Marcos 14
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Sana hija de mujer Fenicia
Sana hija de mujer Fenicia
INTRO
De los 35 milagros registrados en los evangelios, 6 involucran a mujeres de forma directa.
Veremos a Jesús una vez más intentando alejarse de la multitud y ahora se va más lejos. Una región que los judíos y más siendo maestros, debían evitar. En este caso, es una zona gentil, casa gentil, mujer gentil, con una hija que tiene un espíritu inmundo.
En capítulos anteriores Jesús ha chocado con fariseos y escribas sobre las normas de pureza.
“Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro. No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo.” (Marcos 7:24, NTV)
Sale de los límites geográficos de Israel. Sidón y Tiro, actualmente Líbano. Quería estar a solas con sus discípulos, quizá Jesús quiere descansar de tanto ajetreo y se aleja. En esos lugares rea poco conocido, no estaba buscando expandir su ministerio o ser famoso. Quiere estar apartado, entra a una casa, suponemos que viven personas no judías que han escuchado de ÉL. Su fama ha salido a esa región.
En el Sermón del Monte nos dice que había personas de esa región escuchado:
“Cuando descendieron del monte, los discípulos se quedaron con Jesús en un amplio lugar llano, rodeados de muchos seguidores y de las multitudes. Había gente de toda Judea y Jerusalén, y de lugares tan al norte como las costas de Tiro y Sidón.” (Lucas 6:17, NTV)
Esta Zona fenicia era gobernada y administrada por los sirios. Mateo dice que ella era cananea, descendiente de enemigos de Israel. Era una ciudad ubicada a unos 60 km al norte de Capernaúm.
El profeta Elías estuvo en esta zona, y una viuda le da ayuda de forma milagrosa.
“Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno,” (Marcos 7:25, NTV)
Esta mujer ha pasado tiempo pensando qué hacer por su hija y ahora tiene la oportunidad. Va con Jesús con cierta urgencia. De acuerdo a Mateo, ella lo llama “Hijo de David”, un título judío que ella no tenía derecho a usar.
No se registra que Jesús haya hecho muchos milagros en esa región; pero no pudo pasar inadvertido. Porque cuando hay una luz prendida no se puede ocultar. De todos los “gentiles” que lo han encontrado, es una mujer desesperada por su hijita es quien se atreve a hablar.
Oye de ÉL, lo busca y cae a sus pies. Ella sabe que no es judía, que no es parte de las promesas de Dios para esa nación. Pero como se postra ante Jesús, ÉL nunca alejó a quienes se postran ant ÉL. Se lanza a sus pies porque no tiene la confianza de lanzarse a sus brazos. Y le dice lo que quiere. Expulsa el demonio de mi hija.
“Jesús le dijo: —Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.” (Marcos 7:27, NTV)
En otras palabras: Deja que los judíos tengan todos los milagros que puedan tener, que aprovechen la oportunidad de disfrutar las bendiciones que son para ellos. Los hijos del pacto son ellos, no puedo andar derrochando esas bendiciones, dándola a quienes son como perrillos”.
De primera, esta frase se oye dura, cruel, pero no es así. La palabra que usa para perro, es con cariño, refiriéndose a una mascota. Hay otra palabra despectiva que era usada así. Sólo quiere hacerle comprender que ella no tiene derecho de exigir nada a Dios.
Pero en la misma frase hay una esperanza escondida, le hace ver que si hay un primero, hay un después: Deja primero, sugiere que hay algo para ellos, pero después y eso le da ánimos a ella.
Porque cuando los hijos empiezan a jugar con la comida, lo que cae, lo que sobra es un festín para los gentiles.
Con el tiempo vemos que Jesús exhibe la maldad de los judíos que a pesar de la luz que tenían, seguían siendo duros y rebeldes.
“—Es verdad, Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos.” (Marcos 7:28, NTV)
Es verdad, no soy parte de tu familia, no has venido a buscarme pero yo sí te estoy buscando ¿me iré vacía? Tus hijos primero y ¿cuándo me tocará a mí?
¿Sería el fin de su esperanza? Veremos que no, aun hay esperanza para quienes parece que todo ha terminado.
ÉL no tenía porque hablarle, pero con esa respuesta, ella tiene la excusa para hablar con ÉL.
Es verdad, no soy de los hijos ¡seré como un perrito! Porque ellos pueden comer de lo que cae de la mesa, lo que no aprovechan los hijos. Dame una migaja de tu gracia y poder y eso echará fuera el demonio de mi hija.
Es verdad, no soy de los hijos, pero mientras ellos comen, caen migajas. Como diciendo: Se que no pertenezco y no merezco, se que el pan es para los hijos, pero nadie niega a los perrillos las migajas. No te pido un pan, tan sólo una migaja y se que será suficiente ¡no me la niegues!
La fe que esta mujer demuestra es una fe ¡grande! Quizá ha oído de los muchos milagros que ha hecho Jesús, que sería como un gran festín comparado con lo que le pide. Quizá se enteró de la multiplicación de los panes y los peces y de las muchas canastas que sobraron de migajas.
Cuando ella le dice: Señor, está reconociendo 4 cosas:
Los judíos como hijo s de Dios, son part de Su pueblo terrenal.
Deben ser los primeros.
Deben ser bendecidos y saciados.
Ella como gentil, extranjera, que no merece nada, al recibir cualquier cosa que Jesús le de, es un acto puro de Gracia.
No niega el lugar especial de los hijos, no quiere usurpar ese lugar. Su argumento es perfecto. Su fe ha triunfado.
“Después de todo, ¿acaso Dios es sólo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de los gentiles? Claro que sí.” (Romanos 3:29, NTV)
Evidentemente la fe de esa mujer nació al oír de Jesús ¿qué había oído? Su poder de sanar, echar fuera demonios, calmar la tormenta. Ella lo cree. SU fe ha triunfado.
En el NT se registra 2 veces que Jesús alaba la fe grande de alguien y las 2 veces ¡son gentiles! Uno es este caso y el otro es un centurión o un oficial romano. Mateo, 8.
En el momento que ella le dice Señor, reconoce la autoridad divina de Cristo.
“—¡Buena respuesta! —le dijo Jesús—. Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija.” (Marcos 7:29, NTV)
Esto nos anima a orar y no desfallecer, no dudando que si perseveramos, Dios escucha nuestra oración y vamos SU respuesta en nuestra vida.
La Palabra de Jesús tuvo efecto inmediato. Al darle su respuesta, pareciera que en el momento que ella lo confiesa como Señor, el demonio sale. Lo dice la expresión: “el demonio ha salido de tu hija”.
“Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.” (Marcos 7:30, NTV)
Cristo venció a satanás a distancia. La niña ya está en cama, descansando, esperando a su mamá para alegrarse con ella de que ya está perfectamente bien.
FINAL
Jesús ha sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel, pero aún los judíos, igual que los gentiles son indignos de la Gracia de Dios por igual. Pero sólo los que han caído profundamente pueden darse cuenta de que son pecadores y sólo pueden recibir el pan para los hijos cuando le dicen, no maestro, sino Señor.
Los que están lejos de Dios pueden ser como los perrillos cuando se comparan con los privilegios de los hijos, pero Dios es amo y Señor de todos, incluso ellos están bajo SU mesa y cuando ÉL parte el pan hay bastante y de sobra para ellos.
¿Qué hace a uno hijo? Cuando lo reconoce como Señor. Sabes que por ti, muchos son bendecidos, tan solo por el hecho de estar cerca de ti.
Una fe grande es la que toma la Palabra de Dios y no la suelta, la cree y pelea por ella. Una gran fe, toma el más leve aliento, la palabra más susurrada y la convierte en una promesa cumplida.
Palabra de Dios