El Discapacitado

Encuentros con Jesús  •  Sermon  •  Submitted
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Encontramos al Verdadero Sanador cuando descubrimos nuestras propias debilidades

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La debilidad del corazón desviado, vs: 1-4.

El lugar: El estanque de Betesda.
Originalmente para
La leyenda: un ángel movía las aguas y sanaba.
El desafío: Jesús sanó al hombre, no las aguas.
Ilustración: varios lugares y personajes “milagrosos” en Argentina que desvían personas del verdadero Dios y Salvador Jesús. La Difunta Correa, el Gauchito Gil, el niñito milagroso de Villa Unión, Lujan, el Cristo de la Quebrada, etc.
Aplicación: Tenemos un corazón idolatra que naturalmente busca substituir la adoración a Dios con la adoración a cualquier otra cosa tangible, mensurable, que podamos medir. Algunos lo substituyen por el dinero o fama, los placeres o entretenimientos, deportes o vicios, o incluso lugares o personajes de leyenda milagrosa.

La debilidad de la comodidad resignada, vs: 5-9.

La sanación:

La pregunta: “¿Quieres ser sano?” Es una pregunta introspectiva, diseñada para hacer que el individuo mismo se auto-evalúe. Dios le hizo esto a Adán cuando le pregunto donde estaba. Jesús hace esto con los discípulos cuando pregunta quien pensaban ellos que era el. Ahora, le pregunta a uno quien estaba en la misma situación por los últimos 38 años si quiere quedarse en la misma circunstancia.
La incapacidad: Este hombre, por mas que lo hubiera intentado en 38, no podría cambiar su situación por su propia cuenta. Pero era importante que reconociera eso también por su propia cuenta.
La fe: El discapacitado tuvo que reconocer su propio situación, sinceramente querer salir de esa situación, y creyendo, finalmente obedecer a las palabras de Jesús. Imagínese que después de 38 años sin poder levantarte ni cambiar tu circunstancia, que uno venga y te diga “levántate, toma tu cama, y anda”. Tomara mucha fe esa próxima acción.
Ilustración: Video- La Celda.
Aplicación: Uno se rinde ante la situación cuando no encuentra la salida por su cuenta y pierde toda esperanza de salir.

La debilidad de la religiosidad humana, vs: 10-13, 15-16.

Los fariseos encontraron al hombre llevando una carga, su cama, y le regañaron por que era el día de reposo. El no había quebrantado la ley de Dios, pero si la tradición de los fariseos, mandamientos de hombres hecho para protegerlos de guardar su ley.
Al oír que fue mandado a llevar su carga por Jesús, los fariseos empezaron a perseguir a Jesús por “difamar” el día de reposo, aunque Jesús no estaba desechando el día de reposo, sino solo la tradición de los fariseos.
Ilustración: Fotos- Las Quijadas antes y después de ser expuesto como parque nacional.
Aplicación: En nuestra debilidad somo prontos a desviarnos hacia la auto’justicia, o la justicia externa, creando mandamientos de hombres que solamente dan una apariencia de verdad e ignoran la justicia interna que es lo que busca Dios. No significa que no habrá cambios externos por dar nuestra vida a Cristo, pero esos cambio originan desde adentro, no desde afuera. No podemos cambiar a la fuerza.

La debilidad de la creencia ligera, vs: 14.

Jesús otra vez se encuentra con el hombre y le manda algo interesante. No es siempre que las cosas malas de la vida ocurren como consecuencia de la desobediencia (la vida de Job es un buen ejemplo), otro es , pero parece que en este caso en particular, es posible que lo fue. Jesús le advierte que no siga viviendo en pecado, porque el pecado trae consigo consecuencia.
Juan 9.3 RVR60
Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
La desobediencia en los hijos de Dios resulta en la disciplina de Dios, ; .
1 Corintios 11.30 RVR60
Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Hebreos 12.5–11 RVR60
y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Como hijos de Dios, debemos vivir diferentes a los hijos del mundo. La fe debe cambiarnos. .
1 Pedro 1.14–21 RVR60
como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
Ilustración: Alejandro Magno- ‘¡Cambia tu manera de vivir o cambia tu nombre!’
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