que soy libre para darle tan generosamente como quiera.
Una situación similar sucedía con Israel, porque ellos tenían un pacto con Dios, cosa que Dios no tenía con otras naciones. De acuerdo a ese pacto ambas partes se comprometieron; Dios a dar bendición si recibía adoración y obediencia, como también a dar maldición si había idolatría y desobediencia.
Entonces, si Israel estaba padeciendo, no era porque Dios estaba siendo injusto con ellos sino porque ellos estaban incumpliendo los términos del pacto, ¡el problema eran ellos y no Dios!
Dios les deja ver que en lugar de estar reclamando justicia deberían estar agradecidos de que Él permanece fiel (no cambia) a sus propósitos porque de otra manera serían consumidos.
Dios le había prometido incondicionalmente a Abraham, el patriarca (fundador) de la nación, que tendría una descendencia. Con los años Dios fue añadiendo luz a esa promesa que le había hecho a Abraham de modo que los profetas hablaban de una época dorada para Israel.
Por un lado, los términos del pacto exigían que Israel fuese consumido, pero por otro lado, el propósito de Dios es que Israel disfrute esa época dorada en el reino del Mesías. Por esa fidelidad de Dios a su promesa que se sobreponía al Antiguo Pacto es que Dios, quien debía consumirlos no lo hacía.
La realidad es que la historía bíblica y de la iglesia deja ver que es por la fidelidad de Dios a sus propósitos que sus planes se cumplen y no debido a nuestro desempeño. Si Dios pusiera completamente en nuestras manos toda la responsabilidad de cumplir sus planes hace muchos años que el cristianismo hubiese quedado sepultado, no hubiese sobrevivido ni siquiera días después de nacido.
ES DEBIDO A LA FIDELIDAD DE DIOS Y NO MERAMENTE A NUESTRO DESEMPEÑO QUE DIOS LLEVA A CUMPLIMIENTO SUS PLANES
Una vez que Dios ha declarado que no los consume debido a su fidelidad, en que no cambia a sus propósitos, procede a despertar a la nación al arrepentimiento.
Malaquías 3.7 RVR60
7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?
Si alguna vez se ha metido a nadar a una playa donde hay corriente se habrá dado cuenta de lo fácil que puede ser llevado tan lejos de la orilla en cuestión de segundos.
La nación de Israel ya se alejaba de la bahía entrando al oceano y todavía se dignaba a reprochar a Dios que ellos no tenían necesidad de volver porque nunca se habían ido.
El engaño del pecado suele ser tan enceguecedor que hasta llegamos a pensar que es Dios quien está actuando mal y no nosotros.
En realidad ¿quien se había alejado de quien? El texto nos deja ver que ambos se habían alejado. El hombre pecando contra Dios y el Dios santo alejandose del pecador.
Isaías 59.2 RVR60
2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Habacuc 1.13a RVR60
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,
En el v. 7 de Dios prometió volver (arrepentirse) del mal que les estaba haciendo si ellos volvían, se arrepentían de sus pecados.
La misma promesa queda vigente para nosotros..
Santiago 4.8a RVR60
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Santiago 4.8 RVR60
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Sin embargo, para acercarse, hay que reconocer que nos hemos alejado, para volver, hay que aceptar que nos fuimos, y esto no es lo que pensaba la nación, y quizá esto es lo que también piensa usted. Si tenemos una imagen demasiado elevada de nosotros mismos es obvio que nunca pensaremos seriamente en el arrepentimiento. Como para muchos les parece que Dios es pequeño y sus leyes no son tan elevadas, no les parece que sus faltas sean tan graves.
Eso creía la nación de Israel, pero el v. 8 deja bien en claro lo que estaban haciendo mal.
Malaquías 3.8 RVR60
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Hay algo interesante a notar aquí porque en un sentido es imposible robarle a Dios y por otro lado podemos estarle robando.
La Biblia afirma...
Salmo 24.1 RVR60
1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.
Es decir, el dinero que usted tiene en su bolsillo, en la cartera, debajo del colchón, en el banco, o donde sea, le pertenece a Dios. Usted y yo somos dueños de nada. Robarle a Dios en este sentido sería imposible porque no hay una cuenta independiente de Dios donde podamos meter los recursos de Dios y alegar derecho de propiedad.
Sin embargo, hay una manera en que si podemos robarle a Dios, cuando como administradores de los bienes de Dios hacemos mal manejo de los recursos.
En el caso de la nación ellos habían dejado de dar sus diezmos y sus ofrendas. Diezmo, como la mayoría de ustedes sabe se refiere a la décima parte. Sin embargo, los israelitas no estaban obligados a dar solo la décima parte de sus ingresos sino hasta mas del 20% al año. Dios había establecido dos diezmos de todo y un diezmo aparte cada tercer año. (, , ). Existe la idea de que esta cantidad no solo servía para sufragar los gastos del templo y salario de los levitas, también servía como impuesto para el sostenimiento del gobierno.
Estas son razones de peso para considerar que si el diezmo sigue vigente para la iglesia (en caso que así sea), no lo estamos haciendo debidamente.
Volviendo al punto, la nación había dejado de dar sus diezmos y ofrendar de forma integra, ¿qué estaban propiciando con ello? Que los encargados del templo, levitas y sacerdotes dejaran sus funciones para buscar donde tuvieran sostenimiento, de manera que la vida espiritual empezó a decaer trayendo crisis sobre todos.
Sin duda los israelitas podían tener muchos pretextos para diezmar y ofrendar y de esta manera retener lo que era de Dios, pero ninguna de esas razones es válida para justificar el fin que traería. Primeramente los sacerdotes no estaban haciendo bien su trabajo, no parecía cómodo dar sus diezmos a quienes no estaban cumpliendo con Dios. Segundo, su situación financiera era dificil, ellos podían pensar que necesitaban mas el dinero que lo que pudiera necesitarlo el templo y los servidores de él.
Las excusas pueden parecernos justas y podríamos apaciguar nuestras conciencias con buenas excusas, pero los resultados dejan ver que no sirven de nada.
Debemos darnos cuenta que el problema de fondo no es el diezmo en sí mismo sino el descuido de la adoración.
Los israelitas podían creer que reteniendo un poco mas de dinero les iba a alcanzar mejor cuando en realidad, pecaban contra Dios y se estaban perjudicando a sí mismos.
¿Que tal si nosotros comparamos nuestra modo de vivir con el de aquellos israelitas? ¿Habría un mejor diagnostico para nosotros?
Como a la nación le dejó de importar la verdadera espiritualidad, también dejaron de diezmar, los levitas comenzaron a dejar sus funciones y la vida espiritual empezó a decaer trayendo crisis sobre todos.
Alguien dijo una vez que nuestra ofrenda es un indicador de nuestra vida espiritual. ¿qué indica nuestra ofrenda?
Se cuenta de un hombre que estaba realizando la biografía del Duque de Wellington, el gran vencedor contra Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo. Mientras el biografo recolectaba información se encontró con varios libros de cheques que pertenecieron al Duque. ¿Saben que dijo el biografo?
“Viendo en qué gastaba su dinero,” dijo, “supe cómo era aquel hombre.”
Seguramente podriamos conocer mejor a otra persona viendo sus estados de cuenta o su presupuesto que platicando con esa persona durante semanas. Porque...
LA MANERA EN QUE USAMOS EL DINERO REVELA COMO SOMOS Y ES UN INDICADOR DE NUESTRA VIDA ESPIRITUAL
Otra cosa importante a considerar es que desde los inicios de la nación de Israel ellos comprendieron que la mayor bendición que podían tener es que Dios estuviera con ellos. De tal manera lo entendieron que aun cuando Dios les prometió introducirlos en la tierra de Canaan, pero que no les iba a acompañar la nación no quiso. Dios les ofreció el paraíso sin Él y ellos entendieron que un paraíso sin Dios no es nada (). Sin embargo, Moisés quiso ir mas allá, no solo pidió que la presencia de Dios les acompañara sino que Moisés quería ver la gloria de Dios. Dios le contestó que no podía ver su gloria y seguir con vida, pero hubo algo que Dios le reveló. Lamentablemente muchas personas hacen énfasis en que eso que Dios le reveló a Moisés fue sus espaldas y pierden el punto principal. ¿Qué fue lo que Dios le reveló a Moisés que es lo mas cercano a la petición que hizo de ver su gloria? Dios le reveló su carácter a través de su proclamación...
Un hombre que estaba realizando la biografía de un Duque famoso se encontró con varios libros de cheques que pertenecieron al Duque. ¿Saben que dijo el biografo?
“Viendo en qué gastaba su dinero,” dijo, “supe cómo era aquel hombre.”
Probablemente yo pudiera saber mas de usted mirando en que gasta su dinero que platicando acerca de su vida.
Éxodo 34.6–7 RVR60
6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; 7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Si estamos en la misma dirección ya se habrá percatado, porque dejar de diezmar era algo bastante serio. Si el templo cerraba, los levitas y sacerdotes dejaban de hacer su oficio entonces ya no iba a existir la proclamación de la Palabra de Dios, del carácter de Dios, de sus estatutos y ordenanzas, de sus ceremonias y fiestas.
Si la proclamación de Dios es lo mas cercano que estamos de ver su gloria refulgente, entonces carecer de esa proclamación es lo mas cercano que estamos de la maldición. Es por esto que no parece extraño que en el v. 9 nos hable de...

LA MALDICIÓN

Malaquías 3.9 RVR60
9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
No dar el diezmo era el problema de superficie, mas a fondo eso revelaba lo poco que les importaba la adoración a Dios y la gran bendición de recibir su Palabra.
Así como en el huerto del Edén el problema no fue solo comer un fruto sino la rebelión abierta contra el mandamiento de Dios, así también guardarse un dinerito no era el principal problema sino el desinterés y apatía en la adoración.
Dios, en conformidad al pacto que tenía con Israel, les envió el castigo correspondiente a su rebelión.
Deuteronomio 28.15 RVR60
15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
Deuteronomio 28.38 RVR60
38 Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.
Deuteronomio 28.16 RVR60
16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.
El v. 11 de habla del devorador, es casi seguro que se refiera a la langosta, “saltamontes” como también le conocemos. Este pequeño insecto estaba acabando con todas las cosechas trayendo una gran pobreza sobre la nación. Recordemos que en la antiguedad la agricultura representaban uno de los principales pilares de la economía, de ahí que eran tan importantes las lluvias y las tierras fértiles.
Si Dios quisiera traer el mismo efecto que la langosta causaba a la nación solo tendría que hacer que los bancos dejaran de funcionar por cierto tiempo. Nuestra nación experimentaría una crisis sin precedentes si eso ocurriera. Eso estaba viviendo la nación.
La nación estaba experimentando las consecuencias de su desobediencia. Podemos entender que la situación no era una sola cosa, sino una cadena de cosas. Ellos desobedecieron, Dios los estaba castigando conforme a su pacto, ellos sintieron su lejanía, lo acusaron de injusto y dejaron de ofrecer sacrificios como Dios pedía ademas que fueron desleales a Dios siendo desleales con sus esposas. En todo esto, Israel no quiso reconocer que el problema era de ellos, que todo había comenzado con ellos. Los sacerdotes que debían haber advertido no lo hicieron y no estaban haciendo bien su trabajo. La vida espiritual era muy pobre entonces.
Sin embargo, Dios había abierto un camino para tenerlos de vuelta, un camino que prometía poner todas las cosas de vuelta a su lugar.

LO QUE SE DEMANDA

Malaquías 3.10a RVR60
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Lo que Dios demandaba no era un ayuno especial, un sacrificio especial, un ritual especial, sino los diezmos y las ofrendas.
Creo que existen al menos 2 razones por las cuales Dios le pediría eso a su pueblo
Para sacarlos de su mentalidad de auto-preservación. Esto demandaba un acto de fe. Hasta ese momento la seguridad de ellos se basaba en lo que podían hacer con sus propias fuerzas con su dinero. De alguna manera su dependencia en el dinero y el manejo del mismo competía con su dependencia de Dios y su sometimiento al control de Dios. De ahí que la Escritura dice que la avaricia es idolatría ().
Para reactivar la vida religiosa de la nación. Diezmar y ofrendar no solo los obligaría a dar un paso de fe sino que también proveería los recursos para que los levitas y sacerdotes siguieran alimentando la fe del pueblo de Dios a través de la enseñanza, las fiestas y sacrificios.
¡Me asombra la sabiduría de Dios para corregirnos!
Note usted que Dios habla de algo muy concreto. Bien pudo haber dicho “ordenen sus prioridades” o “administren mejor el dinero”, pero en lugar de ello su mandato fue directa y concretamente dar el diezmo y las ofrendas.
A menudo nos gusta vivir en lo abstracto, llenar nuestras mentes de ideas profundas y fascinantes, pero recordemos que Dios no solo nos dio una mente, sino también manos y pies. Es una tragedia cuando el pensamiento y la acción no van de la mano.
No quisiera que quedara hasta aquí con la idea de simplemente “hagamos prioridades en nuestros gastos” “administemonos mejor”, etc.. Dios podía haber dicho eso, en realidad su mandato fue muy concreto, traed el diezmo.
Como Dios sabía que la nación, y nosotros, somos duros de convencer en cuanto a la generosidad Él dice algo muy inusual. Yo estoy convencido que esto no lo debemos hacer y que fue una promesa solo para Israel en ese momento. Eso a lo que me estoy refiriendo es “poner a prueba a Dios”. ¡Jamás se nos ocurra tal cosa!. Ni el Señor Jesucristo puso a prueba al Padre...
Mateo 4.5–7 RVR60
5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Mateo 4.5-
¿Era cierto que el Padre cuidaría del Señor? Absolutamente si, pero Jesús no iba a poner a prueba al Señor.
Sin embargo, en nuestro versículo Dios invita al pueblo que lo ponga a prueba, no se si pueda existir un estimulo tan fuerte como ese, pero la avaricia y el afán con que tanto nos preocupamos por lo material requiere grandes promesas para arrancarlo de fondo. Dios le estaba dando a la nación una gran razón para que empezaran a diezmar y ofrendar, esto se deja ver por lo que sigue...

LA BENDICIÓN

Malaquías 3.10b–12 RVR60
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Malaquías 3.10–12 RVR60
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Malaquías 3.10
M
Dios, con su bendición, no solo traería bienestar a la nación sino que haría que su fama se extendiera a todas las naciones de modo que todos pudieran voltear a ver a Israel y pudieran declarar: ¡Esa nación está bendecida por el Dios vivo y verdadero!.
La bendición no sería mezquina, Él les prometió abrir las ventanas de los cielos. La vez que eso ocurrió antes fue cuando vino el diluvio, Dios abrió las ventanas de los cielos (no el espiritual) haciendo que lloviera por 40 días hasta inundar toda la tierra (). Usted puede tener una idea de lo que Dios le prometió a la nación pensando en el diluvio, de modo que las bendiciones que Dios iba a traer si ellos diezmaban iban a ser sobreabundantes.
Si Israel obedecía entonces Dios cumpliría su parte del pacto, ¿que parte? Aquella en que prometió bendecirles...
Deuteronomio 28.1–2 RVR60
1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
Deut. 28:1
Aunque no nos encontramos bajo los términos de aquél pacto, existe un importante principio que podemos destacar...
CUANDO EL DINERO ES BIEN EMPLEADO, ES PORQUE SIRVE PARA NUESTRO BIEN Y PARA QUE EL NOMBRE DE DIOS SEA CONOCIDO
Conclusión
Bajo los términos del Antiguo Pacto, Israel podía disfrutar la bendición de Dios si se mantenía fiel y obediente a Él. Lamentablemente, por cuanto la desobediencia está enraizada al corazón pecaminoso del hombre, la nación estaba de continuo sufriendo las consecuencias de sus actos, las veces que no era así era por la pura gracia de Dios que despertaba a los corazones a la obediencia.
Para nosotros, Dios ha hecho un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Jesucristo el mediador del Nuevo Pacto fue quien obedeció perfectamente a la ley de Dios y derramó su sangre por nosotros. Ahora, nosotros por medio de la fe en Él nos encontramos bajo la bendición de Dios.
Un mejor pacto, mejores promesas
Las promesas de Dios que ahora nos da, incluso aquellas promesas que vienen con condición, no son causa de temor a una maldición, sino que tales promesas nos impulsan a apropiarnos de las bendiciones que son nuestras por medio de Jesucristo.
Entre esas promesas, hay algunas que tienen que ver en cuanto al dar. Escuche algunas...
Mateo 6.33 NTV
33 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
Hechos de los Apóstoles 20.35 RVR60
35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Filipenses 4.17–19 NTV
17 No digo esto esperando que me envíen una ofrenda. Más bien, quiero que ustedes reciban una recompensa por su bondad. 18 Por el momento, tengo todo lo que necesito, ¡y aún más! Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio de Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. 19 Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
1 Timoteo 6.17–19 NTV
17 Enséñales a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni que confíen en su dinero, el cual es tan inestable. Deberían depositar su confianza en Dios, quien nos da en abundancia todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. 18 Diles que usen su dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros. 19 De esa manera, al hacer esto, acumularán su tesoro como un buen fundamento para el futuro, a fin de poder experimentar lo que es la vida verdadera.
2 Corintios 9.6–8 NTV
6 Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra sólo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante. 7 Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría». 8 Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra que compartir con otros.
2 Corintios 9:
Piense en esto, Dios no necesita unos pesos, ni cientos, ni miles. Él demanda nuestros corazones, pero como alguien ha dicho… “la cartera siempre sigue al corazón”.
Pídale al Señor que cambie radicalmente su manera de ver el dinero y el uso que le da. Que su corazón sea tan cautivado por ver el nombre de Dios exaltado y el evangelio de Jesucristo proclamado que no solo su dinero, sino su tiempo y sus energias sirvan para ese propósito.
OFREZCAMONOS A DIOS GENEROSAMENTE A FIN DE QUE SU NOMBRE SEA RECONOCIDO
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