Yo prometo ayudarte.

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Todo creyente debe colaborar en el cumplimiento de la responsabilidad discipuladora de la Iglesia.

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Leer Hch 2:44-47
Estos versículos me enseñan que cuando los creyentes hacen su parte, Dios hace la suya. Desde el v. 44 hasta la primera parte del v. 47 encontramos la parte que les correspondía a ellos; y la conclusión del v. 47 dice lo que Dios hace.
Venimos de una cultura donde se nos enseño, con hechos, que si el hombre traía el cheque a casa, todas las demás responsabilidades caían sobre la esposa. Ella mantenía la casa, cuidaba los niños, los llevaba a la escuela, cocinaba, lavaba, planchaba, hacía las compras, estiraba el dinero, y tenía estar siempre lista para atender todas las necesidades del esposo, incluyendo la sexual. ¡Eso es trabajo de 18 horas al día! ¿Y él que hacía? El trabajaba 8 horas para traer el cheque.
En el hogar no podemos dejar todas las tareas a la esposa, simplemente porque nosotros, los maridos, somos los proveedores. La esposa no puede hacerlo todo sola. ¡Ella necesita nuestra ayuda!
De la misma manera, la iglesia no puede cumplir con su responsabilidad si no es con tu aporte financiero y tu ayuda en las labores.
¿Cuál es la responsabilidad principal de la iglesia? Glorificar a Dios con nuestra conducta y hacer discípulos de las naciones, alcanzándolos con el evangelio, bautizándolos, y enseñándoles a obedecer a Dios.
¿Cómo podemos ayudarla a cumplir la responsabilidad?
Ayudamos a la iglesia orando por su crecimiento.

Orando por su crecimiento.

Así como tu esposa necesita que ores por su crecimiento espiritual, la iglesia también necesita las oraciones de sus miembros.

Orando por la salvación de otros.

La predicación del evangelio y la salvación de los perdidos es un asunto espiritual; por lo tanto, requiere de oración.
Oración por los que predican el evangelio para que la predicación sea poderosoa y eficaz. Pablo sabía que eso no era cosa de poder humano sino obra de Dios. El pide oración para que Dios bendiga su predicación:
2 Thessalonians 3:1 LBLA
Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con vosotros;
1
Pablo sabía que la lucha no era contra carne ni sangre, sino contra huestes espirituales de maldad, contra el diablo y su demonios que tienen atrapadas a las personas en el pecado; por lo tanto necesitaba que oraran por él y sus compañeros que andaban predicando salvación.
Cuando les escribió a los efesios, acerca de la lucha espiritual, también le pide oración por su predicación:
Ephesians 6:19 LBLA
y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio,
Ilustración: Llamada de pastor pidiendo oración.
También es necesario la oración por los oyentes para que estén dispuestos a escuchar y que Dios abra sus ojos y su entendimiento a la luz del evangelio, para que les alumbre la luz de Cristo.
También es necesaria la oración por los oyentes para que estén dispuestos a escuchar y que Dios abra sus ojos y su entendimiento a la luz del evangelio, para que les alumbre la luz de Cristo.
Solamente Dios puede sacarlos de la condición en que se encuentran. Ellos andan...

en la vanidad de su mente,

18 entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón;

19 y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas

Orando por obreros.

La cosecha puede estar lista, los campos pueden estar blancos, listos para la siega; pero si no hay obreros que la recojan, la mies se echa a perder.
Matthew 9:37–38 LBLA
Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
En la iglesia siempre hay necesidad de obreros. Nosotros podemos entrenarlos y enseñarles, pero hay que orar al Señor para que nos envíe los obreros que necesitamos, para que haya gente dispuesta a asumir la responsabilidad.
Ayudamos a la iglesia a cumplir su responsabilidad, invitando a no-creyentes.

Invitando a no-creyentes.

Muchos solo esperan una invitación.

Al ver el ministerio de nuestro Señor, nos damos cuenta que muchos de sus seguidores solamente habían estado esperando a alguien que los invitara a una nueva vida. Ya no estaban a gusto es su vida de prostitución, de enfermedad, y de rechazo. La invitación le llegó en el momento propicio, cuando estaban en gran necesidad espiritual.
Mi necesidad espiritual era tan grande que yo tuve que pedirle a alguien que me invitara a su iglesia.
¡Invitemos a todos los que conocemos! ¿Qué es lo peor que puede pasar si los invitamos? ¡Que nos digan que no! ¿Qué perdimos? ¡Nada!
Pero con uno que acepte, escuche, y sea salvo, habrá valido la pena.

Queremos peces, no pescados.

Los pescados son aquellos que ya alguien se tomó el trabajo de sacarlos del mar (el mundo), aquellos que ya son salvos y asisten a alguna iglesia. Los peces son aquellos que todavía están perdidos, aquellos que necesitan salvación.
Dios no nos ha llamada a sacar personas salvas de otras iglesias. Eso es pescar en acuario ajeno.
Un ministerio con integridad no anda robando ovejas, no somos cuatreros espirituales.
Desde el comienzo de este ministerio, he estado enseñando al rebaño que no anden invitando personas salvas que ya asisten a una iglesia. Al contrario, debemos animarlos a seguir asistiendo. Queremos arrebatar personas de las manos del diablo, no de las manos de otro pastor. A eso hemos sido llamados, como dice la carta de Judas:
Jude 22–23 LBLA
Y tened misericordia de algunos que dudan; a otros, salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por la carne.
Jude 22-
¡Dios no bendice la falta de integridad!
¡Dios no bendice la falta de integridad!
Y por último, ayudamos a la iglesia a cumplir su responsabilidad, siendo buenos anfitriones.

Siendo buenos anfitriones.

Haciéndoles sentir bienvenidos.

\Haciéndoles sentir bienvenidos.

Cualquier persona que se unía a la nueva iglesia se sentía bienvenido. Los creyentes compartían con él, comían con él, oraban por él, y alababan con él.
De iguak manera, nosotros debemos esforzarnos por qué cada persona nueva que venga a esta iglesia se vaya con la impresión de “¡que bien me trataron allí!”, y con el deseo de regresar.
¿Por qué crees que las personas regresaban al Señor? ¡Porque nadie las trataba como Él! Otros los trataban con desprecio y rechazo, pero Jesús los trataba bien, a pesar de lo que eran.
Ilustración: Iglesia que visitamos en Hawaii

Siendo amigables.

Dice Luc 7:34 que a Jesús lo acusaban de ser “amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”.
¡Y en eso tenían razón! Nuestro Señor era el amigo que esas personas necesitaban.
La mayoría de personas que reciben a Cristo, lo hacen debido a la influencia de un amigo; la mayoría de los que asisten a una iglesia evangélica por primera vez, lo hacen porque un amigo les invitó; y la mayoría de los que se quedan en la iglesia, lo hacen porque han rapidamente han hecho amigos allí. Y aunque el pastor se vaya, ellos se quedan porque allí están sus amigos.
Proverbs 18:24 RVR60
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.
rv60
Seamos nosotros quienes hacen la diferencia en esta iglesia recibiendo bien a nuestros visitantes y haciéndonos sus amigos.
¿Estás dispuesto a renovar el voto de compartir la responsabilidad?
Yo, ______ me comprometo a ayudar a mi iglesia a cumplir su responsabilidad. Oraré por su crecimiento, invitaré no-creyentes, y seré buen anfitrión con los visitantes.
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