La Biblia (2)

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Pasaje

Deuteronomio 11 NTV
1 »Ama al Señor tu Dios y obedece todos sus requisitos, decretos, ordenanzas y mandatos. 2 Ten en cuenta que no dirijo estas palabras a tus hijos, los cuales nunca conocieron la disciplina del Señor tu Dios, ni vieron su grandeza, ni su mano fuerte, ni su brazo poderoso. 3 Ellos no vieron las señales milagrosas, ni las maravillas que hizo en Egipto contra el faraón y toda su tierra. 4 No vieron lo que el Señor les hizo a los ejércitos de Egipto, a sus caballos y a sus carros de guerra; ni cómo los ahogó en el mar Rojo mientras te perseguían. ¡Los destruyó y, hasta el día de hoy, no se han recuperado! 5 »Tus hijos no vieron cómo el Señor te cuidó en el desierto hasta que llegaste aquí. 6 No vieron lo que les hizo a Datán y a Abiram (los hijos de Eliab, un descendiente de Rubén) cuando la tierra se abrió en el campamento israelita y se los tragó vivos junto con los miembros de sus familias, sus carpas de campaña y todo ser viviente que les pertenecía. 7 ¡Pero tú sí viste con tus propios ojos que el Señor llevó a cabo todas esas obras poderosas! 8 »Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar. 9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel! 10 Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto. 11 En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes; 12 una tierra que el Señor tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año! 13 »Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al Señor tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, 14 él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. 15 Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer. 16 »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del Señor y sirvas y rindas culto a otros dioses. 17 Si haces eso, el enojo del Señor arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el Señor te da. 18 »Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas. 19 Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 20 Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad 21 para que, mientras el cielo esté sobre la tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados. 22 »Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego. Demuéstrale amor al Señor tu Dios andando en sus caminos y aferrándote a él. 23 Entonces el Señor expulsará a todas esas naciones de tu paso y, aunque ellas son más grandes y más fuertes que tú, tomarás posesión de esa tierra. 24 Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo. Tus fronteras se extenderán desde el desierto, en el sur, hasta el Líbano, en el norte, y desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo, en el occidente. 25 Dondequiera que vayas en la tierra, nadie podrá hacerte frente, porque el Señor tu Dios hará que los habitantes te teman y se espanten, tal como lo prometió. 26 »Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! 27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; 28 pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías. 29 »Cuando el Señor tu Dios te lleve a la tierra y te ayude a tomar posesión de ella, pronunciarás la bendición en el monte Gerizim y la maldición en el monte Ebal. 30 (Esos dos montes se encuentran al occidente del río Jordán, en la tierra de los cananeos que viven en el valle del Jordán, cerca de la ciudad de Gilgal, a poca distancia de los robles de More). 31 Estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da. Una vez que la tomes y estés viviendo en ella, 32 asegúrate de obedecer todos los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy.
deuteronomio 11

Estudio

Contexto

Este Libro se llamó primeramente «La Repetición de la Ley», frase basada en 17:18. Los LXX lo vertieron por «Deuteronomio», que significa «Segunda Ley». Contiene tres discursos de Moisés, en los cuales pasa revista a los acontecimientos de los cuarenta años de peregrinación por el desierto, y exhorta patéticamente a los israelitas de la nueva generación a observar fielmente los mandamientos divinos advirtiéndoles del gravísimo peligro que comportaba la desobediencia. En los capítulos 12 al 26, se incluye un resumen de todas las leyes principales, que necesitaban ser bien recordadas ahora que estaban a las puertas de Canaán (comp. con Fil. 3:1). Digno de destacarse es: el capítulo 5, en que se repiten los diez mandamientos, y 6:25, compendio de la teología y de la ética de Israel. Todo israelita ortodoxo lo repite en sus devociones diarias. Son también memorables los tres últimos capítulos del Deuteronomio: el 32 contiene un cántico de Moisés; el 33, su bendición final a las doce tribus, el 34 su muerte y sepultura, con una alabanza extraordinaria de este gran líder y profeta (34:10–12).

El libro se divide en cinco partes: 1.a, introductoria (1:1–5); 2.a, contiene el primer discurso de Moisés (1:6–4:40); 3.a, incluye el 2.o discurso de Moisés (4:44–26:19); 4.a, con el tercer discurso de Moisés (27:1–30:20); 5.a, contiene lo sucedido en los últimos días de Moisés.

Cuando el Señor contestó al diablo, al ser tentado por éste en el desierto, tomó todas sus referencias del libro del Deuteronomio (v. Mt. 4:4, 7, 10).

Después del recorrido de 40 años por

Con este capítulo concluye Moisés el prólogo a la repetición de los estatutos que el pueblo de Israel ha de observar. Tras haber mencionado al final del capítulo precedente las grandes cosas que Dios había hecho en favor de ellos, y repetir al comienzo del presente capítulo el mandato general de amar a Dios y guardar sus ordenanzas (v. 1), pasa a detallar algunas de las grandes obras que había realizado Dios ante los ojos de ellos, y termina poniéndoles en la alternativa de escoger el mal o el bien, la muerte o la vida, la maldición o la bendición.

Introducción

Pasaje por pasaje

Testigos

Deuteronomio 11.1–7 NTV
1 »Ama al Señor tu Dios y obedece todos sus requisitos, decretos, ordenanzas y mandatos. 2 Ten en cuenta que no dirijo estas palabras a tus hijos, los cuales nunca conocieron la disciplina del Señor tu Dios, ni vieron su grandeza, ni su mano fuerte, ni su brazo poderoso. 3 Ellos no vieron las señales milagrosas, ni las maravillas que hizo en Egipto contra el faraón y toda su tierra. 4 No vieron lo que el Señor les hizo a los ejércitos de Egipto, a sus caballos y a sus carros de guerra; ni cómo los ahogó en el mar Rojo mientras te perseguían. ¡Los destruyó y, hasta el día de hoy, no se han recuperado! 5 »Tus hijos no vieron cómo el Señor te cuidó en el desierto hasta que llegaste aquí. 6 No vieron lo que les hizo a Datán y a Abiram (los hijos de Eliab, un descendiente de Rubén) cuando la tierra se abrió en el campamento israelita y se los tragó vivos junto con los miembros de sus familias, sus carpas de campaña y todo ser viviente que les pertenecía. 7 ¡Pero tú sí viste con tus propios ojos que el Señor llevó a cabo todas esas obras poderosas!
Primero, podemos ver que cuando Moisés le dice al pueblo que ame a Dios, se acompaña de la obediencia de lo que Él ha dicho, sean estos:
Requisitos: una actividad obligatoria
Decretos: una resolución sobre lo que está bien o mal sobre asuntos legales
Ordenanzas: reglamento
Mandatos: indicación autoritativa o instrucción para hacer algo; en forma oral o escrita.
Existen dos peligros claros que el pasaje nos puede señalar
Por lo que estamos llamados a seguir, amar y obedecer a Dios en todas las áreas de nuestra vida.
Sin embargo, existen dos peligros claros que el pasaje nos puede señalar:
Pensar que nuestra fe depende de la fe de nuestros padres: venir a la iglesia solo porque nuestros padres o familiares nos traen, no tener la fe propia en Dios, pensar en que “como mis padres lo son, también yo soy”, y que la fe se convierta en tradición más que en una convicción propia. ¿Será Dios, tu Dios o el Dios de nuestros padres?
Olvidar lo que Dios ha hecho con nuestra vida: creo que esto sería peor.
Pensar que nuestra fe depende de la fe de nuestros padres:
2 Pedro 2.20–22 NTV
20 Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes. 21 Les hubiera sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. 22 Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito». Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse en el lodo».
Proverbios 26.11 NTV
11 Así como el perro vuelve a su vómito, el necio repite su necedad.
VER LO QUE DIOS HIZO CON PREJU EL AÑO PASADO Y COMENTARLO.
VER LO QUE DIOS HIZO CON PREJU EL AÑO PASADO Y COMENTARLO.
SOMOS TESTIGOS DE LO QUE DIOS HACE.

OBDC

Deuteronomio 11.8–16 NTV
8 »Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar. 9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel! 10 Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto. 11 En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes; 12 una tierra que el Señor tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año! 13 »Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al Señor tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, 14 él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. 15 Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer. 16 »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del Señor y sirvas y rindas culto a otros dioses.
Deuteronomio 11:
Deuteronomio 11.8–17 NTV
8 »Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar. 9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel! 10 Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto. 11 En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes; 12 una tierra que el Señor tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año! 13 »Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al Señor tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, 14 él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. 15 Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer. 16 »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del Señor y sirvas y rindas culto a otros dioses. 17 Si haces eso, el enojo del Señor arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el Señor te da.
Obediencia es la palabra que resumiría todo lo que estamos viendo, la Palabra de Dios tiene tal importancia en la vida de cada uno que está diseñada para que podamos cumplirla. ¿Podríamos cumplirla al 100%? Probablemente, no. Pero nuestra vida es mejor cuando la cumplimos.
¿Qué es obediencia?

La obediencia a Dios es uno de los deberes supremos de los hombres (Hch. 4:17), porque Él es el Hacedor (Hch. 5:29; Sal. 95:6), y los hombres dependen de su bondad (Sal. 145; Hch. 14:17) y están sujetos a su ley (Sal. 119). La obediencia a Dios-Cristo es debida también porque Él nos ha redimido con su sangre (1 Co. 6:20).

La obediencia a Dios debe hacerse de corazón (1 Jn. 5:2–7), en todas las cosas y en todo lugar (Ro. 2:7; Gá. 6:9). La obediencia también se debe a los padres, y en este sentido se llama obediencia filial (Éx. 20:12; Ef. 6:1; Col. 3:20). Los cristianos prestan obediencia a los mandatarios y leyes (Ro. 13:1–5; Ti. 3:1) por causa de la conciencia.

Si se dan cuenta, el amor que Dios nos da a nosotros se representa por medio del cuidado, protección y cariño que nos da, podemos ver que Dios nos:
Da fuerzas,
Da larga vida,
Promesas,
Él se ocupa de varias cuestiones de nuestra vida.
Nuestro amor a Dios, solamente se representa por medio de la obediencia y el servicio (vrs13.)
500 Ilustraciones 473. La Biblia Transforma

A un colportor bíblico lo asaltaron a mano armada en un bosque en el corazón de Sicilia. Se le ordenó encender fuego y quemar los libros que llevaba. Cuando tuvo encendido el fuego pidió permiso para leer una porción de cada libro antes de quemarlo. De uno leyó el Salmo 23.

—Este es un buen libro; no lo quememos. Dámelo a mí —dijo el ladrón.

De otro leyó el capítulo 13 de 1 Corintios, el capítulo del amor.

—Esto es bueno; dámelo. No lo quememos —dijo nuevamente el ladrón.

De otro leyó una parte del Sermón del Monte, de otro la parábola de El Buen Samaritano, y de otro la parábola del Hijo Pródigo; en cada caso con igual resultado. Por fin no quedó por leer algo de ningún libro y ninguno había sido quemado.

El colportor pudo continuar su viaje; pero sin sus libros. Años más tarde se encontró con el ladrón otra vez, pero ahora convertido en un ministro ordenado. Los libros habían hecho la transformación.

La cosecha de la Biblia es la cosecha de vidas cambiadas en todas partes del mundo.—World Crusades.

Hay otra advertencia que resalta en el versículo 16-17, en especial, cuando nuestro corazón es atraído por otras cosas que nos pueden desviar de lo que la Palabra de Dios quiere decirnos.
Primero, dice que no dejemos que nuestro corazón sea engañado.
¿Cómo puede ser engañado nuestro corazón?
Consecuencias de que nuestro corazón sea engañado:
Alejarse de Dios,
Servir a otros dioses,
Rendir culto a otros dioses,
El enojo del Señor.

OBDC = :)

Deuteronomio 11.18–31 NTV
18 »Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas. 19 Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 20 Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad 21 para que, mientras el cielo esté sobre la tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados. 22 »Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego. Demuéstrale amor al Señor tu Dios andando en sus caminos y aferrándote a él. 23 Entonces el Señor expulsará a todas esas naciones de tu paso y, aunque ellas son más grandes y más fuertes que tú, tomarás posesión de esa tierra. 24 Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo. Tus fronteras se extenderán desde el desierto, en el sur, hasta el Líbano, en el norte, y desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo, en el occidente. 25 Dondequiera que vayas en la tierra, nadie podrá hacerte frente, porque el Señor tu Dios hará que los habitantes te teman y se espanten, tal como lo prometió. 26 »Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! 27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; 28 pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías. 29 »Cuando el Señor tu Dios te lleve a la tierra y te ayude a tomar posesión de ella, pronunciarás la bendición en el monte Gerizim y la maldición en el monte Ebal. 30 (Esos dos montes se encuentran al occidente del río Jordán, en la tierra de los cananeos que viven en el valle del Jordán, cerca de la ciudad de Gilgal, a poca distancia de los robles de More). 31 Estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da. Una vez que la tomes y estés viviendo en ella,
Deuteronomio 11:18-
Primero, vemos una lista de cosas que podemos hacer con la Palabra de Dios para que sea realmente importante en nuestras vidas. Por ejemplo:
Átalas a tus manos
Llévalas sobre la frente
Enséñalas
Habla de ellas
En tu casa
En el camino
Cuando te acuestes
Cuando te levantes
Escríbelas
Y luego describe varias cosas buenas que en este caso le pasarían al pueblo si estos decidían seguir la Palabra de Dios. Entre todas las cosas buenas, en el versículo 26-28
Deuteronomio 11.26 NTV
26 »Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición!
Deuteronomio 11.26–28 NTV
26 »Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! 27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; 28 pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías.
Josué 1.8 NTV
8 Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.
Al final, si lo cumplimos, el versículo 31 y 32 nos recuerdan que si todo nos está yendo bien, siempre nos aseguremos de obedecer todos los decretos y ordenanzas que están en la Palabra de Dios.

Conclusión

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