Un momento de intimidad con el Señor

Semana Santa 2017  •  Sermon  •  Submitted
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Contexto introductorio

Ahora sí, era el tiempo de la despedida, el momento del cambio, muy parecido a aquel momento de la Pascua, en la noche en que los israelitas habían velado dentro de sus hogares, esperando ser liberados por la mañana temprano. Para Jesús también había llegado el momento de velar, de estar con los apóstoles, darles las recomendaciones pertinentes, era justo el momento antes de la partida hacia el sacrificio al que Él mismo accedía por su propia voluntad, por su amor con que amaba al mundo, al que ahora le daría su vida, la vida de Dios.
El Señor Jesucristo que estaba consiente de cada paso que daba hacia su misión tan importante, encomendó a dos discípulos, Pedro y Juan, quienes eran integrantes de su círculo íntimo, para que vayan a hacer los preparativos para la cena en que comerían el cordero de la Pascua.
No había nada que sucediera espontáneamente o de improviso, todo estaba arreglado desde las cortes celestiales para el camino que estaba siguiendo por su propia voluntad el Cordero de Dios, el Hijo del Hombre e Hijo de Dios, el Señor Jesucristo.
Durante esta celebración de la Pascua, sucedieron tres momentos muy significativos que marcaron a los apóstoles y que después el apóstol Pablo utiliza para dar las instrucciones de lo que sería la “Cena del Señor”.

Hubo un momento de intimidad

Mientras se reclina a la mesa con los Doce, el alma de Jesús está sobrecargada con una profunda emoción, a la cual da expresión en palabras preservadas por Lucas solamente.
Sólo se sentó con su círculo más íntimo (sus apóstoles)
A. Sólo se sentó con su círculo más íntimo (sus apóstoles)
El Señor no sólo deseaba comer esa Pascua, sino que “con vosotros”
La expresión del Señor “¡Cuánto he deseado..!” implica su deseo de dejar a sus amados constancia de la comunión íntima y verdadera de aquel que los había amado hasta el fin.
John 13:1 RVR60
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Juan

Un momento de confrontación

La expresión del Señor “¡Cuánto he deseado..!” implica su deseo de dejar a sus amados constancia de la comunión íntima y verdadera de aquel que los había amado hasta el fin.
Seguramente antes de la institución de la Santa Cena el Señor confrontó a los apóstoles con su vida de pecado en la que eran capaces de traicionarlo.
Matthew 26:20–29 RVR60
Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho. Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
La respuesta del v.21 sirvió para dos propósitos:
Luke 22:21 RVR60
Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
Lucas
Que los apóstoles se den cuenta del gran sufrimiento del Señor que de manera traidora una de sus más allegados le entregaría.
El Señor tiene todo bajo control, no fue tomado por sorpresa “El Hijo del hombre va, según lo que está determinado”
Dio oportunidad a los discípulos de que se examinasen a sí mismos.

Un momento de esperanza

El Señor no les está diciendo que después de esa noche ya no lo volverán a ver más.
Mateo y Marcos son más explícitos en esto cuando dicen:
Matthew 26:29 RVR60
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Mark 14:25 RVR60
De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Según el Apóstol Pablo, cada que celebramos la Santa Cena, “la muerte del Señor anunciamos hasta que él venga”
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