Un Salvador que cuida de nosotros

7 Palabras de Jesús  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 38 views

Mensaje sobre la 3a Palabra dicha por Jesús en la Cruz

Notes
Transcript
Lectura del pasaje
Juan 19.26–27 RVR60
26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
¿Alguna vez has experimentado algún sufrimiento o dolor así?, o ¿Has estado presente cuando alguien más ha estado experimentando un dolor o sufrimiento de esta magnitud? Si has pasado por una situación así, la tormenta de emociones que trascurre en tu corazón es enorme y son sentimientos difíciles de expresar para quien lo está viviendo y difíciles de comprender en totalidad por aquellos que puedan estar acompañándonos en esos momentos.
Oración inicial
Introducción
¿Alguna vez has experimentado algún sufrimiento o dolor por el sufrimiento de un ser amado?
Buenas tardes amigos y hermanos sin temor a equivocarme todos hemos experimentado algún tipo de sufrimiento o dolor por el sufrimiento de un ser amado, un ser querido, un padre, una madre, un hermano, un familiar o un hijo. Para los que somos padres por la gracia de Dios, no sé si exista un dolor más intenso que el ver sufrir a alguno de nuestros hijos. Para algunos de nosotros ese dolor o sufrimiento ha llegado a ser mucho más intenso cuando hemos llegado a poner todas nuestras esperanzas en ese hijo/hija o hijos e hijas.
Buenas tardes amigos y hermanos sin temor a equivocarme todos hemos experimentado algún tipo de sufrimiento o dolor por el sufrimiento de un ser amado, un ser querido, un padre, una madre, un hermano, un familiar o un hijo. Para los que somos padres por la gracia de Dios, no sé si exista un dolor más intenso que el ver sufrir a alguno de nuestros hijos. Para algunos de nosotros ese dolor o sufrimiento ha llegado a ser mucho más intenso cuando hemos llegado a poner todas nuestras esperanzas en ese hijo/hija o hijos e hijas.
¿Alguna vez has experimentado algún sufrimiento o dolor así?, o ¿Has estado presente cuando alguien más ha estado experimentando un dolor o sufrimiento de esta magnitud? Si has pasado por una situación así, la tormenta de emociones que trascurre en tu corazón es enorme y son sentimientos difíciles de expresar para quien lo está viviendo y difíciles de comprender en totalidad por aquellos que puedan estar acompañándonos en esos momentos.

María una madre que sufrió:

Juan 19.25 RVR60
25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
El pasaje que acabamos de leer nos muestra una situación de esta índole. Estando nuestro Señor Jesucristo en la cruz, delante de ella se encontraba María su madre, Juan el discípulo amado, la esposa de Cleofas, hermana de su madre y María Magdalena, según nos dice un versículo anterior
Juan 19.25 RVR60
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
El pasaje que acabamos de leer nos muestra una situación de esta índole. Estando nuestro Señor Jesucristo en la cruz, delante de ella se encontraba María su madre, Juan el discípulo amado, la esposa de Cleofas, hermana de su madre y María Magdalena, según nos dice un versículo anterior
Juan 19:25
Recordemos que María, madre biológica de Jesús, la cual siendo muy joven y virgen fue visitada por el ángel Gabriel para anunciarle que había recibido el favor de Dios y que el Señor estaba con ella, ella estaba comprometida con José.
. Recordemos que María, madre biológica de Jesús, la cual siendo muy joven y virgen fue visitada por el ángel Gabriel para anunciarle que había recibido el favor de Dios y que el Señor estaba con ella, ella estaba comprometida con José. El ángel le anuncio que quedaría embarazada y que daría a luz un hijo al cual le pondría por nombre Jesús, el hijo del Altísimo y que Dios le daría el trono de su padre David. El Espíritu Santo vino a ella y el poder del Altísimo la cubrió con su sombra. En su canto, María dice: mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. , . María llegó a ser señalada puesto que había quedado embarazada no estando casada, la sociedad la tacho de ser una mujer indecente, inclusive José su prometido pensó en dejarla secretamente, sin embargo, le fue anunciado que el niño era hijo de Dios y que debía tomarla como esposa. Seguramente María siguió siendo tachada de haber tenido relaciones antes de casarse y por muchos años ella sentía esa incomodidad, aun sabiendo y viviendo en carne propia el plan maravillo de Dios para con ella, es por eso que, en las bodas de Caná, siendo una boda familiar, ella aprovechó en pedirle a Jesús que resolviera la situación de la falta de vino en la boda, a lo que Jesús le contesto: Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. .
El ángel le anuncio que quedaría embarazada y que daría a luz un hijo al cual le pondría por nombre Jesús, el hijo del Altísimo y que Dios le daría el trono de su padre David.
El Espíritu Santo vino a ella y el poder del Altísimo la cubrió con su sombra. En su canto, María dice: mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Lucas 1.27–38 RVR60
27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;37 porque nada hay imposible para Dios.38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Lucas 1.47 RVR60
47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
,
Lucas
María llegó a ser señalada puesto que había quedado embarazada no estando casada, la sociedad la tacho de ser una mujer indecente, inclusive José su prometido pensó en dejarla secretamente, sin embargo, le fue anunciado que el niño era hijo de Dios y que debía tomarla como esposa.
María llegó a ser señalada puesto que había quedado embarazada no estando casada, la sociedad la tacho de ser una mujer indecente, inclusive José su prometido pensó en dejarla secretamente, sin embargo, le fue anunciado que el niño era hijo de Dios y que debía tomarla como esposa. Seguramente María siguió siendo tachada de haber tenido relaciones antes de casarse y por muchos años ella sentía esa incomodidad, aun sabiendo y viviendo en carne propia el plan maravillo de Dios para con ella, es por eso que, en las bodas de Caná, siendo una boda familiar, ella aprovechó en pedirle a Jesús que resolviera la situación de la falta de vino en la boda, a lo que Jesús le contesto: Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. .
María llegó a ser señalada puesto que había quedado embarazada no estando casada, la sociedad la tacho de ser una mujer indecente, inclusive José su prometido pensó en dejarla secretamente, sin embargo, le fue anunciado que el niño era hijo de Dios y que debía tomarla como esposa. Seguramente María siguió siendo tachada de haber tenido relaciones antes de casarse y por muchos años ella sentía esa incomodidad, aun sabiendo y viviendo en carne propia el plan maravillo de Dios para con ella, es por eso que, en las bodas de Caná, siendo una boda familiar, ella aprovechó en pedirle a Jesús que resolviera la situación de la falta de vino en la boda, a lo que Jesús le contesto: Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. .
Seguramente María siguió siendo tachada de haber tenido relaciones antes de casarse y por muchos años ella sentía esa incomodidad, aun sabiendo y viviendo en carne propia el plan maravillo de Dios para con ella, es por eso que, en las bodas de Caná, siendo una boda familiar, ella aprovechó en pedirle a Jesús que resolviera la situación de la falta de vino en la boda, a lo que Jesús le contesto:
Juan 2.4 RVR60
4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. .
Para muchos de nosotros esa respuesta que Jesús le da a su madre podría parecernos fría o incomprensible, sin embargo Jesús está pensando en la hora en la que pagará por el pecado de todos nosotros, en esa época el vino representaba el gozo para aquellos que se encontraban en la boda, no es casualidad que Jesús nos señale por medio de su primer milagro la razón por la cual vino a este mundo, el verdadero gozo que ahora tenemos por medio de ese sacrificio, en dónde nos manda a recordarlo por este nuevo pacto que ha hecho en favor de nosotros y que sea en una boda nos apunta a ese banquete final que tendremos con Él en las bodas del Cordero, para que pudiéramos tomar la verdadera copa de bendición, Cristo debía morir por nosotros, tomando el lugar que nosotros debíamos de haber ocupado.
Él mismo nos lo dijo en
Él mismo nos lo dijo en Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre.». Jesús vino a tomar la copa de amargura por nosotros para que nosotros pudiéramos ahora tomar la copa bendición, y esto es lo que Jesús le mostrará ahora a su madre y a todos nosotros.
Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre.». Jesús vino a tomar la copa de amargura por nosotros para que nosotros pudiéramos ahora tomar la copa bendición, y esto es lo que Jesús le mostrará ahora a su madre y a todos nosotros.
Juan 10.17–18 RVR60
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Jesús vino a tomar la copa de amargura por nosotros para que nosotros pudiéramos ahora tomar la copa bendición, y esto es lo que Jesús le mostrará ahora a su madre y a todos nosotros.

Jesús la promesa de Dios en el Edén

Génesis 3.15 RVR60
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Génes
María fue bendecida por Dios al ser la mujer por la cual Dios cumpliría su promesa realizada a Adán y a Eva. Sin embargo, María también necesitaba del mismo Salvador que todos nosotros, y necesitaba reconocer en Jesús su hijo al Salvador.
María también necesitaba del mismo Salvador que todos nosotros
Lucas 1.47 RVR60
47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Es muy importante poder comprender por qué Jesús llama “Mujer” a su madre. María necesitaba hacer la distinción de su hijo y reconocer a Jesús como el Salvador enviado por Dios, por lo tanto, Jesús no es despectivo con María, sino que cubre la necesidad que hay en el corazón de María y que ella misma no ha identificado.
La palabra mujer es γυνή (guné) en el idioma original (se pronuncia goo-nay'). Es una palabra para referirse a la mujer como lo que es en su género femenino, varona.
María había puesto toda su seguridad y confianza en Jesús como su hijo, pero no tanto así como su Salvador. Jesús al referirse a María como “Mujer” busca mostrarle esa diferencia entre lo que es Jesús como su hijo y Jesús como su Salvador, ya que en las dos ocasiones en donde la llama así, son puntos clave en el ministerio de Jesús en la tierra, por un lado su primer milagro que empezaría a apuntar todas las señales hacia Él y en la cruz siendo esta la cúspide de Su obra Redentora.

Jesús un Salvador que conoce y satisface nuestras necesidades.

Juan 2.25 RVR60
25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.
Es maravilloso saber que en Cristo tenemos a alguien que nos comprende perfectamente en todos nuestros sentimientos y pensamientos, y que además de que en Él no nada más tenemos comprensión de todas las situaciones por las que estemos pasando, sino que también suple nuestras necesidades.
La Palabra de Dios nos dice que en Cristo tenemos un Sumo Sacerdote que se compadece de nosotros y que por medio de su obra en la cruz tenemos acceso al trono de la gracia para que alcancemos misericordia.
Hebreos 4.15–16 RVR60
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:15-
Jesús sufre por su madre, de la manera como ha sufrido por nosotros y que al igual que a ella, a nosotros también nos llama a que lo vemos como nuestro Único y suficiente Salvador, ese Cordero de Dios que quita el pecado del mundo
Juan 1.29 RVR60
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Y que nos hay ningún otro nombre dado a los hombres en el cual podamos ser salvos.
Y que nos hay ningún otro nombre dado a los hombres en el cual podamos ser salvos (), Jesús no es sólo un gran Hijo, ni el mejor Maestro, ni el mayor Profeta como algunos pudieran considerarlo, queridos hermanos Jesucristo es nuestro Salvador.
Hechos de los Apóstoles 4.12 RVR60
12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Jesús no es sólo un gran Hijo, ni el mejor Maestro, ni el mayor Profeta como algunos pudieran considerarlo, queridos hermanos Jesucristo es nuestro Salvador.
Jesús no es sólo un gran Hijo, ni el mejor Maestro, ni el mayor Profeta como algunos pudieran considerarlo, queridos hermanos Jesucristo es nuestro Salvador.
Una vez que hemos entendido esto, y por el amor que nos ha dado y demostrado, debemos responder a nuestro Señor en obediencia. Como ya hemos mencionado Jesús dirigió el corazón de su madre a verlo a Él como su Salvador, pero también a que empezara a ver a Juan como su hijo, el sustituto de Jesús para cuidar y ver por ella en su lugar.
La Palabra de Dios nos dice que de los 12 apóstoles Juan fue el único que presenció la crucifixión de nuestro Señor, este discípulo amado responde en amor, por el amor que su Salvador le ha mostrado y de esta manera Cristo establece la nueva familia que somos en Él y que somos llamados a cuidar los unos de los otros.
Queridos hermanos, si usted está pasando por una situación difícil, de enorme sufrimiento, rinda su corazón a Cristo y veámoslo como nuestro único y suficiente Salvador, quien conoce a la perfección por todo lo que está pasando y que quiere que esa necesidad de consolación sea satisfecha en Él.
Y si no ha pasado por alguna situación difícil y de dolor, quiero recordarle que en nuestro Salvador tenemos victoria sobre las tribulaciones que pasaremos en este mundo y mi oración es que mantengamos nuestra mirada puesta en Jesús, autor y consumador de nuestra fe.
Una cosa más hermanos, nuestro Señor nos llama a ser sal y luz en esta tierra para reflejar su amor para con nuestros semejantes. Como familia en Cristo que somos debemos responder al amor de Dios cuidándonos los unos a los otros como miembros de un mismo Cuerpo, sobrellevemos las cargas los unos de los otros, oremos los unos por los otros, recordemos que nuestra comunión verdadera es con el Padre y con su Hijo Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, por quien hemos recibido la reconciliación con Dios, así que hermanos, animémonos al amor y a las buenas obras para las cuales hemos sido destinados y más cuando vemos que el día del Señor está cada vez más cerca. Honremos y glorifiquemos a nuestro Salvador, Cristo Jesús, para que en su nombre se doble toda rodilla y que toda lengua confiese que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Juan 16.33 RVR60
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Una cosa más hermanos, nuestro Señor nos llama a ser sal y luz en esta tierra para reflejar su amor para con nuestros semejantes.
Mateo 5.13 RVR60
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Mateo 5:
Como familia en Cristo que somos debemos responder al amor de Dios cuidándonos los unos a los otros como miembros de un mismo Cuerpo, sobrellevemos las cargas los unos de los otros, oremos los unos por los otros, recordemos que nuestra comunión verdadera es con el Padre y con su Hijo Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, por quien hemos recibido la reconciliación con Dios.
Como familia en Cristo que somos debemos responder al amor de Dios cuidándonos los unos a los otros como miembros de un mismo Cuerpo, sobrellevemos las cargas los unos de los otros, oremos los unos por los otros, recordemos que nuestra comunión verdadera es con el Padre y con su Hijo Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, por quien hemos recibido la reconciliación con Dios, así que hermanos, animémonos al amor y a las buenas obras para las cuales hemos sido destinados y más cuando vemos que el día del Señor está cada vez más cerca. Honremos y glorifiquemos a nuestro Salvador, Cristo Jesús, para que en su nombre se doble toda rodilla y que toda lengua confiese que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Así que hermanos, animémonos al amor y a las buenas obras para las cuales hemos sido destinados y más cuando vemos que el día del Señor está cada vez más cerca.
Honremos y glorifiquemos a nuestro Salvador, Cristo Jesús, para que en su nombre se doble toda rodilla y que toda lengua confiese que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Oración final
Related Media
See more
Related Sermons
See more