Consumado es

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Nosotros somos incapaces de acercarnos a Dios cuando nuestro pecado no ha sido lavado, perdonado y arrojado al fondo del mar (Mal. 7:19); por lo tanto nuestra vergüenza, culpa e impiedad nos impiden acercarnos al Padre, pero gracias a Dios, Él nos adoptó en Cristo (1 Juan 3:1-2), para que nosotros podamos tener la misma confianza y esperanza del Hijo de Dios, acercarnos confiadamente al trono de su gracia (Heb. 4.16), y poderle confiar nuestro espíritu, nuestra vida en sus manos, no solo en el lecho de nuestra muerte sino cada día por la eternidad. Temores, ansiedades, dificultades, tristezas, luchas, pecados, etc. Ahora no son nada que pueda separarnos del amor de nuestro Dios Padre porque estamos en Cristo (Rom. 8-39)

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Juan 19.30 Si bien todos hemos dejado cosas inconclusas, teniendo consecuencias de ello (un proyecto escolar, un reporte del trabajo, una casa sin revocar, una deuda sin liquidar, un), aun a veces en cuando alguien parte de este mundo deja cosas inconclusas y que la heredan las familias, deudas, proyectos, etc. Pero hubo un Hombre enviado del cielo, La palabra misma nos dice que Él terminaría la obra para reconciliarnos con Dios para siempre y garantizarnos esa victoria con su vida y sacrificio hasta la muerte, resucitando con poder y gran gloria. Recordemos lo que exclamó desde la cruz ¡Consumado es!
Juan 19:30 NVI
Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Consumado es.
Es una palabra que le dice al ser humano que nadie puede alcanzar a Dios simplemente por ser una buena persona, o simplemente por cumplir con requisitos religiosos, porque nadie es perfecto solo Jesús, nadie era un nuevo Adán, pero Jesús si lo es.

1. La necesidad de la Consumación

El sacrificio y todo el sufrimiento se llevaron a cabo tal como se esperaba en las profecías (1 Cor. 15.3-4, Luc. 24.44), esto nos habla de que era necesario que esta obra de redención llegara a su consumación,¿Qué hubiera pasado sí Jesús no hubiera muerto?Nuestra relación con Dios no podría ser restaurada, seguiría rota. Solo el Hijo de Dios podía hacer el pago de nuestra deuda ante el Señor, el pago del pecado es la muerte (Rom. 3.23) todos somos pecadores y merecemos tal condenación al rechazar a Dios y sus preceptos; con vidas imperfectas nadie podía por sí mismo cubrir los requisitos que el Señor pedía, solo Jesús pudo lograrlo, clamando en victoria.

2. La victoria en la Consumación

La victoria en la Consumación en la persona de Cristo es evidente, esta Palabra “consumado ”nos señala que todo ha sido completado, que fue superada toda prueba con precisión, no le faltó nada, esto fue en beneficio a nosotros, personas quebrantas y caídas, personas incapaces de lograr la vida que Jesús llevó, Dios determinó sus estándares, clarificó su justicia, y solo Jesús desde esa cruz la completó, por ello tenemos una garantía eterna a nuestro favor por tal consumación.
¿Qué significa que tenemos la Justicia de Cristo?
Qué cada vez que Dios te mira, ve a Jesús. Te ve perfecto. ¡Esto es asombroso! Tu y yo nos vemos culpables, y a avergonzados nos alejamos de Dios, buscamos cualquier excusa para no estar con la iglesia. Pero Dios nos ve en Jesús como personas perfectas y completas, ¿crees en esto, o sientes que le falta algo más? Escucha a Jesús clamar CONSUMADO ES.

3. La garantía por la Consumación

Esta obra fue hecha una sola vez, no hay nada más que hacer para que esté completa, no es necesario ya nada de nosotros ni de nuestras obras para que seamos aceptados, perdonados, reconciliados e integrados a la familia de Dios.
Cristo hizo la declaración desde la cruz, una declaración que define con exactitud lo que logró por nosotros Consumado es. Estas Palabras no son una expresión, sino una declaración a favor de los que creen en Él, de aquellos que se arrepienten de vivir a su manera para lograr ser aceptados, así como de aquellos que reconocen que su vida es vergonzosa, que solo alguien Santo y Perfecto como el Hijo de Dios podría lograr algo así a su favor. Esta garantía está por escrito y no expira, es la declaración absoluta ante el Juez Justo.
¿Puedes creer en esta verdad del Evangelio? Si es así , ven a Jesús, el no rechaza, el quiere cambiar tu vida, descansa en que tu salvación fue ganada.

Padre en tus Manos Encomiendo mi Espíritu.

Lucas 23:46“Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.”
Lo que nosotros hacemos cuando tenemos una relación rota, no queremos hablar, o llamamos con desconfianza, pero aquí vemos a Jesús clamar con confianza, porque su comunión con el Padre es real.

1. La comunión con el Padre

Jesús ha exclamado desde la cruz, 6 hrs. de agonía han sido continuas sobre parecía un abandonado por Dios, los enemigos lo miraban como despreciado, como cualquier hombre, pero Jesús clamó a gran voz ¡Padre en tus manos encomiendo mi espíritu! Lo oyeron los enemigos, lo escucharon sus verdugos, lo registraron sus seguidores, verlo en esa cruz pareciera que las oraciones que hacia, los tiempos a solas que tuvo con su Padre, no eran tan reales porque estaba en agonía, pero Jesús demuestra que Él puede clamar a pesar de su dolor, de las circunstancias y del peso de la ira sobre Él. Clamó a gran voz- ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!, es un acto de alegría, de fe, de confianza y de amor. Aun a pesar de que pidió que esa copa pasara de él, Él confió en la voluntad del Padre, clamó con toda seguridad como en el Salmo 31.5 (En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, Señor, Dios de la verdad. [1]) Jesús iba a ir directo a una tumba frío, enfrentaría la muerte, solo su Padre podría librarle. No se quedó derrotado y sepultado, el confiaba en esta Biblia, él confiaba en la voluntad del Padre, en comunión con Él, su oración, su clamor final, no fue bájenme, sino que en comunión con su Padre, confió en sus manos su espíritu. Cuando Jesús estaba en el más profundo dolor, nos enseña a clamar al Padre, a hacerlo con confianza, todo parece perdido, todo
Esta palabra apunta a nuestros corazones..
Padre en tus manos encomiendo tu espíritu
¿Puedes confiar en el amor de tu Padre Celestial?

2. La esperanza en el Padre

Esta determinación de Jesús nos enseña que hay esperanza en el Padre NO SOMOS huérfanos, haciendo todo en nuestras fuerzas, defendiéndonos de las amenazas que rodean nuestra vida, ahora por la fe en Cristo tienes esperanza, un Padre que jamás te va a abandonar, ya no hay que pagar nada para acércanos con Padre misericordioso, en Jesús somos perdonados e incluidos en este Padre que no nos abandonará en un tumba fría, hay esperanza en él acto de Jesús desde esa cruz, al Escuchar su clamor, no se dirige a su gente que le seguía, se dirige aquel quién le Ama y tiene poder para guardarle, podemos enfrentar pena, dolor y aun incluso la muerte, pero hoy la esperanza se anuncia con la voz del Salvador diciendo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu! Puedes tener esta esperanza, ya no te resistas, en tu pecado, vergüenza puedes venir a este Padre que aun Pablo decía 2 Cor. 1.3 : “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación[2]” Venir a él es un acto de fe, no en lo que haces, pues no tenemos que impresionar a este Padre celestial, no tenemos que pagar ya nada, Jesús ya hizo todo por nosotros, ven a una relación de familia con Él, no a la distancia, no en desconfianza, no en indiferencia de tener un Padre- clama con esperanza cada día ¡Padre, en tus manos está mi vida!

3. La confianza en el Padre.

Las palabras que expresa Jesús se nos han dado para los que estamos en este mundo de sufrimiento y dolor, Jesús había experimentado no solo la impiedad e injusticia de los hombres, sino también el quebranto y condena del pecado. ¿hemos experimentado este quebranto o la injusticia de los hombres? Jesús nos llena de confianza, para clamar con certeza ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Solo es a través de Él, en confianza en Él que podemos caminar por este mundo roto y caído a causa del pecado, dónde aun los que dicen amarte pueden traicionarte, aun así, como los que dicen hacer el bien pueden buscar tu mal, aun de aquellos que dicen que estarán contigo y huir, hay alguien que no huyó sino que nos aseguró que en medio de todo ello podemos clamar con Confianza en el Padre. Esta confianza en el Padre nos restaura y nos capacita para darla a los que también están siendo afectados por la traición, dolor, quebranto, temor, orgullo, vanidad, soledad, tristeza y sufrimiento. 2 Cor. 1.3-5 “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, 4 quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. 5 Pues así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. ” Hoy no es un día cualquiera, hoy es un día en el que recordamos a nuestro Salvador, a aquel que confío en el Padre, para que nosotros confiemos en Él, ya no tenemos que pagar nada para ganar el favor del Padre, nuestro temor de acercarnos a Él es apagado cuando tu crees en Él, confía en Jesús y su redención. Di en tu corazón como Jesús ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
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