Dios Escucha A Su Pueblo

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La semana pasada vimos cómo podemos ser parte de algo más grande que nosotros. Recordamos que Dios, en ocasiones, obra de maneras inesperadas Y el ministerio de adopción y cuidado de crianza nos invito a hacer lo que las parteras y la hija del faraón hicieron: involucrarnos en la vida de un niño, para dejar un impacto eterno.
Hoy vamos a ver lo que pasó con esa vida y cómo Dios la usó para ser la respuesta al clamor de Su Pueblo.

Algunos números

En tu boletín tienes un inserto que tiene cuatro espacios. En cada uno de esos espacios te quiero pedir que escribas estos números y lo dejes a un lado. Luego vamos a volver a estos números y van a ser importantes:
En el primer cuadrado escribe: “1 cada 4”
En el segundo, de arriba a la derecha escribe: “160.000”
En el tercer cuadrado, el de abajo a la izquierda anota: “11,3%”
En el último escribe: “6989”
No se preocupen, no es un examen… de hecho ya les di las respuestas :) Tampoco es Jeopardy... aunque se parece bastante. Luego vamos a regresar a estos números y va a tener más sentido. Por ahora déjalos ahí en tu hojita (o en un pedazo de papel si estás viendo el streaming).
Éxodo
Lo que nos convoca hoy es la historia del éxodo. Nos quedamos con Moisés siendo preparado por Dios en las dos áreas que necesitaba ser preparado. 40 años en Egipto y 40 años en el desierto. Dios le da una familia y la preparación que necesitaría para dirigir al pueblo por 40 años en el desierto.
Éxodo 2.21–22 NVI
21 Moisés convino en quedarse a vivir en casa de aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora. 22 Ella tuvo un hijo, y Moisés le puso por nombre Guersón, pues razonó: «Soy un extranjero en tierra extraña.»
Sin dudas, estas palabras resuenan en la vida de muchos de nosotros.

Dios Se Involucra

Ahora bien, vemos cómo sigue la historia:
Éxodo 2.23–25 NVI
23 Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios, 24 quien al oír sus quejas se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tomó en cuenta.

Mucho Tiempo

Me gusta como lo enfatiza la NVI: “Mucho tiempo después...” para recordarnos los 40 años de aflicción que el pueblo sigue sufriendo. ¿Te imaginas? 400 años de esclavitud? Si, quizás progresiva como vimos la semana pasada, que en 300 años un faraón se olvidó de su historia y cometió el error más grande de historia de Egipto.
Pero al menos, los 40 años, sólo piensa en esos 40 años. Moisés mató al egipcio sin premeditación. Fue una respuesta a la injusticia que estaban viviendo. O piensa en los otros 40 años… Moisés tuvo suerte, pero cuantas familias fueron devastadas por la crueldad del faraón en esos 80 años...

Dios Escucha

El pueblo sufre, pero Dios oye. Lo primero que Moisés nos cuenta de la reacción de Dios es que escucha el clamor.

Dios Recuerda Sus Pacto

Dios no es olvidadizo, todo lo sabe, todo lo recuerda. Sin embargo, Moisés usa este tipo de lenguaje para llamar nuestra atención a que en el plan divino hay una promesa que está en marcha. La tierra, la descendencia (a pesar de que Faraón haga todo lo posible por erradicarla) y la bendición prometida a los patriarcas está en camino.

Dios Mira a Su pueblo

Otra vez, Dios no tiene ojos. No está limitado a la forma humana, pero este antropomorfismo de Moisés enfatizan que Dios esta atento al clamor de sus hijos. ¡Él nos ve y entiende nuestro sufrimiento!

Dios Obra

Cuando escucha el clamor, cuando recuerda el pacto que hizo con los patriarcas y ve la opresión que Su pueblo está sufriendo, la palabra dice que los “reconoce”. Me gusta la NTV porque lo frasea de esta manera:
Éxodo 2.25 NTV
25 Miró desde lo alto a los hijos de Israel y supo que ya había llegado el momento de actuar.
Decidido a intervenir en la situación que el pueblo está viviendo, es momento para ver cómo Dios obra en esta historia.

Dios Desciende

La presencia misma de Dios se manifiesta ante Moisés. Esta es la parte de la Biblia que nos muestra la zarza ardiente. Hay muchas implicaciones y verdades teológicas que podemos aprender de este pasaje, pero me gustó el comentario de Ramm, como les comentaba la semana pasada.
Dios usa cosas ordinarias de maneras extraordinarias
O traduciéndolo con más libertad literaria:

Dios usa cosas comunes de maneras asombrosas

Bernard Ramm comenta que Dios usa algo ordinario (una zarza quemándose) de manera extraordinaria. La zarza no se consumía. El efecto del fuego abrazador que devora la zarza en 1 minuto, no parece hacer efecto en las ramas de este árbol.
Éxodo 3.1–6 NTV
1 Cierto día Moisés se encontraba apacentando el rebaño de su suegro, Jetro, quien era sacerdote de Madián. Llevó el rebaño al corazón del desierto y llegó al Sinaí, el monte de Dios. 2 Allí el ángel del Señor se le apareció en un fuego ardiente, en medio de una zarza. Moisés se quedo mirando lleno de asombro porque aunque la zarza estaba envuelta en llamas, no se consumía. 3 «Esto es increíble —se dijo a sí mismo—. ¿Por qué esa zarza no se consume? Tengo que ir a verla de cerca». 4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba para observar mejor, Dios lo llamó desde el medio de la zarza: —¡Moisés! ¡Moisés! —Aquí estoy —respondió él. 5 —No te acerques más —le advirtió el Señor—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 6 Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Cuando Moisés oyó esto, se cubrió el rostro porque tenía miedo de mirar a Dios.
Ahora viene la parte más interesante, así que si te perdí en estos minutos presta mucha atención a lo que Dios va a hacer en este momento:

Dios Actúa

Dios escucha a su pueblo, decide hacer algo, desciende, y en este momento vamos a ver que decide hacer.
Yo me imagino a Moisés pensando algo como cuando los discípulos de Jesús hicieron referencia a cuando descendió fuego del cielo:
Lucas 9.54 RVR60
54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
¿Qué vas a hacer, Señor? No me lo quiero perder. ¿Es fuego? ¿Es un tsunami? ¿Vienen naves espaciales? ¡No me lo quiero perder!
Pero, la historia es distinta.

El Fundamento

Dios comienza contándole a Moisés la razón por la que está ahí:
Éxodo 3.7–9 NTV
7 Luego el Señor le dijo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. He oído sus gritos de angustia a causa de la crueldad de sus capataces. Estoy al tanto de sus sufrimientos. 8 Por eso he descendido para rescatarlos del poder de los egipcios, sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra fértil y espaciosa. Es una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra donde actualmente habitan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. 9 ¡Mira! El clamor de los israelitas me ha llegado y he visto con cuánta crueldad abusan de ellos los egipcios.
Si eres de los que leen seguido la Biblia, y espero que si, estas palabras quizás te recuerden a otros momentos en los que Dios desciende para intervenir a causa de la maldad de la humanidad. Es muy similar a lo que Dios hace a través de Noe.

La Respuesta de Dios

Déjame resumirte cómo funciona esto:
Dios dice “yo he visto la maldad...” así que voy a intervenir. Pero la forma en la que Dios va intervenir es diciendo: “TÚ tienes que hacer lo que yo te mando.”
Mira el desarrollo en los vv 7-9:
He visto la aflicción, he oido su clamor, he conocido sus angustias y he descendido para librarlos.

Ven y Te Enviaré

Que hermosa es la respuesta de Dios. Más adelante vamos a ver en la historia que Dios tiene el poder para controlar toda la naturaleza y hasta la muerte misma. El ángel de Dios va a matar selectivamente solo a los primogénitos de aquellos que no hubieran pintado los dinteles de sus casas con la sangre del cordero. Dios puede hacer eso… así que podía hacer cualquier cosa que quisiera para librarlos de la opresión del faraón.
Sin embargo escoge mostrarle Su gloria a Moisés, explicarle por qué va a intervenir y mandarlo a ÉL a ser la respuesta a las oraciones de su pueblo.
Éxodo 3.10 RVR60
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Tu y yo somos la respuesta al clamor de nuestra gente. Dios no va a obrar en un “vacío”. Va a usar gente común para cumplir Su voluntad.
Dios sigue diciendo lo mismo hoy día. Hay tanta necesidad en el mundo. Hay un clamor tan profundo que quizás tu y yo estamos ignorando...

Los Números

Regresemos a la hojita que completamos al inicio. Vamos a intentar escuchar el clamor de nuestro tiempo. ¿Recuerdas esos números? Vamos a ponerles contenido:
1 cada 4 son los niños en Estados Unidos que están muy por debajo del estándar de lectura.
Esto se relaciona directamente con el futuro que esos niños tendrán disponible.
El 70% de los presos en Estados Unidos no es capaz de leer a un nivel superior al de 4to año de primaria.
160.000 son la cantidad de niños que quedaron huérfanos en Lesoto, un pequeño país de Africa, por causa del HIV/SIDA.
Es un país con 2.2 millones de personas, con menos gente que Uruguay, El salvador o que tan solo el estado de Pachuca en México. 160.000 huérfanos… ¿Escuchas el clamor?
11,3% es el porcentaje de la población del mundo en niveles de desnutrición.
Parecen números fríos, pero significa que hay casi 800 millones de personas desnutridas en el mundo.
6989, o redondeando 7000, son los grupos étnicos no alcanzados por el evangelio.
Lugares donde no hay una comunidad de creyentes nativos para testificar al grupo étnico
Lugares donde hacen falta misioneros!! Muchos misioneros...
Esta es la parte en la que te digo que tú naciste para ser parte de la solución a este clamor. Aquí es donde nos enfrentamos a Dios diciéndonos que el escucha el clamor de esos huérfanos, que el se duele por esos 7000 grupos de personas que no tienen una luz de esperanza en sus comunidades...
Quizás pienses que no estás capacitado o que no puedes hacer algo que realmente valga la pena. Tal vez pienses: ¿Quién soy yo hacer una diferencia en la estadística de un país entero? Bueno, Moisés le hizo la misma pregunta a Dios...
La duda
La respuesta de Dios fue algo totalmente inesperado para Moisés. Como también lo fue para Sara cuando se rió de lo que Dios iba a hacer, cómo también se sorprendió Jonás de los planes divinos para Nínive y como tantos otros personajes que Dios escogió a lo largo de la historia.
Éxodo 3.11 NVI
11 Pero Moisés le dijo a Dios: —¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?
Recuerda lo que vimos la semana pasada: Dios a veces obra de maneras inesperadas. Veamos cómo le contesta a Moisés
La respuesta
Dios no le recrimina a Moisés que dude de cómo va a hacer algo tan grande. Simplemente le recuerda lo mismo que Jesús le dijo a sus discípulos: “yo estaré contigo”.
Éxodo 3.12 RVR60
12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
Déjame recapitular la historia por si te perdí en algún momento:
Dios escucha el clamor del pueblo, desciende de manera poderosa, tiene un encuentro íntimo con Moisés y le envía a ser la respuesta al desafío más grande que el pueblo judío ha enfrentado jamás.
Ese es el Dios en el que creemos. Ese es el Dios que aún hoy sigue escuchando el clamor su gente y que nos envió hace 2000 años a ser Sus manos y Sus pies.

¿Escuchas El Clamor?

Así que la pregunta es simple: ¿Qué clamor te está mostrando a ti? ¿Qué necesidad te está permitiendo ver para que seas parte de la solución?
Clamar es fácil. Enfocarnos en nuestras necesidades y carencias es sencillo, pero enfrentar a faraón para ser la solución que Dios va a traer al sufrimiento de Su pueblo… eso es para valientes.

The Matthew 25 Challenge

Voy a terminar con una iniciativa que estamos haciendo como iglesia:
Estamos embarcándonos en el “Desafío Mateo 25”. Un proyecto de World Visión para ayudarnos a ver la necesidad del mundo en que vivimos.
Es un desafío muy sencillo. Durante una semana, todos los días recibiremos un recordatorio que nos dirigirá a ver las necesidades de otros. Un día haremos un ayuno, otro día nos retarán a dormir en el piso o usar una ropa dos días seguidos (fácil para los hombres, ¿no?).
Si mandas un mensaje de texto al 44888 con el texto M25 (sin costo) recibirás estos desafíos basados en Mt 25 en tu celular.
Si prefieres una hoja, tenemos algunas tarjetas que explican los desafíos de la semana, y también los pondremos en la página de FB cada día.
Acompáñame a orar pidiéndole a Dios que nos deje escuchar el clamor de la gente que nos rodea.
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