EL MISTERIO DE LA PIEDAD (2)

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EL MISTERIO DE LA PIEDAD
14Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. 16E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
En estos versículos, Pablo revela el propósito de lo que ha venido enseñando en esta epístola. También explica por qué son tan importantes estas enseñanzas acerca de la iglesia.
Pablo ha venido advirtiendo a los cristianos acerca de las falsas doctrinas, la oración en la iglesia y el comportamiento de los hombres y las mujeres que asisten y participan en los cultos. En el capítulo 3, habló de los líderes de la iglesia y las características personales y espirituales que deben tener. Ahora, explica por qué son tan necesarios estos temas y los demás que se van a tratar en la carta.
En primer lugar, era necesario escribir estas enseñanzas porque era posible que Pablo tardara en su llegada a Éfeso y les hacía falta conocer estos temas. El apóstol era un misionero itinerante que viajaba incansablemente para fortalecer las iglesias e iniciar nuevas congregaciones. Pero sólo podía estar en un lugar a la vez y esta iglesia en Éfeso tendría que esperar un poco o tal vez mucho tiempo, para que él llegara a ayudarles a resolver sus problemas.
LA ENSEÑANZA DE ESTA CARTA ES IMPORTANTE PORQUE:
1. Pablo podría tardar todavía en llegar a Éfeso (vv. 14–15).
2. La congregación es la morada de Dios (v. 15).
3. La iglesia sostiene en alto las verdades de Dios (v. 15).
4. La doctrina que produce espiritualidad es grande (v. 16).
En segundo lugar, Pablo dice a Timoteo que lo que escribe en esta carta lo dice para que el discípulo cumpla cabalmente con su ministerio en la casa de Dios y enseñe todo lo que la iglesia necesita para resolver sus problemas doctrinales y de comportamiento. La casa de Dios no es el edificio en el cual se reúne la iglesia. En esa época no había templos cristianos. Se reunían en las casas de los miembros o, a veces en otro edificio como una escuela. La casa de Dios es el hogar o familia espiritual, la congregación, “la iglesia del Dios viviente”. Es el grupo de creyentes en el cual mora Dios a través del Espíritu Santo. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” escribió Pablo a los Corintios ().
El apóstol no dirige sus enseñanzas a cualquier casa, a cualquier grupo de personas. Esta es la casa de Dios, la iglesia del único y verdadero Dios. Entonces, es imprescindible que Timoteo haga bien su ministerio y que la congregación no caiga en doctrinas falsas ni en conducta que perjudique su testimonio en el mundo. Recordemos la importancia del tabernáculo y el templo de los judíos en el Antiguo Testamento. Era la morada de Dios y un lugar santo. Lo que hicieran en ese lugar tenía que reflejar fielmente las características de Jehová: santidad, limpieza, unidad, justicia, gracia, misericordia y mucho más.
También, la vida del cuerpo de Cristo, la morada de Dios, tiene que manifestar al mundo las virtudes divinas: su santidad, su unidad, su amor y su gracia. Cada detalle es importante: el peligro del legalismo, la oración, la conducta en los cultos, los líderes, las viudas, los siervos, porque afecta a la iglesia que pertenece a Dios, la casa donde él mora. Pero recordemos de nuevo que Pablo no está hablando del edificio de la iglesia, sino de las vidas y la congregación de los creyentes.
En tercer lugar, es imprescindible el contenido de la carta porque la iglesia es la columna y baluarte de la verdad. Pablo sigue usando la figura de un edificio para representar a la iglesia (como en ). Una columna es un apoyo principal de un edificio. “Baluarte” se refiere a los cimientos del edificio. Estos sostienen la verdad. Es decir, la iglesia es un cimiento y una columna que sostiene firmemente en alto la verdad de Dios. A su vez, ésta es el mensaje del evangelio y toda la doctrina correcta que los cristianos comunican en el mundo. Entonces, la buena marcha de la iglesia no es importante sólo porque Dios vive en ella, sino también porque tiene una tarea primordial: la de sostener en alto las verdades de Dios para que todo el mundo aprenda de él y de Jesucristo.
Cuando los cristianos tambalean en cuanto a la doctrina, cuando no muestran santidad en su vida, cuando tienen ira y contienda, cuando muestran un espíritu de rebeldía, cuando sus líderes no manifiestan el fruto del Espíritu y no administran con madurez y sabiduría, entonces la columna, que es la iglesia, se debilita y el mundo no ve a Dios con claridad y no escucha bien el mensaje del evangelio.
La última razón que explica la importancia de lo que Pablo enseña en esta carta se encuentra en el v. 16: “grande es el misterio de la piedad”. Un misterio es una verdad que estuvo oculta en el pasado, pero que ahora ha sido revelada.
26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 28a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
1Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
El “misterio de la piedad” es la enseñanza que produce la piedad. Se resume en seis líneas de un poema o himno que seguramente los cristianos en Éfeso habían oído muchas veces. Piedad se refiere, no sólo a actos de caridad hacia otras personas, sino a la consagración y devoción que el hombre debe a Dios, junto con la santa conducta que brota de su entrega al Señor.
¿Cuál es la enseñanza que produce la piedad? Ésta se enfoca en Jesucristo y se resume aquí en tres pares de enseñanzas. Nos fijamos en los pares por el contraste que hace el autor entre carne y espíritu, ángeles y hombres, mundo y gloria. Las primeras dos líneas enseñan la encarnación y la resurrección de Jesucristo. Cristo se hizo hombre cuando tomó un cuerpo de carne. Después, fue reivindicado (justificado) en su espíritu cuando resucitó de los muertos. Justificado significa que la resurrección comprobó que Cristo es Dios y que su muerte logró la salvación de los humanos.
Las siguientes dos líneas hablan de su proyección hacia dos grupos: los ángeles y los gentiles. Es decir, los seres espirituales y el mundo de lo humanos. Cristo fue acompañado por los ángeles en su nacimiento, en su tentación, en Getsemaní, en la resurrección y en la ascensión. Esto demuestra qué tan especial y único es él. Por su parte, enseña que aún los ángeles aprendían de Dios al observar cómo se humillaba el Hijo de Dios hasta hacerse hombre y cómo moría por los pecadores.
9y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;
Pero Cristo no vino para dar salvación a los ángeles, sino a ser predicado al mundo de hombres pecadores, no sólo judíos, sino a todo el mundo de gentiles. ¡Qué maravilloso el plan divino y el impacto de Jesucristo en las esferas espirituales y terrenales!
Las últimas dos líneas se refieren a su aceptación en la tierra y en el cielo. Algunos humanos en el mundo creyeron en Jesucristo. Muchos lo siguieron cuando andaba en Palestina y multitudes creyeron desde el día de Pentecostés en adelante. También, cuando ascendió al Padre, fue aceptado en gloria para sentarse a la diestra de Dios. Imagine la recepción que tuvo al regresar victorioso sobre el pecado y sobre Satanás habiendo rescatado los reinos de la tierra para Dios el Rey Eterno.
Estas líneas son sublimes y potentes conceptos que resumen la doctrina y el evangelio: Cristo vino a la tierra como hombre y triunfó. Su obra impacta a los ángeles y a los humanos. Es aceptado por los hombres y por Dios. Pablo dice que este mensaje es el que transforma a las personas en hombres y mujeres piadosos, entregados a Dios y obedientes a él. Es la verdad que la iglesia tiene que apoyar y proclamar al mundo.
UN BUEN SIERVO DE DIOS SE EJERCITA EN LA PIEDAD
6Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. 7Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad.
6Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. 7Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; 8porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 9Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. 10Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
11Esto manda y enseña. 12Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 15Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
En estos versículos el autor señala cuatro elementos importantes en la vida del siervo de Dios:
1. El siervo de Dios debe colocar un buen fundamento doctrinal (vv. 6–7a)
En el v. 6, Pablo no ocupa la palabra común que significa “enseñar”, sino otro término que significa “colocar algo debajo de”. Timoteo debía poner un cimiento firme relacionado con los errores doctrinales de los vv. 1–5. Pablo había dado un ejemplo al señalar los errores legalistas en los vv. 1–3a. Después, enseña la verdad sobre lo que Dios había creado en los vv. 3b–5. Cuando este error y otros surgieran en la iglesia, Timoteo debía hacer lo mismo.
La buena doctrina será la respuesta a los errores que amenacen a una congregación. Si el siervo cristiano advierte contra los errores y enseña la sana doctrina, él será buen ministro y dará evidencia de estar nutrido con las palabras de fe y de la buena enseñanza. Nutrido significa que el líder conoce la doctrina de Dios porque se alimenta constantemente con la palabra divina. Todos los ancianos-pastores tienen que ser aptos para enseñar (3:2). Entonces, deben ser estudiosos y conocedores de la palabra de Dios y capaces de orientar a otros.
Según el v. 7, al alimentarse con la palabra, también el líder ha de rechazar las enseñanzas equivocadas. Note que Pablo repite este mandato en 1:4, 19; 6:3, 4, 20; , , ; . El líder debe vencer la tentación de buscar y enseñar novedades que no tienen base firme en la palabra de Dios. El maestro tiene una responsabilidad grande, porque lo que dice influye en las creencias y la vida de todos. Así comenzaron algunas sectas falsas, cuando sus líderes “descubrieron” enseñanzas que no eran bíblicas.
2. El siervo de Dios debe ejercitarse para la devoción y la obediencia (vv. 7b–8)
Aquí Pablo utiliza el vocabulario del deporte y el gimnasio. Los griegos admiraban la gracia de la forma humana y la habilidad y fuerza del deportista. El cristiano, como el atleta, necesita ejercitar una disciplina estricta y entrenarse a través de la dedicación y sacrificio.
Algunos en Éfeso impusieron reglamentos no bíblicos, como en 4:3. Ahora, Pablo dice “no quiero que piensen que el verdadero cristiano es indisciplinado”. La verdadera espiritualidad no viene por prohibirse el matrimonio o ciertas comidas, sino que es producto de la disciplina del corazón.
¿Cuál es el entrenamiento y disciplina que el creyente necesita ejercitar para crecer en amor a Dios y en su entrega a él? En primer lugar, el creyente debe nutrirse con la palabra de Dios y la buena doctrina para que no se equivoque de camino (v. 6). Según el v. 7, no hay que alimentarse con lo equivocado y lo profano. El cristiano tiene que seguir un plan para aumentar su conocimiento de Dios. Debe ser disciplinado para evitar las conversaciones, la lectura, los programas de televisión y las películas que le impactan con valores, ambiciones, propósitos y enseñanzas pecaminosos. Estas cosas le quitan el entusiasmo por el amor y la obediencia a Dios.
Pero esta carta de Pablo habla de otros elementos de disciplina y entrenamiento. En el capítulo 2 encontramos que el cristiano necesita llevar una vida de oración acompañada de la santidad, la comunión con los cristianos y la sumisión a los líderes de la iglesia. El cristiano debe trabajar para desarrollar las cualidades del líder según el capítulo 3: sobriedad, prudencia, orden, fidelidad a su cónyuge, contentamiento, amabilidad, un hogar ordenado, testimonio a los no creyentes, humildad y mucho más.
En el v. 12 encontramos otros motivos de disciplina personal: la forma de hablar que edifica, anima y estimula, la conducta que agrada a Dios, realizar actos de amor para los hermanos en Cristo, los familiares y los amigos, pensamientos y conducta puros. Los vv. 13–14 dicen que debemos disciplinarnos para edificar a otros con nuestro don espiritual.
Lo que Pablo quiere decirnos es que el creyente no crece y no llega a ser útil en las manos del Señor si permanece indiferente y ocioso. Más bien, debe vivir con propósitos firmes y un plan de acción. Ha de cumplir sus metas espirituales con la misma dedicación y sacrificio que un deportista.
3. El siervo de Dios trabaja y sufre porque espera en Dios (vv. 9–11)
Disciplinarse requiere trabajo y sacrificio, pero el creyente lo hace porque está motivado por lo sobrenatural y eterno: “porque esperamos en el Dios viviente”. El cristiano quiere agradar a Dios, y a su Salvador. Sabe que trabajar por lo terrenal no ofrece seguridad ni satisfacción ni premio eterno. Pero si confía en Dios, recibirá sabiduría y fortaleza para persistir en la disciplina y la obediencia. El poder del Espíritu de Dios en su vida le hará crecer, servir y triunfar.
Esto manda y enseña. Estas instrucciones sobre la enseñanza de la verdad, el rechazar los errores, el ser disciplinado y el esperar en Dios son tan necesarias, que Timoteo y nosotros debemos exhortar a todos los cristianos a que vivan de esta manera.
4. El siervo de Dios enseña a través de su ejemplo (v. 12)
Timoteo podía tener entre 35 a 39 años, pero había líderes y miembros de la iglesia que tenían más años. Es posible que los que enseñaban los errores fueran más grandes y que fungieran como ancianos y diáconos de la iglesia. Los griegos, como también los judíos, veneraban la sabiduría de los hombres maduros. Sin embargo, Timoteo no debía sentirse acomplejado por ser más joven que ellos. El secreto para que le escucharan y le respetaran era tener una vida ejemplar. Los siguientes versículos hablarán del ministerio de la predicación y la enseñanza, pero Pablo quiere enfatizar que el carácter y conducta del líder enseñan también. Aprendemos que el líder espiritual no gana su autoridad por imponerse o reclamar su posición. Se gana el respeto y el liderazgo por ser un hombre de Dios que cumple la palabra de Dios.
En sus escritos, los apóstoles y especialmente Pablo, hacen hincapié en ser modelo para otros (; , ; , ; , ; ). Es probable que el que predica, enseña y discípula a otros cristianos ejerce mayor impacto a través de su vida. Asimismo, el modelo del cristiano que vive con una conducta sobrenatural delante de los que no conocen a Cristo es más convincente que sus palabras. Los padres también enseñan más a sus hijos a través de su ejemplo.
La responsabilidad de enseñar con nuestra vida concuerda con el propósito que Dios tiene para el cristiano: el ser conformado a la imagen de Cristo (; ; ; ).
29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
18Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
19Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros
1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
Sólo en la medida que el creyente sea moldeado a la imagen de Cristo puede anunciar con su vida las virtudes de Dios. Como la nación de Israel en la antigüedad, los cristianos tienen la tarea de manifestar en el mundo a través de sus vidas y sus palabras, el carácter y gloria de Dios (comp. , ).
SÉ EJEMPLO DE LOS CREYENTES EN PALABRA, CONDUCTA, AMOR, ESPÍRITU, FE Y PUREZA (v. 12)
NO COMO TENIENDO SEÑORÍO SOBRE LOS QUE ESTÁN A VUESTRO CUIDADO, SINO SIENDO EJEMPLOS DE LA GREY ()
¿Cuáles son algunos aspectos de la vida que enseñan a otros?
Palabra se refiere al hablar, que revela el nivel de madurez, las actitudes y la vida espiritual del creyente. Según, 1:4 y 6:4 algunos en Éfeso disputaban y tenían pleitos y blasfemaban. El maestro tiene mayor responsabilidad que otros, porque tiene que hablar mucho y es difícil controlar lo que se dice. Santiago advirtió: “no os hagáis maestros muchos de vosotros”. También explicó la importancia de disciplinarnos en esta área: “si alguno no ofende en palabra, éste es un varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” ().
enseña lo que debemos decir y lo que no debemos decir. Hemos de hablar lo que edifica y da gracia a los oyentes. Lo que decimos debe ser oportuno, según la necesidad de los demás. Palabras que edifican son palabras de ánimo, estímulo, afecto, admiración, agradecimiento, compromiso, apoyo, entusiasmo. Son palabras que solicitan apoyo y consejo, las que piden perdón, las que sanan heridas, las que reconocen que cada uno es frágil, las que comparten alegrías, sueños y metas.
También en Efesios Pablo nos exhorta a que evitemos pronunciar “palabras corrompidas” (4:29), las que mienten, engañan, atacan, humillan, critican, culpan, burlan, amenazan, lastiman; el sarcasmo que hiere, la información que rompe amistades y el chisme que destruye reputaciones. Una buena regla es no decir cosas negativas tocante a otras personas. Si uno cree que tiene la responsabilidad de informar sobre algo que ha pasado, debe decirlo sólo a un líder que pueda hacer algo para solucionar la situación.
La conducta es el comportamiento en general. Incluye las relaciones con otras personas, el trato, la honradez, los hábitos personales, el amor y apoyo en el matrimonio y la crianza de los hijos. menciona muchos aspectos de la buena conducta. El comportamiento revela las actitudes y los pensamientos del corazón. Entonces, para tener buena conducta se requiere que la mente sea renovada y transformada desde lo más profundo del corazón por medio del poder del Espíritu (comp. ).
Amar es entregarnos, mostrar afecto, y buscar el bienestar de la otra persona, aun cuando esa persona no responda en la misma manera. Dios nos amó cuando éramos pecadores y enemigos (; ). Así hemos de aprender a amar a los demás. El amor da en vez de recibir. Este amor no es un sentimiento, sino la acción, obras sacrificiales para el bien de otros.
Algunas versiones no incluyen aquí el vocablo espíritu pero se refiere al entusiasmo y emoción del cristiano que sirve al Señor con gozo. Compare : “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza”.
Fe es la total dependencia de Dios. Es lo opuesto de la soberbia que dice: “Yo soy capaz. Puedo hacerlo por mi cuenta”. Quizá el creyente no diga esto en voz alta, pero lo hace cuando no ora, cuando no estudia la palabra, cuando no busca el apoyo y ayuda de sus hermanos en Cristo, cuando decide que su propio camino es mejor que la obediencia a Dios. La fe hace posible ser fiel a Dios. La fe es contagiosa, porque otros la aprenden por medio del ejemplo.
La pureza se refiere a los pensamientos, la conversación y los deseos, no sólo a las acciones. El cristiano necesita cuidar lo que entra por los ojos y los oídos, por la lectura y los medios de comunicación. Tiene que dominar su manera de pensar y de hablar. Es necesario controlar sus gestos, sus ojos, sus manos y su manera de saludar. El cristiano no puede “jugar con fuego” convenciéndose de que no hace ningún daño. El testimonio de todo el cuerpo de Cristo puede mancharse. Asimismo, se amenaza la integridad del matrimonio; el futuro de nuestros hijos y discípulos está en peligro. El destino eterno de personas que necesitan recibir a Cristo está en la balanza.
UN SIERVO DE LA PALABRA DE DIOS 4:13–16
En el v. 6, Pablo comenzó la sección exhortando a Timoteo para que advirtiera de las enseñanzas falsas y enseñara “las palabras de la fe y de la buena doctrina”. Para terminar el párrafo, él vuelve a este tema importante, porque es de suma importancia para que una iglesia sea saludable y efectiva.
1. La ocupación principal del siervo de Dios (v. 13)
El ministerio de Timoteo en la iglesia en Éfeso debía enfocarse en tres actividades: “la lectura, la exhortación y la enseñanza”. La lectura no se refiere a la lectura personal, sino a la lectura pública de las Escrituras en las reuniones de la iglesia. Los miembros de las iglesias no tenían su propia Biblia.
Las copias de las Escrituras se hacían a mano y por lo general, cada iglesia sólo tenía una copia. Antes de recibir esta carta, la congregación tenía la carta de Pablo a los Efesios. Posiblemente tenía secciones del Antiguo Testamento, algunas epístolas tempranas y documentos acerca de la vida de Jesús.
Una parte emocionante del culto era la lectura de un pasaje de las Escrituras y comentarios y explicaciones de la misma. La exhortación se basaba en la porción leída. Este ministerio incluía no solamente el instar a los cristianos sino también reprenderlos, consolarlos y animarlos (comp. ). Esto era la aplicación de la palabra de Dios a las necesidades de los oyentes.
La enseñanza es la exposición y explicación de las verdades de la Biblia, incluyendo la doctrina cristiana. La exhortación moldea la voluntad y la conducta del cristiano, mientras la enseñanza forma los conocimientos y las convicciones.
Estas son las ocupaciones prioritarias de los líderes de una congregación cristiana. Por eso, Pablo escribió que el anciano-pastor necesita ser “apto para enseñar” (3:2). Enseñar la palabra de Dios correctamente y aplicarla a las necesidades de la congregación requiere dedicar mucho tiempo al estudio. Los miembros de una iglesia necesitan asegurar que sus pastores dispongan de muchas horas cada semana para la preparación de los mensajes y estudios.
2. La perseverancia del maestro (vv. 14–15)
El apóstol reconocía el peligro de descuidar la tarea de enseñar y aplicar la palabra. Le dijo a Timoteo: “No descuides el don que hay en ti”. Creemos que Timoteo tenía el don de la enseñanza, por el versículo anterior. Para motivar a su discípulo, Pablo le recuerda el inicio de su ministerio, como también en . Pablo se refiere a una ceremonia efectuada en Listra (). Dios dio una profecía a través de uno de los cristianos, quizás Pablo mismo. Posiblemente este mensaje de Dios decía que Timoteo sería misionero con Pablo y que tendría el don de enseñanza. Timoteo fue comisionado para este ministerio cuando Pablo y los ancianos de la iglesia (el presbiterio) impusieron sus manos sobre él. La imposición de manos significaba que los líderes escogieron a Timoteo para este ministerio.
Ocúpate en estas cosas. Esto significa meditar y practicar constantemente lo que Pablo le está instando. El apóstol le recuerda sus inicios en el ministerio para que no olvide cumplir fielmente su trabajo. Era difícil enseñar en Éfeso porque había otros maestros que no estaban de acuerdo con Timoteo. Pero éste debía recordar que Dios le había capacitado con el don de la enseñanza y que debía persistir en esa tarea. No era necesario ser contencioso. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen…” ()
COMO BUENOS SIERVOS, PREDICAMOS LA PALABRA; COMO SIERVOS CONSAGRADOS, OBEDECEMOS LA PALABRA; COMO SIERVOS EN DESARROLLO, CONFIAMOS EN LA PALABRA.
3. Las preocupaciones del siervo de Dios (v. 16)
Nótese que Timoteo necesitaba tener cuidado de sí mismo, aun antes que de su ministerio de la enseñanza (comp. vv. 7, 10, 12, 14, 15 y 16). Las exhortaciones en este pasaje decían a Timoteo que tenía que cultivar su propia vida espiritual, proteger su propia conducta y relaciones, y desarrollar su capacidad de enseñar correctamente.
Después, tenía que enseñar la palabra fielmente y con valor. Si Timoteo hacía bien estas cosas, salvaría su propia vida y la de la congregación. En este versículo, salvarás no se refiere a la salvación eterna, sino a ser liberados de las falsas doctrinas, de la mala conducta y de la oposición de los falsos maestros. Estas eran las amenazas a la iglesia en Efeso.
Entonces, el líder espiritual en nuestros días también debe seguir estas instrucciones del apóstol. Debe disciplinarse para fortalecer su vida espiritual y su conducta, dedicarse al estudio de la palabra y la preparación de la enseñanza y dar prioridad a la exhortación y la enseñanza en la congregación.
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