Cuida tu familia.

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Factores de riesgo que pueden afectar a la familia – Violencia familiar.
Una verdad incómoda:
Muchas familias no conocen el contexto en el que se desenvuelven.
Tristemente reaccionamos demasiado tarde. (Ej.: Mamá que va siguiendo a los policías que arrestaron a su hijo por ratero)
Existe un solo contexto, pero diversos factores que nos afectan
Factor familiar – Luchas que están enfrentando cada miembro de la familia.
Factor social – La clase de amistades y lugares que son de riesgo para la familia.
Factor tecnológico – las amenazas virtuales que enfrenta la familia el día de hoy.
Factor espiritual - es todo lo que no vemos, pero esta llegando al corazón y a la mente de los miembros de la familia.
Es importante que aprendamos a identificar la realidad de nuestra familia.
Muchos caen en frustración porque no aceptan la realidad de su propia familia. Se hacen preguntas como:
¿Porque mi familia no se supera? ¿Porque no salimos de tantos problemas?
Existe una verdad que debemos aceptar: Tu eres un factor de cambio para tu familia. (Recordar. Marca la deferencia en tu familia)
Los patrones generacionales tienden a repetirse, pero no siempre es así. Porque cuando permitimos que Dios interceda, todo puede mejorar.
Leeremos hasta el 20 pero no estudiaremos todo los versículos. Mas una conferencia.
Texto: Efesios 5.1 – 20
Efesios 5:1–20 RVR60
1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. 3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 No seáis, pues, partícipes con ellos. 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz 9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 10 comprobando lo que es agradable al Señor. 11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12 porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. 15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Necesitamos sabiduría para poder identificar lo que pone en riesgo nuestro matrimonio y nuestra familia.
Ej.: Como cuando salíamos a cazar iguanas al cafetal – como cuando salimos con Vidal a calmar a la pareja que estaba peleando afuera del seminario.
Necesitamos caminar con cautela – cualquier decisión que tomemos (como esposo, padres o hijos) puede afectar a toda nuestra familia.
El gran reto para la familia el día de hoy es ser diferente, ser de impacto a una sociedad que esta cada vez perdiendo las responsabilidades que honran a la familia.
Efesios 5:2 NTV
2 Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios.
v.2 – “Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo.”
Una familia dónde hay temor a Dios, debe aprender a vivir diferente.
Pregunta para reflexionar ¿Qué tipos de problemas son con los que batallan en su familia?
Ej.: Si me invitan donde hay vino – no vamos – me conozco…
Las obscenidades o las vulgaridades son tan comunes que empezamos a aceptarlas.
La advertencia de Pablo, sin embargo, indica que el vocabulario perverso no será parte del diálogo cristiano porque no refleja la presencia de Dios en nosotros.
de igual manera cualquier otro comportamiento.
Primer factor de riesgo - Las influencias que estamos permitiendo en nuestra familia. (amenazas)
Factor social y tecnológico.
Efesios 5:3–4 NTV
3 Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. 4 Los cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para ustedes. En cambio, que haya una actitud de agradecimiento a Dios.
Una familia cristiana vive y habla diferente.
Esa clase de influencias lleva a la familia a una violencia familiar.
¿Violencia intra-familiar? Por favor, ¡Nosotros los cristianos no tenemos ese problema! Eso es de los no creyentes; en mi familia nos amamos y nos respetamos y nunca tenemos dificultades. Esta ha sido la reacción de muchos líderes de las iglesias ante esta temática.
Los que “sufrimos” violencia sabemos de lo que hablo.
Pasa “hasta en las mejores familias” – Recuerde que no hay familias perfectas, pero si pueden existir familias saludables.
Diferencia entre conflicto y violencia.
Estadísticas:
En una iglesia se descubrió que: en el 60% de las parejas había episodios cotidianos de violencia verbal, como gritos, insultos y amenazas.
El 20% admitió haber tenido explosiones de ira acompañado con empujones y golpes.
El 30% de las mujeres admitieron haber sido víctimas de abusos.
¡Esta es la realidad! ¡Necesitamos ayuda!
Gritos, insultos, golpes, abuso sexual dentro de la familia trae como resultado graves problemas emocionales y físicos en quiénes lo sufren.
Aislamiento
Enfermedad
Uso de drogas
Depresión
Coraje, odio.
Actitudes de violencia.
Deserción escolar.
Nivel académico bajo.
Traumas.
Estos patrones de conducta dentro de la familia, tienden a repetirse en las generaciones que nos siguen.
Ej.: Un padre es el reflejo del hombre que su hija buscará – una madre es el reflejo de la mujer con la que se casará su hijo (si el padre es violento su hija mirará normal que su esposo lo sea también – si mamá es consentidora, el hijo buscará una mujer que también lo sea) son patrones que tienden a repetirse… no siempre pasa, pero es más común que raro.
En la mayoría de casos, las familias sufren de esta manera porque hacemos caso omiso a los riesgos y a las amenazas a las que fueron expuestos los miembros de la familia.
Notemos la primera exhortación que nos hace la Palabra de Dios
Efesios 5:3–4 NTV
3 Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. 4 Los cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para ustedes. En cambio, que haya una actitud de agradecimiento a Dios.
v.3 – 4 “Ustedes son el pueblo santo de Dios; por lo tanto, entre ustedes no debe existir la inmoralidad sexual ni ningún otro exceso. Tampoco digan groserías, tonterías ni hagan bromas vulgares. Mejor alaben y den gracias a Dios.”
“Ningún otro exceso” - Hace referencia a la avaricia.
Exceso en el uso de las tecnologías.
Recuerde que pueden ser unas grandes herramientas pero también pueden convertirse en armas.
¿Cómo puedo saber si se ha convertido en un vicio?
Trate de dejarlo y verá.
Esto se vuelve un catalizador que dispara la violencia.
Violencia no sólo física, sino también verbal, emocional, sexual económica, psicológica.
Este es un factor de riesgo que destruye a familias cristianas y no cristianas.
La violencia familiar, ya sea entre cristianos o no, se presenta como un ciclo en tres fases: (Según especialistas)
Acumulación de tensiones: Comportamiento agresivo más hacia los objetos que hacia el cónyuge. (Dar portazos, arrojar objetos, romper cosas, etc.). Poco a poco se mueve desde los objetos hacia la pareja, manifestado en abuso verbal y físico.
La violencia se agudiza: De manera consiente el abusador elige sus actos de violencia, decide el tiempo y el lugar para los episodios, así como qué parte del cuerpo golpear. En algunos casos aquí es donde se da la intervención policial.
Calma y arrepentimiento: El agresor asume su responsabilidad y promete cambiar, hay un período de calma, muestras de amor y cariño hacia la pareja. (Ahora si voy a ir a la iglesia) Ambos actúan como si nada hubiera sucedido y prometen que nada de lo sucedido se repetirá.
Lastimosamente muchas familias no previenen esta clase de comportamiento y se vuelve un circulo vicioso.
Segundo factor de riesgo - Permitir las mentiras en la familia.
Factor familiar.
Efesios 5:6–7 NTV
6 No se dejen engañar por los que tratan de justificar esos pecados, porque el enojo de Dios caerá sobre todos los que lo desobedecen. 7 No participen en las cosas que hace esa gente.
Una familia debe aprender a vivir sin mentiras.
Ej.: Suceden muchos casos que cuando fallece el papá aparecen hijos de otros lugares.
Aquí se dice la verdad.
La verdad confronta - desafía - nos hace reconocer nuestros errores.
Ya lo esta pensando… “La verdad nos hace libres.”
Juan 8:32 NBLA
32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres».
Enseñar la verdad en la familia es una coraza que protege los corazones cada uno de sus miembros.
Ej.: Fraudes digitales, páginas de citas on-line, perfiles falsos. Se esta normalizando la falsedad.
Mentir para solicitar una beca.
Ej.: Pintor que quiso caracterizar al rey sin imperfecciones - El rey cuando miró su retrato sin verrugas, dijo “ese no soy yo” si me vas a pintar pintame con todo y verrugas.
Cometemos errores y la verdad nos hace pedir perdón.
Fallamos y la verdad nos hace arrepentirnos y vivir diferente.
No permitamos la mentira en nuestra familia.
(Son tres factores porque el social y el tecnológico los unimos)
Tercer factor de riesgo para nuestra familia - Participar de las obras de las tinieblas - Factor espiritual
Efesios 5:11–12 NTV
11 No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. 12 Es vergonzoso siquiera hablar de las cosas que la gente malvada hace en secreto.
v.11 – 12 “No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. Es vergonzoso siquiera hablar de las cosas que la gente malvada hace en secreto.”
Hay lugares a los que como cristianos ya no pertenecemos.
La rebeldía de continuar con un estilo de vida que no va de acuerdo a las normas y los estándares bíblicos termina en desgracia.
El problema es espiritual (no espiritualicemos todo)
Definitivamente afirmamos que hay un problema que no puede ser tratado por ningún especialista o terapeuta, puesto que la raíz de su comportamiento rebelde está en proporción con su relación personal con Dios.
Ej.: no se puede esperar que el rebelde entienda los principios bíblicos que enseñan acerca de este tema, porque no ha entregado su vida al Señor.
Esto nos ayuda a comprender la manera en la que debemos orar.
Hay en todo ser humano un sentimiento egoísta innato. Y esto como consecuencia del pecado que nos asedia día a día.
Este egoísmo es el que violenta la armonía y las buenas relaciones familiares. Por eso Como cristianos tenemos siempre que examinar nuestras intenciones, nuestras acciones, nuestros pensamientos, y pedirle al Señor que nos ayude a eliminar toda clase de sentimientos egoístas.
Es el egoísmo el que nos lleva a pisotear y maltratar a nuestro cónyuge y por extensión a nuestros hijos.
El egoísmo es el que produce celos, desconfianza y hasta malos pensamientos acerca del cónyuge.
Santiago 4:1–2 NTV
1 ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior? 2 Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios.
Qué dolor tan grande nos causa cuando nos damos cuenta que un hermano de la iglesia ha maltratado a su esposa, o una esposa iracunda que envió a su esposo al hospital porque le pegó en la cabeza con una sartén marca “Tfal” en la frente.
Ej.: Hno. Narciso.
O cuando vemos el trato que el esposo le da a la esposa (o viceversa también) en frente de los demás miembros de la iglesia, o le grita muy feo a sus hijos, o ridiculiza a su esposa llamándola despectivamente, o hace burla de ella porque ha subido un poco de peso, o porque ya se le notan los años.
Ej.: Cónyuges que hablan mal el uno del otro en público.
Esta clase de amenazas siempre llevará a la familia a la violencia.
La violencia no es sana. No es de Dios y no estaba en los planes de Dios para la familia.
La violencia vino a causa del pecado del hombre.
La familia cristiana no es está exenta de ser víctima de la violencia intra-familiar.
La violencia intra-familiar no respeta religión, cultura, status social, nivel educativo, etc. porque es producto del pecado.
¿Qué debemos hacer si estamos enfrentado algun riesgo o amenaza de esta clase en nuestra familia?
Arrepentimiento y conversión.
Quizá no platicamos mucho de esto en nuestro matrimonio, quizá en lugar de afrontar la situación decidimos callar, quizá por temor a perder el matrimonio, a dañar a nuestros hijos…
Hoy hemos aprendido a que sólo Dios puede cambiar nuestra manera de actuar en la familia.
Ej.: si nos damos cuenta cuando hablamos fuerte, cuando herimos con nuestras palabras… hemos herido a nuestros hijos, hemos herido a nuestro cónyuge.
Hoy es un buen momento para pedir perdón a Dios, a nuestros hijos y pedirnos perdón el uno al otro.
Esta actitud de arrepentimiento y conversión en el inicio de la sanidad en el matrimonio.
Nos vamos a esforzar para no caer en lo mismo… hagamos ese compromiso.
Cuidemos nuestra familia.
Efesios 5:15–17 NTV
15 Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. 16 Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. 17 No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.
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