¡Redimidos!

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Pasaje a estudiar

Efesios 1.7–23 NTV
7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. 9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. 11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. 12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos —que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza. 15 Desde que me enteré de su profunda fe en el Señor Jesús y del amor que tienen por el pueblo de Dios en todas partes, 16 no he dejado de dar gracias a Dios por ustedes. Los recuerdo constantemente en mis oraciones 17 y le pido a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios. 18 Pido que les inunde de luz el corazón, para que puedan entender la esperanza segura que él ha dado a los que llamó —es decir, su pueblo santo—, quienes son su rica y gloriosa herencia. 19 También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder 20 que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales. 21 Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no sólo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. 22 Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. 23 Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.

Contexto

La ciudad de Efeso era el asiento de las autoridades romanas que regían Asia. Teóricamente, el Imperio delegaba esa función clave en una persona denominada procónsul (ver Hch. 13:7; 18:12).

La presencia de las autoridades, unida al movimiento del puerto que relacionaba las provincias donde Pedro y Pablo trabajaron con el resto del mundo civilizado, hicieron de esta ciudad una capital con toda clase de habitantes, tanto en origen como en condición social.

El famoso templo de Diana, conocido por los griegos como Artemis, atraía a mucha gente, en especial con motivo de los festivales del mes de marzo (llamados Artemision). Para esa ocasión la imagen de la diosa era llevada por las calles como expresión de veneración y gratitud por la bendición constante que aseguraban provenía de ella.

“Diana de los Efesios” era además considerada una madre generosa que alimentaba tanto a sus hijos como también a otros lactantes. Por esta razón la talla aparecía con varias filas de senos, demostrando su condición de nodriza o “madre de leche”. Los adoradores extendieron esa cualidad y la entronizaron como madre de la fertilidad.

Por su parte, la gente de las zonas rurales creía que Diana era un beneficio que los astros habían otorgado para bendición de los campos y haciendas. Consideraban la corona decorada con los signos del zodíaco (similares a los que hoy día vemos en los horóscopos) como una explicación de la cercanía de los dioses.

El templo que vio Pablo (posiblemente construido por Alejandro el Grande en 336 AC) era el más bello de los santuarios de la región, tanto por su estilo de edificación como por la riqueza que encerraba. Fue considerado una de las siete maravillas del mundo.

Los plateros del lugar fabricaban cantidad de pequeñas estatuas de la diosa y las vendían a los visitantes para estimularlos a que llevaran con ellos “la bendición de Diana”. Aseguraban a los “fieles” que en vista que ella había descendido del cielo, tenía poderes milagrosos sobre toda la vida humana (Hch. 19:35). Se generó así una fe creciente en el poder milagroso invencible bajo cuya protección estaban garantizados tanto la fertilidad matrimonial como el crecimiento de los hijos y la provisión de los alimentos.

Amparados en esa creencia proliferaron el libertinaje, la corrupción y la magia (Hch. 19:11–19). Todo esto sumió a la gente en una profunda degradación y ceguera espiritual (Ef. 4:17–19).

Como otras ciudades claves de su día, ésta también fue el lugar de enfrentamiento para las distintas corrientes de pensamiento tanto griegas como también judías, paganas y folklóricas.

Estudio

Introducción

Pedir un voluntario y hacer una subasta habiéndole preguntado cualidades de él y qué le gusta hacer.

Versículo por versículo

Redimidos y perdonados

Efesios 1.7–10 NTV
7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. 9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra.

Vrs.7

Cristo compró nuestra libertad, ¿qué quiere decir eso?
Ya lo he explicado en otra ocasión, pero ahora se los explicaré más claramente.
dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, además de eso, que de toda la creación nosotros fuimos llamados “muy buenos”.
Génesis 1.31 NTV
31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.
Sin embargo, al ver nuestra realidad no me siento que sea muy bueno, y eso se explica con lo que sucede en el capítulo 3 de Génesis, y es el momento en que Adán y Eva pecaron y entra en la humanidad el pecado con el cual lideamos hasta el día de ahora. Sufrimos las consecuencias y vemos la consecuencia a nuestro alrededor y en nosotros mismos.
Cada día me encuentro luchando contra lo que Dios quiere que haga en mi vida, lo que yo quiero hacer y lo fatal que a veces lo hago.
Días en que me decepciono de lo que he hecho que no le agradó a Dios, y días en lo que comprendo cada vez más lo que Él está haciendo en mi vida, y veo cómo obra.
Ok, desde ese día la creación quedó esclava del pecado. Hacemos lo que el pecado quiere que hagamos, nuestra naturaleza no se inclina a hacer lo bueno por sí misma, sino que tenemos que hacer un esfuerzo para hacer lo bueno y correcto, preferimos “librarnos” mintiendo que soportar la responsabilidad de decir la verdad, como ejemplo.
Redención es:

Tomamos el término, una vez más, como expresión de uno de los aspectos específicos de la obra de la Cruz, no en el sentido general que suele darse al vocablo redención. Y, como en los demás aspectos específicos de la obra del Calvario, resumiré lo que sobre este tema digo en CPDTB, Parte II, lecc. tercera, p. 5.

Uno de los grandes perjuicios que nos acarreó el pecado fue ponernos en esclavitud, (A) del diablo (cf. 1 Jn. 5:19), (B) del pecado mismo (cf. Jn. 8:34; Ro. 6:16, 20; 2 P. 2:19), (C) del poder de las tinieblas (cf. Col. 1:13), (D) del miedo a la muerte (cf. He. 2:15) y (E) de toda clase de error (cf. Jn. 8:32).

Era, pues, necesario que alguien nos rescatase de tan variada esclavitud. Lo hizo nuestro gran Mediador: nos rescató pagando el precio mediante el derramamiento de su sangre, pues «vino para servir y para dar su vida en rescate por muchos» (Mt. 20:28; Mr. 10:45). Sigo en el rescate el mismo orden que he seguido arriba en la esclavitud: Nos rescató (a) del diablo, pues vino «a deshacer las obras del diablo» (cf. 1 Jn. 3:8), (b) de nuestros pecados (cf. 1 P. 1:18–20), (c) del poder de las tinieblas (cf. Col. 1:13), (d) del miedo a la muerte (cf. He. 2:15 «y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante la vida sujetos a servidumbre»), (e) del error en todas sus formas (cf. Jn. 8:31–32: «Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permanecéis en la palabra, la mía, verdaderamente discípulos míos sois, y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará» lit.).

Por lo que Cristo nos compró, y pagó el precio que teníamos por ser esclavos del pecado. Ahora somos libres por gracia.
¿Se acuerdan qué era gracia?
Recibir algo bueno que no merecíamos.
Eso hizo Cristo con nosotros, nos perdonó aunque no lo merecíamos.
A veces vivimos como que no somos perdonados ni redimidos.
Te pongo otro ejemplo:
Yo le dije a XXXX algo, y se enojó conmigo, hice algo que no le gustó, le desagradó, es más, XXXX no me voltea a ver, no quiere que salga con él, quiere que si vengo a Preju y estoy en la puerta él suba por la ventana. Ok, un día XXXX y yo hablamos, le pedí perdón y me lo dio, nos abrazamos y todos.
Pero el siguiente domingo algo extraño pasa…vengo yo y cuando lo veo me escondo, me escapo, me voy para el otro lado, no le hablo...
A veces actuamos así con Dios, a pesar de que Él nos perdonó, nos abrazó y ama, nosotros venimos y nos escondemos, cuando Él viene y nos pone algo en nuestra vida nos escondemos, no aceptamos el perdón que nos dio.

Herederos

Efesios 1.11–14 NTV
11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. 12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos —que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.
Efesios 1:11-14
Somos herederos, como vimos el domingo pasado, nos eligió para cosas muy buenas como lo veremos también el otro domingo en sus ágapes en el capítulo 2 de Efesios.
Dios nos eligió de antemano, necesito que prestes toda la atención del mundo porque sino te puedes perder en este concepto.
Este concepto a confundido a muchísimos, y cuesta entender, es más, es un concepto que ha dividido al cristianismo por mucho tiempo.
Tú y yo somos elegidos por Dios, hemos sido escogidos y es un término bíblico.
Es como que yo viniera y dijera: “Quisiera inscribirme al campa…quisiera $5 para hacerlo...” Entonces busco en la billetera y encuentro $5, entonces digo: “Estos $5 son para pagar el campa”.
¿Ahora qué características tienen estos $5?
Te ayudo un poco:
¿Los elegí?
¿Los escogí? Sí
¿Los aparté? Sí, tengo otro billete de $5 aquí pero especialmente elegí este
¿Le dí un propósito al billete? Sí, tiene como propósito pagar la inscripción del campa
El billete en sí puede tener muchas funciones, puede hacer y comprar muchas cosas, o incluso, no comprar nada y dejarlo enmarcado, como recuerdo o coleccionarlo, pero este billete en específico está predestinado para que lo pueda usar en pagar el campamento.
¿Y qué pasó con el otro billete? ¿No sirve para nada? ¿lo voy a quemar? ¡De ninguna manera!
Mientras este billete esté conmigo le voy a dar un buen uso, lo voy a ocupar para algo bueno, no voy a comprar algo malo o no lo voy a predestinar para comprar droga, alcohol, cigarro, etc.
Así somos nosotros, mientras estamos con Dios, nos ha predestinado para cosas buenas, mientras no estés en las manos de Dios, cualquier cosa te puede pasar.
Ahora, nosotros ¿para qué somos predestinados?
Efesios 1.12 NTV
12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos —que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios.
Y no solo fuimos elegidos y tenemos un propósito, sino que nos puso algo que nos identifica como suyos, una marca que solamente nosotros los cristianos tenemos: El Espíritu Santo.

Esperanzados

Efesios 1.15–23 NTV
15 Desde que me enteré de su profunda fe en el Señor Jesús y del amor que tienen por el pueblo de Dios en todas partes, 16 no he dejado de dar gracias a Dios por ustedes. Los recuerdo constantemente en mis oraciones 17 y le pido a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios. 18 Pido que les inunde de luz el corazón, para que puedan entender la esperanza segura que él ha dado a los que llamó —es decir, su pueblo santo—, quienes son su rica y gloriosa herencia. 19 También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder 20 que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales. 21 Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no sólo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. 22 Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. 23 Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.
Estamos esperanzados, porque conocemos que tenemos una esperanza, Cristo volverá. Pablo le dice a los Efesios que espera que entiendan la grandeza del poder de Dios para nosotros, es el mismo que levantó a Jesús de los muertos, que le resucitó, ahora actúa en nuestra vida, si hay alguien que podría cambiar todo de nosotros ese es el Espíritu Santo que mora en nosotros.

Conclusión

Cuando estamos en Cristo somos REDIMIDOS, PERDONADOS, HEREDEROS Y ESPERANZADOS.
Si hicieras una lista de las cosas buenas que ha hecho Dios por ti, y las cosas buenas que has hecho para Dios, ¿te darías cuenta que nunca estaríamos igual? tenemos mucho por hacer, pero lo bueno es que Dios nunca deja de hacer.
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